Buenos días, Me gustaría que me dieran consejo sobre que terapia debería seguir para superar la su
12
respuestas
Buenos días,
Me gustaría que me dieran consejo sobre que terapia debería seguir para superar la suguiente dificultat . Soy una persona adulta de 45 años, y estoy viviendo con mis padres, mi ilusión despues de muchos años de formación que continuo haciendo era irme al extranjero, o a una ciudad grande dentro de España, pero cada vez que lo intento tengo como un freno, un pensamiento limitante, un miedo, que no me deja dar el paso incluso en mi misma ciudad irme a vivir de forma independiente. Ademas de ello como mi pensamiento era no estar en mi ciudad iba de trabajo en trabajo y no he tenido un empleo fijo, simpre temporal. Pero ahora me encuentro con dificlultades en encontrar trabajo. mantener una relacion con otra persona de pareja, incluso tener familia . despues de haber ido a distintos psicologos no avanzo y sigo viendo como otros tienen vidas que les llenan y yo no. Si les sirve de lago no creo que sea dependencia emocial hacia mis padres y abuelos , aunque les he ayudado mucho y les ayudo y me preocupo por su bien estar, tambien decirle que siempre he estado con ellos no he viajado solo, ni con amigos. Siempre he estado, en el entorno familiar. Por ello, me gustaría, saber si es posible superarlo, e incluso irse con edad al extranjero y que terapia deberia seguir y mas o menos , ya se que cada caso es un mundo , cuanto tiempo mas o menos deberia ver resultados o deberia tener la terapia de duración.
Me gustaría que me dieran consejo sobre que terapia debería seguir para superar la suguiente dificultat . Soy una persona adulta de 45 años, y estoy viviendo con mis padres, mi ilusión despues de muchos años de formación que continuo haciendo era irme al extranjero, o a una ciudad grande dentro de España, pero cada vez que lo intento tengo como un freno, un pensamiento limitante, un miedo, que no me deja dar el paso incluso en mi misma ciudad irme a vivir de forma independiente. Ademas de ello como mi pensamiento era no estar en mi ciudad iba de trabajo en trabajo y no he tenido un empleo fijo, simpre temporal. Pero ahora me encuentro con dificlultades en encontrar trabajo. mantener una relacion con otra persona de pareja, incluso tener familia . despues de haber ido a distintos psicologos no avanzo y sigo viendo como otros tienen vidas que les llenan y yo no. Si les sirve de lago no creo que sea dependencia emocial hacia mis padres y abuelos , aunque les he ayudado mucho y les ayudo y me preocupo por su bien estar, tambien decirle que siempre he estado con ellos no he viajado solo, ni con amigos. Siempre he estado, en el entorno familiar. Por ello, me gustaría, saber si es posible superarlo, e incluso irse con edad al extranjero y que terapia deberia seguir y mas o menos , ya se que cada caso es un mundo , cuanto tiempo mas o menos deberia ver resultados o deberia tener la terapia de duración.
Buscar apoyo terapéutico tras la pérdida de tu papá puede ser un paso profundamente sanador y significativo. Desde una perspectiva constructivista, el objetivo de la terapia no es simplemente dejar de sentir dolor o “superar” la tristeza, sino acompañarte a construir activamente un nuevo modo de entenderte a ti misma y a tu mundo, ahora que esa figura tan fundamental ya no está físicamente. La muerte de un ser tan cercano no rompe únicamente el lazo con esa persona, sino que genera una especie de grieta en la estructura con la que veníamos organizando nuestra identidad, nuestras rutinas, nuestras creencias y, muchas veces, nuestro propósito.
El constructivismo parte de la idea de que no vivimos los hechos de forma objetiva, sino que los significamos, les damos un lugar dentro de nuestra historia personal, y los narramos de manera única. El duelo, entonces, no es una etapa a tachar o a atravesar con prisa, sino una experiencia profundamente transformadora en la que vas reelaborando tu historia personal con la presencia simbólica de tu papá. Él fue mucho más que una figura externa; fue parte de tu modo de estar en el mundo. Y ahora, poco a poco, en terapia podrías ir encontrando nuevas formas de vincularte con su recuerdo, con su voz interna, con lo que te dejó y con lo que aún vive en ti. La tristeza que sientes, el cansancio, la falta de motivación, son todas expresiones legítimas del proceso de ajuste interno que estás atravesando. Tu sistema emocional, mental y corporal está tratando de reorganizarse ante una pérdida que alteró profundamente tus coordenadas afectivas.
El trabajo terapéutico desde este enfoque busca generar un espacio seguro donde puedas explorar con profundidad todo lo que esta pérdida ha removido en ti: no sólo el dolor presente, sino también los significados que le diste a la relación con tu papá, la forma en que ese vínculo te sostuvo, las partes de ti que hoy se sienten incompletas sin él, y los recursos internos que quizás todavía no sabes que tienes para cuidarte en medio del vacío. En lugar de “cerrar” una herida, la terapia constructivista te invita a abrir un espacio de diálogo contigo misma, en el que puedas incluir el dolor y también ir gestando nuevas maneras de estar en el mundo con todo lo que viviste, sin tener que negarlo ni dejarlo atrás.
Sobre el tiempo que puede durar una terapia así, es cierto que cada persona es un mundo, y no hay una fórmula general. Pero desde este enfoque no se busca correr hacia una meta rápida, sino acompañar los tiempos reales de tu proceso. Algunas personas comienzan a sentirse más aliviadas o a construir nuevas comprensiones emocionales después de unos meses; otras necesitan un proceso más largo y pausado. Lo importante no es tanto cuánto tiempo dure, sino que vayas sintiendo que el espacio terapéutico te permite respirar con más libertad, pensar sin miedo, emocionarte sin culpa y reconstruirte sin exigencias. Podríamos decir que un tiempo esperable para empezar a ver ciertos cambios internos —no como una “cura”, sino como una transformación— puede ser entre tres meses y un año, aunque lo central es que tú te sientas acompañada, validada y con permiso para ir a tu ritmo.
Estés en el país que estés, si puedes encontrar un terapeuta que trabaje desde esta mirada, incluso si es online, podrías empezar un camino que no te borre el dolor, pero que sí te ayude a convertirlo en algo más habitable. El duelo no se trata de soltar el amor, sino de aprender a vivirlo de otra manera. Y esa reconstrucción puede ser un acto de ternura hacia ti misma y también hacia quien tanto quisiste. ¿Te gustaría que te ayudara a encontrar palabras o rituales que te ayuden a mantener viva esa conexión simbólica con tu papá?
El constructivismo parte de la idea de que no vivimos los hechos de forma objetiva, sino que los significamos, les damos un lugar dentro de nuestra historia personal, y los narramos de manera única. El duelo, entonces, no es una etapa a tachar o a atravesar con prisa, sino una experiencia profundamente transformadora en la que vas reelaborando tu historia personal con la presencia simbólica de tu papá. Él fue mucho más que una figura externa; fue parte de tu modo de estar en el mundo. Y ahora, poco a poco, en terapia podrías ir encontrando nuevas formas de vincularte con su recuerdo, con su voz interna, con lo que te dejó y con lo que aún vive en ti. La tristeza que sientes, el cansancio, la falta de motivación, son todas expresiones legítimas del proceso de ajuste interno que estás atravesando. Tu sistema emocional, mental y corporal está tratando de reorganizarse ante una pérdida que alteró profundamente tus coordenadas afectivas.
El trabajo terapéutico desde este enfoque busca generar un espacio seguro donde puedas explorar con profundidad todo lo que esta pérdida ha removido en ti: no sólo el dolor presente, sino también los significados que le diste a la relación con tu papá, la forma en que ese vínculo te sostuvo, las partes de ti que hoy se sienten incompletas sin él, y los recursos internos que quizás todavía no sabes que tienes para cuidarte en medio del vacío. En lugar de “cerrar” una herida, la terapia constructivista te invita a abrir un espacio de diálogo contigo misma, en el que puedas incluir el dolor y también ir gestando nuevas maneras de estar en el mundo con todo lo que viviste, sin tener que negarlo ni dejarlo atrás.
Sobre el tiempo que puede durar una terapia así, es cierto que cada persona es un mundo, y no hay una fórmula general. Pero desde este enfoque no se busca correr hacia una meta rápida, sino acompañar los tiempos reales de tu proceso. Algunas personas comienzan a sentirse más aliviadas o a construir nuevas comprensiones emocionales después de unos meses; otras necesitan un proceso más largo y pausado. Lo importante no es tanto cuánto tiempo dure, sino que vayas sintiendo que el espacio terapéutico te permite respirar con más libertad, pensar sin miedo, emocionarte sin culpa y reconstruirte sin exigencias. Podríamos decir que un tiempo esperable para empezar a ver ciertos cambios internos —no como una “cura”, sino como una transformación— puede ser entre tres meses y un año, aunque lo central es que tú te sientas acompañada, validada y con permiso para ir a tu ritmo.
Estés en el país que estés, si puedes encontrar un terapeuta que trabaje desde esta mirada, incluso si es online, podrías empezar un camino que no te borre el dolor, pero que sí te ayude a convertirlo en algo más habitable. El duelo no se trata de soltar el amor, sino de aprender a vivirlo de otra manera. Y esa reconstrucción puede ser un acto de ternura hacia ti misma y también hacia quien tanto quisiste. ¿Te gustaría que te ayudara a encontrar palabras o rituales que te ayuden a mantener viva esa conexión simbólica con tu papá?
Hola, la duración y el tipo de resultados no sólo depende del tipo de terapia, sino de la actitud y voluntad que pones en solucionar esta situación. Puede ser frecuente que una persona adulta que no se ha separado nunca de la familia, sienta inseguridad y miedo al intentar alejarse. Sin embargo, te podría ayudar iniciar el camino de tomar distancia haciendolo poco a poco, ya que mencionas que lo has intentado y no has podido por ese miedo limitante. Te podría ayudar empezar por dar el primer paso, aunque te cueste pero que sea el paso que menos te cueste. Es decir, si irte a vivir al extranjero te cuesta más que irte a vivir fuera del domicilio familiar, empieza por este último. Si la dificultad está en encontrar un trabajo, empieza por ahí e intenta buscar trabajos más estables cada vez. Puedes pasar un fin de semana fuera, sólo o con amigos, pero lejos de la familia y observar cómo te sientes, para poco a poco ir cogiendo mayor autonomía. En realidad este es un proceso que hacemos de forma natural que se inicia en la adolescencia y culmina en la edad adulta. Por el motivo que sea, quizás no has podido realizarlo y ahora te cuesta mucho más sentirte seguro lejos de la familia. Procura realizar ese proceso de distanciamiento aunque sientas algo de malestar al principio y poco a poco podrás sentirte más autónomo/a. Un saludo.
Hola, como bien dices, no se puede estimar tiempos de intervención porque cada persona tiene sus ritmos y circunstancias. Desde mi experiencia profesional, considero que trasladar esta incomodidad, estas dudas y esta sensación de "no avanzar" a la persona con la que estés ahora en terapia puede ser un punto de inflexión en el proceso terapéutico para que juntos podáis revisar qué ocurre, qué funciona, qué frena y tratar de poner soluciones o marcar otros caminos. La terapia tiene que ser un lugar donde te sientas libre de expresar todo lo que sientas, incluso si sientes que es la propia terapia la que no funciona. Mucho ánimo con el proceso, a veces se nos puede hacer largo o duro, pero el camino andado no lo perdemos. Un abrazo
Gracias por compartir tu historia con tanta claridad y profundidad. Lo que describes no es simplemente “no poder irse de casa” o “no tener estabilidad laboral o relacional”, sino una vivencia emocional muy compleja en la que se mezclan el deseo de cambio, los miedos bloqueantes, la sensación de estancamiento vital y una historia de vínculos muy marcados por el entorno familiar.
Tu caso no solo es posible de abordar terapéuticamente, sino que es muy adecuado para una intervención desde el enfoque EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares), especialmente si, como comentas, has probado otras terapias más racionales o centradas en el presente, sin notar avances significativos.
¿Por qué EMDR podría ayudarte?
El enfoque EMDR trabaja con las experiencias pasadas que han dejado una huella emocional bloqueante, y que siguen activándose hoy como si fuesen amenazas reales. En tu caso:
• Nunca haber viajado solo o salido del entorno familiar, puede haber generado una base de inseguridad interna que el cerebro interpreta como “no es seguro estar fuera”.
• Las vivencias repetidas de “intentar y no poder” pueden haber reforzado este patrón, creando un ciclo de frustración y parálisis.
• El hecho de que racionalmente lo tengas claro pero emocionalmente no avances es una señal típica de que hay memorias no procesadas que necesitan otra vía terapéutica: más profunda y menos verbal.
EMDR permite acceder a esos bloqueos desde un enfoque que no depende únicamente de entenderlos o hablar de ellos, sino de procesarlos emocional y neurológicamente para que dejen de limitarte.
¿Qué se trabaja en un proceso así?
1. Las raíces del miedo: no es casualidad que, a pesar de tener formación, motivación y sueños, no puedas dar el paso. Posiblemente hay experiencias tempranas de inseguridad, sobreprotección o falta de refuerzo que quedaron registradas como “no puedo sola” o “afuera es peligroso”.
2. La estructura interna de autoimagen: en terapia se trabaja para que puedas reconstruir una identidad basada en confianza, autonomía y valía, no en las limitaciones heredadas del entorno.
3. El duelo por lo no vivido: muchas veces, avanzar requiere primero reconocer el dolor por todo lo que no fue: viajes, relaciones, independencia… esto también se puede abordar desde EMDR para dejar espacio a lo nuevo.
4. Las creencias bloqueantes (“es tarde para empezar”, “los demás sí pueden”, “yo no tengo suerte”) también se pueden reprocesar con esta técnica.
¿Se puede empezar a los 45?
Por supuesto. La edad no es un impedimento, sino una oportunidad: llevas mucho camino recorrido y ese recorrido aporta experiencia, madurez y conciencia. Lo que necesitas es una terapia que te permita salir del ciclo de repetición en el que te has visto atrapada, y eso sí es posible. De hecho, muchas personas rediseñan su vida en esta etapa con una solidez y libertad que antes no tenían.
¿Cuánto dura un proceso así?
Cada persona es única, pero para que tengas una orientación realista:
• Un tratamiento con EMDR en casos como el tuyo puede durar entre 6 meses y un año, con sesiones semanales al principio.
• En algunos casos se empiezan a notar cambios emocionales y decisiones más valientes ya en las primeras semanas o meses, aunque el trabajo profundo lleva más tiempo.
• Lo importante no es “ir rápido”, sino avanzar con seguridad hacia una vida con sentido para ti.
Un apunte importante
Aunque sientas que lo tuyo no es “dependencia emocional”, es clave revisar cómo tu identidad se ha construido en relación a tu familia y el entorno cercano, porque a veces la fidelidad inconsciente al sistema familiar puede frenar nuestros pasos. En EMDR eso también se puede abordar, sin necesidad de culpabilizar, sino desde el respeto y la libertad personal.
En resumen:
Sí, es posible cambiar. Sí, se puede irse al extranjero, a otra ciudad, comenzar algo nuevo incluso sin certezas.
Y sí, hay una terapia como EMDR que puede ayudarte a desbloquearte, reconstruir tu seguridad interna y darte permiso, por fin, para vivir la vida que deseas.
Si en algún momento decides dar el paso, estaré encantada de acompañarte. El primer paso ya lo has dado al escribir este mensaje. El siguiente puede cambiarlo todo. ¿Te animas?
Tu caso no solo es posible de abordar terapéuticamente, sino que es muy adecuado para una intervención desde el enfoque EMDR (Desensibilización y Reprocesamiento por los Movimientos Oculares), especialmente si, como comentas, has probado otras terapias más racionales o centradas en el presente, sin notar avances significativos.
¿Por qué EMDR podría ayudarte?
El enfoque EMDR trabaja con las experiencias pasadas que han dejado una huella emocional bloqueante, y que siguen activándose hoy como si fuesen amenazas reales. En tu caso:
• Nunca haber viajado solo o salido del entorno familiar, puede haber generado una base de inseguridad interna que el cerebro interpreta como “no es seguro estar fuera”.
• Las vivencias repetidas de “intentar y no poder” pueden haber reforzado este patrón, creando un ciclo de frustración y parálisis.
• El hecho de que racionalmente lo tengas claro pero emocionalmente no avances es una señal típica de que hay memorias no procesadas que necesitan otra vía terapéutica: más profunda y menos verbal.
EMDR permite acceder a esos bloqueos desde un enfoque que no depende únicamente de entenderlos o hablar de ellos, sino de procesarlos emocional y neurológicamente para que dejen de limitarte.
¿Qué se trabaja en un proceso así?
1. Las raíces del miedo: no es casualidad que, a pesar de tener formación, motivación y sueños, no puedas dar el paso. Posiblemente hay experiencias tempranas de inseguridad, sobreprotección o falta de refuerzo que quedaron registradas como “no puedo sola” o “afuera es peligroso”.
2. La estructura interna de autoimagen: en terapia se trabaja para que puedas reconstruir una identidad basada en confianza, autonomía y valía, no en las limitaciones heredadas del entorno.
3. El duelo por lo no vivido: muchas veces, avanzar requiere primero reconocer el dolor por todo lo que no fue: viajes, relaciones, independencia… esto también se puede abordar desde EMDR para dejar espacio a lo nuevo.
4. Las creencias bloqueantes (“es tarde para empezar”, “los demás sí pueden”, “yo no tengo suerte”) también se pueden reprocesar con esta técnica.
¿Se puede empezar a los 45?
Por supuesto. La edad no es un impedimento, sino una oportunidad: llevas mucho camino recorrido y ese recorrido aporta experiencia, madurez y conciencia. Lo que necesitas es una terapia que te permita salir del ciclo de repetición en el que te has visto atrapada, y eso sí es posible. De hecho, muchas personas rediseñan su vida en esta etapa con una solidez y libertad que antes no tenían.
¿Cuánto dura un proceso así?
Cada persona es única, pero para que tengas una orientación realista:
• Un tratamiento con EMDR en casos como el tuyo puede durar entre 6 meses y un año, con sesiones semanales al principio.
• En algunos casos se empiezan a notar cambios emocionales y decisiones más valientes ya en las primeras semanas o meses, aunque el trabajo profundo lleva más tiempo.
• Lo importante no es “ir rápido”, sino avanzar con seguridad hacia una vida con sentido para ti.
Un apunte importante
Aunque sientas que lo tuyo no es “dependencia emocional”, es clave revisar cómo tu identidad se ha construido en relación a tu familia y el entorno cercano, porque a veces la fidelidad inconsciente al sistema familiar puede frenar nuestros pasos. En EMDR eso también se puede abordar, sin necesidad de culpabilizar, sino desde el respeto y la libertad personal.
En resumen:
Sí, es posible cambiar. Sí, se puede irse al extranjero, a otra ciudad, comenzar algo nuevo incluso sin certezas.
Y sí, hay una terapia como EMDR que puede ayudarte a desbloquearte, reconstruir tu seguridad interna y darte permiso, por fin, para vivir la vida que deseas.
Si en algún momento decides dar el paso, estaré encantada de acompañarte. El primer paso ya lo has dado al escribir este mensaje. El siguiente puede cambiarlo todo. ¿Te animas?
Buenas tardes,
Lo que compartes no solo es comprensible, sino profundamente humano. No es raro que alguien con formación, con ilusiones e incluso planes concretos, sienta que algo le frena justo en el momento de dar el paso. Como si estuviera todo preparado, menos una parte interna que simplemente no responde. Y ese freno no solo detiene decisiones como irse de casa o cambiar de ciudad. Con el tiempo, va dejando marca: trabajos que no se consolidan, relaciones que no llegan, una sensación persistente de estar viendo pasar la vida desde fuera.
Decir que “no avanzas” puede doler, pero también puede ser la forma en que algo en ti pide ser escuchado de otra manera. Has estado para los tuyos, has sostenido muchas cosas… pero quizá ahora la pregunta sea si puedes empezar a estar también para ti.
No se trata solo de si puedes irte al extranjero a los 45. Se trata de si puedes permitirte desearlo, imaginarlo, vivirlo… sin que todo dentro de ti se active para impedirlo. Y eso, sí: es posible trabajarlo. Más que buscar “la terapia adecuada”, quizá se trate de encontrar un lugar donde, por fin, puedas poner en palabras lo que no se ha podido decir. A veces, no es cuestión de técnica. Es cuestión de poder hablar de verdad, sin explicaciones rápidas ni caminos impuestos.
No es tarde. Pero quizá, antes de dar el paso hacia fuera, haya que dar uno —más decisivo— hacia dentro.
Lo que compartes no solo es comprensible, sino profundamente humano. No es raro que alguien con formación, con ilusiones e incluso planes concretos, sienta que algo le frena justo en el momento de dar el paso. Como si estuviera todo preparado, menos una parte interna que simplemente no responde. Y ese freno no solo detiene decisiones como irse de casa o cambiar de ciudad. Con el tiempo, va dejando marca: trabajos que no se consolidan, relaciones que no llegan, una sensación persistente de estar viendo pasar la vida desde fuera.
Decir que “no avanzas” puede doler, pero también puede ser la forma en que algo en ti pide ser escuchado de otra manera. Has estado para los tuyos, has sostenido muchas cosas… pero quizá ahora la pregunta sea si puedes empezar a estar también para ti.
No se trata solo de si puedes irte al extranjero a los 45. Se trata de si puedes permitirte desearlo, imaginarlo, vivirlo… sin que todo dentro de ti se active para impedirlo. Y eso, sí: es posible trabajarlo. Más que buscar “la terapia adecuada”, quizá se trate de encontrar un lugar donde, por fin, puedas poner en palabras lo que no se ha podido decir. A veces, no es cuestión de técnica. Es cuestión de poder hablar de verdad, sin explicaciones rápidas ni caminos impuestos.
No es tarde. Pero quizá, antes de dar el paso hacia fuera, haya que dar uno —más decisivo— hacia dentro.
Hola,
Gracias por compartir algo tan profundo y personal. Lo que estás atravesando es más común de lo que parece, y es muy valioso que sigas buscando respuestas y caminos a pesar de lo difícil que te resulta. Que a los 45 años sigas formándote y tengas el deseo genuino de tener una vida más plena, con independencia, pareja o experiencias nuevas, habla de una parte tuya que sigue viva, con ilusión, aunque hoy esté bloqueada.
Lo que describes tiene varios elementos entrelazados:
1.Miedo a separarte del entorno familiar (aunque no sea dependencia emocional clásica, sí hay una dificultad en romper con el patrón de seguridad).
2.Pensamientos limitantes y bloqueos a la acción: tienes deseos, pero algo más fuerte te frena (posiblemente ansiedad anticipatoria, miedo al fracaso, al vacío, a la soledad...).
3.Falta de experiencias autónomas (viajar solo, vivir solo, convivir en pareja) que refuerzan la inseguridad ante lo desconocido.
4.Autoexigencia y comparación: ves que otros avanzan y sientes que tú no, lo que te genera tristeza y frustración.
5.Historia laboral inestable: reforzada por esa espera de “cuando me vaya de aquí” que no se concreta.
¿Se puede superar esto?
Sí, absolutamente sí. Es difícil, porque no es un solo síntoma, sino un modelo de vida aprendido durante años, con ciertas evitaciones que se han convertido en hábitos.
¿Qué podrías empezar a hacer YA?
1.Haz una lista escrita de lo que querrías experimentar si no tuvieras miedo. Así conectas con tus verdaderos valores.
2.Pequeños pasos fuera de la zona conocida: una excursión solo, pasar una noche fuera, contactar con personas en foros de expatriados, etc.
3.No busques resultados inmediatos: el foco ahora es movimiento, no perfección.
4.Considera a un psicoterapeuta con experiencia en bloqueo vital o transiciones adultas.
Y sí, puedes cambiar tu vida aunque hoy parezca cuesta arriba. Lo importante es elegir una terapia adecuada, comprometerte contigo mismo, y dejar de compararte con los tiempos de los demás. La vida adulta no tiene fecha de caducidad para reinventarse.
Espero haberte ayudado a aclarar lo que te ocurre y que podrías estar necesitando.
Puedo acompañarte y ayudarte en todo este proceso.
Si lo necesitas, puedes contactar conmigo.
Gracias
Un abrazo,
Mel
Gracias por compartir algo tan profundo y personal. Lo que estás atravesando es más común de lo que parece, y es muy valioso que sigas buscando respuestas y caminos a pesar de lo difícil que te resulta. Que a los 45 años sigas formándote y tengas el deseo genuino de tener una vida más plena, con independencia, pareja o experiencias nuevas, habla de una parte tuya que sigue viva, con ilusión, aunque hoy esté bloqueada.
Lo que describes tiene varios elementos entrelazados:
1.Miedo a separarte del entorno familiar (aunque no sea dependencia emocional clásica, sí hay una dificultad en romper con el patrón de seguridad).
2.Pensamientos limitantes y bloqueos a la acción: tienes deseos, pero algo más fuerte te frena (posiblemente ansiedad anticipatoria, miedo al fracaso, al vacío, a la soledad...).
3.Falta de experiencias autónomas (viajar solo, vivir solo, convivir en pareja) que refuerzan la inseguridad ante lo desconocido.
4.Autoexigencia y comparación: ves que otros avanzan y sientes que tú no, lo que te genera tristeza y frustración.
5.Historia laboral inestable: reforzada por esa espera de “cuando me vaya de aquí” que no se concreta.
¿Se puede superar esto?
Sí, absolutamente sí. Es difícil, porque no es un solo síntoma, sino un modelo de vida aprendido durante años, con ciertas evitaciones que se han convertido en hábitos.
¿Qué podrías empezar a hacer YA?
1.Haz una lista escrita de lo que querrías experimentar si no tuvieras miedo. Así conectas con tus verdaderos valores.
2.Pequeños pasos fuera de la zona conocida: una excursión solo, pasar una noche fuera, contactar con personas en foros de expatriados, etc.
3.No busques resultados inmediatos: el foco ahora es movimiento, no perfección.
4.Considera a un psicoterapeuta con experiencia en bloqueo vital o transiciones adultas.
Y sí, puedes cambiar tu vida aunque hoy parezca cuesta arriba. Lo importante es elegir una terapia adecuada, comprometerte contigo mismo, y dejar de compararte con los tiempos de los demás. La vida adulta no tiene fecha de caducidad para reinventarse.
Espero haberte ayudado a aclarar lo que te ocurre y que podrías estar necesitando.
Puedo acompañarte y ayudarte en todo este proceso.
Si lo necesitas, puedes contactar conmigo.
Gracias
Un abrazo,
Mel
Gracias por compartir algo tan honesto y valiente. Lo que describes no es raro, y muchas personas adultas se enfrentan a bloqueos similares cuando intentan dar pasos importantes hacia su autonomía, especialmente si han estado siempre muy ligadas a su entorno familiar.
Por lo que cuentas, no parece que sea solo una cuestión de falta de voluntad o motivación, sino más bien un conjunto de miedos profundos, pensamientos limitantes e inseguridades que han ido consolidándose con los años. El hecho de haber cambiado de trabajo frecuentemente, no haberte independizado aún o no haber viajado, puede haber reforzado la idea de que “no puedes” y ese círculo es difícil de romper sin ayuda específica.
Una buena opción sería trabajar con un terapeuta que tenga experiencia en terapia breve con adultos bloqueados en etapas vitales. En concreto, un enfoque que integre elementos de psicoterapia breve o terapia basada en el apego adulto puede ayudarte a detectar qué creencias o patrones están interfiriendo con tus decisiones y cómo liberarte de ellas. No es imprescindible que el problema sea “dependencia emocional”, a veces basta con haber vivido siempre en la misma estructura para que el miedo al cambio se vuelva paralizante.
Respecto al tiempo, si la terapia está bien enfocada desde el principio, muchas personas notan avances significativos en pocos meses. No se trata de cambiarlo todo de golpe, sino de generar pequeñas rupturas en los patrones que hoy te tienen atascado.
Y sí, incluso con 45 años es perfectamente posible comenzar una vida nueva en otra ciudad o incluso en otro país. No estás solo en esto: con el acompañamiento adecuado es posible.
Estaré encantado de ayudarte si así lo deseas.
Un abrazo enorme.
Por lo que cuentas, no parece que sea solo una cuestión de falta de voluntad o motivación, sino más bien un conjunto de miedos profundos, pensamientos limitantes e inseguridades que han ido consolidándose con los años. El hecho de haber cambiado de trabajo frecuentemente, no haberte independizado aún o no haber viajado, puede haber reforzado la idea de que “no puedes” y ese círculo es difícil de romper sin ayuda específica.
Una buena opción sería trabajar con un terapeuta que tenga experiencia en terapia breve con adultos bloqueados en etapas vitales. En concreto, un enfoque que integre elementos de psicoterapia breve o terapia basada en el apego adulto puede ayudarte a detectar qué creencias o patrones están interfiriendo con tus decisiones y cómo liberarte de ellas. No es imprescindible que el problema sea “dependencia emocional”, a veces basta con haber vivido siempre en la misma estructura para que el miedo al cambio se vuelva paralizante.
Respecto al tiempo, si la terapia está bien enfocada desde el principio, muchas personas notan avances significativos en pocos meses. No se trata de cambiarlo todo de golpe, sino de generar pequeñas rupturas en los patrones que hoy te tienen atascado.
Y sí, incluso con 45 años es perfectamente posible comenzar una vida nueva en otra ciudad o incluso en otro país. No estás solo en esto: con el acompañamiento adecuado es posible.
Estaré encantado de ayudarte si así lo deseas.
Un abrazo enorme.
Gracias por compartir tu historia con tanta honestidad. Lo que estás viviendo tiene mucho sentido: después de tantos años en un entorno familiar muy estable y sin experiencias previas de independencia, no es raro que aparezcan bloqueos cuando se trata de dar pasos importantes como irse a vivir solo, mudarse o iniciar una relación estable. Aunque no lo identifiques como una dependencia emocional, lo cierto es que el miedo al cambio y a lo desconocido puede paralizar, especialmente cuando hay una trayectoria de vida muy centrada en cuidar de otros.
Sí, es posible superarlo. La clave está en trabajar desde una terapia que aborde no solo los pensamientos limitantes, sino también el vínculo con tu historia personal, tu identidad y tus necesidades actuales. En tu caso, un enfoque integrador que combine herramientas de terapia cognitivo-conductual, trabajo con creencias profundas, y un acompañamiento emocional centrado en el proceso de individuación y autonomía puede ser muy útil.
En cuanto a la duración, cada persona tiene su ritmo, pero en los primeros meses ya deberías notar cambios en tu forma de entender lo que te pasa y empezar a tomar decisiones más alineadas contigo. El objetivo no es solo “irte”, sino que el paso que des lo sientas realmente tuyo y posible.
Puedes reservar una cita online a través de mi perfil y te acompañaré encantada en este proceso de construir una vida más libre y propia. Estás a tiempo de hacer ese cambio que tanto deseas.
Sí, es posible superarlo. La clave está en trabajar desde una terapia que aborde no solo los pensamientos limitantes, sino también el vínculo con tu historia personal, tu identidad y tus necesidades actuales. En tu caso, un enfoque integrador que combine herramientas de terapia cognitivo-conductual, trabajo con creencias profundas, y un acompañamiento emocional centrado en el proceso de individuación y autonomía puede ser muy útil.
En cuanto a la duración, cada persona tiene su ritmo, pero en los primeros meses ya deberías notar cambios en tu forma de entender lo que te pasa y empezar a tomar decisiones más alineadas contigo. El objetivo no es solo “irte”, sino que el paso que des lo sientas realmente tuyo y posible.
Puedes reservar una cita online a través de mi perfil y te acompañaré encantada en este proceso de construir una vida más libre y propia. Estás a tiempo de hacer ese cambio que tanto deseas.
Gracias por compartir tu historia con tanta sinceridad. Lo que describes no es raro, pero sí profundamente doloroso cuando uno/a siente que la vida está “en pausa” mientras los demás parecen avanzar. La sensación de bloqueo, la dificultad para tomar decisiones que impliquen independencia y los miedos persistentes al cambio, a veces tienen que ver con aspectos profundos de la identidad, el rol familiar asumido a lo largo de los años y las creencias que se han ido construyendo en torno a lo que se “puede” o “no se puede” hacer.
En estos casos, puede ser muy útil un acompañamiento psicológico centrado en revisar con honestidad tu narrativa personal, cuestionar creencias limitantes y entender qué parte de ti necesita seguridad y reconocimiento antes de poder dar pasos hacia la autonomía. Yo trabajo con personas adultas que sienten que están en un punto de bloqueo vital, ayudándoles a reconectar con su deseo, tomar decisiones con más claridad y recuperar el sentido de dirección.
Y sí, es posible cambiar incluso a los 45 o a cualquier edad. Lo importante no es la edad, sino el momento en el que decides escucharte y priorizarte. Cada proceso tiene su ritmo, pero muchas personas comienzan a experimentar pequeñas transformaciones internas en los primeros meses de trabajo, cuando se sienten acompañadas con respeto y sin juicio.
Ojalá encuentres un espacio terapéutico donde te sientas acompañado/a, escuchado/a y respetado/a en este proceso. Un abrazo
En estos casos, puede ser muy útil un acompañamiento psicológico centrado en revisar con honestidad tu narrativa personal, cuestionar creencias limitantes y entender qué parte de ti necesita seguridad y reconocimiento antes de poder dar pasos hacia la autonomía. Yo trabajo con personas adultas que sienten que están en un punto de bloqueo vital, ayudándoles a reconectar con su deseo, tomar decisiones con más claridad y recuperar el sentido de dirección.
Y sí, es posible cambiar incluso a los 45 o a cualquier edad. Lo importante no es la edad, sino el momento en el que decides escucharte y priorizarte. Cada proceso tiene su ritmo, pero muchas personas comienzan a experimentar pequeñas transformaciones internas en los primeros meses de trabajo, cuando se sienten acompañadas con respeto y sin juicio.
Ojalá encuentres un espacio terapéutico donde te sientas acompañado/a, escuchado/a y respetado/a en este proceso. Un abrazo
Buenos días,
Lo que describes puede estar relacionado con miedos e inseguridades, pero también con la falta de experiencias fuera del entorno familiar. Hay diferentes enfoques terapéuticos que podrían ayudarte, como la terapia humanista, terapias basadas en la aceptación, o incluso acompañamiento para ganar confianza y autonomía.
El tiempo para ver cambios varía mucho según cada persona y proceso, y lo importante es que encuentres una terapia y un profesional con quien te sientas cómodo y apoyado. Es posible avanzar y abrir nuevas puertas, poco a poco.
— Dolo Boix CV18993
Lo que describes puede estar relacionado con miedos e inseguridades, pero también con la falta de experiencias fuera del entorno familiar. Hay diferentes enfoques terapéuticos que podrían ayudarte, como la terapia humanista, terapias basadas en la aceptación, o incluso acompañamiento para ganar confianza y autonomía.
El tiempo para ver cambios varía mucho según cada persona y proceso, y lo importante es que encuentres una terapia y un profesional con quien te sientas cómodo y apoyado. Es posible avanzar y abrir nuevas puertas, poco a poco.
— Dolo Boix CV18993
Buenos días! Voy a entrar en responderte para ayudarte en cómo orientaría este caso. Lo primero que mencionas es que tienes 45 años, que vives con tus padres y que tienes una ilusión muy grande de irte al extranjero u otra ciudad.
Lo primero interesante es explorar qué es lo que está impidiendo que lo hagas. Es decir, cuáles son las barreras. Hablas de pensamientos, pero los pensamientos en sí mismo tienen que estar señalando algo. ¿Qué señalan, alguna dificultad? Identificar todas las barreras puede ayudarte a enfrentarte a ellas, sino se quedan simplemente en pensamientos sin posibilidad de acción. Por otro lado, a tu alrededor, en tu familia y amigos, ¿hay personas que te apoyan y te empujan a moverte o, por el contrario, juzgan y critican tus intenciones? El entorno, las personas que te rodean afectan mucho en la toma de decisiones. Por ejemplo, ¿tu entorno familiar qué es lo que hace cuando muestras que tienes estas inquietudes? El hecho de que no te estés separando de él puede estar indicando una barrera que sería interesante explorar.
Parece que tienes una gran conexión con tu entorno familiar, algo que valoras, pero por otro lado mencionas tu edad y por cómo te expresas parece que hay algo que te está empujando a ir en otra dirección (extranjero u otra ciudad). Si estuviese contigo en consulta lo primero que haría sería evaluar la situación al completo, con todas las barreras que estás teniendo, qué es lo que te está manteniendo en esta situación y cuáles son tus mayores deseos para ir en esa dirección. Luego, evaluar todos los posibles pasos, pequeños, para acercarte a ello. Es decir, toda nuestra conversación estaría enfocada en que, paso a paso, te acerques a lo que necesitas.
En relación con la duración de las sesiones, depende de lo que se establezca para lo que quieres conseguir. Por ejemplo, si tu mayor deseo es irte al extranjero y vivir una vida que cuando la recuerdes digas... "lo hice, eso era lo que quería", la duración lo va a marcar el hecho de que te pongas en esa dirección. Lejos de decirte un "depende cada caso es un mundo", la duración la marca los objetivos, y si trabajas para conseguir aquella vida que deseas, puede ser desde una semana o dos meses, pero lo que importa es que finalmente conseguirás lo que quieres y dejarás de esperar un año tras otro.
Lo primero interesante es explorar qué es lo que está impidiendo que lo hagas. Es decir, cuáles son las barreras. Hablas de pensamientos, pero los pensamientos en sí mismo tienen que estar señalando algo. ¿Qué señalan, alguna dificultad? Identificar todas las barreras puede ayudarte a enfrentarte a ellas, sino se quedan simplemente en pensamientos sin posibilidad de acción. Por otro lado, a tu alrededor, en tu familia y amigos, ¿hay personas que te apoyan y te empujan a moverte o, por el contrario, juzgan y critican tus intenciones? El entorno, las personas que te rodean afectan mucho en la toma de decisiones. Por ejemplo, ¿tu entorno familiar qué es lo que hace cuando muestras que tienes estas inquietudes? El hecho de que no te estés separando de él puede estar indicando una barrera que sería interesante explorar.
Parece que tienes una gran conexión con tu entorno familiar, algo que valoras, pero por otro lado mencionas tu edad y por cómo te expresas parece que hay algo que te está empujando a ir en otra dirección (extranjero u otra ciudad). Si estuviese contigo en consulta lo primero que haría sería evaluar la situación al completo, con todas las barreras que estás teniendo, qué es lo que te está manteniendo en esta situación y cuáles son tus mayores deseos para ir en esa dirección. Luego, evaluar todos los posibles pasos, pequeños, para acercarte a ello. Es decir, toda nuestra conversación estaría enfocada en que, paso a paso, te acerques a lo que necesitas.
En relación con la duración de las sesiones, depende de lo que se establezca para lo que quieres conseguir. Por ejemplo, si tu mayor deseo es irte al extranjero y vivir una vida que cuando la recuerdes digas... "lo hice, eso era lo que quería", la duración lo va a marcar el hecho de que te pongas en esa dirección. Lejos de decirte un "depende cada caso es un mundo", la duración la marca los objetivos, y si trabajas para conseguir aquella vida que deseas, puede ser desde una semana o dos meses, pero lo que importa es que finalmente conseguirás lo que quieres y dejarás de esperar un año tras otro.
Hola, gracias por compartir tu historia con tanta claridad. Lo que describes parece tener que ver con un bloqueo para dar pasos importantes hacia tu autonomía personal, aunque no lo identifiques como dependencia emocional. El hecho de no haberte separado nunca de tu entorno familiar, no haber viajado solo y sentir miedo ante la idea de hacerlo, sugiere que tu mente se ha habituado a un círculo muy seguro y predecible, y eso dificulta romper la rutina.
Sí es posible superarlo, incluso a los 45 años, y dar pasos tan significativos como vivir fuera o mudarte al extranjero. Muchas personas lo hacen en distintas etapas de la vida, pero requiere un proceso de exposición gradual, fortalecimiento de la confianza y trabajo sobre creencias limitantes.
En cuanto a la terapia, podrían ayudarte enfoques como:
1. Terapia cognitivo-conductual (TCC): para identificar y modificar pensamientos que te bloquean y trabajar en pequeños retos progresivos.
2. Terapia de aceptación y compromiso (ACT): para aprender a actuar de acuerdo a tus valores, incluso en presencia de miedo o incomodidad.
3. Terapia con enfoque en habilidades sociales y afrontamiento: para ganar confianza en contextos nuevos.
La duración varía según la persona, pero en procesos como el tuyo es habitual empezar a notar cambios en unos meses (por ejemplo, 3 a 6) si hay compromiso con las tareas fuera de sesión, aunque consolidar un cambio de vida profundo puede llevar más tiempo.
Lo más importante es no esperar a sentir cero miedo para actuar; el progreso suele llegar al combinar trabajo interno con pasos pequeños y concretos en la dirección que deseas.
Un abrazo,
Elbire Arana – Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807
Sí es posible superarlo, incluso a los 45 años, y dar pasos tan significativos como vivir fuera o mudarte al extranjero. Muchas personas lo hacen en distintas etapas de la vida, pero requiere un proceso de exposición gradual, fortalecimiento de la confianza y trabajo sobre creencias limitantes.
En cuanto a la terapia, podrían ayudarte enfoques como:
1. Terapia cognitivo-conductual (TCC): para identificar y modificar pensamientos que te bloquean y trabajar en pequeños retos progresivos.
2. Terapia de aceptación y compromiso (ACT): para aprender a actuar de acuerdo a tus valores, incluso en presencia de miedo o incomodidad.
3. Terapia con enfoque en habilidades sociales y afrontamiento: para ganar confianza en contextos nuevos.
La duración varía según la persona, pero en procesos como el tuyo es habitual empezar a notar cambios en unos meses (por ejemplo, 3 a 6) si hay compromiso con las tareas fuera de sesión, aunque consolidar un cambio de vida profundo puede llevar más tiempo.
Lo más importante es no esperar a sentir cero miedo para actuar; el progreso suele llegar al combinar trabajo interno con pasos pequeños y concretos en la dirección que deseas.
Un abrazo,
Elbire Arana – Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807
¿No has encontrado la respuesta que necesitabas? ¡Envía tu pregunta!
¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:
Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.