Hola buenas noches, , y leyendo el caso me pasa algo similar, llevamos 5 años de c

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Hola buenas noches, y leyendo el caso me pasa algo similar, llevamos 5 años de casados y una hija de 10 meses, mi esposa se la pasaba mucho con los papás, todos los días, y los fines de semana que era para los dos, siempre eran planes con ellos, hice todo lo que aquí mencionan, hablar con calma, discutir el tema, llegar a acuerdos, y todo siguió igual una semana después, seguí insistiendo y se repetía la misma historia, discutíamos, yo terminaba teniendo la culpa y ella seguía dónde los papas, hasta que llegó el día que ya no me aguante más y hablé con los pastores que nos casaron para pedir ayuda y cuando ella se enteró eso fue lo peor del mundo, que problema el que se me armó, le conto a los papás y ellos de una vez dejaron de hablarme y quedé como el peor hombre, al tiempo paso ya todo el disgusto pero ella sigue allá metida todos los días. Yo comprendo que trabajo todo el día y es cuando ella se va para donde ellos, pero siempre hay una excusa para irse para allá todos los días, y cuando vamos donde mis padres o dónde mi mamá, solo podemos el fin de semana y solo unas horas, si vamos todos los fines de semana de una vez dice que la estoy descuidando y que sigo siendo el peor esposo y que descuido la relación, la verdad estoy en un punto que ya mantengo desanimado en la relación, con mal genio, me da pereza llegar a la casa porque muchas veces no está, y ya con la niña de por medio, es predecible que en una separación me demandaría para llevarse la niña e irse con todos los gastos pagos dónde los papás, la verdad no sé que más hacer para poder solucionar, alguno tiene algún consejo para poder poner en práctica.
Hiola. Debe de ser muy difícil vivir con esta sensación de poner todo y sólo recibir frustración. Sobre todo porque cuando pensamos en vivir en pareja, no nos lo imaginamos así. Lo que ocurre es que un consejo no va a ayudar demasiado: es necesario analizar con detalle toda la relación, como os sentís cada uno de los dos, y cómo resolverlo. El primer paso que es ambos estéis dispuestos a llegar a un acuerdo en el que los dos os sintáis cómodos. Si necesitáis ayuda para recuperar vuestra relación sólo tenéis que contactar conmigo. Gracias!
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Lamento mucho que estés atravesando esta situación tan complicada. Entiendo que es frustrante cuando los esfuerzos por comunicarte y llegar a acuerdos no parecen dar resultado. Este tipo de conflictos puede desgastar mucho una relación, especialmente cuando sientes que no estás siendo escuchado ni valorado.

Una de las claves para poder mejorar la situación es seguir reforzando la comunicación. Es fundamental que sigas expresando tus sentimientos y necesidades, pero tal vez de una manera que no se perciba como crítica o acusatoria, sino como una forma de compartir tu deseo de mejorar la relación. A veces, hablar en términos de "yo me siento..." en lugar de "tú haces..." puede ayudar a suavizar la conversación y a evitar que la otra persona se sienta atacada.

Además, aunque ya has intentado hablar con los pastores, quizás sea útil buscar la ayuda de un terapeuta de pareja. A veces, tener una guía externa, neutral y profesional, puede ofrecer un espacio seguro para hablar sobre los problemas de la relación y encontrar soluciones que ambos puedan aceptar. Un terapeuta de pareja podría ayudarte a ambos a ver las cosas desde una perspectiva más objetiva y a reducir la defensividad.

También es importante que pongas límites saludables. El hecho de que tu esposa pase tanto tiempo con sus padres puede estar afectando la relación, y si eso te genera malestar, es necesario que lo comuniques de manera firme pero respetuosa. Establecer límites sobre el tiempo que ambos dedican a sus familias o sobre cómo organizar el tiempo para ustedes como pareja y como familia podría ser un paso importante para encontrar el equilibrio que necesitas. Los límites no significan ser rígido o controlador, sino cuidar el bienestar de ambos en la relación y proteger los momentos de conexión en pareja.

Por último, es fundamental que tú también te cuides emocionalmente. Si te sientes desanimado, agotado o frustrado, buscar apoyo fuera de la relación, como hablar con un amigo cercano o con un terapeuta individual, puede ser muy útil para mantener tu bienestar mental y emocional. Tener claridad sobre lo que estás dispuesto a aceptar y lo que no, te ayudará a tomar decisiones que no solo beneficien a la relación, sino también a ti mismo.

Si la situación sigue sin mejorar, también es importante que reflexiones sobre lo que realmente quieres a largo plazo. Las decisiones que tomes hoy influirán en tu felicidad y bienestar futuros, y no está mal priorizar lo que sientas que es lo mejor para ti y para tu hija.

Por lo que cuentas, creo que lo mejor es que iniciéis algunas sesiones de terapia de pareja. Que os ayude a mejorar la comunicación. Un espacio seguro donde poder llegar a acuerdos. Buena suerte
Hola! Si has intentado soluciones como las de dialogar, llegar a acuerdos, comunicar tus emociones y necesidades, y al final la cosa sigue igual, es que a ella no le interesa cambiarlo, y si no lo quiere cambiar difícilmente lo va hacer, por lo que, el que ha de cambiar eres tu.., pon límites, por mucho que duelan p.ej.: no ir a la casa de los padres, si te dice cosas desagradables, destácale que te hace sentir mal por hacer lo que quieres igual que ella hace lo que quiere. Es una situación difícil. También os podéis dar un tiempo para tomar perspectiva los dos. Pero también si la separación lo ves complicado, prueba esto, pero si sigue así, llegará un punto en que no podrás aguantar, te has de priorizar igual que ella se prioriza. Muchos ánimos.
 Juan José Saucedo Bermejo
Psicólogo
San Fernando
Buenas noches, gracias por compartir tu experiencia con tanta claridad. Lo que describes no es extraño desde un análisis funcional de la conducta: parece que has entrado en un patrón cíclico de intentos de control, frustración, evitación del malestar y recriminación mutua que, lejos de resolver el conflicto, lo mantiene activo y reforzado.

En términos conductuales, podríamos observar cómo ciertas conductas (por ejemplo, hablar del problema, acudir a terceros como los pastores, o expresar tu malestar) terminan siendo seguidas de consecuencias aversivas para ti (retirada de afecto, reproches, aislamiento por parte de su familia), lo que probablemente está generando un condicionamiento operante que mantiene tus niveles de frustración y desánimo elevados.

Al mismo tiempo, parece que ella también está atrapada en sus propias funciones aprendidas: si la permanencia con sus padres se asocia con tranquilidad, aprobación o estructura, es probable que acuda allí de forma rígida para aliviar tensiones, sin explorar alternativas más flexibles en la relación.

Desde una perspectiva contextual, el foco no estaría en “convencer al otro” ni en “corregir la conducta ajena”, sino en identificar el patrón de evitación y control que ambos pueden estar alimentando, y que a la larga perjudica lo que verdaderamente valoráis como pareja y como padres.

Mi sugerencia profesional sería iniciar un proceso de intervención que permita clarificar los valores personales y compartidos en la relación, reconocer las funciones de las conductas actuales y ampliar el repertorio conductual de ambos hacia una relación más coherente con esos valores. Esto no implica necesariamente mantener o terminar la relación, sino contactar con lo que realmente importa, con responsabilidad y apertura, y actuar desde ahí.

Un saludo cálido,
Juan José – Psicólogo especialista en terapias contextuales (ACT)
Puedes seguirme en Instagram: @juanjosepsicologo o en TikTok: @juanjosepsicologia
 Silvia Schoffer Kraut
Psicólogo
Santa Cruz de Tenerife
B.días, entiendo que la relación de pareja se está deteriorando día a día. Yoo que le propongo como Psicóloga es hacer terapia de pareja, combinando con sesiones individuales online. Ésta combinación permite que la pareja hable conjuntamente y las sesiones individuales sirven para que cada uno se exprese libremente sin la presencia del otro. Con Psicóloga, iré analizando lo que ocurre y los motivos de sus comportamientos y juntos, buscaremos posibles soluciones al problema. Aconsejo que pidan cita con Psicóloga/o. Saludos
Hola, buenos días. Solo comentarte que en toda situación la responsabilidad recae en partes muy repartidas en todos los que la componen. Para cambiar una situación hace falta que todas las piezas generen movimiento. Si como comentas, tú ya has intentado algún cambio, has hablado con ella, con personas de tu comunidad, has cambiado de conductas para generar otras más funcionales y aún así no hay cambios de ningún tipo, entonces deberías plantearte que la responsabilidad de un cambio grande debe partir también de las otra persona que son tu esposa y tus suegros. Para un cambio de estas características deben participar todos los miembros. También deberían plantearse la dinámica que hay dentro de la pareja: motivaciones, comunicación, complicidad, etc.. Espero haberte aportado algo de información. Un saludo y mucho ánimo para avanzar.
 Andrés Adargoma Nuez González
Psicólogo
Las Palmas de Gran Canaria
Gracias por abrirte con algo tan profundo. Lo que estás viviendo no es fácil, y se nota que has intentado hablar, negociar, ceder y buscar ayuda de forma madura, pero sientes que todo recae sobre ti, y eso desgasta. Mucho. Lo que sientes —el desánimo, la rabia, la frustración— no es porque seas una mala persona ni un mal esposo. Es porque te estás sintiendo invisible dentro de tu propia relación.

Déjame darte algunas ideas claras y prácticas para que puedas tener un punto de partida, sin tanto rollo:

1. No es solo “ella con sus papás”, es una dinámica de dependencia emocional
Lo que describes no es solo una “preferencia” por estar con su familia. Suena más a una dependencia emocional hacia ellos.

Probablemente tu esposa no ha hecho un corte emocional sano con su núcleo familiar original, lo cual impide que priorice el nuevo núcleo: tú y su hija.

En este tipo de casos, no importa cuánto amor des, cuántas veces hables… si no hay conciencia de ese lazo tóxico, no hay cambio real.

2. Cuando hablaste con los pastores, hiciste bien.
Acudir a una figura neutral cuando ya te sientes solo no es traición, es buscar ayuda responsablemente.

Que ella y su familia lo hayan interpretado como una ofensa habla de control, no de comprensión.

Tú no tienes que cargar con la culpa por haber buscado apoyo.

3. Estás anticipando una separación como algo injusto. Lo entiendo.
Da miedo pensar que, si te separas, ella tendría todo el apoyo, la niña y los recursos, mientras tú quedas como “el malo”.

Pero recuerda: la ley no funciona solo por simpatía. Si alguna vez llegara a ese punto, tienes derechos como padre, y hay procesos que evalúan la custodia y la manutención con base en hechos, no en emociones ni en lo que digan los suegros.

4. ¿Qué puedes hacer ahora?
a) Poner límites sanos, sin confrontar
En vez de decir “no vayas tanto con tus papás”, di:

“Me gustaría que nuestra hija crezca viéndonos compartir más tiempo juntos como familia también. ¿Podemos tener al menos 2 días solo los tres?”

Si se niega o lo ignora, eso te da información valiosa: no hay voluntad, solo evasión.

b) Registra los patrones
Anota durante una semana cómo es la rutina:

¿Cuántas veces está en casa?

¿Qué tiempo pasan juntos tú, ella y la bebé?

¿Cómo responde a tus intentos de acercamiento?

Esto no es para espiarla, es para que tú veas en frío qué tan desequilibrado está el vínculo.

c) Considera una terapia solo para ti (aunque sea virtual o breve)
No para arreglar la relación —sino para protegerte emocionalmente y entender tus límites.

Te puede dar claridad para tomar decisiones sin culpa ni presión externa.

Incluso un par de sesiones pueden ayudarte a ubicarte emocionalmente en medio del caos
Hola, buenas noches. Gracias por compartir tu situación con tanta sinceridad.

Puedo imaginar lo difícil y agotador que está siendo para ti sentirte desplazado dentro de tu propia relación, con la sensación de que tus necesidades no se tienen en cuenta, que tus intentos de diálogo no dan fruto y que además acabas cargando con la culpa. Todo eso, con una hija pequeña de por medio, puede generar una mezcla de tristeza, frustración y desánimo que se va acumulando día a día.

Es importante saber que una relación de pareja no puede sostenerse si solo una parte intenta cuidarla. Y también que sentirse emocionalmente solo, aunque se esté acompañado, duele mucho. No se trata de que tu esposa no quiera estar con su familia, sino de encontrar un equilibrio donde también haya espacio real para ustedes como pareja y como familia independiente.

Llegar a este punto no significa que todo esté perdido, pero sí que hace falta parar, revisar a fondo lo que está pasando y tomar decisiones conscientes. A veces es necesario hacerlo con ayuda profesional, tanto para entender cómo se ha llegado hasta aquí, como para ver si todavía es posible reconstruir algo o si es momento de empezar a cuidar de ti y de tu bienestar.

Si lo deseas, puedo ayudarte a trabajar todo esto en consulta. Puedes pedirme una cita desde mi perfil. Estaré encantada de acompañarte, con respeto y sin juicios.
Buen día, gracias por compartir lo que te está pasando, entiendo que has intentado hablarlo con ella y duele no ver cambios porque realmente te importa mejorar la situación. Te animo a que comiences un proceso terapéutico en el cual puedas encontrar un apoyo y replantearte tus valores en torno a la familia para así, mantener comunicaciones más asertivas y también poder establecer límites en función de tus derechos.
Cuando una relación se sostiene solo desde uno, con la sensación de que todo intento termina en culpa y aislamiento, es normal que llegue el desánimo, la frustración y el desgaste emocional.

Ahora bien, no se trata solo de que ella visite a sus padres, sino de la falta de equidad y de límites saludables. En una relación madura, ambos espacios familiares deberían poder convivir, sin que uno anule al otro, y sin que tú te sientas un visitante en tu propia vida.

Tener una hija en común hace todo más delicado, pero no debe ser motivo para resignarte al malestar. Tal vez sea momento de valorar seriamente un acompañamiento terapéutico individual o de pareja. A veces, más que seguir luchando por ser escuchado, necesitas empezar a escucharte a ti.

No es egoísta poner límites cuando estás perdiéndote a ti mismo.
Dolo Boix – Psicóloga CV-18993
Hola, gracias por compartir tu situación. Entiendo el gran malestar que estás viviendo: la sensación de que, a pesar de tus intentos de diálogo y acuerdos, las cosas no cambian, genera mucha frustración y desgaste emocional. Es natural que te sientas desanimado, con enojo y con temor por el futuro, sobre todo teniendo en cuenta a tu hija y lo que eso implica para ti como padre.

Cuando en la pareja aparecen terceras personas con tanto peso en la dinámica, como en este caso la familia de tu esposa, no se trata solo de “poner límites” o “reclamar tiempo juntos”, sino de revisar más profundamente qué está pasando en la relación: cómo se comunican, qué necesidades no están siendo atendidas, y qué lugar ocupa cada uno en la vida del otro.

A veces, incluso con la mejor intención, los intentos de resolver desde dentro no bastan y es ahí donde una terapia de pareja puede ofrecer un espacio neutral, donde ambos puedan expresar sus puntos de vista y aprender nuevas formas de comprenderse y llegar a acuerdos más sólidos.

Mientras tanto, es importante que también cuides tu propio bienestar: busca momentos para ti, apóyate en personas de confianza y procura no quedarte solo con el malestar. Estás atravesando una situación compleja y no tienes por qué llevarla en soledad.

Un abrazo y mucho ánimo,

Elbire Arana
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807

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