Buenas tengo 34 años y estoy en trabajando con un terapeuta por ansiedad y depresión. Ahora os cuent
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Buenas tengo 34 años y estoy en trabajando con un terapeuta por ansiedad y depresión. Ahora os cuento mi inquietud es que hace cinco noches cuando estaba dormida me desperté muy acalorada, sentí calor en cuello, pecho abdomen y cara, lo que me alarmó muchísimo, esta sensación ya me había pasado de manera puntual a lo largo del año pasado ( unas 5/6 veces quizás) y también en otras épocas de mucho estrés en mi vida , con esto me refiero a algunas noches sueltas, contadas y también cuando he tenido problemas para conciliar el sueño al meterme en la cama o cuando mientras dormía, me venía el bochorno y con ello mi miedo, impaciencia y más inquietud todavía. La cosa es que cuando me sucedía antes era sobre todo por el hecho del miedo a no poder quedarme dormida noches y más noches … era más bien miedo a que me pudiera morir si no dormía, y anticipaba la idea de ello cada vez que me iba a la cama y casi durante todo el día pensaba en esto, pero ahora con lo que me ha pasado tan fuerte hace cinco días o sea hablo de ese calor que desprendía mi cuerpo, me da miedo que sea por alguna enfermedad y me aterra, ya que soy hipocondríaca , incluso pensar que es uña enfermedad y no que es la misma ansiedad en un punto álgido que llevo acumulando todo este tiempo ( dos años casi ). Lo que comento fue hace cinco noches, antes de ayer tomé un Atarax y conseguí dormir 6 horas, y ayer. ayer me pasó lo mismo que hace esos cinco días que conseguí dormirme 1h y luego ya nada con la sensación de inquietud y calor también pero algo menos. Necesito ayuda, por fa para entender que le pasa a mi cuerpo y si es normal Por otro lado, mi psiquiatra de hace diez años ya me recetó lorazepm para dormir en el caso de q lo necesitara y yo de manera super puntual lo había tomado pero me da mucho miedo engancharme a los somníferos y que no me funcione a la larga, porque antes no es que tuviera insomnio si no noches que me costaba más dormir sin más y ahora es más recurrente porque ayer tampoco logré dormir hasta que me tomé un atarax , (antes de ayer si dormí al tomar un orfidal) estoy poniéndome cada vez más nerviosa por este tema. Espero que me digáis que puedo hacer por favor, gracias
Lo que describes es un patrón muy típico en personas que sufren ansiedad elevada y, especialmente, en quienes tienen una tendencia hipocondríaca. El calor repentino en el cuerpo, la inquietud extrema y la dificultad para dormir pueden estar directamente relacionados con la activación del sistema nervioso simpático, lo que se conoce como una respuesta de hiperactivación o de alerta ante el peligro, aunque no haya una amenaza real.
¿Por qué sientes estos síntomas?
Ansiedad anticipatoria y miedo al insomnio
Has mencionado que en el pasado temías no poder dormir, lo que generaba más ansiedad y reforzaba el problema. Esto es un círculo vicioso muy común: el miedo a no dormir provoca una mayor activación fisiológica (ritmo cardíaco elevado, mayor temperatura corporal, pensamientos acelerados), lo que dificulta el sueño aún más.
Descargas de adrenalina nocturnas
La sensación de calor repentino, especialmente en el cuello, pecho y cara, es una reacción típica del cuerpo cuando libera adrenalina o cortisol, hormonas del estrés. Es posible que tu sistema nervioso esté respondiendo de forma exagerada a una preocupación inconsciente o a una acumulación de estrés durante el día.
Hipocondría y miedo a una enfermedad grave
La hipocondría refuerza la ansiedad porque cada sensación corporal se interpreta como una posible señal de algo grave. Sin embargo, si estos episodios de calor han ocurrido de manera esporádica durante mucho tiempo y han coincidido con momentos de estrés, es muy poco probable que sean un síntoma de una enfermedad grave.
Patrón de insomnio condicionado
La ansiedad nocturna puede generar un "aprendizaje del insomnio". Si cada vez que te acuestas sientes tensión y miedo, tu cerebro empieza a asociar el momento de dormir con peligro, dificultando el descanso. Esto hace que cualquier intento de dormir sin ayuda farmacológica sea más desafiante.
¿Qué puedes hacer?
1. Cambiar la relación con el insomnio
No luches contra el sueño: Mientras más intentas dormir, más te activas. En lugar de obsesionarte con dormir, cambia el foco: si no puedes dormir, levántate de la cama y haz algo relajante (leer un libro, escuchar música suave, escribir). Solo vuelve a la cama cuando sientas sueño.
Evita mirar el reloj: Saber cuánto tiempo llevas sin dormir refuerza la ansiedad.
2. Controlar la ansiedad nocturna
Ejercicios de respiración y relajación: Practicar la respiración diafragmática o la relajación muscular progresiva antes de dormir puede ayudar a bajar la activación.
Escribir un diario de preocupaciones: Antes de dormir, escribe lo que te preocupa en un cuaderno para "sacarlo" de tu mente.
Técnica de aceptación: En lugar de resistirte a la sensación de calor y ansiedad, trata de aceptarla como algo temporal que pasará.
3. Sobre los fármacos
Uso puntual del lorazepam o Atarax: Los ansiolíticos pueden ser útiles de manera puntual, pero el miedo a "engancharte" es razonable. Lo importante es que no se conviertan en la única estrategia para dormir.
Alternativas no farmacológicas: Terapias como la Terapia Breve Estratégica han demostrado ser eficaces en el tratamiento del insomnio sin fármacos. También el entrenamiento en higiene del sueño y regulación emocional puede ser clave.
¿Es normal lo que te pasa?
Sí, es completamente normal en el contexto de ansiedad e hipocondría. No es un indicio de enfermedad grave, sino una manifestación de estrés acumulado y un patrón de respuesta aprendido. Si trabajas en la regulación de la ansiedad y cambias tu relación con el sueño, estos episodios irán disminuyendo.
Si quieres empezar un trabajo terapéutico enfocado en este problema, será un placer ayudarte desde PSYAMM. Puedes contactarme a través de Doctoralia.es.
¿Por qué sientes estos síntomas?
Ansiedad anticipatoria y miedo al insomnio
Has mencionado que en el pasado temías no poder dormir, lo que generaba más ansiedad y reforzaba el problema. Esto es un círculo vicioso muy común: el miedo a no dormir provoca una mayor activación fisiológica (ritmo cardíaco elevado, mayor temperatura corporal, pensamientos acelerados), lo que dificulta el sueño aún más.
Descargas de adrenalina nocturnas
La sensación de calor repentino, especialmente en el cuello, pecho y cara, es una reacción típica del cuerpo cuando libera adrenalina o cortisol, hormonas del estrés. Es posible que tu sistema nervioso esté respondiendo de forma exagerada a una preocupación inconsciente o a una acumulación de estrés durante el día.
Hipocondría y miedo a una enfermedad grave
La hipocondría refuerza la ansiedad porque cada sensación corporal se interpreta como una posible señal de algo grave. Sin embargo, si estos episodios de calor han ocurrido de manera esporádica durante mucho tiempo y han coincidido con momentos de estrés, es muy poco probable que sean un síntoma de una enfermedad grave.
Patrón de insomnio condicionado
La ansiedad nocturna puede generar un "aprendizaje del insomnio". Si cada vez que te acuestas sientes tensión y miedo, tu cerebro empieza a asociar el momento de dormir con peligro, dificultando el descanso. Esto hace que cualquier intento de dormir sin ayuda farmacológica sea más desafiante.
¿Qué puedes hacer?
1. Cambiar la relación con el insomnio
No luches contra el sueño: Mientras más intentas dormir, más te activas. En lugar de obsesionarte con dormir, cambia el foco: si no puedes dormir, levántate de la cama y haz algo relajante (leer un libro, escuchar música suave, escribir). Solo vuelve a la cama cuando sientas sueño.
Evita mirar el reloj: Saber cuánto tiempo llevas sin dormir refuerza la ansiedad.
2. Controlar la ansiedad nocturna
Ejercicios de respiración y relajación: Practicar la respiración diafragmática o la relajación muscular progresiva antes de dormir puede ayudar a bajar la activación.
Escribir un diario de preocupaciones: Antes de dormir, escribe lo que te preocupa en un cuaderno para "sacarlo" de tu mente.
Técnica de aceptación: En lugar de resistirte a la sensación de calor y ansiedad, trata de aceptarla como algo temporal que pasará.
3. Sobre los fármacos
Uso puntual del lorazepam o Atarax: Los ansiolíticos pueden ser útiles de manera puntual, pero el miedo a "engancharte" es razonable. Lo importante es que no se conviertan en la única estrategia para dormir.
Alternativas no farmacológicas: Terapias como la Terapia Breve Estratégica han demostrado ser eficaces en el tratamiento del insomnio sin fármacos. También el entrenamiento en higiene del sueño y regulación emocional puede ser clave.
¿Es normal lo que te pasa?
Sí, es completamente normal en el contexto de ansiedad e hipocondría. No es un indicio de enfermedad grave, sino una manifestación de estrés acumulado y un patrón de respuesta aprendido. Si trabajas en la regulación de la ansiedad y cambias tu relación con el sueño, estos episodios irán disminuyendo.
Si quieres empezar un trabajo terapéutico enfocado en este problema, será un placer ayudarte desde PSYAMM. Puedes contactarme a través de Doctoralia.es.
Hola, gracias por compartir tu experiencia. Entiendo lo angustiante que pueden ser estos episodios, especialmente cuando la ansiedad y la hipocondría aumentan la preocupación por la salud.
Los síntomas que describes, como la sensación de calor intenso, la inquietud nocturna y la dificultad para dormir, pueden estar relacionados con la ansiedad y la activación del sistema nervioso autónomo. Durante períodos de estrés prolongado, el cuerpo puede mantenerse en un estado de alerta, lo que dificulta la relajación y el descanso.
Algunos puntos a considerar:
1⃣ La ansiedad puede manifestarse físicamente: El calor que sientes en cuello, pecho y cara podría estar relacionado con la respuesta de lucha o huida del cuerpo, donde hay un aumento en la circulación sanguínea y la temperatura corporal. Esto es común en episodios de ansiedad nocturna.
2⃣ El miedo al insomnio puede reforzar el problema: La preocupación constante por no dormir puede generar un ciclo de estrés que dificulta aún más el descanso. Es importante reducir la anticipación negativa sobre el sueño.
3⃣ Sobre el uso de medicación: Es comprensible tu temor a desarrollar dependencia a los somníferos. Los ansiolíticos como el lorazepam pueden ayudar en momentos puntuales, pero no deberían ser la única estrategia para mejorar el sueño. El Atarax (hidroxizina) es un antihistamínico con efecto sedante, y puede ayudarte, pero lo ideal es abordar la raíz del problema.
Recomendaciones:
Técnicas de relajación antes de dormir: Respiración diafragmática, meditación guiada o ejercicios de relajación muscular progresiva pueden ayudar a reducir la activación del sistema nervioso.
Rutina de sueño consistente: Intenta acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, evitando pantallas y estimulantes antes de dormir.
Desensibilización del miedo al insomnio: En lugar de luchar contra la idea de no dormir, prueba aceptar que algunas noches pueden ser difíciles, pero que tu cuerpo encontrará el descanso que necesita.
Apoyo terapéutico: Sigue trabajando con tu terapeuta para abordar la ansiedad y la hipocondría. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) puede ser una gran herramienta.
Si los síntomas persisten o empeoran, te recomiendo hablar con tu psiquiatra para evaluar alternativas terapéuticas. Recuerda que no estás sola en esto y que hay estrategias efectivas para mejorar tu bienestar.
Los síntomas que describes, como la sensación de calor intenso, la inquietud nocturna y la dificultad para dormir, pueden estar relacionados con la ansiedad y la activación del sistema nervioso autónomo. Durante períodos de estrés prolongado, el cuerpo puede mantenerse en un estado de alerta, lo que dificulta la relajación y el descanso.
Algunos puntos a considerar:
1⃣ La ansiedad puede manifestarse físicamente: El calor que sientes en cuello, pecho y cara podría estar relacionado con la respuesta de lucha o huida del cuerpo, donde hay un aumento en la circulación sanguínea y la temperatura corporal. Esto es común en episodios de ansiedad nocturna.
2⃣ El miedo al insomnio puede reforzar el problema: La preocupación constante por no dormir puede generar un ciclo de estrés que dificulta aún más el descanso. Es importante reducir la anticipación negativa sobre el sueño.
3⃣ Sobre el uso de medicación: Es comprensible tu temor a desarrollar dependencia a los somníferos. Los ansiolíticos como el lorazepam pueden ayudar en momentos puntuales, pero no deberían ser la única estrategia para mejorar el sueño. El Atarax (hidroxizina) es un antihistamínico con efecto sedante, y puede ayudarte, pero lo ideal es abordar la raíz del problema.
Recomendaciones:
Técnicas de relajación antes de dormir: Respiración diafragmática, meditación guiada o ejercicios de relajación muscular progresiva pueden ayudar a reducir la activación del sistema nervioso.
Rutina de sueño consistente: Intenta acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, evitando pantallas y estimulantes antes de dormir.
Desensibilización del miedo al insomnio: En lugar de luchar contra la idea de no dormir, prueba aceptar que algunas noches pueden ser difíciles, pero que tu cuerpo encontrará el descanso que necesita.
Apoyo terapéutico: Sigue trabajando con tu terapeuta para abordar la ansiedad y la hipocondría. La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (TCC-I) puede ser una gran herramienta.
Si los síntomas persisten o empeoran, te recomiendo hablar con tu psiquiatra para evaluar alternativas terapéuticas. Recuerda que no estás sola en esto y que hay estrategias efectivas para mejorar tu bienestar.
Por los síntomas que refieres, yo intentaría descartar que estés teniendo una menopausia precoz (se detecta con un análisis de sangre), pediría cita con el ginecólogo para descartar que este cuadro de "sofocos" e insomnio tenga que ver con esta posibilidad, ya que a 1 de cada 100 mujeres antes de los 40 años, se le retira la menstruación. Descarta esta posibilidad, los síntomas, de ser así, son absolutamente normales y se pueden solventar incluso con remedios naturales, y por supuesto, con ayuda psicológica. Mucho ánimo.
Hola. Es del todo comprensible tu preocupación porque es normal angustiarse ante la dificultad para dormir, sobre todo cuando se acompaña de estos síntomas de describes. ¿Lo has hablado con tu terapeuta? Siendo quien te conoce mejor deberñia poder ayudarte con ello. Si no lo hace también puedes decirle lo que necesitas, o si quieres trabajar de otra manera con él. Por supuesto, siempre estás a tiempo de cambiar de profesional. Pero con todas las personas que me vienen con esta ansiedad ante una posible enfermedad, siempre les digo que, lo primero, ante la aparición de síntomas nuevos, lo mejor es ir al médico para descartar cualquier enfermedad. Si tras esta visita todo ha salido bien pero sigues preocupada, se puede tratar como un problema de ansiedad. En esta misma visita también puedes preguntarle por el lorazepam. Espero haberte podido ayudar, y recuerda que para lo que necesites lo podemos hablar de una forma más personal. Lo que te ocurre tiene solución, sin duda.
Los síntomas que se describen, como la sensación de calor y la dificultad para dormir, pueden estar relacionados con la ansiedad y el estrés acumulado. Es positivo que estés trabajando con un terapeuta, ya que esto te ayudará a manejar mejor la ansiedad. La terapia cognitivo conductual tiene buenas herramientas para mejorar la ansiedad. Es posible que lleves tiempo con esa ansiedad. Sería importante detectar cómo se genera esa ansiedad en ti. Sobre los medicamentos, es importante que hables con tu médico para aclarar tus dudas y encontrar la mejor forma de uso sin temor a una dependencia. También puedes intentar rutinas relajantes antes de dormir, como respiración profunda o evitar pantallas antes de acostarte. Si estos síntomas siguen preocupándote o aumentan, lo mejor es consultar con un profesional para descartar otras causas y ajustar el tratamiento si es necesario. Es importante tener paciencia y seguir las pautas de su terapeuta.
En contestación a tu pregunta sobre qué puedes hacer sobre este tema que te preocupa, pienso que es importante que puedas dormir las horas diarias necesarias para poder afrontar el día correctamente. Para ello tendrías que continuar investigando sobre tus miedos. Parece que existe un componente emocional que se manifiesta en forma de ansiedad. Tienes que seguir trabajando con tu terapeuta el diálogo interior. Por otro lado, si crees que vas a estar más tranquila si descartas una posible enfermedad siempre puedes acudir al médico. Según tu explicas eres un poco hipocondríaca, por lo que creo que posiblemente el acudir al médico te tranquilice durante un tiempo, pero luego es posible que continúes sufriendo. Por ello, te recomiendo que no dejes la terapia.
Buenos días. En primer lugar, el insomnio rara vez causa la muerte, ya que tiene que haber una privación TOTAL del sueño durante al menos 72 horas para contraer ese riesgo. Esto es muy poco habitual, ya que el cerebro termina cediendo al agotamiento y nos lleva a dormir. No obstante, si tus dificultades para dormir son severas, considero que siempre será mejor ayudarte de medicación, al tiempo que vas trabajando con tu terapeuta la ansiedad y la depresión que comentas. Hay que entender que el insomnio no es más que un síntoma visible de diferentes preocupaciones y dolencias emocionales, que son las que habrás de ir trabajando en terapia para que vaya remitiendo.
Espero que te sirva.
Un abrazo y mucho ánimo con tu proceso!
Espero que te sirva.
Un abrazo y mucho ánimo con tu proceso!
¿Te has dado cuenta de que el miedo y la ansiedad se refuerzan cuando te enfocas en ellos? Desde una perspectiva conductual, como la de Skinner, esto se debe a que estás **reforzando los síntomas** (calor, inquietud, insomnio) cada vez que les prestas atención.
¿Qué podemos hacer para cambiar esto? Aquí te dejo algunos consejos prácticos:
1. **Refuerza el comportamiento de relajación**: En lugar de pensar en el miedo a no dormir o al calor, enfócate en **acciones que te relajen**. Cada vez que lo logres, estarás reforzando un comportamiento positivo.
2. **Evita reforzar el miedo**: Si sientes inquietud, en vez de darle atención, **desvía tu foco hacia algo más**. Actividades tranquilas o una rutina de relajación pueden ser clave para romper el ciclo.
3. **Condiciona tu entorno**: Haz que tu cama sea un lugar solo para descansar, sin miedo ni anticipación. Un entorno relajante ayuda a asociar el espacio con descanso, no con ansiedad.
4. **Enfrenta la ansiedad de manera gradual**: Permítete sentir el miedo sin evitarlo. Cuando te enfrentes a esa incomodidad, recuerda que no es peligroso. No reaccionar con pánico ayudará a reducir los síntomas.
Recuerda, el objetivo es **modificar las conductas** que mantienen la ansiedad y, con el tiempo, reducir su intensidad.
¿Quieres aprender más sobre cómo manejar tus miedos? Puedes seguirme en Instagram @juanjosepsicologo o en TikTok @juanjosepsicologia para más tips gratuitos.
¿Qué podemos hacer para cambiar esto? Aquí te dejo algunos consejos prácticos:
1. **Refuerza el comportamiento de relajación**: En lugar de pensar en el miedo a no dormir o al calor, enfócate en **acciones que te relajen**. Cada vez que lo logres, estarás reforzando un comportamiento positivo.
2. **Evita reforzar el miedo**: Si sientes inquietud, en vez de darle atención, **desvía tu foco hacia algo más**. Actividades tranquilas o una rutina de relajación pueden ser clave para romper el ciclo.
3. **Condiciona tu entorno**: Haz que tu cama sea un lugar solo para descansar, sin miedo ni anticipación. Un entorno relajante ayuda a asociar el espacio con descanso, no con ansiedad.
4. **Enfrenta la ansiedad de manera gradual**: Permítete sentir el miedo sin evitarlo. Cuando te enfrentes a esa incomodidad, recuerda que no es peligroso. No reaccionar con pánico ayudará a reducir los síntomas.
Recuerda, el objetivo es **modificar las conductas** que mantienen la ansiedad y, con el tiempo, reducir su intensidad.
¿Quieres aprender más sobre cómo manejar tus miedos? Puedes seguirme en Instagram @juanjosepsicologo o en TikTok @juanjosepsicologia para más tips gratuitos.
Gracias por compartir tu experiencia con tanta claridad. Entiendo lo angustiante que debe estar siendo para ti atravesar esta situación, especialmente cuando los síntomas físicos generan tanto malestar y temor.
La sensación de calor intenso en cuello, pecho, abdomen y rostro durante la noche, acompañada de inquietud y dificultad para conciliar el sueño, es una manifestación relativamente frecuente en personas que padecen ansiedad. En contextos de estrés mantenido, el sistema nervioso simpático (responsable de activar el cuerpo ante una amenaza) puede permanecer en estado de alerta incluso durante el descanso. Esto provoca síntomas físicos como los que describes: bochornos, sudoración, sensación de agobio o desvelo repentino.
Aunque estas sensaciones pueden resultar alarmantes, no suelen estar relacionadas con una enfermedad grave, sino con una sobrecarga emocional acumulada a lo largo del tiempo. En personas con ansiedad generalizada o antecedentes de hipocondría, es habitual que estos síntomas se interpreten como señales de peligro físico, lo que, a su vez, intensifica la ansiedad y perpetúa el malestar.
En cuanto a la medicación, como el Atarax, el Orfidal o el Lorazepam, comprendo tu preocupación sobre una posible dependencia. Sin embargo, su uso puntual y bajo supervisión médica puede ser una herramienta útil para permitirte descansar en momentos críticos, como el que estás atravesando. No necesariamente implica que vayas a desarrollar una adicción, especialmente si estás trabajando en paralelo con un terapeuta para abordar el origen emocional del problema.
Dado que esta situación se ha presentado también en otras etapas de tu vida marcadas por el estrés, todo apunta a que el cuerpo está manifestando, una vez más, los efectos de una ansiedad sostenida en el tiempo. Por ello, más allá del tratamiento farmacológico ocasional, es fundamental trabajar en una regulación emocional progresiva: establecer rutinas nocturnas tranquilizadoras, evitar estimulantes antes de dormir, realizar técnicas de respiración o relajación, escribir antes de acostarte para liberar preocupaciones, y sobre todo, aprender a observar el insomnio sin miedo, ya que el temor a no dormir suele ser uno de los mayores perpetuadores del propio insomnio.
La sensación de calor intenso en cuello, pecho, abdomen y rostro durante la noche, acompañada de inquietud y dificultad para conciliar el sueño, es una manifestación relativamente frecuente en personas que padecen ansiedad. En contextos de estrés mantenido, el sistema nervioso simpático (responsable de activar el cuerpo ante una amenaza) puede permanecer en estado de alerta incluso durante el descanso. Esto provoca síntomas físicos como los que describes: bochornos, sudoración, sensación de agobio o desvelo repentino.
Aunque estas sensaciones pueden resultar alarmantes, no suelen estar relacionadas con una enfermedad grave, sino con una sobrecarga emocional acumulada a lo largo del tiempo. En personas con ansiedad generalizada o antecedentes de hipocondría, es habitual que estos síntomas se interpreten como señales de peligro físico, lo que, a su vez, intensifica la ansiedad y perpetúa el malestar.
En cuanto a la medicación, como el Atarax, el Orfidal o el Lorazepam, comprendo tu preocupación sobre una posible dependencia. Sin embargo, su uso puntual y bajo supervisión médica puede ser una herramienta útil para permitirte descansar en momentos críticos, como el que estás atravesando. No necesariamente implica que vayas a desarrollar una adicción, especialmente si estás trabajando en paralelo con un terapeuta para abordar el origen emocional del problema.
Dado que esta situación se ha presentado también en otras etapas de tu vida marcadas por el estrés, todo apunta a que el cuerpo está manifestando, una vez más, los efectos de una ansiedad sostenida en el tiempo. Por ello, más allá del tratamiento farmacológico ocasional, es fundamental trabajar en una regulación emocional progresiva: establecer rutinas nocturnas tranquilizadoras, evitar estimulantes antes de dormir, realizar técnicas de respiración o relajación, escribir antes de acostarte para liberar preocupaciones, y sobre todo, aprender a observar el insomnio sin miedo, ya que el temor a no dormir suele ser uno de los mayores perpetuadores del propio insomnio.
Buenas tardes
Imagino que hayas hablado de ésto con tu terapeuta, al que dices que estás yendo, él/ella será quien te pueda orientar sobre éste tema.
Sino siempre puedes pedir otra opinión, y siempre puedes ir al médico para descartar alguna enfermedad física.
Un saludo
Imagino que hayas hablado de ésto con tu terapeuta, al que dices que estás yendo, él/ella será quien te pueda orientar sobre éste tema.
Sino siempre puedes pedir otra opinión, y siempre puedes ir al médico para descartar alguna enfermedad física.
Un saludo
Lo que describes parece estar relacionado con la ansiedad y los ataques de pánico, que a menudo causan síntomas físicos como el calor en el cuerpo, especialmente por la noche. Es común que este tipo de síntomas se asocien con el miedo a enfermedades, algo que puede intensificarse en personas con hipocondría.
Te recomendaría considerar:
Terapia cognitivo-conductual para trabajar en los pensamientos ansiosos y la hipocondría.
Técnicas de relajación (como respiración profunda o meditación) antes de dormir.
Mejorar la higiene del sueño evitando pantallas y estimulantes antes de acostarte.
Revisar tu medicación con tu médico para encontrar el tratamiento más adecuado y seguro.
Recuerda que los síntomas de ansiedad son tratables, y con el tiempo puedes encontrar formas de manejarlos. Si te preocupa la medicación, es importante que hables con tu psiquiatra para ajustar el tratamiento. ¡Ánimo!
Te recomendaría considerar:
Terapia cognitivo-conductual para trabajar en los pensamientos ansiosos y la hipocondría.
Técnicas de relajación (como respiración profunda o meditación) antes de dormir.
Mejorar la higiene del sueño evitando pantallas y estimulantes antes de acostarte.
Revisar tu medicación con tu médico para encontrar el tratamiento más adecuado y seguro.
Recuerda que los síntomas de ansiedad son tratables, y con el tiempo puedes encontrar formas de manejarlos. Si te preocupa la medicación, es importante que hables con tu psiquiatra para ajustar el tratamiento. ¡Ánimo!
¡Hola! Soy psicóloga de rama clínica, con habilitación sanitaria. Entiendo perfectamente tu preocupación. Es muy angustiante despertarse con esas sensaciones físicas tan intensas, y es normal que te alarmes, especialmente si ya lidias con la hipocondría.
Permíteme explicarte lo que está sucediendo en tu cuerpo desde una perspectiva psicológica.
¿Qué le está pasando a tu cuerpo?
Lo que describes como "bochornos" o sensaciones de calor intenso en el cuerpo (cuello, pecho, abdomen y cara) son síntomas muy comunes de la ansiedad y el pánico. Es una respuesta fisiológica de tu sistema nervioso.
Cuando la ansiedad se dispara, tu cuerpo activa el mecanismo de "lucha o huida". Esto provoca una cascada de reacciones para prepararte para un peligro, incluso si ese peligro solo está en tu mente.
Aumento de la temperatura: El flujo sanguíneo se dirige hacia los músculos grandes para que puedas correr o defenderte. Esta redistribución de la sangre provoca una sensación de calor y rubor en la piel.
Aceleración del pulso y la respiración: Tu corazón late más rápido y tu respiración se acelera para llevar más oxígeno al cerebro y a los músculos.
Tensión muscular: Los músculos se tensan, lo que puede causar rigidez o dolor.
Cuando esto ocurre mientras duermes, te despiertas en medio de una respuesta de pánico nocturno. Te despiertas sobresaltada, sintiendo los síntomas físicos intensos y, lógicamente, te asustas. Este miedo a lo desconocido es lo que te mantiene en un ciclo de ansiedad, lo que a su vez dificulta volver a conciliar el sueño.
Ansiedad, hipocondría e insomnio: Un círculo vicioso
Tu miedo a la enfermedad (hipocondría) se ha enganchado a estos síntomas físicos.
Síntoma físico: Sientes el bochorno.
Miedo: Tu mente te dice "esto no es ansiedad, debe ser una enfermedad grave".
Más ansiedad: El miedo a la enfermedad aumenta, lo que a su vez intensifica el bochorno.
Insomnio: No puedes dormir por la ansiedad y el miedo.
Más miedo: La falta de sueño te hace sentir peor, lo que refuerza la idea de que algo está mal y aumenta la ansiedad.
Es un círculo vicioso muy difícil de romper. Es importante que confíes en que lo que sientes es una manifestación física de tu ansiedad. Tu cuerpo está reaccionando a un estrés acumulado y la hipocondría está interpretando estos síntomas de forma catastrófica.
¿Qué puedes hacer para gestionar esto?
Confía en tu terapeuta y psiquiatra: Has dado un paso muy importante al buscar ayuda. Sigue trabajando con ellos. Coméntales estos episodios de forma detallada para que puedan ajustar el tratamiento si es necesario.
Herramientas para la noche:
Respiración diafragmática: Cuando te despiertes con el bochorno, concéntrate en tu respiración. Inhala profundamente por la nariz, llenando el abdomen (no el pecho) y exhala lentamente por la boca. Esto calma tu sistema nervioso.
Toma de conciencia del cuerpo: Recuéstate y concéntrate en relajar cada parte de tu cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Dile a tu cuerpo: "Estoy bien, esto es ansiedad, no es una enfermedad".
No te levantes de la cama: Si no puedes dormir, no te levantes de la cama para evitar asociar tu habitación con la ansiedad. Si tras 20 minutos no has logrado relajarte, sal y haz una actividad tranquila, como leer o escuchar música relajante, pero evita pantallas. Regresa a la cama cuando sientas sueño de nuevo.
Sobre los medicamentos (Orfidal/Atarax): El miedo a la dependencia es muy común y válido.
Atarax (Hidroxicina): No es un somnífero en el sentido estricto. Es un antihistamínico con efecto sedante que se usa para tratar la ansiedad a corto plazo y tiene un perfil de seguridad diferente al del Orfidal.
Orfidal (Lorazepam): Es un ansiolítico de la familia de las benzodiacepinas y puede generar dependencia. Sin embargo, si tu psiquiatra te lo recetó para "uso puntual", es porque confía en que puedes usarlo de forma segura. El objetivo es que lo tomes solo en momentos de crisis para romper el ciclo de ansiedad e insomnio, no como una solución diaria.
Confía en el criterio profesional: Tu psiquiatra evalúa el riesgo/beneficio de cada medicamento. Si te lo ha recetado, es porque considera que es una herramienta útil para que descanses y tu cuerpo pueda recuperarse. Lo importante es que no te automediques y sigas sus pautas.
En resumen, los bochornos nocturnos son un síntoma más de tu ansiedad. Lo más importante ahora es que no te asustes por ellos y que aprendas a gestionarlos como parte de tu proceso de recuperación, con la ayuda de tu terapeuta.
Permíteme explicarte lo que está sucediendo en tu cuerpo desde una perspectiva psicológica.
¿Qué le está pasando a tu cuerpo?
Lo que describes como "bochornos" o sensaciones de calor intenso en el cuerpo (cuello, pecho, abdomen y cara) son síntomas muy comunes de la ansiedad y el pánico. Es una respuesta fisiológica de tu sistema nervioso.
Cuando la ansiedad se dispara, tu cuerpo activa el mecanismo de "lucha o huida". Esto provoca una cascada de reacciones para prepararte para un peligro, incluso si ese peligro solo está en tu mente.
Aumento de la temperatura: El flujo sanguíneo se dirige hacia los músculos grandes para que puedas correr o defenderte. Esta redistribución de la sangre provoca una sensación de calor y rubor en la piel.
Aceleración del pulso y la respiración: Tu corazón late más rápido y tu respiración se acelera para llevar más oxígeno al cerebro y a los músculos.
Tensión muscular: Los músculos se tensan, lo que puede causar rigidez o dolor.
Cuando esto ocurre mientras duermes, te despiertas en medio de una respuesta de pánico nocturno. Te despiertas sobresaltada, sintiendo los síntomas físicos intensos y, lógicamente, te asustas. Este miedo a lo desconocido es lo que te mantiene en un ciclo de ansiedad, lo que a su vez dificulta volver a conciliar el sueño.
Ansiedad, hipocondría e insomnio: Un círculo vicioso
Tu miedo a la enfermedad (hipocondría) se ha enganchado a estos síntomas físicos.
Síntoma físico: Sientes el bochorno.
Miedo: Tu mente te dice "esto no es ansiedad, debe ser una enfermedad grave".
Más ansiedad: El miedo a la enfermedad aumenta, lo que a su vez intensifica el bochorno.
Insomnio: No puedes dormir por la ansiedad y el miedo.
Más miedo: La falta de sueño te hace sentir peor, lo que refuerza la idea de que algo está mal y aumenta la ansiedad.
Es un círculo vicioso muy difícil de romper. Es importante que confíes en que lo que sientes es una manifestación física de tu ansiedad. Tu cuerpo está reaccionando a un estrés acumulado y la hipocondría está interpretando estos síntomas de forma catastrófica.
¿Qué puedes hacer para gestionar esto?
Confía en tu terapeuta y psiquiatra: Has dado un paso muy importante al buscar ayuda. Sigue trabajando con ellos. Coméntales estos episodios de forma detallada para que puedan ajustar el tratamiento si es necesario.
Herramientas para la noche:
Respiración diafragmática: Cuando te despiertes con el bochorno, concéntrate en tu respiración. Inhala profundamente por la nariz, llenando el abdomen (no el pecho) y exhala lentamente por la boca. Esto calma tu sistema nervioso.
Toma de conciencia del cuerpo: Recuéstate y concéntrate en relajar cada parte de tu cuerpo, desde los pies hasta la cabeza. Dile a tu cuerpo: "Estoy bien, esto es ansiedad, no es una enfermedad".
No te levantes de la cama: Si no puedes dormir, no te levantes de la cama para evitar asociar tu habitación con la ansiedad. Si tras 20 minutos no has logrado relajarte, sal y haz una actividad tranquila, como leer o escuchar música relajante, pero evita pantallas. Regresa a la cama cuando sientas sueño de nuevo.
Sobre los medicamentos (Orfidal/Atarax): El miedo a la dependencia es muy común y válido.
Atarax (Hidroxicina): No es un somnífero en el sentido estricto. Es un antihistamínico con efecto sedante que se usa para tratar la ansiedad a corto plazo y tiene un perfil de seguridad diferente al del Orfidal.
Orfidal (Lorazepam): Es un ansiolítico de la familia de las benzodiacepinas y puede generar dependencia. Sin embargo, si tu psiquiatra te lo recetó para "uso puntual", es porque confía en que puedes usarlo de forma segura. El objetivo es que lo tomes solo en momentos de crisis para romper el ciclo de ansiedad e insomnio, no como una solución diaria.
Confía en el criterio profesional: Tu psiquiatra evalúa el riesgo/beneficio de cada medicamento. Si te lo ha recetado, es porque considera que es una herramienta útil para que descanses y tu cuerpo pueda recuperarse. Lo importante es que no te automediques y sigas sus pautas.
En resumen, los bochornos nocturnos son un síntoma más de tu ansiedad. Lo más importante ahora es que no te asustes por ellos y que aprendas a gestionarlos como parte de tu proceso de recuperación, con la ayuda de tu terapeuta.
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