Nombres alternativos: hernia de disco intervertebral, Hernia de disco (hernia discal).
La columna vertebral consta de vértebras unidas entre sí por discos de cartílago (disco intervertebral) y por un canal espinal formado de fibras nerviosas. Cada disco se compone de un fluido gelatinoso (núcleo pulposo) y un tejido en forma circular (anillo) que lo recubre. Su función es que la columna pueda articularse fácilmente. Hablamos de hernia de disco cuando el anillo se desgarra y el núcleo pulposo se desplaza hacia los nervios que comprime provocando fuertes dolores. Existen dos clases de hernia discal: una localizada en la región cervical y la otra, más común, en la región lumbar. Los síntomas correspondientes son espasmo muscular, hormigueo, parálisis y entumecimiento. El tipo de dolor puede ser tanto difuso y constante como agudo y localizado. Sin embargo, existe la posibilidad de padecer una hernia de disco sin experimentar ningún síntoma perceptible. Las pruebas diagnósticas suelen ser una resonancia magnética (RM), una tomografía computarizada (TC) o de médula ósea (inyección de contraste radiopaco). En la mayoría de los casos, este dolor remite con un tratamiento compuesto de antiinflamatorios y relajantes, así como de periodos de reposo y ejercicios de rehabilitación. Sólo en casos graves, requerirá una intervención quirúrgica.
La columna vertebral consta de vértebras unidas entre sí por discos de cartílago (disco intervertebral) y por un canal espinal formado de fibras nerviosas. Cada disco se compone de un fluido gelatinoso (núcleo pulposo) y un tejido en forma circular (anillo) que lo recubre. Su función es que la columna pueda articularse fácilmente. Hablamos de hernia de disco cuando el anillo se desgarra y el núcleo pulposo se desplaza hacia los nervios que comprime provocando fuertes dolores. Existen dos clases de hernia discal: una localizada en la región cervical y la otra, más común, en la región lumbar. Los síntomas correspondientes son espasmo muscular, hormigueo, parálisis y entumecimiento. El tipo de dolor puede ser tanto difuso y constante como agudo y localizado. Sin embargo, existe la posibilidad de padecer una hernia de disco sin experimentar ningún síntoma perceptible. Las pruebas diagnósticas suelen ser una resonancia magnética (RM), una tomografía computarizada (TC) o de médula ósea (inyección de contraste radiopaco). En la mayoría de los casos, este dolor remite con un tratamiento compuesto de antiinflamatorios y relajantes, así como de periodos de reposo y ejercicios de rehabilitación. Sólo en casos graves, requerirá una intervención quirúrgica.
Dr. Josep Pous Barral
Traumatólogo, Médico rehabilitador, Especialista en medicina regenerativa
Barcelona
Dr. Josep Pous Barral
Traumatólogo, Médico rehabilitador, Especialista en medicina regenerativa
Barcelona