hace un tiempo vi unos videos de nopor z00fil1c0 y me sentí muy mal y culpable, pero desde ahí no he

Como bien dices, son pensamientos intrusivos. Te recomiendo acudir a terapia para aprender a manejarlos y no te generen ese malestar.

Hola, lamento mucho que estés pasando por esto. Es importante que sepas que no estás solo y que hay formas de abordar estos pensamientos intrusivos que te están causando tanta angustia. Te recomiendo iniciar terapia psicológica con un profesional. Saludos.

Hola! En ocasiones, cuando más “inmoral” nos resulta un pensamiento, más queremos evitarlo (precisamente por miedo o malestar) y por consiguiente más intrusivo se vuelve. No olvides que es solo un pensamiento, y que lo pienses no significa que sea real. Los pensamientos no resultan dañinos de por sí, si conseguimos no fusionarnos con ellos. En todo caso, si te sigue resultando complicado el manejo de esto, te recomiendo que acudas a un profesional que te pueda ayudar.

Hola! Los pensamientos intrusivos son ideas involuntarias que irrumpen en la mente como imágenes, palabras o impulsos, sin motivo aparente. Su contenido perturbador o inmoral genera emociones negativas como vergüenza, culpa, miedo y ansiedad. Se les llama "intrusivos" porque describe algo no deseado y molesto que se infiltra en la conciencia sin previo aviso.
Los pensamientos intrusivos suelen ser contrarios a los propios principios de la propia persona.
No obstante, los pensamientos intrusivos son parte de la actividad normal y saludable del cerebro y no afectan la vida cotidiana de las personas. Estos pensamientos aparecen y desaparecen sin mayor impacto.
No obstante, para algunas personas, los pensamientos intrusivos pueden convertirse en un problema significativo. Esto ocurre cuando adquieren un peso considerable en el pensamiento general del individuo, generalmente debido a:

- La incapacidad de tolerar el desagrado que generan (asco, culpa, miedo, vergüenza...).
- La creencia de ser un "monstruo", "degenerado" o "loco" por tener estos pensamientos.
- La percepción de que tienen un valor premonitorio ("si lo he pensado, puede pasar").

Como resultado, surge una necesidad urgente de eliminar estos pensamientos de la mente, lo que paradójicamente lleva a un efecto rebote.
La clave para manejar los pensamientos intrusivos es reducir la importancia que se les ha dado con el tiempo. Esto se logra aceptándolos, es decir, permitiéndose a uno mismo pensar en ellos sin intentar eliminarlos. Para conseguir esto, es esencial enfrentarse a las sensaciones incómodas que estos pensamientos generan y observarlos de manera objetiva.

Hola! En primer lugar comentarte que está situación es normal, ya que la adolescencia es una etapa, a parte de cambio hormonal muy fuerte, de experimentación y auto exploración del cuerpo, gustos, orientación e identidad sexual, etc. Por otro lado, esos pensamientos de culpabilidad y malestar que te generan tanto dolor, son los llamados pensamientos intrusivos, que como muy bien te han explicado mis compañer@s, son pensamientos y no definen a una persona siempre y cuando sepamos diferenciar que son pensamientos y no la realidad. Existen muchas estrategias y maneras de abordar estos pensamientos para que cesen, pero para ello necesitarás ayuda de un psicólogo/a a lo largo de este proceso. Mucho ánimo y por aquí estoy!

Hola, gracias por hacer la pregunta.

Por la descripción que das tienen toda la pinta de ser obsesiones (pensamientos intrusivos, irracionales, que generan culpa, ansiedad o malestar en general). El manual diagnóstico de los trastornos mentales lo llamaría TOC (Trastorno obsesivo compulsivo) si cumpliera una serie de criterios.

Puede estar comenzando el trastorno, que en gran parte es aprendido y alimentado por nuestro desconocimiento.

Las obsesiones pueden tener muchas temáticas, tantas como ideas podamos tener: contaminación, sexo, seguridad, duda obsesiva, temas bizarros o extraños. Pero sea la temática que sea, la radiografía (en psicología llamamos topología de la conducta) es la misma: pensamiento que invade, provoca malestar e intentamos neutralizarlo. Pero esta neutralización, el la responsable del mantenimiento del bucle.

Un saludo y espero haberte ayudado a entender un poco mejor lo que puede estar ocurriéndote.

Gracias por compartir tu historia. Imagino que no debe ser fácil estar pasando por esa situación. Como bien dices, se trata de pensamientos intrusivos que todos podemos tener en algún momento de nuestra vida. Lo que marca la diferencia no es tenerlos o no, si no la importancia que les damos, que muchas veces hace que aparezcan más a menudo. Lo más importante es que sepas que no somos lo que pensamos. Te recomiendo hacer terapia psicológica para trabajar estos pensamientos intrusivos y que no vayan a más.

¡Hola! Es normal sentir angustia por pensamientos intrusivos, especialmente en la adolescencia. Tener esos pensamientos no significa que vayas a actuar de cierta manera.

Buscar apoyo de un profesional o alguien de confianza puede ayudarte a manejar la ansiedad que generan. Recuerda que no estás solo en esto y hay formas de trabajar en tu bienestar.

¡Cuídate!

Dolo Boix
CV18993

¡Buenos días!
Entiendo tu angustia. Sin embargo, los pensamientos son pensamiento, eso no significa que tengas una etiqueta u otra. Tener esos pensamiento no significa que vayas a actuar de esa manera. Si estos pensamiento, te siguen generando malestar, te recomiendo que acudas a un psicólogo que pueda ayudarte. Muchas gracias y un saludo.

Entiendo que esta situación te está generando mucha angustia, pero es importante reconocer que lo que estás experimentando parece ser una forma de pensamiento intrusivo, que es común en muchas personas, especialmente durante la adolescencia. Los pensamientos intrusivos pueden ser muy perturbadores y no reflejan quién eres ni lo que realmente deseas. El hecho de que no sientas ninguna atracción hacia animales y que te cause malestar pensar en ello es un buen indicio de que estos pensamientos no son representaciones de tus verdaderos deseos o intenciones.

La ansiedad y la culpa que sientes son reacciones normales ante estos pensamientos, pero debes entender que tener un pensamiento no significa que lo vayas a llevar a cabo. Los pensamientos intrusivos no son algo que puedas controlar completamente, pero puedes aprender a manejarlos de manera efectiva. La clave está en no juzgarte ni darle más peso a esos pensamientos, porque el juicio solo refuerza la ansiedad.

Te sugiero que hables con un profesional de la salud mental, como un psicólogo, que te pueda ayudar a entender mejor estos pensamientos, cómo gestionarlos y, si es necesario, ofrecerte herramientas para reducir la ansiedad que sientes. Además, es importante que te enfoques en lo que realmente sientes y en lo que te hace sentir bien, sin culparte por lo que piensas en momentos de ansiedad.

Recuerda que estos pensamientos no definen quién eres ni tu orientación sexual. La salud mental es fundamental, y hablar sobre lo que te preocupa es el primer paso para sentirte mejor.

Primero que todo, quiero que sepas que lo que estás experimentando no te define como persona, ni refleja tus verdaderos deseos ni tu identidad. Los pensamientos intrusivos, como los que mencionas, son comunes en muchos momentos de la vida, especialmente en la adolescencia, que es una etapa de grandes cambios hormonales y emocionales. Estos pensamientos pueden ser perturbadores, pero es importante recordar que tener un pensamiento no significa que lo vayas a llevar a la práctica ni que se convierta en parte de tu identidad.

Los pensamientos intrusivos suelen ser involuntarios, y no reflejan nuestros valores ni lo que realmente deseamos hacer. Pueden surgir de la ansiedad, el estrés o incluso de la curiosidad natural, especialmente cuando estás en una etapa de autodescubrimiento y exploración. A veces, al intentar evitar o reprimir estos pensamientos, puede que más fácilmente se queden en tu mente, causando más angustia. Esto es completamente normal, pero también algo que se puede manejar.

¿Qué puedes hacer al respecto?

1. Aceptar el pensamiento sin juzgarte: Es importante que no te castigues por tener estos pensamientos. La autocrítica solo empeora la ansiedad y el malestar. Los pensamientos no son una indicación de tus deseos reales. Reconocer que son solo pensamientos, no hechos, es el primer paso para liberarte de su carga emocional.


2. Distanciarte emocionalmente de los pensamientos: En lugar de luchar contra ellos, intenta observarlos sin engancharte con ellos. A veces, cuanto más luchamos, más persistentes se vuelven. Una técnica útil es observar el pensamiento como si fuera una nube pasando por tu mente, sin reaccionar ante él.


3. Practicar la autocompasión: Hablarte con amabilidad y ser compasivo contigo mismo puede ayudarte a reducir la ansiedad. La adolescencia es una etapa de muchas dudas, cambios y exploración. No te hace "malo" tener pensamientos que no deseas, lo importante es cómo decides manejarlos.


4. Hablar con un profesional: Si sientes que estos pensamientos te están afectando mucho y no sabes cómo manejarlos por ti mismo, hablar con un psicólogo especializado en trastornos de ansiedad o pensamientos intrusivos podría ser muy útil. Un terapeuta puede ayudarte a entender la raíz de estos pensamientos y darte herramientas para gestionarlos de manera saludable.



Recuerda que los pensamientos no tienen poder sobre ti a menos que los dejes tomar control de tus emociones y acciones. Tienes la capacidad de ser consciente de ellos sin que definan lo que eres. Está bien pedir ayuda si lo necesitas, y buscar maneras de cuidar tu salud mental.

Gracias por compartir algo tan personal, ver algo que te impacta y que no encaja con tus valores puede dejarte muy tocado, sobre todo en una etapa como la adolescencia donde todo se vive con mucha intensidad. Pero que te haya impresionado o te haya dado vueltas después no significa que eso diga nada sobre ti como persona.

Lo que probablemente está pasando aquí es que tu mente se ha enganchado a una especie de “¿y si…?” constante, típico de muchos casos donde hay ansiedad: ¿y si soy eso?, ¿y si me convierto en eso?, ¿y si me estoy mintiendo a mí mismo? El problema no es el contenido del pensamiento, sino la relación que estás teniendo con él: intentar analizarlo, comprobarlo, resistirte o buscar certezas… solo lo hace más grande.

Y no, no tiene pinta de que eso tenga nada que ver con tu orientación sexual, ni con que te gusten los perros ni nada por el estilo. Tiene pinta de que has tenido una experiencia que ha activado mucho malestar, que le das vueltas porque te importa no ser ese tipo de persona, y que te está costando salir del bucle porque quieres certezas absolutas. Spoiler: no las vas a tener. Pero puedes vivir sin ellas.

Mi consejo no es que “intentes no pensar en ello” ni que “te distraigas”, sino que empieces a observar cómo funciona ese ciclo: qué dispara el malestar, cómo reaccionas tú, qué haces con la emoción o la duda. No es lo que piensas, es lo que haces con eso. Y ahí es donde se puede trabajar, con ayuda si hace falta.

Y sobre todo: no eres tu pensamiento. Eres lo que decides hacer ahora con lo que te pasa.

Gracias por confiar en mí para hablar de algo tan delicado. Lo que estás describiendo parece estar relacionado con pensamientos intrusivos, que son ideas no deseadas, repetitivas y angustiantes que pueden aparecer en la mente sin que uno las quiera. Son comunes en la adolescencia, una etapa de grandes cambios hormonales, emocionales y cognitivos, donde la identidad y la sexualidad están en proceso de formación.

El hecho de que te hayas sentido mal tras ver ese contenido, que no lo hayas vuelto a buscar, y que no sientas ningún tipo de estímulo hacia animales, son señales claras de que no estás actuando por deseo, sino que estás lidiando con una idea que te genera ansiedad. Esto es muy distinto a tener una orientación o preferencia real. Lo que te está afectando es el miedo a lo que ese pensamiento podría significar, no el pensamiento en sí.

Es importante que sepas que muchas personas experimentan pensamientos intrusivos de contenido sexual, violento o moralmente perturbador, y eso no los define. Lo que sí puede ayudarte es hablar con un profesional que te ayude a entender por qué aparecen, cómo manejarlos y cómo reducir la ansiedad que generan.

No estás solo, y no estás “mal” por tener miedo. Estás buscando ayuda, y eso es un paso valiente.

Si lo deseas, te ofrezco una consulta psicológica online gratuita para que puedas hablar sin prejuicios de lo que está pasando.

Hola. Agradezco mucho la confianza que has depositado en mí para hablar de algo tan personal y angustiante. Lo que describes es una experiencia muy dolorosa, pero quiero que sepas que lo que estás sintiendo no te define como persona. Es un problema muy real, pero tiene solución.

Lo que estás experimentando son pensamientos intrusivos. Estos pensamientos son ideas, imágenes o impulsos que aparecen en la mente de manera no deseada, incontrolable y que te causan un gran malestar. Es crucial entender que tener un pensamiento no es lo mismo que querer actuar en consecuencia. El hecho de que te sientas tan mal y culpable por ellos es la prueba de que no son algo que desees.

Tu mente no está buscando un estímulo, está buscando una amenaza. Al igual que con los pensamientos de hacer daño o escaparte que tuviste en el pasado, tu mente ha encontrado una nueva "amenaza" en estas ideas.

¿Por qué te pasa esto?
Lo que describes encaja perfectamente con un tipo de Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). El TOC no es solo sobre la limpieza o el orden, sino que se manifiesta con obsesiones (pensamientos intrusivos) y compulsiones (rituales para neutralizar esos pensamientos, como el miedo, la culpa o el intento de responderte a ti mismo si eres o no de esa manera).

Obsesión: El pensamiento persistente de "llegar a ser zoofílico".

Compulsión: El malestar, la culpa y la necesidad de responderte a ti mismo "cien veces" que no es así.

Tu cerebro ha quedado atrapado en un ciclo. Cuanto más intentas alejar o responder al pensamiento, más fuerte se vuelve. Esta es la característica central del TOC. La edad y los cambios hormonales pueden aumentar la intensidad de la ansiedad, pero la raíz del problema es un patrón de pensamiento y no tu orientación sexual o tus hormonas.

¿Qué puedes hacer para superarlo?
Busca ayuda profesional: El paso más importante que puedes dar es buscar un psicólogo especializado en TOC. La terapia más efectiva para esto es la Terapia de Exposición y Prevención de Respuesta (ERP), un tipo de terapia cognitivo-conductual (TCC). Un profesional te ayudará a romper el ciclo del TOC, enseñándote a dejar de luchar contra esos pensamientos para que pierdan su poder.

No te avergüences: Entiendo que hablar de esto puede darte muchísima vergüenza, pero es vital que seas honesto con el profesional. Un terapeuta está ahí para ayudarte sin juicio, y saben que el contenido de los pensamientos del TOC no define a la persona.

Lee sobre el TOC: Busca libros sobre el Trastorno Obsesivo-Compulsivo. Aprender sobre él te ayudará a entender que lo que te sucede tiene un nombre y no es una señal de que eres una mala persona. Te recomiendo autores como Sally Winston o Jon Hershfield, que son expertos en el tema.

Recuerda, no estás solo en esto, y lo que sientes es un síntoma, no una verdad. El hecho de que busques ayuda demuestra tu valentía y tu deseo de vivir una vida en paz. Confía en el proceso.

Que tengas pensamientos acerca de un tema concreto no significa que esto te defina o hable de ti. Los pensamientos vienen y van pero no tienen porque corresponder con la verdad o la realidad.
Quizás, es mejor recibirlos desde la aceptación, dejar que pasen por la mente pero no darle más importancia. Desde el rechazo lo único que conseguirás es que aumenten su frecuencia e intensidad. Todos tenemos pensamientos incomodos en algún momento, es bastante normal.