He tenido problemas con mi pareja porque me ha dado vergüenza el mostrar mi cuerpo desnudo frente a
11
respuestas
He tenido problemas con mi pareja porque me ha dado vergüenza el mostrar mi cuerpo desnudo frente a él, me lo ha dicho que ha querido que yo le muestre mi cuerpo, lo he hecho poco a poco mostrando más por videos y fotos, vamos para dos años, es mi primera relación de pareja, a pesar de mi verguenza lo he hecho, y me ha dicho que no se siente querido, no se, ya esta cansado porque me dice que quiere una conducta más sexual de mi parte, y que ya esta cansado de la misma situación de que voy a cambiar y no cambia, he hecho por mostrar un poco más de mi poco a poco, pero no ha ayudado, por otra parte para que yo me sienta más sexual necesito mas conexión, más consistencia, seguridad, aspecto que no he recibido últimamente por su parte por los problemas que hemos tenido, inconsistencias, fluctuaciones en el afecto, por lo tanto no me sale, que puedo hacer para trabajar en mi vergüenza ya que eso ha afectado a mi relación, ahorita mi novio ya esta cansado y no quiere ya darme explicaciones, me siento confundía, porque pienso que voy haciendo bien las cosas, pero estalla en un conflicto otra vez, que intento resolver pero estalla :(
Hola, lo importante es que vayas conectando contigo primero, poder verte a ti misma y explorarte, mimarte mucho, y asi poco a poco ganaras confianza primero contigo. Luego de a poco siempre de manera gradual puedes ir cada vez que tienen un encuentro solo descubrir una parte solo una, pero siempre de manera gradual y cuando te sientas cómoda ir avanzando. Las inhibiciones se pueden vencer pero siempre de una cosa a la vez. Si no lo logras es importante que consultes con un profesional, siempre agradeciendo que esto que te ocurre no es algo para sufrir sino que hay algo que te esta señalando que tienes que ponerte a trabajar en ello, el cuerpo siempre "da señales", si no puedes mostrar tu cuerpo quizá eso detrás pueda haber algo en tu historia que sea necesario trabajar con un profesional y a la vez, que de la mano de ese profesional vayan viendo como ir en el paso a paso para animarte cada vez un poquito mas. Suerte con eso!
Entiendo tu vergüenza y la necesidad de conexión que sientes antes de mostrarte más íntima; ambas son legítimas. La clave está en comunicar con sinceridad tus límites y necesidades emocionales, y también en que él entienda que el cambio lleva tiempo y confianza. Trabajen juntos desde el respeto, sin presiones, y considera buscar apoyo profesional para fortalecer esa conexión y tu autoestima.
Un saludo,
Dolo Boix, CV18993
Un saludo,
Dolo Boix, CV18993
Gracias por compartir algo tan íntimo y difícil. Lo que estás viviendo no solo es doloroso, sino también profundamente confuso, porque te encuentras en el cruce entre tu necesidad de respeto, seguridad y tiempo para crecer, y el deseo o exigencia del otro de algo que parece ir más rápido de lo que tú puedes o estás lista para ofrecer. Y cuando eso se junta con el afecto, el vínculo amoroso y la idea de estar fallando como pareja, es fácil que acabes dudando de ti misma. Pero hay algo importante que quiero decirte desde el principio: lo que sientes es legítimo. Sentir vergüenza con tu cuerpo no te convierte en una persona cerrada ni poco amorosa. Es una emoción que muchas personas cargan, a veces como resultado de una historia personal, de mensajes que han recibido sobre el cuerpo o la sexualidad, o de la forma en que han aprendido a vincularse. No es una falla, es una parte que necesita cuidado.
Tú has mencionado que esta es tu primera relación de pareja, y eso también tiene peso. En una primera relación se están descubriendo muchas cosas a la vez: qué significa compartir con alguien, cómo se vive la intimidad, cómo se gestiona el miedo al rechazo, cómo se negocian los ritmos y las diferencias. Si además vienes con una historia previa en la que el cuerpo o la sexualidad te generaban inseguridad, es lógico que todo esto aparezca con intensidad. Es como si se removieran muchas capas internas que nunca habían sido del todo miradas, y eso puede asustar. Que tú hayas ido mostrando más de ti poco a poco, incluso con vergüenza, habla de un deseo genuino de acercarte, de querer cuidar la relación. Pero muchas veces eso no es inmediato ni visible para el otro si no hay un espacio de empatía mutua. Porque lo cierto es que a veces, aunque uno haga avances enormes desde dentro, el otro no los ve porque está esperando otra cosa. Está esperando que “de repente” seas de una manera más abierta, más activa sexualmente, sin entender que lo que para él es “natural” para ti puede ser una conquista emocional enorme.
Y ahí aparece el dolor. Porque tú sientes que estás haciendo esfuerzos sinceros, pero él te dice que está cansado. Tú das pasos que para ti son importantes —mostrar más, exponerte un poco más— pero desde su lado eso parece no ser suficiente. Y lo peor es que él no solo te lo dice, sino que empieza a dejar de explicarte, a retirarse. Esa retirada es devastadora porque alimenta una de las heridas más profundas que hay en el vínculo: la sensación de que “haga lo que haga, no basta”. Y esa sensación no solo duele; paraliza. Te pone en una posición de culpa, de duda, de no saber si el problema es tu ritmo, tu historia, tu forma de amar, tu cuerpo, o si en realidad hay algo más que no se está hablando.
Dices algo muy importante: que para poder sentirte más sexual, necesitas seguridad, consistencia, conexión. Y esto es clave. La sexualidad no es algo que se activa como un interruptor, especialmente para quienes, como tú, necesitan un entorno de confianza para abrirse del todo. Si lo que hay últimamente son fluctuaciones afectivas, discusiones, idas y venidas, entonces tu sistema emocional va a protegerse. Y uno de los modos en que se protege es cerrando el deseo, cerrando el cuerpo. No porque no quieras, sino porque no puedes forzarte a desear cuando el terreno emocional no está firme. Por eso no es solo un tema de “mostrar más” o “actuar más sexual”. Es mucho más profundo: se trata de cómo te sientes por dentro en este vínculo, de si sientes que hay un suelo seguro donde puedas florecer.
Tu pareja tiene derecho a expresar lo que necesita, por supuesto. Pero hay una gran diferencia entre expresar y exigir, entre compartir y presionar. Cuando alguien dice que ya está cansado, que ya no quiere dar explicaciones, mientras tú estás intentando resolver y dar pasos, algo se rompe en la comunicación. Porque deja de haber un espacio donde se puedan encontrar los dos mundos: el tuyo, más reflexivo, más lento, más cuidadoso; y el suyo, quizás más impulsivo, más urgente, más centrado en el deseo. Pero que tú necesites tiempo, conexión y seguridad para abrirte no significa que no quieras. Y si eso no puede ser entendido, entonces te están pidiendo algo a cambio de lo cual estás teniendo que pagar con dolor, con autoexigencia, con dudas sobre ti misma.
¿Qué puedes hacer tú ahora? Primero, necesitas abrazar tu proceso como algo válido. No como algo que haya que forzar o corregir para “encajar”. Trabajar en la vergüenza con el cuerpo implica tiempo, acompañamiento terapéutico si puedes, pero sobre todo un entorno donde no tengas que esconder esa parte de ti. Donde puedas decir: “Me cuesta, pero estoy en ello, y necesito que lo veas”. Un entorno donde tu ritmo sea bienvenido, no castigado. Puedes escribir sobre tu relación con tu cuerpo, explorar de dónde viene esa vergüenza, preguntarte qué figuras del pasado están asociadas al pudor, al miedo al juicio. Puedes ir exponiéndote poco a poco, sí, pero desde un lugar que sea tuyo, no solo como respuesta a una amenaza de ruptura.
Y a la vez, necesitas preguntarte si esta relación te está acompañando o te está presionando. Si puedes hablar y ser escuchada, o si cada vez que intentas explicar, se cierra una puerta. No para dejarla ya, no para tomar decisiones rápidas, pero sí para ser honesta contigo misma: ¿cuánto puedes seguir creciendo aquí?, ¿hay espacio para tu vulnerabilidad?, ¿hay escucha verdadera? Porque tú no estás fallando. Estás aprendiendo, y eso requiere amor, paciencia y reciprocidad. La sexualidad florece en terreno fértil, no en medio de la presión o la amenaza. Y si tu pareja no puede entender eso, quizás también tiene que revisar qué significa para él el deseo, el afecto, la espera.
Estás haciendo lo mejor que puedes, con lo que tienes, con lo que sabes. Y eso, aunque hoy te duela, es un acto de valentía. No estás rota, no estás mal. Solo necesitas un poco más de cuidado, de espacio para ti, de verdad compartida. Ojalá también puedas encontrar eso con él. Y si no, que encuentres el coraje para seguir buscándolo en ti.
Tú has mencionado que esta es tu primera relación de pareja, y eso también tiene peso. En una primera relación se están descubriendo muchas cosas a la vez: qué significa compartir con alguien, cómo se vive la intimidad, cómo se gestiona el miedo al rechazo, cómo se negocian los ritmos y las diferencias. Si además vienes con una historia previa en la que el cuerpo o la sexualidad te generaban inseguridad, es lógico que todo esto aparezca con intensidad. Es como si se removieran muchas capas internas que nunca habían sido del todo miradas, y eso puede asustar. Que tú hayas ido mostrando más de ti poco a poco, incluso con vergüenza, habla de un deseo genuino de acercarte, de querer cuidar la relación. Pero muchas veces eso no es inmediato ni visible para el otro si no hay un espacio de empatía mutua. Porque lo cierto es que a veces, aunque uno haga avances enormes desde dentro, el otro no los ve porque está esperando otra cosa. Está esperando que “de repente” seas de una manera más abierta, más activa sexualmente, sin entender que lo que para él es “natural” para ti puede ser una conquista emocional enorme.
Y ahí aparece el dolor. Porque tú sientes que estás haciendo esfuerzos sinceros, pero él te dice que está cansado. Tú das pasos que para ti son importantes —mostrar más, exponerte un poco más— pero desde su lado eso parece no ser suficiente. Y lo peor es que él no solo te lo dice, sino que empieza a dejar de explicarte, a retirarse. Esa retirada es devastadora porque alimenta una de las heridas más profundas que hay en el vínculo: la sensación de que “haga lo que haga, no basta”. Y esa sensación no solo duele; paraliza. Te pone en una posición de culpa, de duda, de no saber si el problema es tu ritmo, tu historia, tu forma de amar, tu cuerpo, o si en realidad hay algo más que no se está hablando.
Dices algo muy importante: que para poder sentirte más sexual, necesitas seguridad, consistencia, conexión. Y esto es clave. La sexualidad no es algo que se activa como un interruptor, especialmente para quienes, como tú, necesitan un entorno de confianza para abrirse del todo. Si lo que hay últimamente son fluctuaciones afectivas, discusiones, idas y venidas, entonces tu sistema emocional va a protegerse. Y uno de los modos en que se protege es cerrando el deseo, cerrando el cuerpo. No porque no quieras, sino porque no puedes forzarte a desear cuando el terreno emocional no está firme. Por eso no es solo un tema de “mostrar más” o “actuar más sexual”. Es mucho más profundo: se trata de cómo te sientes por dentro en este vínculo, de si sientes que hay un suelo seguro donde puedas florecer.
Tu pareja tiene derecho a expresar lo que necesita, por supuesto. Pero hay una gran diferencia entre expresar y exigir, entre compartir y presionar. Cuando alguien dice que ya está cansado, que ya no quiere dar explicaciones, mientras tú estás intentando resolver y dar pasos, algo se rompe en la comunicación. Porque deja de haber un espacio donde se puedan encontrar los dos mundos: el tuyo, más reflexivo, más lento, más cuidadoso; y el suyo, quizás más impulsivo, más urgente, más centrado en el deseo. Pero que tú necesites tiempo, conexión y seguridad para abrirte no significa que no quieras. Y si eso no puede ser entendido, entonces te están pidiendo algo a cambio de lo cual estás teniendo que pagar con dolor, con autoexigencia, con dudas sobre ti misma.
¿Qué puedes hacer tú ahora? Primero, necesitas abrazar tu proceso como algo válido. No como algo que haya que forzar o corregir para “encajar”. Trabajar en la vergüenza con el cuerpo implica tiempo, acompañamiento terapéutico si puedes, pero sobre todo un entorno donde no tengas que esconder esa parte de ti. Donde puedas decir: “Me cuesta, pero estoy en ello, y necesito que lo veas”. Un entorno donde tu ritmo sea bienvenido, no castigado. Puedes escribir sobre tu relación con tu cuerpo, explorar de dónde viene esa vergüenza, preguntarte qué figuras del pasado están asociadas al pudor, al miedo al juicio. Puedes ir exponiéndote poco a poco, sí, pero desde un lugar que sea tuyo, no solo como respuesta a una amenaza de ruptura.
Y a la vez, necesitas preguntarte si esta relación te está acompañando o te está presionando. Si puedes hablar y ser escuchada, o si cada vez que intentas explicar, se cierra una puerta. No para dejarla ya, no para tomar decisiones rápidas, pero sí para ser honesta contigo misma: ¿cuánto puedes seguir creciendo aquí?, ¿hay espacio para tu vulnerabilidad?, ¿hay escucha verdadera? Porque tú no estás fallando. Estás aprendiendo, y eso requiere amor, paciencia y reciprocidad. La sexualidad florece en terreno fértil, no en medio de la presión o la amenaza. Y si tu pareja no puede entender eso, quizás también tiene que revisar qué significa para él el deseo, el afecto, la espera.
Estás haciendo lo mejor que puedes, con lo que tienes, con lo que sabes. Y eso, aunque hoy te duela, es un acto de valentía. No estás rota, no estás mal. Solo necesitas un poco más de cuidado, de espacio para ti, de verdad compartida. Ojalá también puedas encontrar eso con él. Y si no, que encuentres el coraje para seguir buscándolo en ti.
Gracias por compartir tu experiencia. Es válido que necesites sentir conexión para involucrarte íntimamente con tu pareja, especialmente si es la primera vez que te abres a esa experiencia. Por eso, más allá de él, sería importante que puedas trabajar la relación con tu cuerpo, que logres ver su belleza y te sientas cómoda primero explorándote tú.
Entiendo que ahora quizás te sientes presionada, pero te invito a que revises si realmente quieres abrirte sexualmente con él o no, porque no es necesario forzarte a nada. Tienes la libertad de respetar tu propio ritmo si eso es lo que quieres o necesitas.
Recibe un abrazo.
Entiendo que ahora quizás te sientes presionada, pero te invito a que revises si realmente quieres abrirte sexualmente con él o no, porque no es necesario forzarte a nada. Tienes la libertad de respetar tu propio ritmo si eso es lo que quieres o necesitas.
Recibe un abrazo.
Es necesario que trabajes tu autoestima para lograr un mejor desempeño sexual y sobre todo para lograr una mejor vinculación afectiva con tu pareja.
¡Hola! En primer lugar muchas gracias por abrirte con algo tan íntimo y personal. Entiendo que por lo que estás pasando no es nada fácil y me gustaría validar eso. La sexualidad es un proceso que necesita seguridad emocional, conexión y confianza. Y si not e has sentido del todo segura dentro de tu relación es comprensible que te cueste abrirte más en lo íntimo.
También es importante que revises si estás en una relación que respeta tus tiempos y necesidades, o si te estás sintiendo presionada a cambiar desde el miedo a perder al otro.
Trabajar en tu relación con tu cuerpo no tiene que venir desde la exigencia externa. Te animo a hacerlo desde el amor propio, y si puedes, acompañada por un proceso terapéutico que te ayude a reconectar contigo misma.
Buscar ayuda de un profesional de la salud te vendrá muy bien.
También es importante que revises si estás en una relación que respeta tus tiempos y necesidades, o si te estás sintiendo presionada a cambiar desde el miedo a perder al otro.
Trabajar en tu relación con tu cuerpo no tiene que venir desde la exigencia externa. Te animo a hacerlo desde el amor propio, y si puedes, acompañada por un proceso terapéutico que te ayude a reconectar contigo misma.
Buscar ayuda de un profesional de la salud te vendrá muy bien.
Gracias por compartir algo tan íntimo y honesto. Lo primero que quiero decir es que sentir vergüenza con el cuerpo no es algo que tengas que resolver de golpe para demostrar amor. Es una parte muy delicada de ti que merece ser tratada con respeto y paciencia, también por ti misma.
Tu cuerpo y tu sexualidad no están obligados a ir al ritmo de nadie más. El deseo de conectar de forma íntima surge cuando una se siente segura, valorada, respetada… No cuando se siente presionada o cuestionada por no ser "suficientemente sexual".
Es muy válido que necesites conexión emocional, consistencia y seguridad para poder abrirte más desde lo sexual. No es una excusa, es cómo funciona tu deseo. El afecto intermitente, los altibajos, o la sensación de que todo puede volverse un conflicto si no cumples con una expectativa, pueden ser vivencias que despierten aún más inseguridad corporal o incluso reacciones que tocan heridas más profundas.
Tal vez podrías explorar de dónde viene esa vergüenza. A veces está relacionada con creencias que nos impusieron, con experiencias de crítica, o incluso con historias que no siempre recordamos claramente. Lo importante es que se trabaje con amabilidad, no con culpa ni con exigencia. Y que no tienes por qué hacerlo sola.
Te animaría a buscar un espacio terapéutico donde puedas trabajar la relación con tu cuerpo, tus límites, y también cómo gestionar el malestar que te genera esta situación. Estás a tiempo de cuidarte y de entenderte más profundamente.
Tu cuerpo y tu sexualidad no están obligados a ir al ritmo de nadie más. El deseo de conectar de forma íntima surge cuando una se siente segura, valorada, respetada… No cuando se siente presionada o cuestionada por no ser "suficientemente sexual".
Es muy válido que necesites conexión emocional, consistencia y seguridad para poder abrirte más desde lo sexual. No es una excusa, es cómo funciona tu deseo. El afecto intermitente, los altibajos, o la sensación de que todo puede volverse un conflicto si no cumples con una expectativa, pueden ser vivencias que despierten aún más inseguridad corporal o incluso reacciones que tocan heridas más profundas.
Tal vez podrías explorar de dónde viene esa vergüenza. A veces está relacionada con creencias que nos impusieron, con experiencias de crítica, o incluso con historias que no siempre recordamos claramente. Lo importante es que se trabaje con amabilidad, no con culpa ni con exigencia. Y que no tienes por qué hacerlo sola.
Te animaría a buscar un espacio terapéutico donde puedas trabajar la relación con tu cuerpo, tus límites, y también cómo gestionar el malestar que te genera esta situación. Estás a tiempo de cuidarte y de entenderte más profundamente.
Gracias por compartir lo que estás viviendo. Lo que describes refleja una situación compleja en la que se cruzan tu proceso personal de confianza corporal y emocional, y las expectativas de tu pareja. La vergüenza relacionada con el cuerpo no es algo superficial ni fácil de modificar de un día para otro; suele estar ligada a experiencias previas, a la autoimagen y a la seguridad emocional que sentimos en el vínculo con la otra persona.
Por lo que cuentas, has hecho esfuerzos por acercarte a tu pareja en lo sexual, pero también señalas algo muy importante: para poder expresar tu deseo necesitas conexión, estabilidad y seguridad, aspectos que sientes que no se han mantenido. Cuando hay inconsistencias afectivas, es difícil que aparezca el deseo de forma espontánea, y mucho más difícil aún sostener una actitud corporal abierta.
Trabajar tu vergüenza requiere un espacio terapéutico en el que puedas comprender de dónde viene, cómo se activa y qué te ayudaría a sentirte más segura contigo y con el otro. No es un problema de “falta de ganas” o de voluntad, sino de cómo se entrelazan tus necesidades emocionales con las dinámicas de la relación.
Si sientes que tu confusión va en aumento y que la relación se ha convertido en una fuente constante de presión, puede ser un buen momento para pedir ayuda profesional. Un proceso terapéutico puede ayudarte a recuperar claridad, cuidar tu autoestima y decidir, desde el respeto a ti misma, qué es lo que necesitas.
Por lo que cuentas, has hecho esfuerzos por acercarte a tu pareja en lo sexual, pero también señalas algo muy importante: para poder expresar tu deseo necesitas conexión, estabilidad y seguridad, aspectos que sientes que no se han mantenido. Cuando hay inconsistencias afectivas, es difícil que aparezca el deseo de forma espontánea, y mucho más difícil aún sostener una actitud corporal abierta.
Trabajar tu vergüenza requiere un espacio terapéutico en el que puedas comprender de dónde viene, cómo se activa y qué te ayudaría a sentirte más segura contigo y con el otro. No es un problema de “falta de ganas” o de voluntad, sino de cómo se entrelazan tus necesidades emocionales con las dinámicas de la relación.
Si sientes que tu confusión va en aumento y que la relación se ha convertido en una fuente constante de presión, puede ser un buen momento para pedir ayuda profesional. Un proceso terapéutico puede ayudarte a recuperar claridad, cuidar tu autoestima y decidir, desde el respeto a ti misma, qué es lo que necesitas.
Es una situación muy compleja y dolorosa, donde te sientes confundida y presionada por tu pareja, mientras que, al mismo tiempo, tus propias necesidades no están siendo satisfechas.
De hecho, la situación que describes no es sana y hay varios puntos clave que necesitas tener en cuenta.
En primer lugar, es completamente normal sentir vergüenza o tener dificultades para mostrar tu cuerpo, especialmente en tu primera relación. La sexualidad es algo que se construye con confianza, seguridad y una conexión profunda. No es un interruptor que se enciende "a la fuerza" o por exigencia. Tu esfuerzo por mostrarte poco a poco es un paso valioso, pero la presión y la falta de empatía de tu pareja lo están dificultando, no ayudando.
En segundo lugar, es importante que se entienda que para que la intimidad sexual fluya, necesitas conexión, consistencia y seguridad. El hecho de que tu pareja no te las esté dando, mostrando inconsistencias y fluctuaciones en el afecto, es un obstáculo gigante para tu deseo sexual. Tu necesidad de esa conexión es totalmente válida y fundamental. No es algo que debas "superar" sin que tu pareja también se implique.
Y por último, que tu pareja te diga que "está cansado" de la situación y que "no quiere darte explicaciones" es una señal de alarma. Una relación sana se basa en la comunicación, la paciencia y el respeto mutuo, especialmente cuando hay dificultades. Culparte y exigirte un cambio que no puedes dar por la falta de un entorno seguro no es justo. Que te presione y no entienda tus tiempos ni tus necesidades es un problema grave en la relación, no solo "tu problema". Tu pareja necesita entender que la intimidad se construye con paciencia y respeto mutuo, no con exigencias.
Te recomiendo si tienes la oportunidad de buscar ayuda profesional, tanto de forma individual para que trabajes en tu vergüenza y en tus límites personales, o de pareja si ambos están dispuestos a trabajar en la dinámica de la relación y en esa falta de conexión.
Mucho animo!
De hecho, la situación que describes no es sana y hay varios puntos clave que necesitas tener en cuenta.
En primer lugar, es completamente normal sentir vergüenza o tener dificultades para mostrar tu cuerpo, especialmente en tu primera relación. La sexualidad es algo que se construye con confianza, seguridad y una conexión profunda. No es un interruptor que se enciende "a la fuerza" o por exigencia. Tu esfuerzo por mostrarte poco a poco es un paso valioso, pero la presión y la falta de empatía de tu pareja lo están dificultando, no ayudando.
En segundo lugar, es importante que se entienda que para que la intimidad sexual fluya, necesitas conexión, consistencia y seguridad. El hecho de que tu pareja no te las esté dando, mostrando inconsistencias y fluctuaciones en el afecto, es un obstáculo gigante para tu deseo sexual. Tu necesidad de esa conexión es totalmente válida y fundamental. No es algo que debas "superar" sin que tu pareja también se implique.
Y por último, que tu pareja te diga que "está cansado" de la situación y que "no quiere darte explicaciones" es una señal de alarma. Una relación sana se basa en la comunicación, la paciencia y el respeto mutuo, especialmente cuando hay dificultades. Culparte y exigirte un cambio que no puedes dar por la falta de un entorno seguro no es justo. Que te presione y no entienda tus tiempos ni tus necesidades es un problema grave en la relación, no solo "tu problema". Tu pareja necesita entender que la intimidad se construye con paciencia y respeto mutuo, no con exigencias.
Te recomiendo si tienes la oportunidad de buscar ayuda profesional, tanto de forma individual para que trabajes en tu vergüenza y en tus límites personales, o de pareja si ambos están dispuestos a trabajar en la dinámica de la relación y en esa falta de conexión.
Mucho animo!
Gracias por abrirte de una forma tan honesta. Lo que estás viviendo no es fácil, y merece ser visto con respeto y profundidad. Aquí hay dos cosas clave que necesitas separar con claridad:
Sentir vergüenza de tu cuerpo, sobre todo si es tu primera relación, es completamente comprensible. Ese tipo de inseguridad no desaparece porque alguien "quiera que desaparezca", sino que se trabaja con cuidado, autoestima, acompañamiento y tiempo. Si tú estás avanzando poco a poco, aunque sea lento, eso sí es progreso. Tu sexualidad no es algo que debas forzar para retener a alguien.
Te puedo recomendar:
- Trabajar en terapia (individual) tu vínculo con tu cuerpo: no desde la exigencia, sino desde el cuidado.
- Escribir sin filtros cómo te ves, cómo te sientes al desnudo, qué temes que el otro piense, y qué necesitarías para sentirte más segura.
- Reforzar el autoconocimiento: qué cosas sí te provocan deseo, cómo funciona tu cuerpo, cómo expresas afecto, etc.
En relación a la dinámica de la relación, tu pareja tiene derecho a expresar que no se siente satisfecho sexualmente, pero no tiene derecho a responsabilizarte totalmente por ello ni a usar el “ya me cansé” como forma de presión. El deseo sexual no florece en un entorno donde hay inestabilidad emocional, reproches o presión. Tú misma lo dijiste muy bien: "para sentirme más sexual, necesito conexión, seguridad y consistencia", y eso es válido y necesario.
Tú no estás equivocada por avanzar despacio. Tampoco por necesitar más conexión emocional para abrirte sexualmente. Lo que necesitas ahora no es acelerar para cumplir expectativas, sino reconectar contigo misma, sanar tu relación con tu cuerpo, y decidir si esta relación está siendo un lugar seguro para hacerlo.
Si él no está dispuesto a acompañarte con respeto en este proceso, entonces toca preguntarte si ese es el tipo de vínculo que deseas construir.
Si quieres, podemos seguir hablando de cómo trabajar tu seguridad corporal o cómo poner límites sanos. Un saludo y ¡Ánimo!
Sentir vergüenza de tu cuerpo, sobre todo si es tu primera relación, es completamente comprensible. Ese tipo de inseguridad no desaparece porque alguien "quiera que desaparezca", sino que se trabaja con cuidado, autoestima, acompañamiento y tiempo. Si tú estás avanzando poco a poco, aunque sea lento, eso sí es progreso. Tu sexualidad no es algo que debas forzar para retener a alguien.
Te puedo recomendar:
- Trabajar en terapia (individual) tu vínculo con tu cuerpo: no desde la exigencia, sino desde el cuidado.
- Escribir sin filtros cómo te ves, cómo te sientes al desnudo, qué temes que el otro piense, y qué necesitarías para sentirte más segura.
- Reforzar el autoconocimiento: qué cosas sí te provocan deseo, cómo funciona tu cuerpo, cómo expresas afecto, etc.
En relación a la dinámica de la relación, tu pareja tiene derecho a expresar que no se siente satisfecho sexualmente, pero no tiene derecho a responsabilizarte totalmente por ello ni a usar el “ya me cansé” como forma de presión. El deseo sexual no florece en un entorno donde hay inestabilidad emocional, reproches o presión. Tú misma lo dijiste muy bien: "para sentirme más sexual, necesito conexión, seguridad y consistencia", y eso es válido y necesario.
Tú no estás equivocada por avanzar despacio. Tampoco por necesitar más conexión emocional para abrirte sexualmente. Lo que necesitas ahora no es acelerar para cumplir expectativas, sino reconectar contigo misma, sanar tu relación con tu cuerpo, y decidir si esta relación está siendo un lugar seguro para hacerlo.
Si él no está dispuesto a acompañarte con respeto en este proceso, entonces toca preguntarte si ese es el tipo de vínculo que deseas construir.
Si quieres, podemos seguir hablando de cómo trabajar tu seguridad corporal o cómo poner límites sanos. Un saludo y ¡Ánimo!
Gracias por compartir lo que estás viviendo. Se nota que estás haciendo un esfuerzo sincero por entenderte a ti misma y por cuidar tu relación, aunque estés atravesando un momento muy doloroso y confuso.
La vergüenza a la hora de mostrar el cuerpo —especialmente en una primera relación— no es algo extraño ni anormal. Tiene raíces profundas: en la historia personal, en la autoestima, en lo que aprendimos sobre el cuerpo y la intimidad, y también en cómo nos sentimos emocionalmente en una relación. La sexualidad no es solo lo físico: también es conexión, confianza, sentirse segura, validada y vista.
Has ido dando pasos, poco a poco, dentro de tus posibilidades. Y eso merece ser reconocido. Que no se hayan dado al ritmo que tu pareja esperaba, no significa que no haya habido avance. A veces, cuando se presiona demasiado un proceso que necesita tiempo y cuidado, lo que aparece es más bloqueo, más culpa y más distancia.
Es muy importante que también mires cómo te estás sintiendo tú: ¿sientes que puedes ser tú misma en esta relación? ¿Puedes hablar sin miedo a perder al otro? ¿Te sientes acompañada en tu proceso o empujada a cambiar para no perder a tu pareja?
No estás fallando por necesitar más tiempo, más conexión o más consistencia emocional para abrirte sexualmente. Es legítimo. Y es posible trabajar tu vergüenza desde un lugar más profundo y amoroso contigo misma —pero no desde la presión o la amenaza de perder al otro si no “mejoras”.
Te animo a buscar acompañamiento terapéutico para trabajar tu relación con el cuerpo, la vergüenza y tu manera de vivir la intimidad. No para cambiar por otro, sino para comprenderte mejor y sentirte más libre. A veces también, en ese proceso, uno se da cuenta de qué tipo de vínculo necesita para crecer y sentirse bien.
Te mando un abrazo grande y mucha fuerza,
Elbire Arana
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807
La vergüenza a la hora de mostrar el cuerpo —especialmente en una primera relación— no es algo extraño ni anormal. Tiene raíces profundas: en la historia personal, en la autoestima, en lo que aprendimos sobre el cuerpo y la intimidad, y también en cómo nos sentimos emocionalmente en una relación. La sexualidad no es solo lo físico: también es conexión, confianza, sentirse segura, validada y vista.
Has ido dando pasos, poco a poco, dentro de tus posibilidades. Y eso merece ser reconocido. Que no se hayan dado al ritmo que tu pareja esperaba, no significa que no haya habido avance. A veces, cuando se presiona demasiado un proceso que necesita tiempo y cuidado, lo que aparece es más bloqueo, más culpa y más distancia.
Es muy importante que también mires cómo te estás sintiendo tú: ¿sientes que puedes ser tú misma en esta relación? ¿Puedes hablar sin miedo a perder al otro? ¿Te sientes acompañada en tu proceso o empujada a cambiar para no perder a tu pareja?
No estás fallando por necesitar más tiempo, más conexión o más consistencia emocional para abrirte sexualmente. Es legítimo. Y es posible trabajar tu vergüenza desde un lugar más profundo y amoroso contigo misma —pero no desde la presión o la amenaza de perder al otro si no “mejoras”.
Te animo a buscar acompañamiento terapéutico para trabajar tu relación con el cuerpo, la vergüenza y tu manera de vivir la intimidad. No para cambiar por otro, sino para comprenderte mejor y sentirte más libre. A veces también, en ese proceso, uno se da cuenta de qué tipo de vínculo necesita para crecer y sentirse bien.
Te mando un abrazo grande y mucha fuerza,
Elbire Arana
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807
Expertos
Preguntas relacionadas
- Mi esposo hace años me fue infiel con varias relaciones donde duró años con ellas y tuvo intimidad. Yo decidí seguir con el a pesar de ello , para tener mi relación estable y porque lo amo. Y ahora yo cometí un error con alguien que le di un beso y él se enteró y ahora no me quiere perdonar. Que hago…
- Mi esposo hace años me fue infiel con varias relaciones donde duró años con ellas y tuvo intimidad. Yo decidí seguir con el a pesar de ello , para tener mi relación estable y porque lo amo. Y ahora yo cometí un error con alguien que le di un beso y él se enteró y ahora no me quiere perdonar. Que hago…
- Hola!! Llevo cuatro años con mi pareja tenemos 40 años así que somos personas con una vida y venimos de relaciones pasadas, pero para ambos a día de hoy somos el amor de nuestras vidas y nuestra relación aunque ha sido muy complicada porque yo tengo dos hijas y el no ha es padre ha sido preciosa siempre…
- Mi pareja se a suscrito con mi móvil sin mi consentimiento,paginas porno y citas con mujeres mayores y después de tres meses de averlo dejado me he dado cuenta de todo esto,sin querer en el historial,hasta gays con menores qué puedo hacer y porqué a echo esto con qué fin y ha estado hablando con mujeres…
- Amo a mi pareja y todo pero últimamente me he sentido que siempre soy la q tiene q esperar cuando se trata de tener raciones sexuales. Me explico, yo y mi novio hemos estado juntos por 1 ano y medio, todo hiba bien cuando empezamos nuestra relación, pasábamos la mayoría del tiempo juntos, comíamos, teníamos…
- Tengo una hija de 2 a#os, su papà biologico se fue a Otro Pais cuando aun estaba embarazada, no la conoció en persona pero le dio El apellido. Desde que ella tenia 9 meses, El papà dejo de llamar, de apoyar economicamente, me ha bloqueado por todas partes. Hace 9 meses tengo una pareja, con Planes a…
- Tengo conflictos con mi marido relacionados con su familia, especialmente con su madre. Desde siempre, ella ha tenido una gran influencia sobre él y controla muchos aspectos de su vida, incluso ahora que estamos casados y con hijos. Sigue controlando y se mete en su cuenta bancaria, para la boda tuvo…
- Los padres de mi marido me han hecho mucho daño durante mucho tiempo, a parte de que se han metido, ordenado y decidido sobre cosas que solo nosotros teniamos que decidir, por mas que le explico a mi marido, me dice que me entiende pero hace como si nada con su familia, hasta el punto de decir que es…
- Yo tengo 34 años tengo una hija de 8años. Vivo con mi pareja hace 12 años y durante los primeros años me fue infiel con tres hombres y recien me entero. .. le reclame y me dice que yo tenia culpa por tratarla mal. Pero no es haci... y otra que cuando mi hija tenia 2 años me fui a visitar amis padres…
- Hola, Hace dos años empecé una relación de pareja a distancia, nos vemos cada 2 o 3 meses aunque a veces cada uno el viene o yo voy y pasamos juntos 10 días días, siempre surgen discusiones una discusión que tuvimos fue porque mientras estábamos en la barra de un bar tomando algo juntos él tomó el teléfono…
¿Quieres enviar tu pregunta?
Nuestros expertos han respondido 428 preguntas sobre Terapia de pareja
¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:
Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.