Buenas. Tuve signos de autismo en la niñez/adolescencia (Dificultad interacción social y balanceo de

13 respuestas
Buenas. Tuve signos de autismo en la niñez/adolescencia (Dificultad interacción social y balanceo de cuerpo cuando me aburría) y dejé de tenerlos con 20 tantos. Nunca he tenido intereses restringidos, los cambios no me frustran (Al contrario, me encanta vivir fuera de vez en cuando y conocer gente nueva). Con 28 años, no coincido con nada de autismo menos el no reconocer el sarcasmo (a veces. Hay veces que sí lo reconozco) y con las relaciones sociales soy un poco tímida pero no tengo problema. Tengo entendido que el TEA no se cura. Al haber tenido estos signos en la infancia, podría yo ser autista aunque a día de hoy ya no tenga esos signos de TEA?
Desde nuestra experiencia terapéutica , los síntomas mencionados en la infancia, como el aislamiento social y el balanceo, pueden entenderse no como signos de un trastorno fijo, sino como defensas del yo ante un entorno emocionalmente abrumador o insuficiente. El balanceo, por ejemplo, puede simbolizar una forma de autorregulación psíquica frente a un mundo externo que no ofrecía contención emocional o simbólica suficiente. No reconocer el sarcasmo no es solo una falta cognitiva, sino una señal de que el lenguaje del otro —cargado de doble sentido y deseo— resulta difícil de integrar. En este marco, los síntomas no son etiquetas estáticas, sino expresiones simbólicas del conflicto interno, y su atenuación o desaparición no implica curación en el sentido médico, sino transformación del psiquismo.

En la evolución relatada , de la infancia a la adultez; podemos leer un proceso de individuación, tal como lo plantea: un camino hacia el descubrimiento del sí mismo, donde el sujeto deja de identificarse con las defensas tempranas y se abre, poco a poco, al encuentro con el otro y con su propio deseo. La tímida apertura a lo social, la flexibilidad ante los cambios y el interés por nuevas experiencias no niegan el pasado, sino que muestran que se ha producido una integración progresiva de aspectos antes escindidos. Ya no es necesario retraerse para protegerse; el mundo, antes hostil o indiferente, ahora se percibe como habitable.

Desde nuestro modelo terapéutico, el autismo infantil puede verse como un lenguaje del alma, una manera de expresar lo innombrable dentro del sistema familiar. Quizás hubo secretos, duelos no elaborados, mandatos de silencio o emociones no permitidas que el niño encarnó simbólicamente a través del repliegue. El paso a la adultez, con la desaparición de estos signos, podría interpretarse como un acto del inconsciente: el yo se libera de un mandato heredado al permitirse existir fuera del patrón. El síntoma no desaparece porque fue curado, sino porque ya cumplió su función simbólica: mostrar lo que no se podía decir de otra manera.

Por eso, más que preguntarse si se fue o no autista, la verdadera pregunta sería: ¿Qué parte de mi historia familiar y emocional necesitó expresarse así? ¿Qué mensaje portaban esos gestos? El camino terapéutico, desde nuestro modelo terapéutico no busca encajar en diagnósticos, sino comprender el sentido profundo de lo vivido. Y desde ahí, la respuesta ya no es un diagnóstico, sino una invitación a honrar el pasado, agradecer el síntoma como guía y seguir caminando hacia una versión más libre y consciente de uno mismo.
Recuerda que nadie busca lo que no conoce….
Un saludo
Ramiro
Encuentra un experto
Gracias por tu pregunta. Es cierto que el Trastorno del Espectro Autista (TEA) no “desaparece” con el tiempo, pero también lo es que muchas personas aprenden estrategias para adaptarse y, con el paso de los años, pueden no mostrar signos evidentes del trastorno. Dicho esto, tener algunas características en la infancia no siempre implica necesariamente un diagnóstico de TEA.

Hay otras condiciones o rasgos de personalidad que también pueden explicar dificultades sociales puntuales o conductas como el balanceo. El hecho de que no hayas presentado intereses restringidos ni dificultades con los cambios, y que hoy en día funcionas bien en lo social, también es relevante.

Para valorar si en algún momento de tu desarrollo podrías haber estado dentro del espectro, o si esos signos fueron parte de otra situación, lo ideal sería realizar una evaluación completa con un profesional especializado en neurodesarrollo en adultos.

Si te interesa una valoración personalizada, puedes contactar conmigo a través de esta plataforma. Estaré encantada de acompañarte en este proceso.
Desde una perspectiva constructivista, lo más importante no es tanto encajar en una etiqueta diagnóstica cerrada como comprender cómo se ha ido configurando tu vivencia personal a lo largo del tiempo. La infancia y la adolescencia son momentos de gran plasticidad y transformación, y es completamente posible que hayas atravesado etapas con ciertas dificultades o conductas que hoy, con la mirada puesta en el pasado, puedan parecerse a signos del espectro autista, como el balanceo corporal o las dificultades en la interacción social. Sin embargo, el constructivismo entiende que estas experiencias no determinan de forma rígida quién eres hoy, sino que forman parte de una trayectoria de desarrollo singular y dinámica.

El hecho de que ahora no presentes prácticamente ningún rasgo, más allá de cierta dificultad puntual con el sarcasmo o una leve timidez, habla de una gran capacidad de adaptación, aprendizaje y cambio. No se trata de que "se haya curado" algo que necesariamente fue un trastorno, sino que es probable que hayas atravesado una etapa con características particulares que, con el tiempo y en contacto con diferentes contextos y relaciones, fuiste transformando.

En este sentido, más que preguntarte si eres o no autista desde una mirada diagnóstica rígida, podrías preguntarte qué significado tuvo para ti aquella etapa de tu vida, cómo la integras en tu identidad actual, y qué te dice hoy sobre tus necesidades, tu forma de estar en el mundo y de relacionarte. La subjetividad no es un conjunto fijo de síntomas, sino una construcción en proceso, influida por lo social, lo emocional, lo familiar, lo educativo y lo cultural.

Desde este enfoque, no se niega la existencia del diagnóstico ni su utilidad en muchos casos, pero se privilegia el comprender el modo en que cada persona le da sentido a su experiencia. Así que, si te sentís bien contigo misma, has encontrado maneras funcionales y satisfactorias de vincularte y vivir tu día a día, quizás lo más importante no sea confirmar o descartar un diagnóstico pasado, sino validar todo lo que has logrado construir desde entonces.

 Mel Martin
Psicólogo
Sant Cugat del Vallès
Hola,
Gracias por compartir tu experiencia, entiendo tu inquietud y tu preocupación; lo que planteas es muy válido y, de hecho, es una situación que se encuentra con relativa frecuencia en la práctica clínica.
1. ¿Podrías ser autista aunque ya no presentes signos claros de TEA en la adultez?
Sí, es posible haber tenido un Trastorno del Espectro Autista (TEA) en la infancia y que en la adultez los signos sean mucho menos evidentes, especialmente en personas con buen nivel cognitivo, acceso a apoyos, o que han desarrollado estrategias de compensación social.
Sin embargo, también es posible que lo que presentaste no haya sido un TEA sino rasgos o dificultades puntuales (como ansiedad social, inmadurez del desarrollo social, o un estilo neurodivergente no necesariamente autista).
2. El TEA no se “cura” pero puede cambiar mucho
Correcto: el TEA no se cura porque no es una enfermedad, sino una condición del neurodesarrollo. Pero la manera en que se manifiesta puede cambiar radicalmente con la edad, el entorno y las experiencias. Muchas personas autistas logran llevar vidas plenamente funcionales y sin que los síntomas interfieran significativamente.

En tu caso, el hecho de que no tengas intereses restringidos, no te frustren los cambios, te guste conocer gente y tu dificultad con el sarcasmo sea ocasional, habla más de que no estás dentro de un perfil típico de TEA en adultos.

En resumen: podrías haber tenido rasgos del espectro autista sin haber cumplido criterios diagnósticos completos. También podrías haber atravesado dificultades sociales no necesariamente relacionadas con TEA. Una evaluación retrospectiva cuidadosa puede ayudar a aclararlo.
Espero que te haya sido útil mi respuesta y haya aclarado tus dudas e inquietudes.
Si en algún momento quieres profundizar en algo más, aquí estoy para lo que necesites.
Muchas gracias
Un abrazo
Mel
Creo que lo que tienes que tener claro es que, en cuanto al posible diagnóstico de TEA, por un lado la palabra "espectro" es porque no hay un autismo sino diferentes condiciones que pueden ser consideradas como parte del mismo. Por otro lado, hay otras situaciones como traumas de diversos tipos que pueden generar síntomas como los que describes. Lo mejor es que vayas a un especialista para revisar ese diagnóstico y a un buen profesional de la psicología para una evaluación de otros temas como, por ejemplo, trauma. Y así sales de dudas. Pero lo más importante es que si tu te encuentras bien. En cualquier caso, entenderte mejor siempre es una buena inversión en ti misma.
Buenos días. Me gustaría aclarar algunas de tus dudas sobre el autismo. Es cierto que el TEA es un trastorno del neurodesarrollo y como tal no tiene cura, simplemente tu cerebro es y funciona diferente. También hay que considerar que hablamos de un espectro, es decir, de un abanico amplio de trastornos que englobamos en la misma etiqueta, aunque la realidad de cada persona puede ser muy distinta. Por ello no te reconoces en muchos de los síntomas de los que has oído hablar. Ser una chica se ha revelado como un factor que suele enmascarar el trastorno, pues vosotras desarrolláis estrategias para compensar las carencias en las relaciones sociales con más facilidad que los chicos. En resumen, si tuviste un trastorno del espectro autista en la infancia, aún lo tienes, aunque los síntomas sean pocos. Lo más importante, pero, es como afecta eso a tu vida diaria, si te limita en algún sentido. Si no es así, haz tu vida tranquilamente. Si por el contrario sientes que necesitas ayuda, no dudes en acudir a un profesional o a una asociación para que te orienten. Un saludo.
 Desirée Castellano Olivera
Psicólogo, Psicólogo infantil
Arroyo de la Miel
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una condición del neurodesarrollo que está presente durante toda la vida del individuo. Aunque efectivamente "no tiene cura", muchas de las dificultades asociadas pueden trabajarse y mejorar significativamente con el tiempo, especialmente si se desarrollan estrategias de adaptación. En base a lo que comentas, es posible que los signos que experimentaste en la infancia se deban a otras condiciones como la ansiedad social, el trastorno de la comunicación social (pragmática), o incluso a situaciones concretas del entorno que pueden generar síntomas similares de forma temporal. Una evaluación profesional podría ayudarte a entender mejor tu perfil y aclarar tus dudas.
Hola buenas. Antes que nada decirte que no soy especialista en TEA, aunque tal vez pueda ser de utilidad lo que puedo decirte. Para poder recibir un diagnóstico tendrías que acudir a un psicólogo especialista en psicología clínica (PEPC, PIR) o psiquiatra. Según el DSM-5, se puede diagnosticar a una persona adulta dentro de TEA incluso cuando actualmente no presenta indicadores del mismo (por aprendizaje y estrategias de compensación/afrontamiento), pero los ha presentado en el pasado (p.54 y 56 del manual en formato digitalizado). No puedo asegurarte que cumplas estos requisitos, para ello debe haber una evaluación realizada por una persona con las competencias y experiencia adecuadas. Por otro lado, según mi enfoque terapéutico (funcional-contextual, Terapia de Aceptación y Compromiso) considero más valiosa la información que puede arrojar un análisis funcional, por ejemplo ver cuál es actualmente tu patrón de afrontamiento en situaciones difíciles, antes que poner el ojo en la clasificación diagnóstica. Es normal que ahora te estén visitando las dudas, sobre si eres autista o no lo eres (o si lo has sido siempre), si estás fuera o dentro del espectro. La pregunta que te hago es, ¿hasta qué punto es importante para ti saber si puedes o no llevar esa etiqueta? ¿Para qué, o con qué propósito te someterías por ejemplo a una evaluación destinada a tal fin?
Espero haberte ayudado, un saludo :)
 Silvia Schoffer Kraut
Psicólogo
Santa Cruz de Tenerife
Es comprensible que tengas dudas, especialmente porque experimentaste algunos signos de autismo en la infancia y adolescencia, pero ahora no te identificas con muchos de ellos. El autismo es un trastorno del espectro, lo que significa que se presenta de manera muy diversa en cada persona, y la intensidad de los síntomas puede cambiar con el tiempo.

Es posible que hayas tenido signos de autismo en la niñez que con el tiempo se hayan suavizado o que hayas aprendido a manejarlos mejor, lo que no necesariamente significa que "te hayas curado". El hecho de que ahora no tengas problemas con la interacción social, los cambios o los intereses restringidos, y que te sientas cómoda en situaciones nuevas, sugiere que no estás experimentando los mismos desafíos que antes.

En cuanto a tu dificultad para reconocer el sarcasmo, aunque pueda ser un signo del espectro, no es exclusivo del autismo. Algunas personas, sin ser autistas, también encuentran complicado captar el sarcasmo o las sutilezas del lenguaje. El hecho de que en ocasiones sí lo reconozcas también es un buen indicio de que esa dificultad no es algo constante.

El autismo no "desaparece" o se "cura", pero los síntomas pueden variar y algunas personas aprenden estrategias para sobrellevar las dificultades que les genera. Si sientes que tus experiencias pasadas fueron significativas pero ahora no te identificas con el TEA, es posible que hayas superado ciertos obstáculos o adaptado tu comportamiento.

Si aún tienes dudas, un diagnóstico formal podría proporcionarte una respuesta más clara. Un profesional especializado podría ayudarte a entender mejor tu experiencia y, si es necesario, ofrecerte estrategias para mejorar aún más tus habilidades sociales.

En resumen, aunque hayas tenido signos de autismo en tu niñez, no necesariamente significa que seas autista hoy en día, especialmente si no tienes problemas significativos en tu vida diaria. Un saludo y ¡Ánimo!
 Gloria Rivas Tejero
Psicólogo, Psicólogo infantil
Granada
Gracias por compartir algo tan personal y delicado. Lo que preguntas es muy válido, y refleja una comprensión bastante clara de lo que implica el TEA. Sí, es posible que hayas estado dentro del espectro en tu infancia o adolescencia, pero que hoy no presentes síntomas evidentes. Esto no significa que "se curó" el autismo (porque, como bien señalas, no es algo que desaparece), sino que tu desarrollo, experiencias, y estrategias de adaptación han suavizado o compensado los rasgos más evidentes.
Debemos tener en cuenta que el espectro es muy amplio y cada persona con TEA es diversa y diferente. Además, hay personas con evoluciones muy favorables gracias al apoyo familiar, la capacidad cognitiva o el aprendizaje de habilidades sociales.
Por otra parte, algunas personas muestran características aisladas de neurodivergencia (como como no comprender el sarcasmo o torpeza social en la infancia), pero no cumplen con todos los criterios diagnósticos de TEA. En ese caso, pueden haber estado más bien dentro de un perfil de "rasgos autistas".
Si efectivamente estuviste dentro del espectro, pero hoy ya no tienes limitaciones significativas en tu vida diaria, no significa que el diagnóstico ya no sea válido. Solo que no necesitas apoyo actualmente, o que tu autismo no interfiere con tu funcionalidad. Si necesitas ayuda puedes acudir a mí para realizar una evaluación e intervención en los aspectos que te preocupen, bien es cierto que muchas personas, especialmente mujeres, reciben un diagnóstico tardío de TEA.
racias por tu consulta.

Como especialista en TEA acreditada en los instrumentos diagnósticos ADOS-2 y ADI-R, puedo decirte que lo que describes —dificultades sociales en la infancia, balanceo corporal, y cierta dificultad ocasional con el sarcasmo— pueden haber sido rasgos dentro del neurodesarrollo, pero no necesariamente indican un cuadro actual compatible con TEA.

El hecho de que hoy tengas una buena adaptación social, tolerancia al cambio y ausencia de intereses restringidos apunta a un desarrollo personal positivo y funcional. El TEA no desaparece, pero algunas personas aprenden a compensar muy bien o los signos eran simplemente parte de una variación no clínica.

Si buscas mayor claridad, una valoración completa podría ayudarte a comprender mejor tu perfil actual.
Un saludo.

Dolo Boix
CV18993
Buenas, el TEA es una condición del ser humano y, por tanto, tal como dices no se cura, se vive con ello. En tu caso sería interesante tener mucho más contexto de tu niñez y adolescencia, cómo fue el diagnóstico, pruebas que te pasaron, dificultades o barreras que enfrentabas y cómo lo hacías... También si se exploraron otras posibilidades como, por ejemplo, la alta sensibilidad . Un saludo!
 Marina Conesa Cabrera
Psicólogo infantil, Psicólogo
Zaragoza
Gracias por compartirlo. Es cierto que el TEA no “desaparece”, pero algunas personas, sobre todo con buen apoyo o altas capacidades, pueden aprender estrategias que enmascaren o compensen las dificultades con el tiempo.

Dicho eso, tener algunos rasgos en la infancia no implica necesariamente un diagnóstico. Podrías haber tenido características dentro de la variabilidad del desarrollo, sin llegar a un TEA.

Si aún tienes dudas, puedes consultar con un profesional especializado en diagnóstico de adultos. Un buen diagnóstico (o su descarte) ayuda a entenderte mejor, pero no siempre es necesario si tu día a día no se ve limitado.

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