Que tal mi esposo y yo llevamos 15 años tenemos 2 hijos y cuando hay que regañarlos el los regaña al
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Que tal mi esposo y yo llevamos 15 años tenemos 2 hijos y cuando hay que regañarlos el los regaña algo fuerte pero termina enojándose con migo porque yo no los regaño el dice que tengo que apoyarlo pero yo creo que es suficiente con todo lo que el les dice jamás me pongo a favor deos hijos respeto lo que su papá les dice pero que debo hacer ponerme a gritarles junto con el? Para que no se enoje conmigo?
Buenos días, una rutina importante en la educación parental es pensar las normas, consensuarlas, y que ambos progenitores las apliquen del mismo modo, por lo que es importante que si estás presente en el momento que trata de que se cumpla una norma acordada hagas algún gesto como asentir o indicar que estás de acuerdo con papá. De este modo él se sentirá apoyado y vuestros hijos percibirán coherencia entre educadores, lo que ayudará al cumplimiento de las normas.
Es totalmente comprensible lo que sentís. Estás en una situación donde tu pareja quiere que haya unidad en la forma de educar a los hijos, pero al mismo tiempo parece que espera que eso signifique que vos actúes exactamente igual que él, incluso cuando tal vez no compartís del todo su forma de corregir. Vos no te oponés a lo que él les dice, no lo contradicís delante de ellos, y eso ya es una forma de apoyo muy valiosa, porque mostrás respeto por su rol de padre. Pero eso no debería implicar que tengas que gritarles también o reaccionar de una manera que no va con tu forma de ser solo para que él no se enoje.
La crianza compartida no significa actuar igual en todo, sino que los hijos vean que hay coherencia en los límites, aunque cada uno tenga su estilo. Podés acompañarlo sin replicar su tono o su intensidad. Y si sentís que a veces su manera de regañar es muy fuerte, también es legítimo que lo hables con él en privado, desde el cuidado y no desde la crítica, planteándole que quizás los chicos necesitan más firmeza emocional que dureza en el tono.
Lo que no es sano es que él se enoje con vos como si fueras su enemiga o como si no le importara cómo te sentís en esa dinámica. Estás ahí, criando también, sosteniendo, y si él no lo ve, eso puede dejarte muy sola. Quizás habría que hablar con él desde ese lugar: que vos querés hacer equipo, que no estás en contra, pero que gritar no es tu forma, y eso no significa que no apoyes. Apoyar no es imitar, es acompañar desde tu lugar, con tu estilo, con tu sensibilidad, y eso también tiene mucho valor.
¿Querés que te ayude a pensar cómo podrías expresarle esto sin que parezca una discusión sino una conversación para fortalecer el vínculo y la crianza conjunta?
La crianza compartida no significa actuar igual en todo, sino que los hijos vean que hay coherencia en los límites, aunque cada uno tenga su estilo. Podés acompañarlo sin replicar su tono o su intensidad. Y si sentís que a veces su manera de regañar es muy fuerte, también es legítimo que lo hables con él en privado, desde el cuidado y no desde la crítica, planteándole que quizás los chicos necesitan más firmeza emocional que dureza en el tono.
Lo que no es sano es que él se enoje con vos como si fueras su enemiga o como si no le importara cómo te sentís en esa dinámica. Estás ahí, criando también, sosteniendo, y si él no lo ve, eso puede dejarte muy sola. Quizás habría que hablar con él desde ese lugar: que vos querés hacer equipo, que no estás en contra, pero que gritar no es tu forma, y eso no significa que no apoyes. Apoyar no es imitar, es acompañar desde tu lugar, con tu estilo, con tu sensibilidad, y eso también tiene mucho valor.
¿Querés que te ayude a pensar cómo podrías expresarle esto sin que parezca una discusión sino una conversación para fortalecer el vínculo y la crianza conjunta?
Buenos días, gracias por compartir tu inquietud.
La crianza de los hijos es uno de los mayores retos que los adultos podemos enfrentar, además esta lleno de subjetividades y detalles a tratar.
Lo primero que habría que trabajar es que ambos os podáis sentir escuchados y conocer como queréis reaccionar o actuar ante determinadas situaciones. Podéis encontrar una forma de apoyaros sin romper con la forma de ser de ninguno de los dos, de manera que se os sintáis en en equipo, sin que uno de los dos sienta que debe ceder su forma de ser para evitar conflictos.
Es importante recordar que sois el principal modelo para vuestros hijos. Ellos aprenden no solo de lo que se les dice, sino sobre todo de cómo os relacionais. Cada vez que lograáis comunicaros de manera respetuosa y asertiva, ellos lo ven, lo sienten... y lo aprenden. Si como pareja sois capaces de poner límites con firmeza pero sin perder el respeto, estaréis sembrando en vuestros hijos una forma más sana y empática de relacionarse con el mundo
De todas formas en esto, que de forma escrita suena sencillo, hay implicados mil factores, si sentís que necesitáis ayuda para poder encauzar la forma de comunicaros con vuestros hijos o entre vosotros, un terapeuta puede ayudar con esa tarea.
La crianza de los hijos es uno de los mayores retos que los adultos podemos enfrentar, además esta lleno de subjetividades y detalles a tratar.
Lo primero que habría que trabajar es que ambos os podáis sentir escuchados y conocer como queréis reaccionar o actuar ante determinadas situaciones. Podéis encontrar una forma de apoyaros sin romper con la forma de ser de ninguno de los dos, de manera que se os sintáis en en equipo, sin que uno de los dos sienta que debe ceder su forma de ser para evitar conflictos.
Es importante recordar que sois el principal modelo para vuestros hijos. Ellos aprenden no solo de lo que se les dice, sino sobre todo de cómo os relacionais. Cada vez que lograáis comunicaros de manera respetuosa y asertiva, ellos lo ven, lo sienten... y lo aprenden. Si como pareja sois capaces de poner límites con firmeza pero sin perder el respeto, estaréis sembrando en vuestros hijos una forma más sana y empática de relacionarse con el mundo
De todas formas en esto, que de forma escrita suena sencillo, hay implicados mil factores, si sentís que necesitáis ayuda para poder encauzar la forma de comunicaros con vuestros hijos o entre vosotros, un terapeuta puede ayudar con esa tarea.
Gracias por abrir este espacio tan delicado. Lo que planteas es más común de lo que parece, y tiene que ver con cómo cada miembro de la pareja entiende el rol parental y el concepto de “apoyo” en la crianza.
Apoyar a tu pareja no significa hacer exactamente lo mismo que él. A veces, el verdadero apoyo en la crianza consiste en complementar, no replicar. Si tú puedes poner límites con firmeza pero desde la calma, eso también educa.
No tienen que estar de acuerdo en todo, pero sí es importante construir acuerdos en cómo quieren educar. Los hijos se benefician cuando los adultos están alineados, pero también cuando aprenden que hay distintas formas de acompañar.
Es importante hablar sin los niños delante. Es fundamental que puedan conversar sobre esto cuando no estén en medio de una situación de conflicto. ¿Qué entiende él por “apoyo”? ¿Qué entiendes tú? ¿Pueden buscar un punto intermedio donde se respeten las diferencias sin desautorizarse?
La crianza es una oportunidad de equipo, no de rivalidad. Si uno se desborda y el otro se contiene, eso puede equilibrar. Lo importante es que luego se puedan dar feedback mutuo sin culpas ni reproches.
Educar con firmeza no significa levantar la voz. Significa sostener límites con claridad, sin caer en el miedo ni en la sobreprotección.
Estás haciendo una reflexión valiosa. Educar no es fácil, pero el diálogo abierto es siempre un buen inicio
Apoyar a tu pareja no significa hacer exactamente lo mismo que él. A veces, el verdadero apoyo en la crianza consiste en complementar, no replicar. Si tú puedes poner límites con firmeza pero desde la calma, eso también educa.
No tienen que estar de acuerdo en todo, pero sí es importante construir acuerdos en cómo quieren educar. Los hijos se benefician cuando los adultos están alineados, pero también cuando aprenden que hay distintas formas de acompañar.
Es importante hablar sin los niños delante. Es fundamental que puedan conversar sobre esto cuando no estén en medio de una situación de conflicto. ¿Qué entiende él por “apoyo”? ¿Qué entiendes tú? ¿Pueden buscar un punto intermedio donde se respeten las diferencias sin desautorizarse?
La crianza es una oportunidad de equipo, no de rivalidad. Si uno se desborda y el otro se contiene, eso puede equilibrar. Lo importante es que luego se puedan dar feedback mutuo sin culpas ni reproches.
Educar con firmeza no significa levantar la voz. Significa sostener límites con claridad, sin caer en el miedo ni en la sobreprotección.
Estás haciendo una reflexión valiosa. Educar no es fácil, pero el diálogo abierto es siempre un buen inicio
Entiendo que esta situación puede ser difícil. Es importante que, como pareja, mantengan una comunicación abierta y respetuosa sobre cómo educar a los hijos. No es necesario que te pongas a gritar con él para evitar que se enoje; cada uno puede tener su estilo para corregir a los niños. Puedes hablar con él en privado sobre cómo te sientes, explicándole que respetas su autoridad y lo que les dice a los niños, pero que crees que el enfoque también debe ser equilibrado. Tal vez encontrar un punto intermedio en el que ambos puedan estar de acuerdo sobre cómo abordar la disciplina sin que se generen conflictos entre ustedes. El apoyo mutuo es clave.
Hola,
Gracias por compartir algo tan importante y delicado.
Lo que describes es una situación muy común en muchas familias, y es entendible que te sientas entre el deseo de apoyar a tu pareja y también de proteger la manera en que tú quieres criar a tus hijos.
Según lo que comentas parece que lo que está ocurriendo es que :
Tu pareja:
1.Se siente solo en la disciplina.
2.Parece interpretar tu silencio o no participación activa como desautorización o falta de apoyo.
3.Probablemente tiene una forma de educar que aprendió en su historia familiar, en donde el regaño fuerte es sinónimo de autoridad y responsabilidad.
Tú:
1.No estás en desacuerdo con que se les llame la atención, pero no compartes el tono o intensidad.
2.Sientes que no es necesario duplicar la fuerza, ya que él ya está haciendo esa parte.
3.Quisieras que él entienda que apoyar no es necesariamente gritar también.
Un terapeuta familiar o de pareja abordaría esta cuestión desde:
1. Explorar los estilos parentales
2. Diferenciar apoyo de complicidad
3. Establecer límites emocionales
4. Practicar la crianza colaborativa
Espero haberte ayudado a entender lo que os sucede, podrías intentar hablar con él en calma, en otro momento (no justo después de un regaño), y decirle algo como:
“Amor, quiero que sintamos que estamos del mismo lado con los niños. A veces, cuando los regañas, yo prefiero no intervenir porque creo que tu mensaje ya es claro. Pero no significa que no te apoyo. ¿Cómo crees que podríamos hacerlo mejor juntos?”
Por otro lado, no se trata de “gritar también” sino de tener acuerdos previos: ¿Qué cosas se regañan? ¿Qué tono se usa? ¿Qué mensaje se da?
Espero haberte ayudado a clarificar lo que ocurre y como podrías tratar esta situación con tu pareja.
Gracias por compartir algo tan importante y delicado.
Lo que describes es una situación muy común en muchas familias, y es entendible que te sientas entre el deseo de apoyar a tu pareja y también de proteger la manera en que tú quieres criar a tus hijos.
Según lo que comentas parece que lo que está ocurriendo es que :
Tu pareja:
1.Se siente solo en la disciplina.
2.Parece interpretar tu silencio o no participación activa como desautorización o falta de apoyo.
3.Probablemente tiene una forma de educar que aprendió en su historia familiar, en donde el regaño fuerte es sinónimo de autoridad y responsabilidad.
Tú:
1.No estás en desacuerdo con que se les llame la atención, pero no compartes el tono o intensidad.
2.Sientes que no es necesario duplicar la fuerza, ya que él ya está haciendo esa parte.
3.Quisieras que él entienda que apoyar no es necesariamente gritar también.
Un terapeuta familiar o de pareja abordaría esta cuestión desde:
1. Explorar los estilos parentales
2. Diferenciar apoyo de complicidad
3. Establecer límites emocionales
4. Practicar la crianza colaborativa
Espero haberte ayudado a entender lo que os sucede, podrías intentar hablar con él en calma, en otro momento (no justo después de un regaño), y decirle algo como:
“Amor, quiero que sintamos que estamos del mismo lado con los niños. A veces, cuando los regañas, yo prefiero no intervenir porque creo que tu mensaje ya es claro. Pero no significa que no te apoyo. ¿Cómo crees que podríamos hacerlo mejor juntos?”
Por otro lado, no se trata de “gritar también” sino de tener acuerdos previos: ¿Qué cosas se regañan? ¿Qué tono se usa? ¿Qué mensaje se da?
Espero haberte ayudado a clarificar lo que ocurre y como podrías tratar esta situación con tu pareja.
Buenas tardes. Entiendo que te sientas en una situación difícil; la dinámica y disciplina en la crianza de los hijos es un tema complicado para muchas parejas. Me gustaría facilitarte algunas sugerencias para abordar la situación:
1. Habla con tu pareja sobre cómo te sientes al respecto y facilita la posibilidad de que él también pueda experimentar un espacio de escucha, para poder expresar sus puntos de vista, evitando la confrontación permanente y buscando el entendimiento.
2. Pongan sobre la mesa un enfoque común para la disciplina de los hijos. Esto les ayudará a sintonizar cuando sea necesario recordarlo.
3. Ser firmes y comprensivos es la meta. Ahora es importante recordar que, para ser escuchados o respetados, el grito y los castigos desvían el entendimiento y la mejora familiar.
4. Tarea semanal: Tómense un tiempo para hablar sobre cómo están y qué podrían hacer diferente durante las próximas semanas. Esto puede ayudar a mejorar su comunicación como pareja y su enfoque en la crianza de los hijos.
1. Habla con tu pareja sobre cómo te sientes al respecto y facilita la posibilidad de que él también pueda experimentar un espacio de escucha, para poder expresar sus puntos de vista, evitando la confrontación permanente y buscando el entendimiento.
2. Pongan sobre la mesa un enfoque común para la disciplina de los hijos. Esto les ayudará a sintonizar cuando sea necesario recordarlo.
3. Ser firmes y comprensivos es la meta. Ahora es importante recordar que, para ser escuchados o respetados, el grito y los castigos desvían el entendimiento y la mejora familiar.
4. Tarea semanal: Tómense un tiempo para hablar sobre cómo están y qué podrían hacer diferente durante las próximas semanas. Esto puede ayudar a mejorar su comunicación como pareja y su enfoque en la crianza de los hijos.
Es comprensible que te sientas confundida. Criar en pareja implica tomar decisiones compartidas, pero también respetar los estilos de cada uno. Si tu esposo tiende a regañar a los hijos de forma fuerte y tú eliges no hacerlo en ese momento, eso no significa que no lo estés apoyando, especialmente si no lo contradices delante de ellos y respetas su postura.
La clave no está en gritar junto con él para que no se moleste, sino en construir una forma de educar basada en el respeto mutuo, tanto entre ustedes como hacia los hijos. La autoridad no se refuerza con más gritos, sino con coherencia, comunicación y límites claros.
Además, es importante que tu pareja no convierta los desacuerdos en un conflicto contigo. Educar desde el miedo o el enojo puede tener consecuencias emocionales en los niños, y también en la relación de pareja. Hablar a solas, en momentos tranquilos, sobre cómo quieren manejar juntos las normas y los regaños puede ayudar mucho.
Desde la psicología, proponemos una crianza que combine firmeza con sensibilidad. Y eso empieza por tener espacios de diálogo entre los adultos para sostener una estructura clara, sin caer en luchas de poder.
Si sientes que esta situación te desgasta emocionalmente y necesitas apoyo para encontrar un equilibrio en la crianza en pareja, puedes reservar cita online o escribirme a: mapipsicologa@gmail.com. Estoy aquí para acompañarte.
La clave no está en gritar junto con él para que no se moleste, sino en construir una forma de educar basada en el respeto mutuo, tanto entre ustedes como hacia los hijos. La autoridad no se refuerza con más gritos, sino con coherencia, comunicación y límites claros.
Además, es importante que tu pareja no convierta los desacuerdos en un conflicto contigo. Educar desde el miedo o el enojo puede tener consecuencias emocionales en los niños, y también en la relación de pareja. Hablar a solas, en momentos tranquilos, sobre cómo quieren manejar juntos las normas y los regaños puede ayudar mucho.
Desde la psicología, proponemos una crianza que combine firmeza con sensibilidad. Y eso empieza por tener espacios de diálogo entre los adultos para sostener una estructura clara, sin caer en luchas de poder.
Si sientes que esta situación te desgasta emocionalmente y necesitas apoyo para encontrar un equilibrio en la crianza en pareja, puedes reservar cita online o escribirme a: mapipsicologa@gmail.com. Estoy aquí para acompañarte.
En contestación a tu pregunta sobre la manera que riñe tu esposo a los hijos comunes, decirte que lo idóneo es tener los dos el mismo estilo educativo o similar. Los niños tienen que ver una coherencia entre sus padres. Lo importante es que él se sienta apoyado. Háblalo con él, por que no hace falta que grites. Un saludo;
Entiendo lo que me estás contando, y es una situación bastante común en muchas parejas. La disciplina en casa puede generar tensiones, especialmente cuando hay diferencias en cómo se debe llevar a cabo. Es importante que ambos como padres puedan estar alineados en cómo manejar las situaciones con los niños, pero eso no significa que siempre debas adoptar el mismo enfoque que tu esposo, especialmente si no te sientes cómoda con ello.
Primero, lo fundamental es que tu estilo de disciplina es válido. Cada padre tiene su manera de abordar la crianza, y el hecho de que tú no quieras regañar de la misma manera no significa que no estés apoyando a tu esposo o que estés de alguna manera restando autoridad. El respeto por el estilo de disciplina del otro es clave, y si tú crees que ya está siendo suficiente lo que él les dice, es completamente legítimo que no quieras gritar o ser demasiado dura con ellos.
La clave aquí es la comunicación con tu esposo. No se trata de ponerte a gritar junto con él para evitar que se enoje, sino de hablar abiertamente sobre cómo ambos se sienten en relación con la disciplina y qué expectativas tienen el uno del otro.
Te sugiero que lo hables en un momento tranquilo, cuando no haya tensión, y le expliques cómo te sientes y procurar entre ambos llegar a un acuerdo sobre cómo abordar las situaciones de disciplina. Tal vez tú podrías ser más activa en expresar lo que piensas cuando él está regañando a los niños, pero sin tener que adoptar el mismo tono. ¿Quizás podrías intervenir con un enfoque más calmado o explicativo, sin llegar a gritar?
En cuanto a la pregunta de si debes gritar junto con él para no causar conflicto, mi recomendación sería que no. La crianza no debe basarse en gritos ni en imponer miedo. La calma y la consistencia suelen ser mucho más efectivas para enseñarles a los niños el comportamiento esperado. Si sientes que el enfoque de tu esposo no es el mejor, está bien que expreses tus puntos de vista de manera respetuosa.
¿Cómo te sientes tú con respecto a las formas de disciplinar a los niños? ¿Te gustaría que habláramos sobre formas alternativas de abordar la disciplina en pareja? Un saludo y ¡ánimo!
Primero, lo fundamental es que tu estilo de disciplina es válido. Cada padre tiene su manera de abordar la crianza, y el hecho de que tú no quieras regañar de la misma manera no significa que no estés apoyando a tu esposo o que estés de alguna manera restando autoridad. El respeto por el estilo de disciplina del otro es clave, y si tú crees que ya está siendo suficiente lo que él les dice, es completamente legítimo que no quieras gritar o ser demasiado dura con ellos.
La clave aquí es la comunicación con tu esposo. No se trata de ponerte a gritar junto con él para evitar que se enoje, sino de hablar abiertamente sobre cómo ambos se sienten en relación con la disciplina y qué expectativas tienen el uno del otro.
Te sugiero que lo hables en un momento tranquilo, cuando no haya tensión, y le expliques cómo te sientes y procurar entre ambos llegar a un acuerdo sobre cómo abordar las situaciones de disciplina. Tal vez tú podrías ser más activa en expresar lo que piensas cuando él está regañando a los niños, pero sin tener que adoptar el mismo tono. ¿Quizás podrías intervenir con un enfoque más calmado o explicativo, sin llegar a gritar?
En cuanto a la pregunta de si debes gritar junto con él para no causar conflicto, mi recomendación sería que no. La crianza no debe basarse en gritos ni en imponer miedo. La calma y la consistencia suelen ser mucho más efectivas para enseñarles a los niños el comportamiento esperado. Si sientes que el enfoque de tu esposo no es el mejor, está bien que expreses tus puntos de vista de manera respetuosa.
¿Cómo te sientes tú con respecto a las formas de disciplinar a los niños? ¿Te gustaría que habláramos sobre formas alternativas de abordar la disciplina en pareja? Un saludo y ¡ánimo!
Criar en pareja no significa estar de acuerdo en todo, sino buscar un equilibrio desde el respeto mutuo. Apoyar no es gritar juntos, sino establecer una línea común desde el diálogo, sin que uno de los dos se sienta obligado a replicar el estilo del otro.
Si tú ya respetas lo que él dice sin desautorizarlo, están a medio camino. Lo ideal sería que pudieran hablar en calma, sin niños delante, y acordar un enfoque educativo donde ambos se sientan cómodos y escuchados.
Poner límites también es una forma de quererte.
Dolo Boix – Psicóloga CV-18993
Si tú ya respetas lo que él dice sin desautorizarlo, están a medio camino. Lo ideal sería que pudieran hablar en calma, sin niños delante, y acordar un enfoque educativo donde ambos se sientan cómodos y escuchados.
Poner límites también es una forma de quererte.
Dolo Boix – Psicóloga CV-18993
Hola, una cosa es participar, y otra duplicar. Tampoco hace falta gritar a los hijos para hacerte entender e indicar aquello que no es apropiado.
Expertos
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