soy una persona pasiva y manipulable facilmente, siempre cedo ante los deseos de las personas por no
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soy una persona pasiva y manipulable facilmente, siempre cedo ante los deseos de las personas por no discutir. Sin saber me relacioné con un manipulador y ahora no puedo poner limites a la relación porque me convertí en un títere que cede a todo para que él no se enoje. Me siendo frustrada por no tener carácter suficiente para ponerle límites y entre más cedo él más me controla. Tenemos un hijo pequeño y me amenaza con buscar la manera de quitármelo si nos dejamos. El es mas grande que yo y pronto se va a jubilar, con eso me chantajea diciendo que si lo dejo perderé la pensión que me dejará cuando se muera o incluso podría buscarse otra mujer y dejarsela a ella. dice que como ya no trabajará podrá cuidar al niño y es mas facil que le den la custodia a él porque comprobará que él es el que puede recogerlo a la escuela y cuidarlo todo el día porque yo trabajo y no puedo hacer todo eso. Me ha alejado de mi familia, odia a mi mamá y ahora como mis papás están muy enfermos dice que pronto se van a morir y me quedaré sola si lo dejo a él no tendré ni quien me apoye estando huerfana. Me siento impotente de no poder tomar una decisión contundente sin importarme las concecuencias. tengo miedo de perder a mi hijo y me siento sola emocionalmente, que puedo hacer para no tener miedo a tomar decisiones?? creo que tengo traumas de la infancia que me hicieron insegura y dependiente. gracias
Gracias por abrirte de esta manera. Lo que estás viviendo no es menor. Lo que cuentas refleja una situación de control psicológico profundo, de manipulación constante y de miedo muy arraigado. No estás exagerando ni siendo débil por sentirte así. Estás atravesando algo muy serio, que afecta no sólo a tu bienestar emocional, sino también a tu capacidad de decidir libremente sobre tu vida y sobre la de tu hijo. Y el miedo que sientes, esa sensación de impotencia, no es un defecto de tu carácter. Es la consecuencia lógica de haber estado expuesta durante tanto tiempo a una dinámica donde ceder se convirtió en la única forma de evitar el conflicto, de sobrevivir.
Es importante que sepas que lo que estás viviendo no es simplemente una “relación difícil” o una pareja con carácter fuerte. Es violencia psicológica. Es chantaje emocional. Y es aislamiento. Todo eso no sucede por casualidad, ni porque tú seas “muy pasiva” o no tengas carácter. Sucede porque él se ha ido aprovechando, poco a poco, de tus puntos vulnerables, de tus miedos, de tus heridas. Como el miedo a quedarte sola, el miedo a no poder proteger a tu hijo, el miedo a no ser suficiente.
Y claro que todo esto tiene raíces más profundas. Tú misma lo intuyes: sientes que quizás vienes arrastrando inseguridades y formas de vincularte que se originaron en tu infancia. Cuando uno ha crecido en un entorno donde hubo carencias afectivas, críticas, abandono o miedo, es muy fácil que de adulta repitas patrones donde priorizas la paz externa por encima de tu propia dignidad, donde se te hace muy difícil poner un límite sin sentir culpa o terror. Pero eso no significa que estés condenada a vivir así. Lo que te ha pasado te puede marcar, pero no te define. Aún puedes transformar este dolor en fuerza, en claridad, en recuperación de tu voz.
Lo primero que necesitas ahora no es tener todas las respuestas ni tomar decisiones drásticas de un día para otro. Lo primero que necesitas es sentirte acompañada. No estás sola, aunque él haya intentado convencerte de que sí. Aunque te haya aislado y aunque te haya repetido que nadie te va a ayudar o que nadie te va a creer. Existen personas —profesionales— que pueden caminar contigo en este proceso de reconstrucción emocional, de empoderamiento, de volver a confiar en ti.
La terapia puede ofrecerte justamente eso: un espacio seguro, donde puedas hablar sin miedo, sin juicio, donde puedas explorar esas heridas antiguas que te hacen sentir tan pequeña, donde puedas empezar a fortalecer tu autoestima y tu capacidad de poner límites. No para convertirte en alguien fría o distante, sino para aprender a cuidar de ti sin tener que romperte cada vez que alguien se enoja. Y especialmente, para que puedas encontrar una forma realista y estratégica de proteger a tu hijo sin quedarte atrapada en el chantaje.
Es completamente comprensible que sientas miedo. Lo que estás enfrentando no es fácil. Pero el miedo no es señal de que no puedas. Es simplemente el reflejo de lo importante que es esto para ti. Lo importante ahora es que no dejes que ese miedo decida por ti. Puedes empezar a tomar pasos pequeños pero firmes. Buscar ayuda profesional es uno de ellos. Y desde ahí, poco a poco, podrás ir trazando un camino. Uno que no esté guiado por el chantaje, el control o la culpa, sino por tu deseo de vivir con dignidad, de criar a tu hijo en un entorno sano, y de recuperar tu libertad interna.
Si alguna parte de ti desea empezar este proceso, no lo ignores. Esa pequeña voz que duda pero que también quiere cambiar algo, es tu fuerza vital. Escúchala. Escríbeme si quieres que te acompañe en este proceso, o busca una terapeuta con quien puedas empezar a construir un espacio donde por fin puedas ser tú, sin miedo.
Te mereces vivir en paz. No es tarde para recuperarte. Te abrazo.
Es importante que sepas que lo que estás viviendo no es simplemente una “relación difícil” o una pareja con carácter fuerte. Es violencia psicológica. Es chantaje emocional. Y es aislamiento. Todo eso no sucede por casualidad, ni porque tú seas “muy pasiva” o no tengas carácter. Sucede porque él se ha ido aprovechando, poco a poco, de tus puntos vulnerables, de tus miedos, de tus heridas. Como el miedo a quedarte sola, el miedo a no poder proteger a tu hijo, el miedo a no ser suficiente.
Y claro que todo esto tiene raíces más profundas. Tú misma lo intuyes: sientes que quizás vienes arrastrando inseguridades y formas de vincularte que se originaron en tu infancia. Cuando uno ha crecido en un entorno donde hubo carencias afectivas, críticas, abandono o miedo, es muy fácil que de adulta repitas patrones donde priorizas la paz externa por encima de tu propia dignidad, donde se te hace muy difícil poner un límite sin sentir culpa o terror. Pero eso no significa que estés condenada a vivir así. Lo que te ha pasado te puede marcar, pero no te define. Aún puedes transformar este dolor en fuerza, en claridad, en recuperación de tu voz.
Lo primero que necesitas ahora no es tener todas las respuestas ni tomar decisiones drásticas de un día para otro. Lo primero que necesitas es sentirte acompañada. No estás sola, aunque él haya intentado convencerte de que sí. Aunque te haya aislado y aunque te haya repetido que nadie te va a ayudar o que nadie te va a creer. Existen personas —profesionales— que pueden caminar contigo en este proceso de reconstrucción emocional, de empoderamiento, de volver a confiar en ti.
La terapia puede ofrecerte justamente eso: un espacio seguro, donde puedas hablar sin miedo, sin juicio, donde puedas explorar esas heridas antiguas que te hacen sentir tan pequeña, donde puedas empezar a fortalecer tu autoestima y tu capacidad de poner límites. No para convertirte en alguien fría o distante, sino para aprender a cuidar de ti sin tener que romperte cada vez que alguien se enoja. Y especialmente, para que puedas encontrar una forma realista y estratégica de proteger a tu hijo sin quedarte atrapada en el chantaje.
Es completamente comprensible que sientas miedo. Lo que estás enfrentando no es fácil. Pero el miedo no es señal de que no puedas. Es simplemente el reflejo de lo importante que es esto para ti. Lo importante ahora es que no dejes que ese miedo decida por ti. Puedes empezar a tomar pasos pequeños pero firmes. Buscar ayuda profesional es uno de ellos. Y desde ahí, poco a poco, podrás ir trazando un camino. Uno que no esté guiado por el chantaje, el control o la culpa, sino por tu deseo de vivir con dignidad, de criar a tu hijo en un entorno sano, y de recuperar tu libertad interna.
Si alguna parte de ti desea empezar este proceso, no lo ignores. Esa pequeña voz que duda pero que también quiere cambiar algo, es tu fuerza vital. Escúchala. Escríbeme si quieres que te acompañe en este proceso, o busca una terapeuta con quien puedas empezar a construir un espacio donde por fin puedas ser tú, sin miedo.
Te mereces vivir en paz. No es tarde para recuperarte. Te abrazo.
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Gracias por abrir tu corazón de esta manera tan honesta y valiente. Lo que estás viviendo es profundamente doloroso, pero también muy importante de reconocer: estás atrapada en una relación donde hay manipulación, chantaje emocional y abuso psicológico. Sentirte impotente, sin carácter o con miedo a tomar decisiones no significa que seas débil. Significa que has estado sobreviviendo en un entorno donde tus límites han sido sistemáticamente derribados. Tú no eres el problema; estás viviendo un problema.
Tu personalidad pasiva o conciliadora no es una falla. Muchas personas han sido educadas para evitar el conflicto, para complacer a los demás como mecanismo de sobrevivencia, especialmente si en tu infancia tuviste experiencias de desaprobación, abandono o miedo. El miedo es la herramienta número uno de un manipulador. Él te amenaza con quitarte a tu hijo, con la pensión, con quedarte sola. Ese miedo es construido y alimentado para que no te muevas, para que no tomes decisiones. Pero no olvides esto: la ley no premia al que manipula, ni la custodia depende solo del tiempo disponible. Hay muchos factores que protegen a las madres, y no estás sola legalmente. No necesitas hacerlo todo de una vez, ni sola. Tu hijo te necesita fuerte, no perfecta.
La mejor manera de proteger a tu hijo no es cediendo a todo, sino mostrándole con el ejemplo que una persona puede salir de un entorno injusto, puede decir “basta” con miedo pero con decisión. Porque si tú rompes este ciclo, le estás dando a él la oportunidad de no repetirlo. Tu miedo es real, pero también es una señal de que estás despertando. Y ese despertar es el inicio de tu recuperación. No estás sola. Hay caminos, hay recursos, y hay vida después de una relación así. Y sobre todo: mereces una vida donde puedas respirar tranquila, sin miedo, sin chantajes, sin sentirte atrapada.
Estoy aquí para acompañarte en este proceso, paso a paso, si decides comenzar. ¿Quieres que te ayude a buscar recursos en tu país, como redes de apoyo psicológico o asesoría legal para mujeres? Contacta conmigo, un abrazo, Vanessa
Tu personalidad pasiva o conciliadora no es una falla. Muchas personas han sido educadas para evitar el conflicto, para complacer a los demás como mecanismo de sobrevivencia, especialmente si en tu infancia tuviste experiencias de desaprobación, abandono o miedo. El miedo es la herramienta número uno de un manipulador. Él te amenaza con quitarte a tu hijo, con la pensión, con quedarte sola. Ese miedo es construido y alimentado para que no te muevas, para que no tomes decisiones. Pero no olvides esto: la ley no premia al que manipula, ni la custodia depende solo del tiempo disponible. Hay muchos factores que protegen a las madres, y no estás sola legalmente. No necesitas hacerlo todo de una vez, ni sola. Tu hijo te necesita fuerte, no perfecta.
La mejor manera de proteger a tu hijo no es cediendo a todo, sino mostrándole con el ejemplo que una persona puede salir de un entorno injusto, puede decir “basta” con miedo pero con decisión. Porque si tú rompes este ciclo, le estás dando a él la oportunidad de no repetirlo. Tu miedo es real, pero también es una señal de que estás despertando. Y ese despertar es el inicio de tu recuperación. No estás sola. Hay caminos, hay recursos, y hay vida después de una relación así. Y sobre todo: mereces una vida donde puedas respirar tranquila, sin miedo, sin chantajes, sin sentirte atrapada.
Estoy aquí para acompañarte en este proceso, paso a paso, si decides comenzar. ¿Quieres que te ayude a buscar recursos en tu país, como redes de apoyo psicológico o asesoría legal para mujeres? Contacta conmigo, un abrazo, Vanessa
Gracias por compartir tu experiencia, entiendo que estás atravesando una situación muy compleja y emocionalmente desgastante. A veces, cuando hemos vivido relaciones difíciles o experiencias pasadas que han afectado nuestra seguridad personal, puede volverse especialmente complicado poner límites.
Te animo a buscar apoyo terapéutico especializado en trauma y relaciones. Un proceso así puede ayudarte a identificar tus recursos, trabajar tus heridas de infancia y tomar decisiones desde la seguridad y no desde el miedo. No estás sola.
Te animo a buscar apoyo terapéutico especializado en trauma y relaciones. Un proceso así puede ayudarte a identificar tus recursos, trabajar tus heridas de infancia y tomar decisiones desde la seguridad y no desde el miedo. No estás sola.
Lamento mucho que estés pasando por esto. Quiero que sepas que lo que describes es manipulación emocional y abuso psicológico, y nadie merece vivir bajo ese tipo de control. Es completamente comprensible que sientas miedo, porque te han hecho creer que no tienes opciones. Pero sí las tienes.
Lo primero es reconocer que tú tienes derecho a decidir sobre tu vida sin miedo ni amenazas. Nadie debería hacerte sentir atrapado en una relación por chantaje o presión. Sé que es difícil poner límites cuando has pasado mucho tiempo cediendo, pero construir tu fuerza emocional es posible, y cada pequeño paso cuenta.
Algunas estrategias que podrían ayudarte:
- Busca apoyo: Aunque él te haya alejado de tu familia, si tienes posibilidad de reconectar con alguien de confianza, hazlo. También existen redes de ayuda, grupos de apoyo y profesionales que pueden guiarte. No estás sola.
- Infórmate sobre tus derechos: Un abogado especializado en temas familiares puede explicarte cómo funcionan las custodias y desmentir los miedos que él te ha impuesto. A menudo, quienes manipulan exageran sus supuestas ventajas legales para generarte inseguridad.
- Trabaja en tu seguridad emocional: La terapia puede ser un recurso invaluable para entender mejor tus miedos y fortalecer tu autoestima. Si tus traumas de infancia han contribuido a sentirte dependiente, trabajarlos te dará herramientas para tomar decisiones sin temor.
- Haz un plan: Enfrentar una separación puede parecer abrumador, pero si lo organizas paso a paso, será más manejable. Piensa en lo que necesitas para tu bienestar y el de tu hijo.
- No creas sus amenazas sin verificar: Decir que te dejará sin apoyo, que perderás la pensión o la custodia de tu hijo puede ser solo un medio para controlarte. Antes de tomar decisiones, consulta fuentes confiables.
Lo más importante es creer en tu capacidad para tomar decisiones y protegerte a ti y a tu hijo. Salir de una dinámica de manipulación no es fácil, pero es posible, y mereces una vida libre de miedo.
Si en algún momento sientes que estás en peligro, busca ayuda inmediata con profesionales o instituciones que protejan a quienes sufren violencia emocional. Eres valiosa, mereces tranquilidad y un entorno seguro. No dudes en pedir ayuda cuando la necesites.
Si quieres te acompaño en el proceso. NO estas sola.
Lo primero es reconocer que tú tienes derecho a decidir sobre tu vida sin miedo ni amenazas. Nadie debería hacerte sentir atrapado en una relación por chantaje o presión. Sé que es difícil poner límites cuando has pasado mucho tiempo cediendo, pero construir tu fuerza emocional es posible, y cada pequeño paso cuenta.
Algunas estrategias que podrían ayudarte:
- Busca apoyo: Aunque él te haya alejado de tu familia, si tienes posibilidad de reconectar con alguien de confianza, hazlo. También existen redes de ayuda, grupos de apoyo y profesionales que pueden guiarte. No estás sola.
- Infórmate sobre tus derechos: Un abogado especializado en temas familiares puede explicarte cómo funcionan las custodias y desmentir los miedos que él te ha impuesto. A menudo, quienes manipulan exageran sus supuestas ventajas legales para generarte inseguridad.
- Trabaja en tu seguridad emocional: La terapia puede ser un recurso invaluable para entender mejor tus miedos y fortalecer tu autoestima. Si tus traumas de infancia han contribuido a sentirte dependiente, trabajarlos te dará herramientas para tomar decisiones sin temor.
- Haz un plan: Enfrentar una separación puede parecer abrumador, pero si lo organizas paso a paso, será más manejable. Piensa en lo que necesitas para tu bienestar y el de tu hijo.
- No creas sus amenazas sin verificar: Decir que te dejará sin apoyo, que perderás la pensión o la custodia de tu hijo puede ser solo un medio para controlarte. Antes de tomar decisiones, consulta fuentes confiables.
Lo más importante es creer en tu capacidad para tomar decisiones y protegerte a ti y a tu hijo. Salir de una dinámica de manipulación no es fácil, pero es posible, y mereces una vida libre de miedo.
Si en algún momento sientes que estás en peligro, busca ayuda inmediata con profesionales o instituciones que protejan a quienes sufren violencia emocional. Eres valiosa, mereces tranquilidad y un entorno seguro. No dudes en pedir ayuda cuando la necesites.
Si quieres te acompaño en el proceso. NO estas sola.
Hola, gracias por compartir lo que estás viviendo. Siento mucho que estés atravesando una situación tan dolorosa y desgastante. Lo que describes es una relación marcada por el miedo, el control y la manipulación, y es completamente comprensible que te sientas sola, confundida y sin fuerzas para tomar decisiones.
Quiero que sepas que no estás sola y que es posible trabajar en tu seguridad emocional, tu autoestima y tus miedos, incluyendo lo que mencionas sobre la infancia. Con acompañamiento terapéutico, podemos ir paso a paso reconstruyendo tu fuerza interna y clarificando cómo protegerte a ti y a tu hijo.
Si lo sientes, estaré encantada de acompañarte en este proceso. Aquí tienes un espacio seguro para empezar a cuidarte.
Quiero que sepas que no estás sola y que es posible trabajar en tu seguridad emocional, tu autoestima y tus miedos, incluyendo lo que mencionas sobre la infancia. Con acompañamiento terapéutico, podemos ir paso a paso reconstruyendo tu fuerza interna y clarificando cómo protegerte a ti y a tu hijo.
Si lo sientes, estaré encantada de acompañarte en este proceso. Aquí tienes un espacio seguro para empezar a cuidarte.
Gracias por tu mensaje. Lo que estás viviendo es una situación muy difícil y dolorosa, marcada por el control, el miedo y la manipulación. No estás sola en sentirte así: muchas personas en contextos de abuso emocional se ven atrapadas en dinámicas en las que ceder parece la única forma de evitar un conflicto o una amenaza.
Lo primero que quiero decirte es que tus emociones tienen sentido. Sentirte frustrada, impotente o sin carácter no significa que seas débil, sino que llevas mucho tiempo sobreviviendo en una relación en la que se han ido deteriorando tus límites personales. Lo que describes —las amenazas, el aislamiento de tu familia, el chantaje emocional con la pensión o la custodia de tu hijo— son formas claras de violencia psicológica.
Recuperar tu capacidad de decisión lleva tiempo, pero es posible. Trabajar sobre tu historia, los miedos que arrastras y la forma en que te relacionas puede ayudarte no solo a tomar decisiones más firmes, sino también a construir una vida más libre, sin miedo.
Mi recomendación es que busques un acompañamiento terapéutico especializado, donde puedas expresarte sin juicio y empezar a reconstruir tu seguridad y tu autoestima. Si te sientes preparada, estaré encantada de ayudarte en ese proceso. Puedes reservar una cita conmigo a través de Doctoralia cuando lo necesites. Un abrazo
Lo primero que quiero decirte es que tus emociones tienen sentido. Sentirte frustrada, impotente o sin carácter no significa que seas débil, sino que llevas mucho tiempo sobreviviendo en una relación en la que se han ido deteriorando tus límites personales. Lo que describes —las amenazas, el aislamiento de tu familia, el chantaje emocional con la pensión o la custodia de tu hijo— son formas claras de violencia psicológica.
Recuperar tu capacidad de decisión lleva tiempo, pero es posible. Trabajar sobre tu historia, los miedos que arrastras y la forma en que te relacionas puede ayudarte no solo a tomar decisiones más firmes, sino también a construir una vida más libre, sin miedo.
Mi recomendación es que busques un acompañamiento terapéutico especializado, donde puedas expresarte sin juicio y empezar a reconstruir tu seguridad y tu autoestima. Si te sientes preparada, estaré encantada de ayudarte en ese proceso. Puedes reservar una cita conmigo a través de Doctoralia cuando lo necesites. Un abrazo
Gracias por abrir tu corazón. Es evidente que estás atravesando por una situación muy difícil y muy dolorosa, y es muy valiente de tu parte reconocerlo y buscar ayuda. Es evidente que hay un programación inconsciente que te impide tomar decisiones y seguir en una relación donde el control y el chantaje emocional están afectando profundamente tu libertad y bienestar.
Desde la mirada de la bioneuroemoción®, vemos tu historia como la oportunidad para descubrir qué programa inconsciente. Entendemos que todo lo que experimentamos en nuestras relaciones, especialmente las más conflictivas, tiene un propósito: mostrarnos algo de nosotros mismos que necesita ser sanado y transformado.
Dices que eres pasiva, manipulable y temes tomar decisiones… Te invito a mirar más profundo:
¿En qué momento de tu infancia aprendiste que ceder era más seguro que defenderte?
¿Quién en tu historia familiar vivió situaciones similares de sometimiento o de miedo a quedarse sola?
Muchas veces, sin darnos cuenta, repetimos patrones emocionales de nuestras madres, abuelas o figuras cercanas, con la esperanza inconsciente de “reparar” lo que ellas vivieron. Pero esa repetición solo nos mantiene atrapadas.
Ahora tú tienes la oportunidad de dar un paso diferente. El miedo que sientes es legítimo, pero también es una señal de que ya no puedes seguir viviendo en esa prisión emocional. Tu hijo no necesita una madre perfecta: necesita una madre libre, consciente y valiente, que lo cuide desde su propio empoderamiento, no desde el miedo al chantaje.
¿Qué puedes empezar a hacer?
• Tomar conciencia de que esta situación es un espejo de algo más profundo: tu falta de conexión contigo misma, con tu autoestima, con tu poder personal.
• Explorar de dónde viene esta necesidad de complacer y evitar el conflicto. ¿A quién querías proteger de niña? ¿Qué pasaba si no obedecías?
• Entender que el verdadero peligro no es tomar una decisión difícil, sino seguir negándote a ti misma.
• Y sobre todo, buscar apoyo. No estás sola. Hay profesionales, terapeutas, redes de ayuda que pueden acompañarte. El miedo se hace más grande en soledad, pero se reduce cuando te das la oportunidad de sostenerte en otras personas que te respeten y te valoren.
Desde la bioneuroemoción®, creemos que todo síntoma y todo conflicto tiene un sentido, y que tú tienes los recursos internos para comprender lo que esta relación te viene a mostrar. No eres débil. Eres una mujer que está despertando. Y aunque hoy te sientas frágil, recuerda que la claridad y la fuerza vienen cuando te haces cargo de ti, con amor y compasión.
Si quieres, podemos explorar juntas los patrones inconscientes que te han llevado a esta situación, para que tú misma encuentres respuestas, y sobre todo, libertad.
Con cariño y respeto,
Eva
Desde la mirada de la bioneuroemoción®, vemos tu historia como la oportunidad para descubrir qué programa inconsciente. Entendemos que todo lo que experimentamos en nuestras relaciones, especialmente las más conflictivas, tiene un propósito: mostrarnos algo de nosotros mismos que necesita ser sanado y transformado.
Dices que eres pasiva, manipulable y temes tomar decisiones… Te invito a mirar más profundo:
¿En qué momento de tu infancia aprendiste que ceder era más seguro que defenderte?
¿Quién en tu historia familiar vivió situaciones similares de sometimiento o de miedo a quedarse sola?
Muchas veces, sin darnos cuenta, repetimos patrones emocionales de nuestras madres, abuelas o figuras cercanas, con la esperanza inconsciente de “reparar” lo que ellas vivieron. Pero esa repetición solo nos mantiene atrapadas.
Ahora tú tienes la oportunidad de dar un paso diferente. El miedo que sientes es legítimo, pero también es una señal de que ya no puedes seguir viviendo en esa prisión emocional. Tu hijo no necesita una madre perfecta: necesita una madre libre, consciente y valiente, que lo cuide desde su propio empoderamiento, no desde el miedo al chantaje.
¿Qué puedes empezar a hacer?
• Tomar conciencia de que esta situación es un espejo de algo más profundo: tu falta de conexión contigo misma, con tu autoestima, con tu poder personal.
• Explorar de dónde viene esta necesidad de complacer y evitar el conflicto. ¿A quién querías proteger de niña? ¿Qué pasaba si no obedecías?
• Entender que el verdadero peligro no es tomar una decisión difícil, sino seguir negándote a ti misma.
• Y sobre todo, buscar apoyo. No estás sola. Hay profesionales, terapeutas, redes de ayuda que pueden acompañarte. El miedo se hace más grande en soledad, pero se reduce cuando te das la oportunidad de sostenerte en otras personas que te respeten y te valoren.
Desde la bioneuroemoción®, creemos que todo síntoma y todo conflicto tiene un sentido, y que tú tienes los recursos internos para comprender lo que esta relación te viene a mostrar. No eres débil. Eres una mujer que está despertando. Y aunque hoy te sientas frágil, recuerda que la claridad y la fuerza vienen cuando te haces cargo de ti, con amor y compasión.
Si quieres, podemos explorar juntas los patrones inconscientes que te han llevado a esta situación, para que tú misma encuentres respuestas, y sobre todo, libertad.
Con cariño y respeto,
Eva
Hola, espero poderte ayudar. Lo que estás viviendo es una situación profundamente desgastante. Te cuesta poner límites y tomar decisiones que te protejan porque el miedo, especialmente al conflicto o a perder a tu hijo, te paraliza. Has acabado cediendo casi siempre, sintiéndote anulada y atrapada en una relación donde el control y el chantaje emocional están muy presentes. Esa sensación de no tener carácter suficiente no es falta de fuerza, sino el resultado de una dinámica que ha ido debilitando tu confianza y alejándote de tu entorno de apoyo.
Es probable que estas dificultades vengan de más atrás, de heridas que arrastras desde la infancia y que te hicieron insegura o temerosa a la hora de posicionarte. Sin embargo, el hecho de que empieces a darte cuenta de ello es un paso muy importante. Recuperar tu voz es posible. Es fundamental que busques ayuda profesional para reforzar tu autoestima, asesoramiento legal para conocer tus derechos como madre y poder tomar decisiones con información, y que poco a poco retomes el contacto con personas de confianza que puedan apoyarte. No estás sola, y hay caminos para salir de esta situación con más seguridad y claridad.
Es probable que estas dificultades vengan de más atrás, de heridas que arrastras desde la infancia y que te hicieron insegura o temerosa a la hora de posicionarte. Sin embargo, el hecho de que empieces a darte cuenta de ello es un paso muy importante. Recuperar tu voz es posible. Es fundamental que busques ayuda profesional para reforzar tu autoestima, asesoramiento legal para conocer tus derechos como madre y poder tomar decisiones con información, y que poco a poco retomes el contacto con personas de confianza que puedan apoyarte. No estás sola, y hay caminos para salir de esta situación con más seguridad y claridad.
Hola, siento mucho que tú y tu hijo estéis atravesando esta situación. El hecho de que lo puedas relatar con tanta claridad es el primer paso para comenzar a hacer cambios. Para poner límites, alguien nos tiene que enseñar y es normal que si no has tenido la oportunidad a lo largo de tu vida, ahora no encuentres la forma de hacerlo. El primer paso ya lo has dado, que es reconocer la manipulación y las técnicas de control y pedir apoyo. Es importante que no hagas este camino sola. Por un lado, sería conveniente encontrar orientación por parte de personas profesionales (en las diferentes comunidades existen recursos públicos que pueden darte también este soporte). Por otro, es necesario que puedas buscar apoyo y un lugar donde poder expresar lo que estás contando aquí. A veces tenemos la suerte de contar con estas personas dentro de nuestro entorno y en otras ocasiones, tenemos que hacer un esfuerzo extra por encontrarlas o recuperarlas. Mucho ánimo en el proceso.
Hola! Muchisimas gracias por compartir esta situación. Quiero que sepas, que el trato que recibes por parte de tu pareja es inadecuado, incluso, podría ser maltrato psicológico. En primer lugar te amenaza y te controla, trata de aislarte y infravalorarte. Creo que es muy importante que sepas que contra este maltrato puedes y quizás debes protegerte. Se que tomar una decisión como esta es increíblemente difícil y puede que no sea el momento. Igualmente, para mi es importante que sepas que no mereces vivir con miedo y sometida a alguien, eso no es amor y mereces que te respeten. Por otro lado, quítate el miedo frente a la custodia, ya que esto no funciona así. El juzgado de familia siempre procura que los dos progenitores tengan la custodia, ya que en sí es lo mejor para los hijos. Además, aunque el tenga más disponibilidad, ambos tenéis el mismo derecho a ver a vuestros hijos, así, que aunque quisiera quitártelos, no es tan fácil. No temas, porque si esta situación se agrava, de quien habrá que protegeros y retirar la custodia, es a el. Creo que la terapia puede ayudarte muchísimo a salir de esta relación. Muchísima fuerza, se que lo lograrás.
Así es, estás viviendo una situación de violencia psicológica en toda regla. Por eso es tan importante que primero reconozcas que lo que estás viviendo no es “normal” ni “culpa tuya”, sino consecuencia de manipulaciones, amenazas y debilitamientos de tu autoestima. Así pues, estás en una relación de desigualdad de poder en la que están utilizando tus vulnerabilidades —como el miedo, la falta de apoyo y tus heridas de la infancia— para controlarte.
Sin embargo, es importante que sepas que sí puedes dejar atrás esta situación, pero primero necesitas dejar de dejar en manos de otro tus decisiones. Esto significa ir fortaleciendo poco a poco tu autoestima, buscar apoyo jurídico (un abogado que te asesore en cuestiones de custodia y bienes), psicológico (un profesional que te ayude a sanar tus heridas de la infancia y a dejar de funcionar en el rol de “persona sin carácter”) y de tu entorno (familia, asociaciones de mujeres maltratadas o grupos de apoyo).
Además, recuerda que la ley también te ampara. Un tribunal tiene en cuenta el interés del menor pero también valora el entorno emocional en el que se cría. Tú estás trabajando, estás demostrando que puedes darle estabilidad, así que las amenazas de que perderías a tu hijo están más dirigidas a manipular que a expresar una realidad jurídica. Por eso es necesario que busques información legal para saber tus derechos, así como apoyo psicológico para ir fortaleciendo tus habilidades de toma de decisiones.
Mi última opinión es que sí puedes dejar atrás el miedo, pero es un camino gradual, en el que primero vas a ir venciendo poco a poco tus vulnerabilidades, aumentando tu seguridad en que puedes valerte sola y que estás en todo el derecho de buscar una vida más tranquila para ti y para tu hijo. Tú vales más de lo que ese entorno tóxico te hace creer. La situación es difícil, pero tiene salida.
Si necesitas, en terapia puedo orientarte más concretamente sobre cómo abarcar esta situación. Un saludo y ánimo.
Sin embargo, es importante que sepas que sí puedes dejar atrás esta situación, pero primero necesitas dejar de dejar en manos de otro tus decisiones. Esto significa ir fortaleciendo poco a poco tu autoestima, buscar apoyo jurídico (un abogado que te asesore en cuestiones de custodia y bienes), psicológico (un profesional que te ayude a sanar tus heridas de la infancia y a dejar de funcionar en el rol de “persona sin carácter”) y de tu entorno (familia, asociaciones de mujeres maltratadas o grupos de apoyo).
Además, recuerda que la ley también te ampara. Un tribunal tiene en cuenta el interés del menor pero también valora el entorno emocional en el que se cría. Tú estás trabajando, estás demostrando que puedes darle estabilidad, así que las amenazas de que perderías a tu hijo están más dirigidas a manipular que a expresar una realidad jurídica. Por eso es necesario que busques información legal para saber tus derechos, así como apoyo psicológico para ir fortaleciendo tus habilidades de toma de decisiones.
Mi última opinión es que sí puedes dejar atrás el miedo, pero es un camino gradual, en el que primero vas a ir venciendo poco a poco tus vulnerabilidades, aumentando tu seguridad en que puedes valerte sola y que estás en todo el derecho de buscar una vida más tranquila para ti y para tu hijo. Tú vales más de lo que ese entorno tóxico te hace creer. La situación es difícil, pero tiene salida.
Si necesitas, en terapia puedo orientarte más concretamente sobre cómo abarcar esta situación. Un saludo y ánimo.
Hola, ante todo, reconocer el valor y agradecerte que hayas tratado de buscar ayuda preguntándonos, debe ser terrible sumergirse en una lucha así en la que las dudas no paran de acrecentarse por el abuso psicológico que otra persona realiza sobre ti, has debido tener una resistencia fuera de lugar para gestionar tantísimas emociones sola. Es posible que parte de la situación se haya cimentado en las dudas y en la construcción de la creencia de que no eres capaz de gestionar la situación, pero es más que probable que eso no sea cierto, para nada. Has descrito varias experiencias que podrían relacionarse con formas de abuso psicológicos, por ejemplo, incentivar el miedo, desinformar a la persona, crearle falsos escenarios catastróficos, luz de gas, etc...
La otra persona ha tomado la decisión (más o menos consciente) de gestionar sus propias emociones o inseguridades a través del abuso y el control, y nunca esta justificado vulnerar los derechos de otra persona por miedo a quedarse solo, complejos u otras emociones o concepciones personales. No mereces ese trato, cuesta imaginar la resistencia y fortaleza que una situación así demanda... tiene que ser terriblemente difícil convivir con ello, eres toda una superviviente.
Mereces informarte bien, conocer bien que derechos tienes. No dejar que discursos o comentarios de terceros alimenten el miedo a la incertidumbre o las dudas puede ser un primer paso, pero como primer paso, puede ser terrorífico... no dudes en acompañarte, procesos de manipulación como éste que describes se nutren de la soledad y el aislamiento que logra el abusador generar en la otra persona, y por descontado, no eres responsable de hallarte en una situación así, no es culpa tuya, y si quisieras salir de ella, tienes todo el derecho a buscar ayuda, acompañarte y valorar todas las opciones disponibles que tengas, informarse bien más allá de la información que ha podido llegarte hasta ahora podría ser un paso importante que pudiera romper parte de las cadenas que te atan en esta situación.
La otra persona ha tomado la decisión (más o menos consciente) de gestionar sus propias emociones o inseguridades a través del abuso y el control, y nunca esta justificado vulnerar los derechos de otra persona por miedo a quedarse solo, complejos u otras emociones o concepciones personales. No mereces ese trato, cuesta imaginar la resistencia y fortaleza que una situación así demanda... tiene que ser terriblemente difícil convivir con ello, eres toda una superviviente.
Mereces informarte bien, conocer bien que derechos tienes. No dejar que discursos o comentarios de terceros alimenten el miedo a la incertidumbre o las dudas puede ser un primer paso, pero como primer paso, puede ser terrorífico... no dudes en acompañarte, procesos de manipulación como éste que describes se nutren de la soledad y el aislamiento que logra el abusador generar en la otra persona, y por descontado, no eres responsable de hallarte en una situación así, no es culpa tuya, y si quisieras salir de ella, tienes todo el derecho a buscar ayuda, acompañarte y valorar todas las opciones disponibles que tengas, informarse bien más allá de la información que ha podido llegarte hasta ahora podría ser un paso importante que pudiera romper parte de las cadenas que te atan en esta situación.
Hola, gracias por compartir tu situación con tanta sinceridad. Lo que estás viviendo es muy duro y no estás sola: muchas personas en relaciones con manipuladores emocionales acaban sintiéndose como tú, atrapadas, con miedo y sin fuerzas para poner límites. Es importante que sepas que lo que describes —la amenaza constante, el aislamiento familiar, el chantaje emocional, el uso de tu hijo como herramienta de control— son formas claras de violencia psicológica y manipulación coercitiva.
Tu miedo es comprensible, pero es posible trabajar sobre él y ganar seguridad, autoestima y fuerza interior para tomar decisiones que protejan tu bienestar y el de tu hijo. Como psicóloga general sanitaria y neuropsicóloga, puedo ayudarte a identificar estos patrones, recuperar tu autonomía emocional y construir una red de apoyo real y sana, lejos del miedo y la dependencia.
Pide ayuda, no sigas cargando con esto sola. Puedes ponerte en contacto conmigo al 619//83//66//04. Las sesiones tienen un coste de 49€ por 60 minutos, y trabajaremos desde el respeto, la contención y herramientas muy prácticas para que puedas recuperar el control de tu vida y proteger a tu hijo sin sentirte culpable o indefensa.
Y si esta respuesta te ha sido útil, te agradecería mucho que me dejaras una valoración positiva, ya que ayuda a otras personas como tú a encontrar orientación y apoyo.
Estoy aquí para ayudarte cuando lo necesites.
Un abrazo grande.
Tu miedo es comprensible, pero es posible trabajar sobre él y ganar seguridad, autoestima y fuerza interior para tomar decisiones que protejan tu bienestar y el de tu hijo. Como psicóloga general sanitaria y neuropsicóloga, puedo ayudarte a identificar estos patrones, recuperar tu autonomía emocional y construir una red de apoyo real y sana, lejos del miedo y la dependencia.
Pide ayuda, no sigas cargando con esto sola. Puedes ponerte en contacto conmigo al 619//83//66//04. Las sesiones tienen un coste de 49€ por 60 minutos, y trabajaremos desde el respeto, la contención y herramientas muy prácticas para que puedas recuperar el control de tu vida y proteger a tu hijo sin sentirte culpable o indefensa.
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Un abrazo grande.
Gracias por abrirte con tanta profundidad. Lo que estás viviendo no es solo una relación difícil: es una situación de **violencia emocional, manipulación y chantaje psicológico**. Y aunque te sientas sola, atrapada y sin fuerza para tomar decisiones, lo que estás haciendo ahora —hablarlo, reconocerlo, pedir ayuda— es el primer paso para recuperar tu libertad y tu bienestar.
Tu pareja está usando el miedo como herramienta de control: miedo a perder a tu hijo, miedo a quedarte sin apoyo, miedo a quedarte sin recursos. Pero ese miedo no es la verdad. Es una estrategia para mantenerte sometida. Y tú mereces mucho más que eso.
Aquí tienes algunas claves para empezar a salir de este ciclo:
**1. Reconoce que estás siendo manipulada**
Cuando alguien te amenaza con quitarte a tu hijo, con dejarte sin pensión, con aislarte de tu familia, está ejerciendo violencia psicológica. No es amor. No es protección. Es control.
**2. Busca asesoría legal urgente**
Consulta con un abogado especializado en familia. Te ayudará a entender tus derechos, las posibilidades reales de custodia, y cómo protegerte legalmente. No estás sola: hay recursos para madres en situación de vulnerabilidad.
**3. Recupera tu red de apoyo**
Aunque tu familia esté enferma, intenta reconectar con personas que te quieren. Amistades, vecinos, profesionales… cualquier vínculo que te recuerde que no estás sola.
**4. Trabaja tu autoestima y tu historia emocional**
Tú misma lo has dicho: crees que hay traumas de infancia que te hicieron insegura y dependiente. Sanar eso es clave para que puedas tomar decisiones firmes sin miedo. La terapia puede ayudarte a reconstruir tu fuerza interna.
**5. No esperes a sentirte “lista” para actuar**
El miedo no desaparece antes de tomar decisiones. Desaparece cuando empiezas a actuar. Y cada paso que des, por pequeño que sea, te devolverá poder.
**6. Protege a tu hijo emocionalmente**
Los niños perciben más de lo que parece. Aunque no entiendan todo, sienten el ambiente. Tu bienestar es también el suyo.
**7. No estás sola**
Hay muchas mujeres que han salido de relaciones como la tuya y han reconstruido su vida con dignidad, paz y libertad. Tú también puedes hacerlo.
Si lo deseas, te ofrezco una consulta psicológica online gratuita para que puedas hablar con más detenimiento de lo que te preocupa.
Tu pareja está usando el miedo como herramienta de control: miedo a perder a tu hijo, miedo a quedarte sin apoyo, miedo a quedarte sin recursos. Pero ese miedo no es la verdad. Es una estrategia para mantenerte sometida. Y tú mereces mucho más que eso.
Aquí tienes algunas claves para empezar a salir de este ciclo:
**1. Reconoce que estás siendo manipulada**
Cuando alguien te amenaza con quitarte a tu hijo, con dejarte sin pensión, con aislarte de tu familia, está ejerciendo violencia psicológica. No es amor. No es protección. Es control.
**2. Busca asesoría legal urgente**
Consulta con un abogado especializado en familia. Te ayudará a entender tus derechos, las posibilidades reales de custodia, y cómo protegerte legalmente. No estás sola: hay recursos para madres en situación de vulnerabilidad.
**3. Recupera tu red de apoyo**
Aunque tu familia esté enferma, intenta reconectar con personas que te quieren. Amistades, vecinos, profesionales… cualquier vínculo que te recuerde que no estás sola.
**4. Trabaja tu autoestima y tu historia emocional**
Tú misma lo has dicho: crees que hay traumas de infancia que te hicieron insegura y dependiente. Sanar eso es clave para que puedas tomar decisiones firmes sin miedo. La terapia puede ayudarte a reconstruir tu fuerza interna.
**5. No esperes a sentirte “lista” para actuar**
El miedo no desaparece antes de tomar decisiones. Desaparece cuando empiezas a actuar. Y cada paso que des, por pequeño que sea, te devolverá poder.
**6. Protege a tu hijo emocionalmente**
Los niños perciben más de lo que parece. Aunque no entiendan todo, sienten el ambiente. Tu bienestar es también el suyo.
**7. No estás sola**
Hay muchas mujeres que han salido de relaciones como la tuya y han reconstruido su vida con dignidad, paz y libertad. Tú también puedes hacerlo.
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