hola, Después de saber más o menos lo que quiero y mis dificultades, unas mas grandes que otras

12 respuestas
hola,

Después de saber más o menos lo que quiero y mis dificultades, unas mas grandes que otras pero creo que con ayuda todo es superable supongo tengas la edad que tengas . y haber conocido a diferentes profesionales , con diferentes técnicas he llegado a preguntarme dos cosas que no encuentro respuesta o como actuar frente a ella , o como serian las tecnicas para
ello, o terapias.

si haces la mismas cosas obtendras los mismos resutaldos , es claro pero como cambio mi accion ? que puedo palicar para cambair mi acción

si tienes miedo, hazlo con miedo . pero si tengo miedo como lo voy a hacer . cual es la forma de hacer con miedo teniendo miedo

gracias

saludos
 Paula Sánchez
Psicólogo, Sexólogo
Cáceres
Quizá lo importante no sea forzarte a actuar a pesar del miedo, sino primero comprender en qué consiste ese miedo, si es que es esa la emoción principal, y de dónde viene. A veces entender el origen y el sentido de lo que sentimos nos ayuda a encontrar un camino más amable para poder avanzar. Un saludo.
Encuentra un experto
Hola. Por supuesto, la edad no és una limitación para superar cualquier cosa. Las cosas con miedo es mejor hacerlas con miedo que dejar de hacerlas, pero esto debe ser parte de explicaciones más amplias: ver cómo actúa el miedo en ti, y qué ocurre cuando haces esto que te da miedo. Es importante hacer una evaluación detallada del problema antes de empezar a intervenir pero, tras esto, los resultados llegan. Si el miedo es intenso se pueden hacer algunas cosas previas (por ejemplo, ensayarlo en tu mente antes de hacerlo en la realidad). Lo mejor sería hablarlo con calma para buscar las soluciones, así que si quieres sólo tienes que contactar conmigo y pedir visita. Gracias!
Hola, gracias por escribir algo tan sincero y tan valiente. Lo que planteas es algo que muchas personas se preguntan cuando ya han hecho un proceso de búsqueda, han hablado con profesionales, han probado enfoques distintos… y, sin embargo, siguen sintiendo que hay algo que no saben cómo transformar. Entienden que hay cosas que se repiten, que obtienen los mismos resultados porque hacen lo mismo, pero llega esa duda crucial: ¿cómo cambio mi acción, si en el fondo sigo sintiendo lo mismo? ¿Cómo actúo distinto si el cuerpo me tiembla, si tengo miedo, si todo me empuja a seguir como siempre?

Primero quiero decirte que esta pregunta no es un obstáculo, es una señal de madurez. Porque mientras seguimos creyendo que cambiar depende de entender algo o de que nos den la fórmula perfecta, nos mantenemos en la teoría. Pero cuando aparece esta duda, tan cruda y tan honesta, estamos ya al borde del cambio real. Porque cambiar una acción no es solo hacerlo distinto. Cambiar una acción es interrumpir un automatismo que muchas veces es antiguo, que nació como una forma de protegernos. No se trata solo de voluntad o valentía, sino de reconocer que el cuerpo y la mente han aprendido a reaccionar de una determinada manera por una buena razón. A veces por miedo, a veces por costumbre, a veces porque no sabían otra cosa.

Por eso, cambiar una acción muchas veces no empieza por lo grande. No se trata de hacer “algo totalmente distinto”, sino algo apenas diferente. Algo que introduzca una pequeña grieta en lo repetido. Esa grieta puede ser decirte algo distinto antes de actuar. Puede ser quedarte unos segundos más en una emoción incómoda sin huir. Puede ser pedir ayuda cuando antes te callabas. Puede ser observar con curiosidad lo que estás sintiendo, en vez de juzgarte por sentirlo. Cambiar una acción no siempre es actuar de otra manera hacia fuera, a veces es actuar de otra manera hacia dentro. Por ejemplo, tratarte con más amabilidad en vez de exigirte con dureza.

Y cuando dices “si tienes miedo, hazlo con miedo… pero si tengo miedo, ¿cómo lo voy a hacer?”, estás nombrando otra gran verdad. Porque no siempre se puede. Porque a veces el miedo no es solo un obstáculo: es un lenguaje que hay que aprender a leer. A veces el miedo está diciendo que todavía necesitas un poco más de cuidado, un poco más de seguridad, un poco más de contención. No para quedarte ahí, sino para que cuando lo hagas con miedo, no lo hagas solo. Muchas veces, el problema no es tener miedo. Es no tener con quién sostenerlo, no tener dónde apoyarte mientras lo atraviesas.

La forma de hacer algo con miedo, teniendo miedo, no es negarlo ni enfrentarlo como una batalla. Es reconocer que el miedo estará ahí, pero que puedes moverte un poquito igual. Un pasito. Y después otro. No necesitas no tener miedo para actuar. Necesitas darte cuenta de que tu acción puede incluir el miedo y aún así avanzar. Puedes temblar y hablar. Puedes dudar y seguir. Puedes sentir que te ahogas y aún así abrir un poco la ventana. Lo importante no es hacer algo perfecto, es hacer algo verdadero. Algo que marque la diferencia entre quedarte atrapado en el miedo o empezar a convivir con él sin que te frene del todo.

Muchas veces ayuda ponerle nombre a lo que quieres hacer distinto. Por ejemplo: “quiero aprender a decir que no”, o “quiero expresar lo que siento antes de que me lo trague”. Y después, imaginar cómo sería hacerlo en la versión más mínima posible. ¿Cómo sería decir que no con una sola palabra? ¿Cómo sería expresar lo que siento solo con una frase corta? No hace falta resolverlo todo, solo romper un poco la inercia. Y si eso cuesta, que cueste. Pero que no te detenga del todo. Porque el miedo no desaparece de golpe, pero se transforma cuando dejas de obedecerlo a ciegas.

En definitiva, cambiar una acción es un trabajo fino, artesanal, paciente. A veces incluye caer y volver a intentarlo. A veces incluye retroceder para después avanzar mejor. Pero si ya te estás haciendo estas preguntas, es porque estás preparado para empezar a actuar diferente, aunque sea de a poquito, aunque sea con miedo, aunque sea temblando. No tienes que hacerlo solo, y no tienes que hacerlo todo ya. Solo tienes que darte permiso para hacerlo a tu manera. Gracias por confiar. Aquí estás dando un paso grande, aunque no lo parezca.

1. “¿Cómo cambio mi acción?”

Cambiar una acción no empieza siempre por querer hacerlo “diferente” de golpe, sino por prepararte para hacerlo. Aquí algunas estrategias concretas:
• Identifica el patrón: Escribe qué haces siempre igual (por ejemplo, evitar conversaciones difíciles, no pedir ayuda, quedarte paralizado/a ante un reto…). Ponle nombre.
• Piensa una acción pequeña alternativa: No necesitas un gran cambio, sino una pequeña desviación en la dirección contraria. Ejemplo: si sueles callarte, tal vez no se trata de “hablar todo” sino de decir una sola frase más de lo habitual.
• Practica con anticipación: Ensaya lo que vas a decir, o visualízate haciéndolo. El cerebro no distingue del todo entre imaginar y hacer: prepararte mentalmente ya empieza a entrenarte.
• Acepta que al principio saldrá torpe: Cambiar una acción no siempre se siente cómodo al principio. Si esperas que sea perfecto, te bloquearás. Pero si aceptas que es un paso de prueba, la presión baja.

2. “Si tienes miedo, hazlo con miedo”… ¿pero cómo?”

Esta frase es potente, pero también frustrante si no sabes aplicarla. Hacer las cosas con miedo implica:
• Reconocer que el miedo no se va a ir del todo antes de actuar. Muchas veces esperamos a “sentirnos listos”, pero en realidad el acto de hacer es lo que empieza a transformar la emoción.
• Reducir el riesgo a algo tolerable: No se trata de tirarse a lo loco. Si algo da miedo, ve con red: por ejemplo, si te da miedo hablar en público, empieza hablando en un grupo pequeño, o grabándote.
• Acompañar al miedo con autodiálogo: En lugar de “tengo miedo, no puedo”, ensaya decirte:
— Esto me asusta, pero no me paraliza. Puedo hacer esto paso a paso. No necesito que salga perfecto, solo hacerlo.
• Exposición gradual: Es una técnica clave en psicología. Te expones poco a poco a lo que temes, con apoyo, de forma progresiva. Así tu cerebro aprende que el miedo no tiene por qué decidir por ti.

¿Qué terapias ayudan en esto?
• Terapia cognitivo-conductual (TCC): trabaja el cambio de acciones y pensamientos con técnicas prácticas.
• Terapia de aceptación y compromiso (ACT): enseña a avanzar aunque haya miedo, conectándote con tus valores.
• Terapia centrada en soluciones: se enfoca en qué ya te ha funcionado y cómo repetirlo o ampliarlo.
• EMDR o terapia somática: si el miedo tiene raíz traumática o emocional muy intensa.


Si quieres, estaré encantada de ayudarte a traducir todo esto a tu caso concreto, con estrategias personalizadas y acompañamiento. Puedes pedir cita conmigo desde aquí mismo. No tienes que hacerlo solo/a.
Un saludo muy afectuoso.
 Paloma López Escalada
Psicólogo
Santander
Hola, como bien dices, muchas veces las técnicas no solucionan el problema, porque la emoción permanece. Lidiar con ésta no es tan sencillo como aplicar una estrategia o "enfrentarnos" a hacer la acción con miedo. Sería aconsejable que buscases a una persona profesional que te acompañase en este camino y podáis explorar de dónde viene ese miedo, qué parte de ti se está activando para impedirte hacer eso que quieres y desde ahí, buscar cómo poder cambiar la conducta. Mucho ánimo.
Hola, podrías probar con algo llamado técnicamente "desensibilización sistemática", a efectos prácticos, se resume en enfocar tu meta en varios pasos (puedes dibujarlo como una escalera, y en cada escalón, una situación) desde lo que menos miedo te da a lo que más miedo te va, muy poco a poco, ir exponiéndote a esas situaciones hasta alcanzar la meta. No obstante, no se puede pretender que el miedo desaparezca, pero sí que se vea reducido para que no sea un factor limitante :). ¡Espero poder haber ayudado!
 Gemma Galán Serra
Psicólogo
Barcelona
Entiendo perfectamente tus dudas. Cambiar la acción implica aceptar el miedo, pero también aprender a gestionarlo. En terapia trabajamos técnicas como la exposición progresiva, el entrenamiento en regulación emocional y el refuerzo de la autoeficacia. Es normal sentir miedo, pero juntos podemos estructurar pequeños pasos para afrontarlo y que no te paralice.

Ofrezco sesiones de psicología de 60 minutos (49€) donde podemos trabajar esto de forma personalizada. Si reservas conmigo, te agradecería mucho que luego dejes una valoración positiva en mi perfil. Eso ayuda a que más personas se beneficien de mi ayuda.

Quedo a tu disposición para cuando lo necesites. Un saludo.
Lo importante en tu caso es vencer al miedo. El miedo es algo que hemos heredado de nuestros orígenes y en cierto modo, conveniente. Sin embargo, tener miedo para afrontar cosas reales que tenemos que afrontar, necesita un cambio de actitud. Un romper el nudo gordiano que te lo produce. Así que por favor, desbloquea este miedo incómodo para afrontar tus planes de crecimiento.
 Leticia Camprubi  José
Psicólogo
Los Arenales del Sol
Primero quiero agradecerte por ser honesta con lo que estás sintiendo. Reconocer el miedo no es debilidad, es valentía. El miedo nos protege, pero también puede paralizarnos cuando queremos avanzar hacia algo importante. Prueba a dividir en pasitos lo que te da miedo, piensa en lo primero a lo que te sería más fácil enfrentarte, y poco a poco ves exponiéndote, procura aceptar el miedo y no luchar contra el, acostúmbrate a su compañía, si eres constante se irá haciendo más pequeñito... Ánimo.
Hola, gracias por compartir algo tan valioso y honesto. Tu reflexión muestra un punto de madurez emocional muy importante: darte cuenta de lo que quieres cambiar, identificar que hay obstáculos, y aún así mantener la disposición a trabajar en ello.

Planteas dos preguntas profundas y muy comunes en psicoterapia:

1. ¿Cómo cambiar mi acción si hacer lo mismo me lleva siempre al mismo resultado?
Efectivamente, repetir las mismas respuestas nos ancla en los mismos patrones. Cambiar una acción no siempre es cuestión de “querer”, sino de entrenarse a actuar distinto aunque el impulso emocional diga lo contrario. Algunas formas terapéuticas que ayudan en este proceso son:

- Terapia Cognitivo-Conductual (TCC): enseña a identificar los pensamientos automáticos que te llevan a actuar de forma repetitiva, y a ensayar conductas alternativas.
- Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT): trabaja mucho con esto que planteas: elegir actuar en dirección a tus valores, aunque haya incomodidad emocional.
- Mindfulness: te entrena a observar el impulso sin dejarte arrastrar por él. Desde ese lugar, se abre un espacio para elegir una acción diferente.

Cambiar la acción empieza por tomar conciencia del impulso y luego elegir conscientemente una alternativa, aunque sea incómoda o imperfecta. Pequeños cambios sostenidos crean nuevos caminos.

2. “Si tienes miedo, hazlo con miedo”… pero ¿cómo se hace eso si el miedo paraliza?
Esta es una frase muy valiosa, pero también desafiante. Hacer con miedo no significa no sentir miedo, sino no dejar que el miedo decida por ti. Algunas claves para esto:

- Validar tu miedo: no es señal de debilidad, es una emoción que intenta protegerte. Puedes decirte: “Esto me asusta, y aún así puedo intentar dar un pequeño paso.”
- Exposición gradual: no se trata de saltar al vacío, sino de acercarte poco a poco a lo que temes, en pasos medibles y con apoyo. Por ejemplo, si hablar en público te da miedo, empezar por expresar tu opinión en un grupo pequeño es ya un “hacer con miedo”.
- Técnicas de regulación emocional: respiración consciente, anclajes, visualización… Son herramientas para acompañarte cuando el miedo aparece.
- Acompañamiento terapéutico: muchas veces, hacerlo con miedo es más posible si alguien te guía y contiene en el proceso.

En resumen, cambiar la acción y actuar con miedo se entrena. Es un proceso, no un salto. Con una terapia que combine autoconocimiento, exposición gradual, trabajo con valores y regulación emocional, ese “¿cómo se hace?” se va volviendo posible. Y con cada paso, incluso con miedo, ya estás haciendo algo distinto.

Un abrazo y mucho ánimo en tu proceso ;)
 Lorena Parrondo Mesa
Psicólogo
Cangas de Onis
Hola, gracias por compartir tus reflexiones, son muy importantes. Cambiar una acción, especialmente cuando hay miedo de por medio, no es sencillo y requiere un proceso gradual y con apoyo.

Cuando hablamos de "hacer con miedo", se refiere a avanzar poco a poco, a pesar de sentir miedo, no a eliminarlo de golpe. En terapia, por ejemplo, se usan técnicas como la exposición gradual, donde te enfrentas a lo que te da miedo en pasos pequeños y controlados, para ir aumentando tu confianza poco a poco. También se trabaja en identificar y modificar pensamientos que alimentan ese miedo para que no te paralicen.

No se trata de ignorar el miedo, sino de aprender a convivir con él mientras tomas acción. La clave está en que el miedo no controle tus decisiones, sino que seas tú quien, con paciencia y apoyo, avance hacia el cambio.

Si te interesa, en terapia puedo acompañarte en ese proceso y ayudarte con ejercicios prácticos para aprender a actuar con miedo y ganar confianza. Además, ofrezco una primera consulta gratuita para que podamos hablar con calma de tu situación. ¡Ánimo, que el cambio es posible!
Hola, parece que tienes que abordar el asunto de a qué tienes miedo y cuales son las causas que lo sostienen. Efectivamente, una terapia ayuda a esta cuestión.

¿No has encontrado la respuesta que necesitabas? ¡Envía tu pregunta!

  • Tu pregunta se publicará de forma anónima.
  • Intenta que tu consulta médica sea clara y breve.
  • La pregunta irá dirigida a todos los especialistas de Doctoralia, no a uno específico.
  • Este servicio no sustituye a una consulta con un profesional de la salud. Si tienes un problema o una urgencia, acude a tu médico o a los servicios de urgencia.
  • No se permiten preguntas sobre casos específicos o segundas opiniones.
  • Por cuestiones de salud, no se publicarán cantidades ni dosis de medicamentos.

Este valor es demasiado corto. Debe contener __LIMIT__ o más caracteres.


Elige la especialidad de los médicos a los que quieres preguntar
Lo utilizaremos para notificarte la respuesta (en ningún momento aparecerá en Doctoralia)

¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:

Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.