La gastroenteritis en el embarazo es un cuadro clínico caracterizado por la inflamación del tracto gastrointestinal, generalmente ocasionada por infecciones víricas, bacterianas o parasitarias, y en menor medida por intoxicaciones alimentarias. Se manifiesta principalmente con diarrea, vómitos, dolor abdominal y, en ocasiones, fiebre. Aunque en la población general suele tratarse de una enfermedad leve y que se resuelve por sí sola sin necesidad de tratamiento específico, en la mujer embarazada adquiere una mayor importancia debido a los posibles efectos sobre el estado de hidratación, el equilibrio electrolítico y la salud del feto.
Este problema es bastante frecuente durante la gestación; los cambios fisiológicos del sistema inmunitario y digestivo hacen que la mujer sea más susceptible a ciertas infecciones alimentarias; por este motivo y para evitar complicaciones graves resulta fundamental la valoración y el manejo adecuado, para prevenir riesgos tanto maternos como fetales.
Si una mujer embarazada tiene gastroenteritis, generalmente se afectaría igual que a otra persona: con diarrea, vómitos, dolor abdominal y malestar general, resolviéndose en pocos días. Sin embargo, durante el embarazo hay consideraciones especiales, porque los riesgos no solo afectan a la madre, sino también al feto.
Entre los problemas que pueden presentarse tenemos: la deshidratación materna por diarreas y vómitos frecuentes, fiebre elevada, desnutrición temporal, desequilibrio electrolítico o complicaciones en casos de infecciones graves.
Sí pueden afectar al embarazo, pero no todos los problemas gastrointestinales son graves. Los más preocupantes son aquellos asociados a deshidratación severa o infecciones bacterianas específicas.
Los vómitos y diarreas intensas producirían deshidratación y pérdida de electrolitos. La fiebre alta provoca riesgo de contracciones uterinas o de aborto espontáneo en el primer trimestre. El dolor abdominal intenso que puede confundirse con amenaza de parto o complicaciones obstétricas. También se produce una disminución temporal de la ingesta que puede provocar déficit de nutrientes y energía; y a su vez afectar al crecimiento fetal.
Sin querer alarmar es importante recordar que algunas bacterias (Listeria, Salmonella, E. coli) y algunos parásitos (Toxoplasma) pueden atravesar la placenta. Esto provocaría infección intrauterina, parto prematuro o muerte fetal.
La hidratación es la parte más importante del tratamiento.El tratamiento de la diarrea en embarazadas debe ser cuidadoso, porque no todos los fármacos habituales son seguros durante la gestación. El objetivo principal es evitar la deshidratación y reponer electrolitos, más que “cortar” la diarrea rápidamente.
La hidratación es la parte más importante del tratamiento, se recomienda tomar líquidos a pequeños sorbos frecuentes; principalmente agua, infusiones suaves (de las permitidas durante el embarazo), caldos claros. Otra opción son los sueros de rehidratación oral que se pueden adquirir en farmacias o inclusive prepararse en casa de forma casera, son ideales porque aportan agua, glucosa y sales minerales.
Otra parte fundamental del tratamiento es llevar a cabo una dieta blanda progresiva según la tolerancia, podemos empezar con alimentos suaves tipo arroz blanco, pan tostado, zanahoria cocida, plátano, manzana asada y proteínas ligeras como el pollo cocido o el pescado blanco. Evitando grasas, fritos, picantes, café y lácteos enteros hasta la recuperación.
A nivel farmacológico no se recomienda durante el embarazo loperamida ni otros antidiarreicos de uso común. Antibióticos solo si es necesario y prescritos por el médico, en caso de infección bacteriana confirmada (ej. salmonelosis complicada, listeriosis).
Algunos probióticos pueden sernos de gran ayuda por ejemplo diferentes tipos de Lactobacillus o Saccharomyces boulardii, nos ayudarían a restablecer la microbiota intestinal, pero siempre bajo la supervisión de un especialista.
La gastroenteritis en el embarazo, aunque en la mayoría de los casos se presenta como un cuadro leve, requiere una atención especial. La prevención, a través de medidas de higiene alimentaria y hábitos saludables, es fundamental para reducir el riesgo de infecciones gastrointestinales durante la gestación.
Entre las medidas de higiene alimentaria, sería recomendable:
En definitiva, la gastroenteritis en el embarazo debe abordarse con un enfoque de prudencia y vigilancia clínica, asegurando siempre la protección de la madre y del feto.
También puede interesarte conocer cómo actuar en casos de gastroenteritis en bebés y niños, ya que se trata de un grupo especialmente vulnerable.
La publicación del presente artículo en el Sitio Web de Doctoralia se hace bajo autorización expresa por parte del autor. Todos los contenidos del sitio web se encuentran debidamente protegidos por la normativa de propiedad intelectual e industrial.
El Sitio Web de Doctoralia Internet S.L. no contiene consejos médicos. El contenido de esta página y de los textos, gráficos, imágenes y otro material han sido creados únicamente con propósitos informativos, y no para sustituir consejos, diagnósticos o tratamientos médicos. Ante cualquier duda con respecto a un problema médico consulta con un especialista.