Hola ayer vino el veterinario a mi casa y le aplicó la eutanasia a mi perra, estaba muy enferma con

12 respuestas
Hola ayer vino el veterinario a mi casa y le aplicó la eutanasia a mi perra, estaba muy enferma con muchos tumores con dolores temblaba y lloraba mucho. No la podía ver así. No puedo dejar de sentir culpa y dolor primero por aplicarsela y después porque la pusimos arriba de la mesa con una mantita se resistió hasta el último momento se sacaba la vía. Ponía su cabecita en mi pecho. Como dicinendo no lo hagas. No me di cuenta de ponerla más cómoda en mi cama o en su cucha para que se relajara mejor. Fueron 14 años que compartimos juntas. Me mato hacerlo. Me duele mucho., no paro de llorarla, tengo una opresión en el pecho que no se me quita. No sé qué hacer para seguir adelante. Miro fotos recuerdos y me hace peor. La enterré en el patio de mi casa, bajo mi ventana.
Gracias por sus respuestas.
Hola, lamento mucho tu pérdida. Tomar la decisión de la eutanasia nunca es fácil, pero por lo que cuentas, lo hiciste pensando en evitarle más sufrimiento. Es normal que aparezca culpa, pero eso no significa que hayas hecho algo mal. En momentos así, la mente suele enfocarse en lo que ‘podría haber sido diferente’, cuando en realidad hiciste lo mejor que pudiste y con los recursos que tenías en ese momento.
¿Has intentado hacer algo que te ayude a calmarte, como ejercicios de respiración o alguna actividad que te haga sentir un poco mejor? Si sentís que el dolor sigue siendo muy intenso, hablar con un profesional puede ayudarte a transitarlo. ¡Un saludo!
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 José Ponferrada
Psicólogo, Sexólogo
Madrid
Hola. Siento mucho la pérdida que estás atravesando. Lo que estás viviendo es un dolor profundo y muy real, porque no se trata solo de una mascota: fueron 14 años de vínculo, compañía y amor incondicional. Esa despedida deja un vacío enorme.

La culpa en estos casos es muy habitual. Aparece porque querías hacer lo mejor para ella y al mismo tiempo, tomar esa decisión fue desgarrador. Pero lo que hiciste fue por amor, buscando que no sufriera más. A veces el mayor acto de cuidado es también el más difícil de sostener.

Que hayas estado con ella en ese momento, con su cabeza apoyada en tu pecho, dice mucho de lo acompañada que se sintió. Aunque ahora solo veas el dolor y el remordimiento, ella te tuvo cerca hasta el final y eso también cuenta.

Es normal que ahora todo remueva, que mires fotos y sientas que se intensifica el dolor. Estás en pleno duelo y permitirte sentirlo es parte del proceso.

Estoy por aquí si en algún momento necesitas un espacio donde hablar de esto, ponerle palabras al dolor y empezar a colocarlo de otra forma. No estás sola. Un saludo
Lamento muchísimo tu pérdida. Es completamente normal que sientas tanto dolor, culpa y vacío después de haber tomado una decisión tan difícil. Lo que hiciste fue por amor: acompañaste a tu perrita hasta el final, asegurándote de que no sufriera más. Aunque en este momento la culpa te haga dudar, en el fondo sabes que no la abandonaste ni la dejaste sufrir sola. Estuviste con ella, le diste tu amor hasta el último momento.

Es natural sentir que podrías haberlo hecho diferente, pero en momentos tan duros es imposible que todo salga “perfecto”. Tu perrita no solo sintió el procedimiento, también sintió tu amor, tu presencia, tu voz, tu calidez. Para ella, lo más importante en esos 14 años fuiste tú, y lo fuiste hasta el final.

El duelo por una mascota es profundo porque el vínculo es único. Permítete llorar, expresar lo que sientes, hablar de ella. La tristeza no es algo que tengas que evitar; es parte del proceso. Con el tiempo, su recuerdo traerá más amor que dolor. Si mirar sus fotos ahora te hace peor, puedes darte un respiro y retomarlas cuando sientas que puedes hacerlo con más calma.

Recuerda que no estás sola en esto. Hablar con alguien que entienda el amor por los animales, escribir lo que sientes o incluso hacer un pequeño homenaje en su memoria puede ayudarte a procesar la pérdida. Poco a poco, esa opresión en el pecho se irá aliviando. Por ahora, sé compasiva contigo misma. Hiciste lo mejor que pudiste, con amor y desde el corazón. Y eso es lo que realmente importa.
 Catalina Alorda Quetglas
Psicólogo
Palma de Mallorca
Siento mucho lo que estás pasando y te agradezco que compartas tu dolor conmigo. Perder a un compañero de vida como lo fue tu perrita es una de las experiencias más difíciles y desgarradoras. Y en momentos como este, es normal sentir culpa, dudar de cada decisión, pensar en lo que podrías haber hecho diferente. Pero quiero recordarte algo muy importante: lo que hiciste fue un acto de amor.

Como amante de los animales, y en especial de los perritos, entiendo el vínculo tan profundo que se crea con ellos. Son familia, nos acompañan en los momentos más felices y también en los más duros. Y cuando sufre alguien a quien amamos, lo único que queremos es aliviar su dolor. No fue una decisión fácil, pero la tomaste desde el amor, para que ella pudiera descansar y dejar de sufrir.

Tu perrita ya está en paz. No siente más dolor, más miedo. Ahora es momento de que tú te des el permiso de ir soltando, poco a poco, este dolor. No significa olvidarla, porque siempre será parte de ti, sino aprender a llevar su ausencia sin que empañe todos esos años maravillosos que compartieron. Su vida fue hermosa porque la vivió contigo, y eso es lo que merece ser recordado.

Lo más difícil es aprender a convivir con el vacío que ha dejado, y es un proceso que llevará tiempo. Llora lo que necesites llorar, háblale si te hace bien, abrázate en este duelo. Y si sientes que el recuerdo de ese último momento te pesa demasiado, que no puedes cargarlo sola, aquí estoy para ayudarte. No tienes que atravesarlo sola.
Lamento muchísimo tu pérdida. Lo que estás sintiendo es completamente normal y válido. Pasaste 14 años con tu perra, compartiendo amor, compañía y momentos que ahora pesan con su ausencia. La culpa es un sentimiento muy común en estos momentos, pero quiero recordarte algo: tomaste una decisión desde el amor, pensando en su bienestar, para que dejara de sufrir. No fue un acto de abandono ni de egoísmo, sino de profundo cariño y responsabilidad.

Es natural que en retrospectiva pienses en cómo podrías haber hecho las cosas de otra manera, pero hiciste lo mejor que pudiste en una situación extremadamente difícil. Estuviste con ella hasta el final, le diste amor y le ofreciste una despedida digna, aunque en el momento todo se sintiera desgarrador.

El duelo lleva tiempo, y no hay una forma "correcta" de vivirlo. Si mirar sus fotos y recuerdos te hace más daño ahora, permítete un descanso de eso hasta que puedas recordarla con más amor que dolor. Puedes escribirle una carta expresando todo lo que sientes, o incluso hablarle cuando la extrañes.

El vacío que deja su partida es grande, pero poco a poco el dolor irá dando paso a la gratitud por los años compartidos. No estás sola en esto. Rodéate de personas que te comprendan y date el permiso de sentir todo lo que necesites. Un abrazo enorme.

 Nona Liuta
Psicólogo
Barcelona
Hola :)
En primer lugar decirte que lamento mucho tu pérdida.

Lo que estás sintiendo es completamente normal. La culpa es una parte del duelo, pero es importante recordarte a ti misma que actuaste desde el amor. Tomaste una decisión difícil porque no querías que tu perrita siguiera sufriendo. Eso es un acto de amor, aunque ahora duela tanto.

Es normal sentir esa opresión en el pecho y no saber cómo seguir adelante. El duelo por una mascota es profundo porque son familia, compañeras de vida. Si te ayuda, podrías escribirle una carta expresándole todo lo que sientes, hablar con alguien que entienda tu dolor o crear un pequeño homenaje en su honor. También date tiempo; el duelo no se supera de un día para otro.

Si necesitas hablar más sobre ello, me puedes contactar :)

¡Un abrazo!
Te acompaño en tu dolor, de niño pase por esta gran experiencia…. Se que es completamente normal sentir culpa y dolor después de tomar una decisión tan difícil, pero quiero recordarte algo importante: lo hiciste por amor. No la dejaste sufrir más, le diste la paz que su cuerpo ya no podía encontrar por sí solo. Sé que su resistencia en ese momento te dejó una sensación de duda, pero los animales comprenden la muerte de una forma mas profunda que nosotros , cuando ellos van a morir buscan un ligar alejado privado sin sentirse observados . Ella no te pedía que no lo hicieras, solo buscaba tu calor, el mismo amor que le diste durante 14 años.

El duelo que sientes ahora es la expresión del amor profundo que compartieron. No te castigues por cómo fue el final; su verdadera vida estuvo en todos los momentos felices que vivieron juntas. Ella no te recordaría por sus últimos instantes, sino por cada caricia, cada juego, cada noche en la que se sintió segura a tu lado. Es natural llorar y sentir esa opresión en el pecho, porque el amor no desaparece con la muerte, solo se transforma en ausencia, y aprender a convivir con ella toma tiempo.

Piensa que: ella sigue contigo, en el patio, bajo tu ventana, en los recuerdos, las fotos, en todo lo que compartieron. No se trata de olvidar ni de dejar de sentir, sino de permitirte que el amor pese más que la culpa. Honrar su vida no es quedarte atrapada en el dolor, sino recordarla con gratitud y amor. Escribirle una carta, hablarle o crear un espacio en su honor puede ayudarte a transformar el dolor en algo más llevadero.

El tiempo no borra el amor, pero sí enseña a llevar la ausencia con menos sufrimiento. Hoy duele mucho, y está bien que duela, pero llegará un día en el que pensar en ella te hará sonreír más que llorar. Date permiso para sentir, pero también para sanar. Ella vivió una vida llena de amor gracias a ti, y eso es lo más hermoso que una mascota puede tener, te quiero contar algo muy espacial, mi madre se marcho hace pocos meses y sus ultimas palabras fuero: “que feliz estoy mi perrita y mi gatito han venido por mi, el gatito me hace cosquillas por delante y el perrito saltado felicidad”… según ella fueron sus mascotas de cuando ella era niña…

Un abrazo …
Ramiro
 Silvia Schoffer Kraut
Psicólogo
Santa Cruz de Tenerife
La muerte de un perro que has tenido durante 15 años, es como la muerte de un familiar: vivía contigo, paseabas con él, jugabas, tenía su espacio "la cucha = su cama".
Decidir practicar la eutanasia a un ser querido es muy duro. Pero piensa que tú perro tenía dolores y no tenía curación y cada vez iría a peor.
Es probable que te miraba y se apoyó en tu pecho agradeciéndote todo el amor que le has dado y agradeciéndote que no lo hagas sufrir más.
Que tú estés muy triste, es normal, estás en fase de duelo. Recordando los momentos felices que han pasado juntos. Es normal que lo llores. Si está situación se prolonga e interfiere en tu vida, te sugiero que cojas unas sesiones de psicología que te ayuden a superar el duelo. Siento mucho tu pérdida. Saludos
 Andrés Adargoma Nuez González
Psicólogo
Las Palmas de Gran Canaria
Lamento mucho lo que estás viviendo… de verdad. Lo que hiciste fue un acto de amor inmenso. Elegiste aliviarle el dolor, aunque eso te rompiera el alma. Y eso, aunque ahora se sienta como culpa, en realidad es amor en su forma más dura.

Tu perrita no te culpó. Si apoyó su cabecita en tu pecho, fue porque confiaba en vos hasta el último segundo. Estaba con su persona. Con quien la cuidó, jugó, la mimó 14 años. Eso fue su calma.

Es normal sentir esa opresión, ese vacío. Llorar. No hay que evitarlo. Estás de duelo, y cada lágrima es parte del proceso. No hay forma "correcta" de pasar esto, pero hay algo que sí ayuda: hablarlo, escribirle, recordarla con ternura y no solo con dolor. El tiempo no borra, pero sí suaviza.

Y que esté bajo tu ventana… qué hermoso eso. Sigue ahí, cerca. Te acompaña diferente, pero te acompaña.

Cuando quieras, si te hace bien, cuentame más sobre ella. ¿Cómo se llamaba? ¿Qué cosas hacía que te hacían reír?
Hola, gracias por compartir algo tan íntimo y tan lleno de amor.

Lo que estás sintiendo es absolutamente humano y comprensible. La culpa, la tristeza profunda, la opresión en el pecho… todo eso es parte del duelo por una compañera de vida. Porque eso fue tu perra durante 14 años: una presencia constante, leal, silenciosa, que formó parte de tu rutina, tus emociones, tu hogar.

Tomar la decisión de aplicar la eutanasia nunca es fácil, aunque se haga desde el amor más grande. Lo hiciste porque no podías verla sufrir más, porque temblaba de dolor, porque ya no era justo para ella. Lo hiciste para cuidarla, aunque hoy tu corazón se rompa por ello.

Es normal que te preguntes si podrías haber hecho algo distinto: ponerla en la cama, abrazarla de otra forma, decirle algo más. Pero la verdad es que ella ya sabía cuánto la amabas. Lo supo cada día que estuvo contigo. Y en ese último momento, cuando puso la cabeza en tu pecho, no te estaba pidiendo que no lo hicieras… estaba confiando en ti, como siempre lo hizo.

El duelo por una mascota puede ser tan intenso como el de cualquier ser querido. No te juzgues por llorarla tanto, ni por sentir que no puedes seguir. Es normal. Estás en un proceso de despedida, y no hay una forma “correcta” de hacerlo.

Si sientes que esto te desborda, que no puedes sostener el día a día o que la culpa no te deja respirar, puedes pedir ayuda psicológica. Estaré encantada de acompañarte si lo necesitas.

Un abrazo muy grande, y gracias por haber sido para tu perrita un hogar tan lleno de amor hasta el final.
Te puedo proponer que escribas las cartas de la despedida para elaborar el duelo. En ellas dedica un tiempo cada día a escribir lo doloroso de la pérdida y lo difícil del recuerdo. Trata de escribir también algo bonito. Cuando estés preparada y pasado un tiempo, en la última carta escribe una despedida y publícala en algún lugar con una foto juntas.
Siento mucho la pérdida de tu perrita y el dolor tan intenso que estás atravesando. Las mascotas forman parte de la familia, y su ausencia puede generar un vacío tan profundo como el de cualquier ser querido. Afrontar este tipo de duelo puede ser tan complejo como el de una persona importante en nuestra vida, y es normal que, además del dolor por la pérdida, se sume la sensación de culpa por haber tomado la decisión que puso fin a su vida, aunque esto significara evitar o no alargar su sufrimiento.

En situaciones así, es habitual que la mente repase cada momento, preguntándose si podríamos haber hecho algo diferente. Sin embargo, por lo que describes, tu decisión estuvo motivada por el amor y el deseo de darle un final digno y sin más dolor, lo que refleja tu compromiso y cuidado hacia ella.

El duelo necesita tiempo, y es importante permitirte sentir y expresar lo que estás viviendo. Buscar apoyo en personas que comprendan ese vínculo especial, o en un espacio terapéutico, puede ayudarte a elaborar la pérdida, trabajar la culpa y transformar su recuerdo en una fuente de paz y gratitud. Te animo a que valores un acompañamiento psicológico, ya que puede ser de gran ayuda para afrontar este momento con más herramientas y autocuidado.

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