Buenos días, mi hijo de 12 años fué patoteado por más de 20 alumnos del colegio sin motivo alguno y

Siento mucho que estéis pasando por una situación tan dura. Lo que ha vivido es profundamente injusto y doloroso, y entiendo totalmente tu preocupación. Ser agredido por un grupo tan grande de compañeros y, además, que el colegio no haya intervenido ni informado, es una situación que puede impactar mucho en cualquier persona, y más aún en un niño de 12 años.

Las reacciones que estás viendo en él —el sueño alterado, la tristeza, el bloqueo, el cansancio excesivo y las dificultades para recordar ciertos episodios— son respuestas bastante habituales después de una experiencia de acoso sostenido y de una agresión grupal. El cerebro de un menor, cuando vive algo que interpreta como peligroso o abrumador, puede entrar en un estado de alerta o de defensa, y eso afecta tanto a las emociones como a la memoria, al sueño y al rendimiento escolar. No es falta de esfuerzo; es su sistema tratando de procesar algo demasiado grande.

Respecto a si necesita terapia: por lo que cuentas, creo que sí sería muy recomendable ofrecerle un espacio seguro donde pueda ir poniendo palabras a lo que vivió, recuperar sensación de control y trabajar el impacto emocional que le ha dejado. La terapia no solo ayuda a aliviar los síntomas actuales, sino que le brinda herramientas para reconstruir seguridad, autoestima y confianza en los otros.

En cuanto a si esto puede dejarle daños o traumas en la vida adulta: no está determinado de antemano. Muchos niños que han vivido situaciones como esta se recuperan muy bien cuando reciben apoyo emocional, contención familiar y un acompañamiento profesional adecuado. Lo importante es que no tenga que atravesar esto solo y que tenga un espacio donde sentirse comprendido, protegido y escuchado. Con intervención temprana, las probabilidades de una recuperación completa son muy altas.

Si lo deseas, podemos trabajar juntos este proceso: ayudarte a entender cómo acompañarlo, y ofrecerle a él un lugar donde pueda ir elaborando lo que pasó a su ritmo, desde la seguridad y sin presión. No tienes por qué llevar esto en solitario; aquí estoy para acompañaros en lo que necesitéis.

Lamento muchísimo todo lo que estáis viviendo. Lo que le ha ocurrido a tu hijo es muy grave, injusto y doloroso, y es completamente normal que estéis ambos removidos y preocupados. Quiero responderte desde un tono cercano, tranquilo y empático.

Antes de nada, quiero que sepas que las reacciones que está teniendo tu hijo tienen sentido: dificultades para dormir, tristeza, cansancio excesivo, bloqueos en los estudios, e incluso olvidar ciertos episodios. Después de sufrir acoso durante todo un año y una agresión de ese calibre, el cuerpo y la mente se ponen en “modo alerta”. A veces los niños intentan negar lo que ocurrió porque sienten miedo, vergüenza o simplemente no encuentran palabras para nombrarlo.

Nada de lo que está mostrando significa que él sea débil o que haya un problema “dentro de él” —significa que ha sido sometido a demasiado estrés durante demasiado tiempo.

Sobre si necesita terapia
Sí, sería muy recomendable. Un psicólogo puede ofrecerle un espacio seguro donde pueda expresar lo que siente, entender qué le está pasando y poco a poco recuperar confianza, seguridad y tranquilidad. Además, ayudará a prevenir que este impacto emocional se cronifique. La terapia en estos casos no es un “último recurso”, sino una herramienta de apoyo y reparación.

Sobre si tendrá secuelas de adulto
Es completamente normal que te preocupe. La buena noticia es que el pronóstico suele ser muy positivo cuando el niño recibe apoyo emocional temprano y deja de estar expuesto a los agresores. Las secuelas no vienen solo del hecho traumático, sino, sobre todo, de la falta de ayuda después. Y ahí tú estás haciendo exactamente lo que él necesita: protegerle, creerle, acompañarle y buscar soluciones.
Con un entorno seguro, cariño, y ayuda profesional, la mayoría de los niños consigue recuperarse sin daños permanentes.

Sobre los exámenes y el colegio
Es entendible que quiera cumplir con sus obligaciones y seguir asistiendo a los exámenes, pero rendir junto a quienes le hicieron daño es una situación emocionalmente muy difícil y puede bloquearle aún más.
Sería importante solicitar al colegio —o por la vía que corresponda si ya hay un proceso abierto— que le proporcionen un entorno seguro para examinarse: otra aula, otro horario o supervisión especial. La seguridad emocional es prioritaria, incluso por encima de los exámenes.

Y para ti
También quiero decirte que tú, como madre/padre, estás llevando una carga enorme. Es natural sentir rabia, impotencia, miedo o tristeza. Estás actuando con mucha responsabilidad y amor. No estás exagerando, ni dramatizando: estás defendiendo a tu hijo, y eso es fundamental para su recuperación.

Si te sirve, puedo ayudarte a formular cómo hablar con él, cómo sostenerle en casa o cómo plantear las peticiones al colegio de manera clara y firme. No estáis solos, y hay camino para que tu hijo vuelva a sentirse seguro y tranquilo.

Buenos días,

Siento mucho lo que estáis viviendo. Lo que describes es un episodio de violencia grave, no un conflicto menor entre iguales, y tiene un impacto psicológico importante en cualquier niño o adolescente. Tu preocupación es totalmente legítima.

Voy a responderte con claridad y sin alarmismo.

¿Necesita terapia?

Sí, claramente la necesita.
No porque “esté roto”, sino porque ha vivido una experiencia traumática y su sistema emocional está intentando protegerse.

Las señales que describes son muy consistentes con una respuesta traumática:
• dificultad para dormir o sueño excesivo,
• tristeza y apagamiento emocional,
• bloqueos cognitivos (antes no estaban),
• evitación y malestar intenso al estar cerca de los agresores,
• lagunas de memoria sobre algunos episodios,
• negación inicial de lo ocurrido (muy frecuente en niños).

Todo esto no es debilidad ni exageración, es la reacción normal de un cerebro infantil ante una agresión masiva e inesperada.

¿Le van a quedar secuelas o traumas para la vida adulta?

Esta es la pregunta que más angustia a las familias, y quiero ser muy clara:

No tiene por qué quedarle un trauma permanente,
pero sí hay riesgo si no recibe ayuda adecuada ahora.

La buena noticia es que los niños y adolescentes tienen una enorme capacidad de recuperación cuando:
• se les cree,
• se les protege,
• y se les acompaña terapéuticamente a tiempo.

El hecho de que tú hayas actuado rápido, denunciado, buscado peritaje y estés atenta a su estado es un factor protector muy importante.

Qué está pasando ahora mismo

Probablemente tu hijo:
• sigue en estado de alerta, aunque el peligro ya no esté ocurriendo,
• se esfuerza por “seguir con su vida normal” (exámenes) aunque internamente no pueda,
• revive el miedo cada vez que se expone al entorno donde ocurrió la agresión.

Rendir exámenes al lado de los agresores es, psicológicamente, una reexposición al daño. No es que no quiera o no pueda: su cuerpo y su mente reaccionan como si siguiera en peligro.

Qué tipo de ayuda necesita

Lo más indicado es una terapia psicológica especializada en trauma infantil o bullying, donde se trabaje:
• la sensación de seguridad,
• el miedo y la tristeza,
• el bloqueo cognitivo,
• y la elaboración de lo vivido sin forzarlo a recordar.

No se trata de “hablar y hablar”, sino de ayudar a su sistema nervioso a salir del estado de amenaza.

Algo muy importante para ti como madre/padre

Tu hijo no necesita que le empujen a “ser fuerte” ahora.
Necesita:
• sentirse protegido,
• que no se minimice lo ocurrido,
• y saber que no está solo ni tiene que demostrar nada.

El colegio, además, tiene responsabilidades claras por no haber avisado ni actuado, pero eso ya pertenece al plano legal. En el plano emocional, la prioridad es su bienestar.

Si quieres, puedo orientarte sobre cómo iniciar terapia (también online), qué señales vigilar y cómo acompañarlo en casa sin presionarlo.
Puedes pedirme cita online y lo vemos con calma y criterio clínico.

Un saludo y mucho ánimo.

Siento mucho lo que ha vivido tu hijo. Lo que describes no es una situación menor, es una experiencia de violencia y acoso grave, y las reacciones que está teniendo son coherentes con lo que ha pasado. Tristeza, bloqueo, alteraciones del sueño, cansancio excesivo y lagunas de memoria son respuestas habituales tras un episodio traumático, especialmente cuando ocurre en un contexto que debería haber sido seguro, como el colegio.

Que él negara o no pudiera contar lo ocurrido en un primer momento también es frecuente: muchos niños se protegen psicológicamente evitando recordar o hablar de lo vivido. El hecho de que quiera seguir yendo a los exámenes muestra responsabilidad y fortaleza, pero rendir junto a los agresores puede estar reactivando el malestar.

Sí, es muy recomendable que inicie terapia psicológica cuanto antes, con un profesional especializado en infancia y trauma, para ayudarle a procesar lo ocurrido, recuperar seguridad y evitar que el sufrimiento se cronifique.

¿Le van a quedar secuelas para la vida adulta?
No necesariamente. La mayoría de niños que reciben apoyo adecuado evolucionan muy bien. El mayor riesgo no es lo que pasó, sino que tenga que afrontarlo solo o sin acompañamiento emocional.

Habéis hecho algo muy importante: creerle, protegerle y actuar. Ese es un factor clave de recuperación. Con ayuda terapéutica, tu hijo puede volver a sentirse seguro, concentrarse y recuperar su bienestar emocional.

Hola. Lamento la situación y entiendo tu preocupación. Que lo pase al principio mal es lógico porque acaba de pasar la situación traumática. Creo que sería conveniente que tu hijo tuviera al menos una primera sesión de terapia para evaluar su situación. También sería conveniente saber qué ha hecho exactamente el colegio, y si lo que ha hecho le sirve a tu hijo, además de por supuesto saber que la situación no se repite ni nada parecido. Actualmente existen protocolos de actuación en casos de bullying en los colegios e institutos y sé que son efectivos (conozco un caso cercano en Valencia que se ha resuelto satisfactoriamente), aunque depende de cada comunidad autónoma. Si le van a quedar traumas o no es algo que no se puede saber, pero existe esa posibilidad, por lo que ayuda terapéutica para vosotros podría ser útil.

Hola, lamento mucho todo lo que ha vivido tu hijo. Situaciones de acoso tan graves son completamente injustas y nunca son culpa del niño que las sufre. Que presente dificultades para dormir, bloqueo o tristeza es comprensible después de algo tan doloroso.

Es fundamental que se realice una valoración psicológica profesional para evaluar el impacto de lo ocurrido y determinar si necesita iniciar un tratamiento. Probablemente sí será recomendable acompañamiento psicológico durante un tiempo, para que pueda procesar lo vivido, recuperar sensación de seguridad y manejar sus emociones.

Hiciste muy bien en denunciar y protegerle; tu intervención es clave para su seguridad y bienestar. Es importante que se sienta contenido, escuchado y protegido mientras se acompaña este proceso.

Además, es comprensible que tu hijo quiera seguir yendo a los exámenes, pero dado lo que ha vivido, es importante que esto se gestione con muchísimo cuidado. Hablar con el colegio es fundamental, ya que tienen la obligación de protegerle y garantizar su bienestar durante las evaluaciones. Así, podrá mantener cierta normalidad escolar en un entorno seguro, sin exponerse innecesariamente a los agresores, y contando con apoyo mientras procesa lo ocurrido.

Tú hijo necesita ayuda y tratar los daños causados por la situación que vivió. Está claro que no se ha recuperado totalmente y tiene secuelas. No tiene porqué quedarle daños. Habría también que considerar o no un cambio de colegios o por lo menos que en el centro trabajarán con los agresores para pedir disculpas y garantizarle una seguridad emocional después de lo ocurrido

Buenos días. Lamento mucho lo que ha vivido su hijo y el impacto que esto está teniendo en él y en toda la familia. Lo que describe "no es una reacción exagerada", sino respuestas habituales tras una experiencia de violencia grupal y acoso prolongado. Las dificultades para dormir, el bloqueo cognitivo, la tristeza, el retraimiento y las lagunas de memoria son "señales claras de estrés traumático", especialmente en la infancia, cuando el sistema emocional aún está en desarrollo.

Sí, "necesita acompañamiento psicológico especializado cuanto antes". No porque “esté mal”, sino porque su sistema nervioso está intentando protegerse. El hecho de que quiera seguir yendo a los exámenes, pese al malestar, habla de su fortaleza, pero rendir junto a los agresores puede estar "retraumatizándolo". Es importante valorar adaptaciones escolares temporales y que el colegio asuma su responsabilidad en la protección del menor.

Con una intervención adecuada, "no tiene por qué quedarle un trauma permanente". La clave es no minimizar lo ocurrido y ofrecerle un espacio terapéutico seguro donde pueda elaborar lo vivido, recuperar la sensación de control y volver a sentirse protegido. En consulta trabajo este tipo de situaciones con menores y familias, acompañando tanto al niño como a los padres en el proceso de recuperación. Si lo desean, pueden contactar conmigo y valorar juntos el mejor abordaje para su hijo.

Un saludo,
David

Buenos días. Lamento mucho lo que ha vivido tu hijo y el impacto que esta situación está teniendo en él y en toda la familia. Lo que describes no es un hecho menor y merece una atención cuidadosa.

Una agresión grupal sostenida en el tiempo, especialmente en la infancia o adolescencia, puede vivirse como una experiencia altamente traumática. Los cambios que observas —dificultades para dormir, tristeza, bloqueo académico, evitación, cansancio excesivo y lagunas en el recuerdo— son reacciones frecuentes tras un evento de violencia, y no indican debilidad, sino un intento del organismo de protegerse.

Que quiera seguir rindiendo exámenes muestra su fortaleza, pero hacerlo en contacto directo con los agresores puede estar manteniendo su malestar y dificultando la recuperación. La dificultad para recordar ciertos episodios es también una respuesta común cuando hay un nivel alto de impacto emocional.

Sí, es muy recomendable que inicie terapia psicológica especializada en infancia y trauma. Una intervención temprana puede:

Ayudarle a procesar lo ocurrido de forma segura

Reducir los síntomas actuales

Prevenir que esta experiencia deje secuelas a largo plazo

Acompañarlo a recuperar la sensación de seguridad y confianza

Respecto a si “le quedarán daños”, es importante transmitirte tranquilidad: cuando se interviene a tiempo y de forma adecuada, el pronóstico suele ser muy favorable. El riesgo de que la experiencia deje huella aumenta cuando el malestar se cronifica o no se aborda.

En mi práctica trabajo con menores que han sufrido acoso y experiencias traumáticas, acompañándolos a ellos y a sus familias en el proceso de recuperación emocional y fortalecimiento psicológico.

Si lo deseas, no dudes en ponerte en contacto conmigo. Contar con apoyo profesional en este momento puede marcar una diferencia muy importante en el bienestar presente y futuro de tu hijo.

Es una edad muy difícil y si su grupo de pertenencia ha sido tan cruel, es posible que ello le esté afectando. Sería conveniente pedir ayuda terapéutica ya que es una edad donde está construyendo su identidad y sus pares son parte importante en ese proceso.