Mi hijo tiene 27 años, mide 1,89 y pesa 58/60kg. Come de manera muy moderada y le estoy dando Merit
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Mi hijo tiene 27 años, mide 1,89 y pesa 58/60kg.
Come de manera muy moderada y le estoy dando Meritene.
No quiere ir al médico ni hacerse analíticas por que tiene fobia a las agujas.
Emocionalmente esta muy débil y no soporta se le de consejos o se le lleve la contraria, lo que le.produce atadura de ira
Como se puede tratar un problema de este tipo que, además de recuperar peso, necesitaría un tratamiento psicológico/psiquiátrico?.
Ya no se que hacer
Muchas gracias
Come de manera muy moderada y le estoy dando Meritene.
No quiere ir al médico ni hacerse analíticas por que tiene fobia a las agujas.
Emocionalmente esta muy débil y no soporta se le de consejos o se le lleve la contraria, lo que le.produce atadura de ira
Como se puede tratar un problema de este tipo que, además de recuperar peso, necesitaría un tratamiento psicológico/psiquiátrico?.
Ya no se que hacer
Muchas gracias
Hola, gracias por compartir tu preocupación. Es comprensible que te angustie la situación de tu hijo, ya que su bajo peso y su estado emocional pueden estar afectando su bienestar.
En primer lugar, su dificultad para alimentarse adecuadamente y su rechazo a los consejos pueden estar relacionados con aspectos emocionales más profundos. La fobia a las agujas también puede ser un obstáculo para recibir atención médica, pero existen estrategias terapéuticas para abordarla de manera progresiva y respetuosa.
Dado que mencionas que emocionalmente se encuentra débil y presenta episodios de ira, sería recomendable que recibiera apoyo psicológico para comprender el origen de estas reacciones y encontrar formas saludables de manejarlas. Un profesional podrá ayudarle a explorar si hay factores de ansiedad, depresión u otros aspectos que puedan estar influyendo en su estado general.
Si él rechaza la idea de acudir a terapia directamente, podríamos buscar una estrategia que le resulte más accesible, como sesiones online o enfoques más indirectos que lo ayuden a sentirse en control del proceso.
Si necesitas orientación sobre cómo abordar este tema con él sin generar resistencia, estaré encantada de ayudarte. Un saludo.
En primer lugar, su dificultad para alimentarse adecuadamente y su rechazo a los consejos pueden estar relacionados con aspectos emocionales más profundos. La fobia a las agujas también puede ser un obstáculo para recibir atención médica, pero existen estrategias terapéuticas para abordarla de manera progresiva y respetuosa.
Dado que mencionas que emocionalmente se encuentra débil y presenta episodios de ira, sería recomendable que recibiera apoyo psicológico para comprender el origen de estas reacciones y encontrar formas saludables de manejarlas. Un profesional podrá ayudarle a explorar si hay factores de ansiedad, depresión u otros aspectos que puedan estar influyendo en su estado general.
Si él rechaza la idea de acudir a terapia directamente, podríamos buscar una estrategia que le resulte más accesible, como sesiones online o enfoques más indirectos que lo ayuden a sentirse en control del proceso.
Si necesitas orientación sobre cómo abordar este tema con él sin generar resistencia, estaré encantada de ayudarte. Un saludo.
Hola! Tu hijo es ya un adulto que debe responsabilizarse de su salud. Entiendo perfectamente tu preocupación y creo que lo mejor sería que le animases a iniciar una psicoterapia que le ayude a gestionar sus emociones, a sanar ese malestar que le está haciendo rebelarse contra la vida. Espero que se anime y la situación mejore pronto!
Desde mi enfoque terapéutico entiendo que estás atravesando una situación profundamente dolorosa y desafiante con tu hijo. El amor y la preocupación que sientes por él son palpables, y el deseo de ayudarle de la mejor manera posible es claro. En este tipo de casos, lo primero que debemos reconocer es que el tratamiento no es lineal ni inmediato. Lo que puede ser útil en este momento es dar un paso hacia la comprensión más profunda de lo que tu hijo podría estar viviendo internamente. Las resistencias y fobias que él manifiesta, como la aversión a las agujas y su incapacidad para recibir consejos, no son solo un rechazo a los actos en sí mismos, sino que reflejan un conflicto emocional más profundo y una sensación de desconfianza y vulnerabilidad que necesita ser abordada con paciencia y compasión. Te podemos acompañar ya que es una de nuestras especialidades.
Desde nuestra praxis y enfoque terapéutico, considero que podría ser útil explorar la historia emocional de tu hijo, ya que los trastornos alimenticios a menudo están ligados a conflictos internos que se arrastran desde la infancia o incluso desde experiencias pasadas que no han sido procesadas de forma adecuada. Su resistencia a recibir ayuda podría estar vinculada a la forma en que ha aprendido a manejar sus emociones, y quizás existe un miedo al control o una sensación de no ser capaz de tomar sus propias decisiones. La ira que describes puede ser un mecanismo de defensa que oculta un dolor o miedo más profundo, y parte del proceso terapéutico será darle el espacio para que pueda expresar esa frustración sin sentirse atacado o rechazado.
Considero que la intervención que podría ser efectiva en este caso, hace parte de nuestra experticia y esta le podría ayudar a tu hijo de manera más indirecta y suave. Creo en el poder de la sugestión indirecta y la autodirección, es decir, en trabajar con los recursos internos del paciente y permitirle encontrar su propio camino hacia el cambio. Dado que tu hijo tiene un fuerte sentido de resistencia y autonomía, el poder ofrecerle un enfoque en el que se sienta escuchado y no forzado, y donde pueda explorar sus miedos y deseos desde su propio lugar de control, podría ser más efectivo. Nuestro enfoque terapéutico pueden permitirle relajarse y empezar a reconfigurar su relación con la comida y su cuerpo, sin sentir que está siendo manipulado o presionado.
Es primordial recordar que el proceso de sanación no es rápido ni siempre visible, pero al ofrecerle una terapia que reconozca su miedo, su ira y su dolor, y al mismo tiempo brindarle un espacio seguro para explorar y sanar esas emociones, podríamos estar dando pasos hacia su recuperación. La confianza será un ingrediente esencial, y tu hijo necesitará sentir que puede tomar sus propias decisiones mientras recibe el apoyo adecuado. Es un camino que requiere paciencia, pero también mucho amor y comprensión, elementos que ya estás demostrando al buscar la mejor forma de ayudarle.
Pregunta y acompañamiento con gusto…
Un saludo
Desde nuestra praxis y enfoque terapéutico, considero que podría ser útil explorar la historia emocional de tu hijo, ya que los trastornos alimenticios a menudo están ligados a conflictos internos que se arrastran desde la infancia o incluso desde experiencias pasadas que no han sido procesadas de forma adecuada. Su resistencia a recibir ayuda podría estar vinculada a la forma en que ha aprendido a manejar sus emociones, y quizás existe un miedo al control o una sensación de no ser capaz de tomar sus propias decisiones. La ira que describes puede ser un mecanismo de defensa que oculta un dolor o miedo más profundo, y parte del proceso terapéutico será darle el espacio para que pueda expresar esa frustración sin sentirse atacado o rechazado.
Considero que la intervención que podría ser efectiva en este caso, hace parte de nuestra experticia y esta le podría ayudar a tu hijo de manera más indirecta y suave. Creo en el poder de la sugestión indirecta y la autodirección, es decir, en trabajar con los recursos internos del paciente y permitirle encontrar su propio camino hacia el cambio. Dado que tu hijo tiene un fuerte sentido de resistencia y autonomía, el poder ofrecerle un enfoque en el que se sienta escuchado y no forzado, y donde pueda explorar sus miedos y deseos desde su propio lugar de control, podría ser más efectivo. Nuestro enfoque terapéutico pueden permitirle relajarse y empezar a reconfigurar su relación con la comida y su cuerpo, sin sentir que está siendo manipulado o presionado.
Es primordial recordar que el proceso de sanación no es rápido ni siempre visible, pero al ofrecerle una terapia que reconozca su miedo, su ira y su dolor, y al mismo tiempo brindarle un espacio seguro para explorar y sanar esas emociones, podríamos estar dando pasos hacia su recuperación. La confianza será un ingrediente esencial, y tu hijo necesitará sentir que puede tomar sus propias decisiones mientras recibe el apoyo adecuado. Es un camino que requiere paciencia, pero también mucho amor y comprensión, elementos que ya estás demostrando al buscar la mejor forma de ayudarle.
Pregunta y acompañamiento con gusto…
Un saludo
Entiendo que la situación de tu hijo está siendo muy difícil tanto para él como para ti. Es una preocupación legítima, sobre todo cuando la salud física y emocional de tu hijo está en juego. A continuación, te ofrezco algunas ideas para tratar de abordar este complejo problema de manera comprensiva y efectiva.
Lo primero que se puede notar es que tu hijo parece estar atravesando dificultades emocionales significativas que se reflejan en su comportamiento. La baja ingesta de alimentos y la falta de peso adecuada pueden estar asociadas con un trastorno alimentario o una forma de depresión o ansiedad. Además, la fobia a las agujas es un tipo de miedo muy común que, si no se aborda de manera apropiada, puede complicar aún más las cosas. En este tipo de situaciones, es fundamental actuar con mucha empatía, ya que la resistencia que muestra tu hijo a recibir ayuda puede estar alimentada por un miedo profundo, vergüenza o inseguridades que él mismo tal vez no pueda comunicar.
Estrategias a considerar:
Escuchar y validar sus emociones: La ira y el rechazo que experimenta tu hijo cuando se le dan consejos o se le lleva la contraria probablemente son manifestaciones de un malestar emocional más profundo. Puede que no sepa cómo expresar lo que realmente siente. Tratar de escucharle sin juzgarle, validar sus emociones y darle espacio para hablar de lo que le preocupa puede ser un primer paso importante. A veces, las personas en su situación necesitan sentirse comprendidas antes de estar dispuestas a recibir ayuda.
Hablar sobre la necesidad de ayuda sin presionar: Si la idea de ir al médico o de hacerse análisis le genera tanta ansiedad, una posible opción es abordar el tema de una manera más gradual. En lugar de enfocarte directamente en las analíticas o en los tratamientos médicos, podrías hablar de su salud y bienestar en términos generales, enfocándote en lo positivo y en cómo él podría sentirse mejor emocional y físicamente si tomara decisiones para cuidar de sí mismo. A veces, presentar la ayuda como algo que lo beneficiará sin tanta presión puede suavizar su resistencia.
Buscar alternativas al tratamiento médico directo: Si la fobia a las agujas está siendo un obstáculo, es posible que existan opciones de análisis que no requieran agujas (por ejemplo, análisis de orina o pruebas de saliva). Investigar estas alternativas podría ayudar a reducir su ansiedad y facilitar el proceso de obtener una evaluación más precisa de su salud física.
Terapia psicológica: En cuanto al tratamiento emocional, un enfoque terapéutico puede ser fundamental. La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ser eficaz para abordar la ira, la ansiedad, la fobia a las agujas y los problemas relacionados con los trastornos alimentarios, si es que los hay. Sin embargo, si él sigue rechazando la idea de ir al psicólogo, podría ser útil considerar formas menos directas de introducir la terapia. Algunas personas se sienten menos presionadas si primero exploran su bienestar emocional a través de actividades alternativas, como grupos de apoyo online, o incluso juegos de rol o actividades lúdicas que se relacionen con la autoestima y la salud emocional.
Apoyo psiquiátrico: Si la situación es muy grave, un tratamiento psiquiátrico también podría ser necesario, especialmente si hay signos de depresión o trastornos mentales que interfieren con su capacidad para cuidar de su salud. En casos extremos, se pueden buscar alternativas como el tratamiento psiquiátrico a distancia, donde no se le exige que interactúe directamente con el médico si no se siente cómodo. Sin embargo, la intervención profesional es esencial si el deterioro de su salud persiste.
Cambiar la forma de comunicación: Es probable que la resistencia a los consejos y a la intervención venga del modo en que estos se le presentan. Cambiar el enfoque de la conversación, mostrando comprensión y evitando la confrontación, puede ayudar a que tu hijo se sienta más seguro y dispuesto a aceptar ayuda. A veces, se puede lograr más a través del apoyo constante y la presencia que a través de presionar o insistir.
Aconsejable:
Si sientes que ya has probado varios enfoques y la situación no mejora, sería recomendable que busques la ayuda de un profesional especializado en salud familiar o en terapia para padres e hijos, que pueda orientarte sobre la mejor manera de abordar esta situación tan complicada sin generar más resistencia.
Puedes ponerte en contacto conmigo a través de Doctoralia.es si crees que podría ser útil comenzar a trabajar con un enfoque terapéutico para tu hijo o para ambos, en lo que respecta a la salud emocional.
PSYAMM.
Lo primero que se puede notar es que tu hijo parece estar atravesando dificultades emocionales significativas que se reflejan en su comportamiento. La baja ingesta de alimentos y la falta de peso adecuada pueden estar asociadas con un trastorno alimentario o una forma de depresión o ansiedad. Además, la fobia a las agujas es un tipo de miedo muy común que, si no se aborda de manera apropiada, puede complicar aún más las cosas. En este tipo de situaciones, es fundamental actuar con mucha empatía, ya que la resistencia que muestra tu hijo a recibir ayuda puede estar alimentada por un miedo profundo, vergüenza o inseguridades que él mismo tal vez no pueda comunicar.
Estrategias a considerar:
Escuchar y validar sus emociones: La ira y el rechazo que experimenta tu hijo cuando se le dan consejos o se le lleva la contraria probablemente son manifestaciones de un malestar emocional más profundo. Puede que no sepa cómo expresar lo que realmente siente. Tratar de escucharle sin juzgarle, validar sus emociones y darle espacio para hablar de lo que le preocupa puede ser un primer paso importante. A veces, las personas en su situación necesitan sentirse comprendidas antes de estar dispuestas a recibir ayuda.
Hablar sobre la necesidad de ayuda sin presionar: Si la idea de ir al médico o de hacerse análisis le genera tanta ansiedad, una posible opción es abordar el tema de una manera más gradual. En lugar de enfocarte directamente en las analíticas o en los tratamientos médicos, podrías hablar de su salud y bienestar en términos generales, enfocándote en lo positivo y en cómo él podría sentirse mejor emocional y físicamente si tomara decisiones para cuidar de sí mismo. A veces, presentar la ayuda como algo que lo beneficiará sin tanta presión puede suavizar su resistencia.
Buscar alternativas al tratamiento médico directo: Si la fobia a las agujas está siendo un obstáculo, es posible que existan opciones de análisis que no requieran agujas (por ejemplo, análisis de orina o pruebas de saliva). Investigar estas alternativas podría ayudar a reducir su ansiedad y facilitar el proceso de obtener una evaluación más precisa de su salud física.
Terapia psicológica: En cuanto al tratamiento emocional, un enfoque terapéutico puede ser fundamental. La terapia cognitivo-conductual (TCC) puede ser eficaz para abordar la ira, la ansiedad, la fobia a las agujas y los problemas relacionados con los trastornos alimentarios, si es que los hay. Sin embargo, si él sigue rechazando la idea de ir al psicólogo, podría ser útil considerar formas menos directas de introducir la terapia. Algunas personas se sienten menos presionadas si primero exploran su bienestar emocional a través de actividades alternativas, como grupos de apoyo online, o incluso juegos de rol o actividades lúdicas que se relacionen con la autoestima y la salud emocional.
Apoyo psiquiátrico: Si la situación es muy grave, un tratamiento psiquiátrico también podría ser necesario, especialmente si hay signos de depresión o trastornos mentales que interfieren con su capacidad para cuidar de su salud. En casos extremos, se pueden buscar alternativas como el tratamiento psiquiátrico a distancia, donde no se le exige que interactúe directamente con el médico si no se siente cómodo. Sin embargo, la intervención profesional es esencial si el deterioro de su salud persiste.
Cambiar la forma de comunicación: Es probable que la resistencia a los consejos y a la intervención venga del modo en que estos se le presentan. Cambiar el enfoque de la conversación, mostrando comprensión y evitando la confrontación, puede ayudar a que tu hijo se sienta más seguro y dispuesto a aceptar ayuda. A veces, se puede lograr más a través del apoyo constante y la presencia que a través de presionar o insistir.
Aconsejable:
Si sientes que ya has probado varios enfoques y la situación no mejora, sería recomendable que busques la ayuda de un profesional especializado en salud familiar o en terapia para padres e hijos, que pueda orientarte sobre la mejor manera de abordar esta situación tan complicada sin generar más resistencia.
Puedes ponerte en contacto conmigo a través de Doctoralia.es si crees que podría ser útil comenzar a trabajar con un enfoque terapéutico para tu hijo o para ambos, en lo que respecta a la salud emocional.
PSYAMM.
¡Hola! En primer lugar, un nutricionista puede ayudarle a ganar peso comiendo más y con buenos hábitos. No sé si es algo puntual, siempre fue así o si ha cambiado su forma de alimentarse debido a algo que le ha ocurrido. Por los ataques de ira, el no escuchar o dejarse ayudar, si veo recomendable que pueda iniciar terapia psicológica para ir al origen, aprender a gestionar sus emociones y canalizar esa ira. Muchos problemas físicos tienen un origen emocional y por su edad, puede que no quiera contarlo a los padres. Al psiquiatra se deriva si necesita medicación, sino la terapia la realiza el psicólogo/a. Espero que pueda ir y mejorar. Un saludo.
Hola! Por lo que describes, parece que tu hijo pueda tener algún tipo de trastorno de la conducta alimentaria, quizás asociado a algún otro trastorno de otro tipo. El hecho de tener ira o rabia que explota de golpe también indica que hay emociones que no puede o no sabe gestionar por si mismo. Este tipo de trastornos son muy difíciles de solucionar sin ayuda profesional; por lo que efectivamente, os sugiero la visita a un médico psiquiatra, quien os pautará el proceso y terapia más adecuada a seguir. Espero haberte ayudado.
Lo que describes sugiere que tu hijo está atravesando un problema complejo que abarca tanto la salud física como la emocional. Su bajo peso, la restricción alimentaria y la fobia a las agujas son preocupantes, pero su reacción de ira ante consejos o desacuerdos también indica que puede haber un malestar psicológico profundo.
¿Cómo abordar la situación de manera más efectiva?
1⃣ Evitar la confrontación directa
Cuando alguien está emocionalmente frágil y reactivo, insistir en que “debe” hacer algo suele generar más resistencia. En lugar de enfocarte en convencerlo, prueba con preguntas abiertas como:
"¿Te has sentido físicamente diferente últimamente?"
"Si no te sientes bien, ¿qué crees que podríamos hacer para mejorar tu energía?"
Esto permite que exprese su perspectiva sin sentirse presionado.
2⃣ Abordar su miedo a las agujas de forma progresiva
Si su fobia le impide acudir al médico, forzarlo solo aumentará su ansiedad. Puedes:
Plantearle la posibilidad de ver primero a un psicólogo para trabajar la fobia antes de hacer cualquier prueba médica.
Explorar métodos menos invasivos (como análisis de orina primero).
Acordar un plan gradual para enfrentar su miedo, sin exigirle que lo haga de inmediato.
3⃣ Considerar la relación entre su estado emocional y la alimentación
Su falta de apetito podría estar relacionada con estrés, ansiedad o incluso depresión. Pregúntate:
¿Ha habido cambios recientes en su vida que puedan haber afectado su bienestar emocional?
¿Su bajo peso ha sido algo constante o ha empeorado con el tiempo?
¿Muestra signos de desesperanza, aislamiento o pensamientos negativos frecuentes?
Si la falta de interés por la comida está ligada a su estado emocional, el primer paso no es solo recuperar peso, sino entender qué está afectando su bienestar mental.
4⃣ Evitar que la ayuda se perciba como imposición
Si cada sugerencia lo irrita, es probable que sienta que no tiene control sobre su vida. En lugar de darle consejos directos, intenta validar sus emociones antes de proponer algo:
"Entiendo que esto debe ser muy frustrante para ti. No quiero obligarte a nada, pero si alguna vez quisieras hablar de lo que sientes, estoy aquí."
5⃣ Buscar ayuda profesional sin que se sienta forzado
Si rechaza ir al médico o psicólogo, podrías plantearle alternativas menos invasivas:
Consulta online: A veces, la posibilidad de hablar con un profesional desde casa puede reducir su resistencia.
Explicarle los beneficios sin presionarlo: En lugar de decirle "Necesitas terapia", puedes decir "Podría ayudarte a entender mejor lo que te está pasando y a sentirte más fuerte."
Acudir juntos a la primera sesión: abordar un problema en familia a veces facilita el buscar ayuda.
No se trata solo de recuperar peso, sino de abordar el problema desde su raíz. La clave está en crear un espacio donde se sienta comprendido y con cierto control sobre el proceso. Puede ser un camino lento, pero pequeños cambios en la manera de abordar la conversación pueden hacer la diferencia en su disposición a buscar ayuda.
¿Cómo abordar la situación de manera más efectiva?
1⃣ Evitar la confrontación directa
Cuando alguien está emocionalmente frágil y reactivo, insistir en que “debe” hacer algo suele generar más resistencia. En lugar de enfocarte en convencerlo, prueba con preguntas abiertas como:
"¿Te has sentido físicamente diferente últimamente?"
"Si no te sientes bien, ¿qué crees que podríamos hacer para mejorar tu energía?"
Esto permite que exprese su perspectiva sin sentirse presionado.
2⃣ Abordar su miedo a las agujas de forma progresiva
Si su fobia le impide acudir al médico, forzarlo solo aumentará su ansiedad. Puedes:
Plantearle la posibilidad de ver primero a un psicólogo para trabajar la fobia antes de hacer cualquier prueba médica.
Explorar métodos menos invasivos (como análisis de orina primero).
Acordar un plan gradual para enfrentar su miedo, sin exigirle que lo haga de inmediato.
3⃣ Considerar la relación entre su estado emocional y la alimentación
Su falta de apetito podría estar relacionada con estrés, ansiedad o incluso depresión. Pregúntate:
¿Ha habido cambios recientes en su vida que puedan haber afectado su bienestar emocional?
¿Su bajo peso ha sido algo constante o ha empeorado con el tiempo?
¿Muestra signos de desesperanza, aislamiento o pensamientos negativos frecuentes?
Si la falta de interés por la comida está ligada a su estado emocional, el primer paso no es solo recuperar peso, sino entender qué está afectando su bienestar mental.
4⃣ Evitar que la ayuda se perciba como imposición
Si cada sugerencia lo irrita, es probable que sienta que no tiene control sobre su vida. En lugar de darle consejos directos, intenta validar sus emociones antes de proponer algo:
"Entiendo que esto debe ser muy frustrante para ti. No quiero obligarte a nada, pero si alguna vez quisieras hablar de lo que sientes, estoy aquí."
5⃣ Buscar ayuda profesional sin que se sienta forzado
Si rechaza ir al médico o psicólogo, podrías plantearle alternativas menos invasivas:
Consulta online: A veces, la posibilidad de hablar con un profesional desde casa puede reducir su resistencia.
Explicarle los beneficios sin presionarlo: En lugar de decirle "Necesitas terapia", puedes decir "Podría ayudarte a entender mejor lo que te está pasando y a sentirte más fuerte."
Acudir juntos a la primera sesión: abordar un problema en familia a veces facilita el buscar ayuda.
No se trata solo de recuperar peso, sino de abordar el problema desde su raíz. La clave está en crear un espacio donde se sienta comprendido y con cierto control sobre el proceso. Puede ser un camino lento, pero pequeños cambios en la manera de abordar la conversación pueden hacer la diferencia en su disposición a buscar ayuda.
Si lo que le propones le genera ira puedes hacer lo siguiente: decirle que ya es mayor para que tú controles su comida. A partir de ahora él mismo puede hacerla. Si se la haces tú haz menos de la que crees que quiere. Probablemente pida más. Dile que lo haces para respetar sus pautas.
Muy estimada, la solución pasa porque su hijo acuda a psicoterapia, como usted misma ya sabe.
El médico de cabecera puede hablar con él para valorar si es necesario un ingreso en una unidad de trastornos de la alimentación.
Además se presentan otros problemas como la ira y la fobia a las agujas. Todas ellas se pueden superar en terapia y la experiencia lo avala.
Así pues el primer paso va a consistir en conseguir la intervención de un especialista que él apruebe..acepte.
Suerte
El médico de cabecera puede hablar con él para valorar si es necesario un ingreso en una unidad de trastornos de la alimentación.
Además se presentan otros problemas como la ira y la fobia a las agujas. Todas ellas se pueden superar en terapia y la experiencia lo avala.
Así pues el primer paso va a consistir en conseguir la intervención de un especialista que él apruebe..acepte.
Suerte
La situación que describes puede estar relacionada con diversos factores, desde un posible trastorno de la conducta alimentaria hasta ansiedad o depresión, especialmente si emocionalmente se encuentra debilitado y reacciona con ira ante la confrontación. La fobia a las agujas también puede ser un obstáculo importante para acceder a atención médica, pero se puede trabajar progresivamente a través de técnicas de exposición y acompañamiento profesional. Es fundamental que, más allá del aumento de peso, se aborde el problema desde un enfoque psicológico y psiquiátrico para entender qué está causando su rechazo a la comida y su malestar emocional. Intenta generar un espacio de confianza en el que él no sienta que lo presionas, sino que estás allí para apoyarlo. Quizás empezar por una consulta con un psicólogo especializado en ansiedad y alimentación podría ayudarlo a sentirse comprendido y, con el tiempo, aceptar un tratamiento más integral.
Hola
Si necesita ser evaluado primero por su médico de cabecera quien seguro lo derivará a Salud Mental.
En caso de querer una atención privada, el orden es, primero psiquiatra y él deberá derivarte a un especialista.
Si necesita ser evaluado primero por su médico de cabecera quien seguro lo derivará a Salud Mental.
En caso de querer una atención privada, el orden es, primero psiquiatra y él deberá derivarte a un especialista.
Gracias por compartir tu preocupación, entiendo lo angustiante que debe ser ver a tu hijo en esta situación. Lo que describes es muy serio: el peso que mencionas, la restricción alimentaria y la debilidad emocional son señales de que puede estar enfrentando un trastorno de la conducta alimentaria (TCA).
Es fundamental subrayar que los TCA no son un “capricho” ni algo que se solucione con voluntad o suplementos nutricionales. Son un trastorno mental grave y el único dentro del DSM que puede llegar a causar la muerte por sí mismo, tanto por las complicaciones físicas como por el deterioro emocional asociado. Por eso, requieren atención inmediata y especializada.
En estos casos es esencial un abordaje multidisciplinario, con intervención médica, nutricional y psicológica/psiquiátrica. Aunque tu hijo tenga fobia a las agujas, existen alternativas para iniciar el acompañamiento psicológico incluso antes de hacer pruebas médicas, pero en algún momento será necesario un control clínico, ya que su estado físico lo requiere.
Como madre, es comprensible que sientas impotencia, pero recuerda que este no es un problema que puedas resolver sola ni a través de consejos. El primer paso más importante es contactar con un equipo especializado en trastornos de la conducta alimentaria, ya sea en una unidad hospitalaria de TCA o en un centro especializado en salud mental. Allí podrán valorar la gravedad del caso y establecer un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades.
La prioridad ahora es no demorar la búsqueda de ayuda profesional, porque este tipo de cuadros pueden poner en riesgo la vida si no se atienden a tiempo.
Es fundamental subrayar que los TCA no son un “capricho” ni algo que se solucione con voluntad o suplementos nutricionales. Son un trastorno mental grave y el único dentro del DSM que puede llegar a causar la muerte por sí mismo, tanto por las complicaciones físicas como por el deterioro emocional asociado. Por eso, requieren atención inmediata y especializada.
En estos casos es esencial un abordaje multidisciplinario, con intervención médica, nutricional y psicológica/psiquiátrica. Aunque tu hijo tenga fobia a las agujas, existen alternativas para iniciar el acompañamiento psicológico incluso antes de hacer pruebas médicas, pero en algún momento será necesario un control clínico, ya que su estado físico lo requiere.
Como madre, es comprensible que sientas impotencia, pero recuerda que este no es un problema que puedas resolver sola ni a través de consejos. El primer paso más importante es contactar con un equipo especializado en trastornos de la conducta alimentaria, ya sea en una unidad hospitalaria de TCA o en un centro especializado en salud mental. Allí podrán valorar la gravedad del caso y establecer un plan de tratamiento adaptado a sus necesidades.
La prioridad ahora es no demorar la búsqueda de ayuda profesional, porque este tipo de cuadros pueden poner en riesgo la vida si no se atienden a tiempo.
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