Tengo distimia crónica desde hace mas de 14 años, además algo de ansiedad. Llevo unos 4 años solo.
12
respuestas
Tengo distimia crónica desde hace mas de 14 años, además algo de ansiedad.
Llevo unos 4 años solo. Sin haber quedado con nadie. Excepto en 3 ocasiones.
No socializar lo elegí por la pandemia, pero por otra parte también es por tener pocas amistades.
Me centro en hacer mis ocupaciones y me falta siempre tiempo para mis cosas. Por lo que no hecho de menos tanto la amistad.
Pero no se que implicaciones va a tener esto en alguien que ya partía de una distimia. No me importa tanto mi futuro porque no creo en el.
Llevo unos 4 años solo. Sin haber quedado con nadie. Excepto en 3 ocasiones.
No socializar lo elegí por la pandemia, pero por otra parte también es por tener pocas amistades.
Me centro en hacer mis ocupaciones y me falta siempre tiempo para mis cosas. Por lo que no hecho de menos tanto la amistad.
Pero no se que implicaciones va a tener esto en alguien que ya partía de una distimia. No me importa tanto mi futuro porque no creo en el.
Gracias por abrirte de forma tan sincera. Lo que compartes refleja una situación muy humana y compleja: una distimia crónica que convive con cierta ansiedad, una tendencia al aislamiento mantenida en el tiempo, y una desconexión emocional respecto al futuro. Todo ello vivido con aparente funcionalidad, pero también con un trasfondo de dolor sostenido.
La distimia (o trastorno depresivo persistente) tiene una cualidad insidiosa: se instala como un telón gris de fondo que permite seguir adelante, cumplir con las obligaciones, pero robando intensidad emocional, motivación, y sentido. El aislamiento —aunque en tu caso inicialmente fue una elección— puede convertirse con el tiempo en un hábito difícil de romper, que alimenta esa misma distimia al reducir el contacto con fuentes externas de placer, validación y estímulo emocional.
No tener apenas vida social no es un problema en sí si no se vive con malestar. Pero cuando se suma a un cuadro depresivo crónico, sí puede tener implicaciones: menos apoyo afectivo, menos oportunidades de salir del bucle mental, mayor riesgo de caer en automatismos o en una visión empobrecida de uno mismo y del mundo.
El hecho de que no creas en tu futuro y que no te importe tanto no es menor: puede ser una señal de que has desconectado de la esperanza. Y eso merece atención. Porque aunque no haya un sufrimiento agudo, sí hay un vacío que poco a poco desgasta.
No es tarde para replantearte cómo quieres vivir lo que viene. Puedes trabajar este estado, con calma, con respeto a tus tiempos, pero también con una mirada que apunte a recuperar deseo, conexión, y sentido.
Si en algún momento te planteas iniciar un acompañamiento terapéutico para abordar esta etapa desde otro lugar, estaré aquí para ayudarte. Puedes escribirme cuando lo necesites.
La distimia (o trastorno depresivo persistente) tiene una cualidad insidiosa: se instala como un telón gris de fondo que permite seguir adelante, cumplir con las obligaciones, pero robando intensidad emocional, motivación, y sentido. El aislamiento —aunque en tu caso inicialmente fue una elección— puede convertirse con el tiempo en un hábito difícil de romper, que alimenta esa misma distimia al reducir el contacto con fuentes externas de placer, validación y estímulo emocional.
No tener apenas vida social no es un problema en sí si no se vive con malestar. Pero cuando se suma a un cuadro depresivo crónico, sí puede tener implicaciones: menos apoyo afectivo, menos oportunidades de salir del bucle mental, mayor riesgo de caer en automatismos o en una visión empobrecida de uno mismo y del mundo.
El hecho de que no creas en tu futuro y que no te importe tanto no es menor: puede ser una señal de que has desconectado de la esperanza. Y eso merece atención. Porque aunque no haya un sufrimiento agudo, sí hay un vacío que poco a poco desgasta.
No es tarde para replantearte cómo quieres vivir lo que viene. Puedes trabajar este estado, con calma, con respeto a tus tiempos, pero también con una mirada que apunte a recuperar deseo, conexión, y sentido.
Si en algún momento te planteas iniciar un acompañamiento terapéutico para abordar esta etapa desde otro lugar, estaré aquí para ayudarte. Puedes escribirme cuando lo necesites.
Gracias por compartir tu vivencia con tanta honestidad. Vivir con distimia durante tantos años supone llevar a cuestas un malestar persistente que muchas veces pasa desapercibido para los demás, pero que va calando día a día en el ánimo, la energía y la forma de mirar la vida. Si a eso se suma la ansiedad, el aislamiento y la sensación de desconexión del futuro, es comprensible que todo se sienta más gris o sin sentido.
Elegir no socializar en un momento dado puede protegernos, pero también puede ir reforzando una sensación de distancia emocional que, poco a poco, nos aleja de la posibilidad de experimentar vínculos, apoyo o incluso pequeños momentos de alegría compartida. Es muy valioso que seas consciente de esto y te preguntes qué implicaciones puede tener, porque ese es un primer paso para abrir nuevas opciones, sin juzgarte.
Quizás no creas hoy en tu futuro, pero eso no significa que no haya una posibilidad de construirlo de manera diferente. Buscar ayuda profesional puede ofrecerte un espacio seguro donde ir entendiendo tu historia emocional, encontrar alivio al malestar y volver a conectar —aunque sea poco a poco— con lo que sí puede tener sentido para ti.
No tienes que hacerlo solo. Hay caminos para empezar a encontrarte mejor, incluso cuando hoy parece que no los hay.
Un abrazo y mucha fuerza en este camino.
Elegir no socializar en un momento dado puede protegernos, pero también puede ir reforzando una sensación de distancia emocional que, poco a poco, nos aleja de la posibilidad de experimentar vínculos, apoyo o incluso pequeños momentos de alegría compartida. Es muy valioso que seas consciente de esto y te preguntes qué implicaciones puede tener, porque ese es un primer paso para abrir nuevas opciones, sin juzgarte.
Quizás no creas hoy en tu futuro, pero eso no significa que no haya una posibilidad de construirlo de manera diferente. Buscar ayuda profesional puede ofrecerte un espacio seguro donde ir entendiendo tu historia emocional, encontrar alivio al malestar y volver a conectar —aunque sea poco a poco— con lo que sí puede tener sentido para ti.
No tienes que hacerlo solo. Hay caminos para empezar a encontrarte mejor, incluso cuando hoy parece que no los hay.
Un abrazo y mucha fuerza en este camino.
Gracias por compartir como te sientes. Vivir con distimia crónica puede hacer que te acostumbres a una tristeza suave pero constante, que va apagando poco a poco el interés por las relaciones, el disfrute o la motivación; y aunque puedas funcionar en el día a día, sientes como si faltara algo esencial. Esta sensación puede llevarte a elegir la soledad como forma de protección, no necesariamente porque no necesites vínculos, sino porque conectar emocionalmente exige una energía que muchas veces no tienes o no sientes disponible.
Puedes empezar por buscar pequeños momentos de conexión o disfrute diarios: salir a caminar por un lugar que te guste, conversar brevemente con alguien de confianza o probar una actividad nueva sin presión. También puede ayudarte mucho iniciar un proceso terapéutico, si no lo has hecho ya, para explorar lo que hay detrás de ese desánimo crónico y trabajar poco a poco en recuperar el interés por lo que te rodea. Y algo muy importante: no te juzgues por estar así. La distimia es una condición real, no una falta de voluntad, y merece cuidado, no culpa.
Puedes empezar por buscar pequeños momentos de conexión o disfrute diarios: salir a caminar por un lugar que te guste, conversar brevemente con alguien de confianza o probar una actividad nueva sin presión. También puede ayudarte mucho iniciar un proceso terapéutico, si no lo has hecho ya, para explorar lo que hay detrás de ese desánimo crónico y trabajar poco a poco en recuperar el interés por lo que te rodea. Y algo muy importante: no te juzgues por estar así. La distimia es una condición real, no una falta de voluntad, y merece cuidado, no culpa.
Es comprensible que, tras años de lidiar con la distimia y la ansiedad, puedas sentir una desconexión con la idea de un futuro esperanzador. Sin embargo, es importante recordar que:
La percepción del tiempo y el futuro puede estar influenciada por el estado de ánimo actual. La distimia puede nublar la capacidad de visualizar cambios positivos.
Pequeños cambios pueden tener un gran impacto. Incorporar actividades que te brinden satisfacción, aunque sean mínimas, puede mejorar gradualmente tu perspectiva.
Buscar apoyo es un signo de fortaleza. Considerar la posibilidad de retomar la terapia o unirte a grupos de apoyo puede proporcionarte nuevas herramientas y perspectivas.
Recomendaciones Prácticas
Establece rutinas que incluyan interacción social: Aunque sea de forma virtual o mediante actividades estructuradas, como talleres o cursos en línea.
Practica el autocuidado: Dedica tiempo a actividades que disfrutes y que te hagan sentir bien contigo misma.
Reflexiona sobre tus logros: Llevar un diario donde anotes pequeños logros diarios puede ayudarte a reconocer tu progreso.
Considera la posibilidad de buscar apoyo profesional: Un terapeuta puede ofrecerte estrategias personalizadas para manejar la distimia y la ansiedad.
Recuerda que no estás sola en este camino. Muchas personas enfrentan desafíos similares, y hay recursos y comunidades dispuestas a apoyarte. Si deseas, puedo proporcionarte información sobre grupos de apoyo o recursos disponibles en Barcelona.
La percepción del tiempo y el futuro puede estar influenciada por el estado de ánimo actual. La distimia puede nublar la capacidad de visualizar cambios positivos.
Pequeños cambios pueden tener un gran impacto. Incorporar actividades que te brinden satisfacción, aunque sean mínimas, puede mejorar gradualmente tu perspectiva.
Buscar apoyo es un signo de fortaleza. Considerar la posibilidad de retomar la terapia o unirte a grupos de apoyo puede proporcionarte nuevas herramientas y perspectivas.
Recomendaciones Prácticas
Establece rutinas que incluyan interacción social: Aunque sea de forma virtual o mediante actividades estructuradas, como talleres o cursos en línea.
Practica el autocuidado: Dedica tiempo a actividades que disfrutes y que te hagan sentir bien contigo misma.
Reflexiona sobre tus logros: Llevar un diario donde anotes pequeños logros diarios puede ayudarte a reconocer tu progreso.
Considera la posibilidad de buscar apoyo profesional: Un terapeuta puede ofrecerte estrategias personalizadas para manejar la distimia y la ansiedad.
Recuerda que no estás sola en este camino. Muchas personas enfrentan desafíos similares, y hay recursos y comunidades dispuestas a apoyarte. Si deseas, puedo proporcionarte información sobre grupos de apoyo o recursos disponibles en Barcelona.
Gracias por abrirte con tanta honestidad. Lo que compartes refleja mucho autocuidado, incluso dentro de un contexto difícil. Vivir con distimia durante tanto tiempo puede llevar a que ciertas formas de desconexión emocional o aislamiento se normalicen, y en tu caso, parece que has encontrado cierto equilibrio funcional a través de tus ocupaciones y rutinas. Eso tiene valor.
Sin embargo, como bien intuyes, mantenerse desconectado de vínculos sociales durante largos periodos, aunque no lo eches de menos en el día a día, puede tener efectos más sutiles a medio y largo plazo: puede consolidar una visión más cerrada del mundo, aumentar la sensación de apatía o contribuir a una percepción del futuro más plana o sin sentido. Y esto, en alguien con distimia, puede reforzar ese estado de fondo persistente, en el que la vida se sostiene, pero sin verdadera conexión o motivación.
La frase con la que cierras —“no me importa tanto mi futuro porque no creo en él”— merece ser escuchada con atención. No es una señal de rendición, sino de cansancio, tal vez de decepción. Y ahí hay algo que se puede trabajar.
La buena noticia es que has desarrollado habilidades de autonomía, estructura y funcionamiento diario. Eso es un punto de partida muy sólido. Pero sería importante explorar, con apoyo profesional, cómo reconectar con algo de deseo o posibilidad futura, incluso en pequeña escala. No tanto pensando en un gran cambio, sino en abrir pequeñas ventanas de contacto con otros o con partes de ti que quizá han quedado dormidas por tanto tiempo.
Sin embargo, como bien intuyes, mantenerse desconectado de vínculos sociales durante largos periodos, aunque no lo eches de menos en el día a día, puede tener efectos más sutiles a medio y largo plazo: puede consolidar una visión más cerrada del mundo, aumentar la sensación de apatía o contribuir a una percepción del futuro más plana o sin sentido. Y esto, en alguien con distimia, puede reforzar ese estado de fondo persistente, en el que la vida se sostiene, pero sin verdadera conexión o motivación.
La frase con la que cierras —“no me importa tanto mi futuro porque no creo en él”— merece ser escuchada con atención. No es una señal de rendición, sino de cansancio, tal vez de decepción. Y ahí hay algo que se puede trabajar.
La buena noticia es que has desarrollado habilidades de autonomía, estructura y funcionamiento diario. Eso es un punto de partida muy sólido. Pero sería importante explorar, con apoyo profesional, cómo reconectar con algo de deseo o posibilidad futura, incluso en pequeña escala. No tanto pensando en un gran cambio, sino en abrir pequeñas ventanas de contacto con otros o con partes de ti que quizá han quedado dormidas por tanto tiempo.
Buenas tardes. Que no te importe tu futuro tal y como verbalizas seguramente es otro síntoma más de tu distimia. Para mejorar tu salud emocional deberías iniciar psicoterapia para ir poco a poco incorporando cambios en tu vida cotidiana. El proceso de terapia debe incluir una parte de autoconocimiento y otra de cambio. A veces cuando el estado emocional es muy bajo cuesta realizar ninguna conducta por pequeña que sea (motor de arranque). En esos casos está indicado el tratamiento de psicofármacos que ayude en el proceso psicoterapéutico. Recuerda que sino hacemos nada tu estado emocional no mejorará incluso empeorará. Un saludo
Hola. Debe de ser muy difícil convivir tantos años con la distimia, hasta el punto de haber perdido la esperanza (es lo que entiendo al leer que no crees en tu futuro). La manera de manejarla depende de cómo te afecte en tu día a día y de tus prioridades pero, si quieres, podemos encontrar la manera de "transitar" más fácilmente por ella. En relación a las amistades, es cierto que no es "obligatorio" tener amigos, y que cuando se elige estar solo, la soiedad no se vive como algo malo. Por otro lado, siempre es bueno contar, al menos, con unas pocas personas de confianza que nos ayuden a mantener el contacto con la realidad. Si quieres, o si necesitas ayuda, podemos hablarlo con calma.
Hola, tu mensaje transmite una gran sensación de desesperanza, como si hubieras asumido que las cosas no van a cambiar. Llevar tanto tiempo mal puede hacer que uno normalice el malestar y deje de esperar mejoras. El aislamiento, aunque al principio sea una elección, puede terminar reforzando ese estado, sobre todo cuando hay pocos vínculos o estímulos nuevos.
Socializar, aunque sea de forma muy limitada, puede tener un efecto positivo, pero puede que ahora mismo no te sientas capaz. Para eso estamos los profesionales: para ayudarte a entender qué está pasando, qué efecto tiene tu forma de vivir en tu estado emocional y qué herramientas reales puedes empezar a usar.
Espero haber sido de ayuda.
Un abrazo,
Cecilia
Socializar, aunque sea de forma muy limitada, puede tener un efecto positivo, pero puede que ahora mismo no te sientas capaz. Para eso estamos los profesionales: para ayudarte a entender qué está pasando, qué efecto tiene tu forma de vivir en tu estado emocional y qué herramientas reales puedes empezar a usar.
Espero haber sido de ayuda.
Un abrazo,
Cecilia
Gracias por compartir tu vivencia con tanta claridad. Lo que describes refleja un proceso de adaptación muy fuerte, en el que priorizaste tu bienestar en medio de una situación global complicada como fue la pandemia. Es comprensible que, en ese contexto, se reforzaran ciertas formas de estar contigo mismo que hoy te resultan familiares.
A veces, cuando llevamos tiempo centrados en lo funcional (trabajo, ocupaciones), perdemos de vista cómo nos relacionamos emocionalmente con nuestro entorno y con nosotros mismos. Que no eches de menos la amistad no significa que no haya una parte interna que siga buscando conexión, quizá desde otro lugar. La soledad elegida puede ser reparadora, pero también puede esconder heridas antiguas no resueltas.
La distimia, como experiencia emocional sostenida en el tiempo, no solo tiene que ver con un estado de ánimo, sino con una forma de relacionarte con la vida y contigo mismo. Y cuando expresas que no te importa el futuro porque no crees en él, eso puede estar hablándote de un dolor más profundo, tal vez de una desilusión o una pérdida de confianza en algo que antes sí tuvo sentido.
La pregunta quizás no sea tanto qué implicaciones tendrá esto, sino qué papel estás eligiendo asumir frente a lo que vives: ¿desde qué lugar emocional estás sosteniendo esta etapa? ¿Qué parte de ti no ha sido todavía vista, comprendida o escuchada?
El hecho de que lo estés compartiendo ya indica que hay una parte de ti que quiere comprenderse mejor. A veces, abrir ese espacio de observación sin juicio, puede ser el inicio de una transformación profunda.
Un saludo
A veces, cuando llevamos tiempo centrados en lo funcional (trabajo, ocupaciones), perdemos de vista cómo nos relacionamos emocionalmente con nuestro entorno y con nosotros mismos. Que no eches de menos la amistad no significa que no haya una parte interna que siga buscando conexión, quizá desde otro lugar. La soledad elegida puede ser reparadora, pero también puede esconder heridas antiguas no resueltas.
La distimia, como experiencia emocional sostenida en el tiempo, no solo tiene que ver con un estado de ánimo, sino con una forma de relacionarte con la vida y contigo mismo. Y cuando expresas que no te importa el futuro porque no crees en él, eso puede estar hablándote de un dolor más profundo, tal vez de una desilusión o una pérdida de confianza en algo que antes sí tuvo sentido.
La pregunta quizás no sea tanto qué implicaciones tendrá esto, sino qué papel estás eligiendo asumir frente a lo que vives: ¿desde qué lugar emocional estás sosteniendo esta etapa? ¿Qué parte de ti no ha sido todavía vista, comprendida o escuchada?
El hecho de que lo estés compartiendo ya indica que hay una parte de ti que quiere comprenderse mejor. A veces, abrir ese espacio de observación sin juicio, puede ser el inicio de una transformación profunda.
Un saludo
Gracias por compartir algo tan personal. Lo que cuentas tiene mucho sentido y refleja lo que pasa muchas veces con la distimia crónica: es un estado de ánimo bajo, persistente y duradero, que suele venir acompañado de apatía, baja motivación y una sensación de que “nada cambia” o de que “no merece la pena” invertir en uno mismo o en el futuro.
A veces, cuando alguien con distimia se aísla socialmente (aunque al principio sea una elección consciente como durante la pandemia), esto refuerza ese estado depresivo porque la falta de conexión social priva de estímulos positivos, refuerzos y oportunidades de disfrutar o de romper la rutina mental. Es como un círculo que se alimenta: cuanto menos contacto, menos ganas de tenerlo, y más se normaliza esa soledad.
No tiene por qué significar que estés “perdido” o que ya no haya opciones. Al contrario: saberlo es el primer paso para ver qué pequeños cambios podrían ayudarte a sentirte algo mejor, aunque no creas demasiado en el futuro ahora mismo. Muchas veces con distimia no se trata de tener una motivación enorme de golpe, sino de romper el bucle poco a poco, integrando actividades gratificantes, contacto social dosificado y objetivos realistas.
Si te planteas trabajar en esto, la terapia psicológica puede ayudarte a recuperar algo de ilusión, reorganizar prioridades y reducir la ansiedad. Es importante que no lo veas como “todo o nada”, sino como pasos graduales. Si quieres, podemos verlo juntos: conmigo puedes tener una primera sesión gratuita para valorar tu situación y ver cómo podrías empezar a dar pequeños pasos.
A veces, cuando alguien con distimia se aísla socialmente (aunque al principio sea una elección consciente como durante la pandemia), esto refuerza ese estado depresivo porque la falta de conexión social priva de estímulos positivos, refuerzos y oportunidades de disfrutar o de romper la rutina mental. Es como un círculo que se alimenta: cuanto menos contacto, menos ganas de tenerlo, y más se normaliza esa soledad.
No tiene por qué significar que estés “perdido” o que ya no haya opciones. Al contrario: saberlo es el primer paso para ver qué pequeños cambios podrían ayudarte a sentirte algo mejor, aunque no creas demasiado en el futuro ahora mismo. Muchas veces con distimia no se trata de tener una motivación enorme de golpe, sino de romper el bucle poco a poco, integrando actividades gratificantes, contacto social dosificado y objetivos realistas.
Si te planteas trabajar en esto, la terapia psicológica puede ayudarte a recuperar algo de ilusión, reorganizar prioridades y reducir la ansiedad. Es importante que no lo veas como “todo o nada”, sino como pasos graduales. Si quieres, podemos verlo juntos: conmigo puedes tener una primera sesión gratuita para valorar tu situación y ver cómo podrías empezar a dar pequeños pasos.
Hola, ¿qué tal? Entiendo que lidiar con una distimia crónica durante tantos años, sumado a la ansiedad y la experiencia de la soledad, puede ser realmente agotador y hacer que el futuro se perciba con poca esperanza.
En terapia trabajaríamos en identificar y modificar los pensamientos negativos que mantienen la distimia y la ansiedad. Te ayudaría a establecer rutinas que incluyan actividades placenteras y manejo del tiempo para que sientas más equilibrio. También exploraríamos poco a poco formas de relacionarte con otros, respetando tu ritmo y límites. Juntos fortaleceríamos tu autocuidado y autocompasión para que puedas mejorar tu bienestar emocional y recuperar un sentido de propósito. Un saludo, Silvia
En terapia trabajaríamos en identificar y modificar los pensamientos negativos que mantienen la distimia y la ansiedad. Te ayudaría a establecer rutinas que incluyan actividades placenteras y manejo del tiempo para que sientas más equilibrio. También exploraríamos poco a poco formas de relacionarte con otros, respetando tu ritmo y límites. Juntos fortaleceríamos tu autocuidado y autocompasión para que puedas mejorar tu bienestar emocional y recuperar un sentido de propósito. Un saludo, Silvia
Entiendo que, tras tantos años conviviendo con la distimia y la ansiedad, hayas centrado tu vida en tus ocupaciones, dejando en segundo plano las relaciones sociales. En ocasiones, la evitación y el aislamiento pueden servir como forma de manejar el malestar, pero con el tiempo incluso pueden extrapolarse a otras áreas, llevando también a distanciarse de las actividades u ocupaciones que ahora sí mantienes. A largo plazo, esto puede afectar de manera silenciosa al estado de ánimo y a la calidad de vida, incluso si ahora no lo percibes así.
Mantener algunos vínculos y espacios de conexión puede aportar motivación, apoyo y bienestar. No se trata de cambiar por completo tu estilo de vida, sino de ir incorporando poco a poco interacciones que encajen contigo. Un acompañamiento psicológico puede ayudarte a reflexionar sobre cómo influye la evitación en tu día a día y a encontrar estrategias para lograr un mayor equilibrio.
Mantener algunos vínculos y espacios de conexión puede aportar motivación, apoyo y bienestar. No se trata de cambiar por completo tu estilo de vida, sino de ir incorporando poco a poco interacciones que encajen contigo. Un acompañamiento psicológico puede ayudarte a reflexionar sobre cómo influye la evitación en tu día a día y a encontrar estrategias para lograr un mayor equilibrio.
¿No has encontrado la respuesta que necesitabas? ¡Envía tu pregunta!
¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:
Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.