¿Qué puede hacer una persona con diagnóstico ansioso-depresivo si, tras un proceso largo con TCC, su

Gracias por compartir una situación tan compleja y delicada. Lo que estás atravesando no solo es doloroso, sino que también puede generar mucha confusión, especialmente cuando ya has hecho un proceso terapéutico largo, has invertido energía y no sientes un cambio profundo o sostenido.

Lo primero que quiero decirte como psicoterapeuta es que no estás solo/a en esto. Muchos pacientes se encuentran, en algún momento, en ese espacio intermedio: han trabajado, han intentado, pero no acaban de entender del todo qué les pasa ni cómo seguir. Y eso, lejos de ser un fracaso, suele ser una señal de que hay algo más profundo que aún necesita ser abordado desde otra mirada.

Algunas ideas importantes a tener en cuenta:

1. La TCC es una gran herramienta, pero no lo abarca todo:

La Terapia Cognitivo-Conductual es muy útil para trabajar síntomas, patrones de pensamiento y conductas problemáticas. Pero en algunos casos, especialmente cuando hay malestares más existenciales, identitarios o relacionales, puede ser necesario un enfoque más integrador o profundo.

Tal vez sea momento de explorar otras orientaciones terapéuticas, como:

- Terapia centrada en la compasión (CFT)

- Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT)

- Terapias humanistas o existenciales

- Terapia psicodinámica o relacional

- Enfoques basados en el trauma (como EMDR)

No se trata de empezar desde cero, sino de encontrar un enfoque que hable el lenguaje emocional que tú necesitas ahora.

2. No necesitas estar “peor” para retomar terapia.

A veces creemos que solo debemos volver a terapia cuando estamos en crisis. Pero la estabilidad relativa también puede ser un buen momento para profundizar, explorar sin urgencia y construir con más solidez.

Si sientes que algo no está del todo bien, aunque no sepas ponerle nombre, ese ya puede ser un buen momento para volver. La terapia no es solo para apagar fuegos, también es para comprender, resignificar y crear algo nuevo.

3. No es que no se pueda mejorar. Es que aún no diste con el camino que tu malestar necesita.

Lo que estás sintiendo puede ser una mezcla de agotamiento, desánimo y pérdida de esperanza. Y eso también forma parte del cuadro ansioso-depresivo. Pero eso no significa que no haya salida, sino que quizás tu proceso necesita una pausa, un nuevo encuadre o un terapeuta con una sensibilidad diferente.

Orientación general:

- Valida lo que ya hiciste: has trabajado, te has implicado, has buscado ayuda. Eso no se borra.

- No sientas que buscar a otra persona es fallar. Es cuidar de ti con más conocimiento de lo que necesitas ahora.

- Puedes usar este momento para reflexionar sobre qué sí te ayudó, qué echaste en falta, qué temas quedaron sin abordar.

- Incluso una primera sesión con un nuevo terapeuta puede ayudarte a aclarar si es momento de trabajar ahora o más adelante.

- Tu confusión es válida, pero no definitiva. A veces, lo más importante no es tener todas las respuestas, sino dar un pequeño paso en dirección al cuidado. Y ese paso, puede empezar por volver a preguntarte: ¿qué necesito hoy para sentirme un poco más acompañado/a, más comprendido/a, más sostenido/a?

Un abrazo y mucha fuerza ;) Tu proceso sigue, aunque ahora puedas sentir que se ha detenido.

Lamento que estés pasando por este momento tan confuso. Cuando la terapia no parece avanzar, es natural sentir frustración o incertidumbre. Pero que un profesional recomiende continuar con otro no significa que no haya salida, sino que quizás se necesita un enfoque distinto. En estos casos, puede ser útil explorar otras corrientes terapéuticas (como la terapia humanista, psicodinámica o basada en compasión), o incluso enfoques integrativos.

No es necesario esperar a "estar peor" para retomar terapia; buscar ayuda en este momento puede prevenir un mayor malestar. La clave es encontrar un espacio terapéutico donde puedas sentirte comprendido y acompañado para seguir explorando lo que estás viviendo, incluso si no lo entiendes del todo aún. La mejor señal de cuándo volver es precisamente cuando te haces esta pregunta.

Hola.

Lo primero que quiero decirte es que entiendo profundamente la frustración que puede generar una situación así. Pasar por un proceso largo de terapia, comprometerte, hacer el trabajo, y que aun así te digan: “hasta aquí puedo ayudarte”, puede sentirse como un pequeño derrumbe. Como si estuvieras en una sala de espera sin puerta de salida.

Pero no estás estancada. Estás en una fase distinta del camino. Una más confusa, sí. Más incómoda. Pero también más honesta.

Cuando has hecho TCC (Terapia Cognitivo-Conductual) durante un tiempo largo y notas que, pese a los avances, algo sigue sin resolverse del todo, es posible que lo que necesites no sea “más de lo mismo” ni un nuevo terapeuta replicando la misma lógica. Quizás lo que toca ahora es un cambio de enfoque terapéutico. No todos los modelos funcionan igual para todas las personas, ni todos los momentos vitales requieren el mismo abordaje.

Hay veces en que el sufrimiento tiene raíces más profundas, más difusas, que no encajan del todo en protocolos estructurados. En esos casos, enfoques más integrativos, humanistas o psicodinámicos pueden ofrecer un espacio diferente. No mejor ni peor. Simplemente distinto.

Y ahora lo más importante: que no entiendas del todo tu malestar no significa que no pueda aliviarse. Muchas veces, antes del cambio verdadero, hay una etapa de niebla. Una especie de crisis sin nombre. Eso no significa que estás retrocediendo. Significa que estás empezando a sentir desde otro lugar. Más desde el cuerpo, desde la vivencia, no solo desde la cabeza.

Respecto a cuándo retomar terapia, la idea de “esperar a estar peor” no es la más amable contigo. No hace falta tocar fondo para pedir ayuda. De hecho, cuanto antes se intervenga, más recursos puedes tener cuando lleguen los días difíciles.

¿Orientación general? Sí: no lo dejes. No renuncies. No porque estés fallando tú, ni porque la terapia no funcione. Sino porque quizás aún no has dado con el tipo de vínculo terapéutico o de enfoque que tu historia necesita. Y eso no es culpa tuya. A veces se trata de seguir buscando hasta encontrar un espacio donde no tengas que “ser la paciente que progresa”, sino simplemente ser tú, tal como estás. Sin explicaciones. Sin exigencias. Solo siendo.

Y desde ahí, muchas cosas pueden empezar a moverse.

Un abrazo
Saludos.

Laura Torreblanca

Hola. La TCC suele funcionar, pero siempre defiendo que cada persona necesita un enfoque individual oara atender a sus problemas. Habrá quien se beneficie más de terapias contextuales, de una visión sistémica, o de una intervención puramente cognitiva, por ejemplo. Creo que es buena idea buscar otro profesional y empezar explicándole estos intentos que no han funcionado, para trabajar desde otro enfoque. Si quiere pedir visita conmigo estoy a su disposición.

Está claro que no ha encontrado el profesional adecuado que le haya ayudado a entender y aceptar su malestar emocional. Le recomiendo que no ceje su empeño en continuar conociéndose a si mismo para comprender lo que le ocurre y sobre todo cual es el origen de su problemática, cuando uno es consciente del origen de su problema está mas preparado para afrontarlo de forma adecuada.

Hola, en ocasiones los procesos cuando se alargan y no hay percepción de avance, es recomendable la derivación hacia otro profesional, que pueda dar un enfoque en ocasiones diferente al que se estaba dando, o que aporte un enfoque terapéutico diferente.

No es necesario “estar peor” para retomar ayuda: pedir apoyo ahora es una forma de cuidarse antes de hundirse más. Lo importante es no quedarse solo con la sensación de que ya no hay salida.

Un saludo y espero que pronto pueda encontrar mejoría.

Es complicado pero no imposible. Cuando los resultados de una terapia no son positivos y se repiten con varios terapeutas puede ser por varios motivos. Uno de ellos es la conexión terapeuta paciente, si no se da transferencia entre ellos es difícil llevar adelante un tratamiento. Otro motivo puede ser las resistencias del paciente que tiene que ver con sus experiencias del pasado. Yo siempre pongo el símil de un nadador de fondo que hace una larga travesía en solitario al que acompaña una embarcación para el avituallamiento o solucionar cualquier problema, el nadador es el paciente y el que va en la embarcación es el terapeuta, el que ha de hacer el mayor esfuerzo es el nadador y el de la embarcación está para ayudarlo.
El hecho de que con dos terapeutas no se hayan obtenidos buenos resultados no quiere decir que con un tercero no los haya. No sería la primera vez que un paciente, después de haber probado con varios terapeutas de con uno con el que obtenga resultados. No es necesario que este peor para buscar ayuda.
Espero que encontréis el terapeuta adecuado.

Buenos días, si te sientes mal, lo mas conveniente es buscar otro profesional hasta encontrar la persona que te pueda ayudar. Lamentablemente a veces no todos los profesionales pueden ayudar a todos los pacientes, si quieres que hablemos, tienes mi perfil a disposición, un abrazo.

Buenas.
A la hora de elegir terapeuta, mi recomendación personal va a ser siempre acudir a terapias con evidencia científica. El conductismo y las terapias basadas en éste, como lo son las terapias contextuales y de tercera generación, son siempre una excelente opción para abordar el problema de una forma individualizada y no reduccionista.
Es importante entender en qué manera ese malestar está afectando e incidiendo en la vida del consultante, y en qué contexto y/o circunstancias ocurre. De esta manera se pueden entender estas conductas ansiosas y 'depresivas' dentro de su historia personal, y trabajar por ir adoptando nuevas conductas más funcionales para él.
Respecto a cuándo retomar el proceso terapéutico, desde que el malestar supone una limitación en el funcionamiento de la persona, puede considerarse apropiado. No es necesario ni mucho menos llegar a un nivel de sufrimiento extremo para "merecerse" ayuda psicológica.
Siempre es buen momento para volver a empezar, para darse otra oportunidad :) Espero que encontréis una solución más afín a vuestras necesidades !

Cuando una persona con diagnóstico ansioso-depresivo ha hecho un proceso largo en terapia, es normal que en algún momento surjan dudas o una sensación de estancamiento. Esto no significa necesariamente que no haya servido, sino que quizá ha llegado el momento de replantear el acompañamiento.

En estos casos, es legítimo considerar un cambio de terapeuta. A veces, una nueva mirada, un estilo distinto o un enfoque terapéutico diferente pueden ofrecer justo lo que necesitas para avanzar. Cambiar de profesional no invalida el trabajo hecho hasta ahora; al contrario, puede ayudarte a integrarlo de otro modo y continuar creciendo.

También puedes comentar con tu terapeuta actual cómo te estás sintiendo. En ocasiones, poner en común esa sensación permite reconectar con el proceso o redirigirlo hacia objetivos más ajustados a lo que necesitas ahora.

En cualquier caso, no hace falta esperar a estar peor para buscar apoyo. Si estás atravesando una etapa confusa o de malestar indefinido, ese también puede ser un buen momento para retomar la terapia, iniciar un nuevo proceso o simplemente darte un espacio de escucha y cuidado. El camino no siempre es lineal, pero puede seguir siendo valioso.

Es entendible que, tras varios procesos con enfoques cognitivo-conductuales (TCC), te preguntes por qué el malestar persiste o por qué vuelve a aparecer. La TCC suele centrarse en los pensamientos y conductas actuales, ayudando a manejar síntomas y modificar patrones de respuesta. Es útil para ciertas dificultades, pero a veces no explora en profundidad el origen o el sentido más inconsciente del malestar.
La terapia psicoanalítica, en cambio, se interesa por comprender cómo se han ido construyendo a lo largo de tu historia esas formas de sentir, pensar y relacionarte. No busca sólo aliviar síntomas (aunque eso también ocurre), sino explorar el trasfondo: los conflictos internos, las emociones reprimidas, las huellas de experiencias pasadas que a menudo operan sin que lo notemos, y que pueden estar sosteniendo la ansiedad o la tristeza actuales.
Este tipo de trabajo no tiene un tiempo fijo ni se basa en “herramientas rápidas”, porque el objetivo no es solo manejar lo que ahora te angustia, sino entender qué hay detrás, de dónde viene, qué sentido tiene en tu historia, y así lograr cambios más profundos y duraderos.
Si te interesa, podemos hablar más sobre cómo sería un proceso psicoanalítico adaptado a ti, qué puedes esperar y qué implicaría. Así podrás decidir si es el camino que ahora te hace más sentido.

Lo que describes es una situación difícil y frustrante, y es comprensible que genere confusión y desánimo. A veces, después de un proceso largo de TCC, algunas personas pueden necesitar cambiar de enfoque terapéutico o probar otra orientación, no porque el progreso sea imposible, sino porque ciertos problemas requieren estrategias diferentes o una mirada distinta. Que ya hayas tenido experiencias similares con otros profesionales no significa que no puedas mejorar; solo indica que quizás se necesita tiempo y paciencia para encontrar la combinación adecuada de apoyo y método.

En estos casos, algunas orientaciones generales son: mantener una actitud activa hacia tu bienestar, buscar información sobre distintos tipos de terapias (por ejemplo, terapia basada en la aceptación y el compromiso, terapia interpersonal, terapia psicodinámica, terapia de apoyo, entre otras), y no esperar a estar en un punto crítico para retomar ayuda. No es necesario esperar a “empeorar” para buscar apoyo; de hecho, intervenir antes puede ser más efectivo. También puede ser útil apoyarse en hábitos de autocuidado y rutinas saludables: sueño regular, ejercicio, contacto social y actividades que aporten significado o placer, que aunque no sustituyen la terapia, ayudan a estabilizar el ánimo.

Por último, recuerda que buscar ayuda profesional no significa fracaso. Cambiar de terapeuta o probar enfoques distintos puede ser una estrategia positiva, y dar pasos aunque sean pequeños sigue siendo avanzar. Si quieres, puedo ayudarte a explorar alternativas terapéuticas y estrategias prácticas para manejar este periodo de incertidumbre.