Tenía 9 0 10 años quizá, jugaba con mis hermanos y simulábamos tener relaciones e incluso una vez pe

Gracias por compartir algo tan íntimo y que seguramente te pesa desde hace mucho tiempo. Lo primero que quiero transmitirte es comprensión: en la infancia es relativamente frecuente que los niños y niñas experimenten curiosidad y jueguen a “ensayar” roles de adultos, sin que exista en ello una intención de dañar. A esa edad todavía no se tiene la madurez ni la conciencia que se adquiere más adelante.

El sentimiento de culpa que describes habla de tu sensibilidad y de tu deseo de no haber hecho daño a nadie. La culpa puede quedarse instalada incluso muchos años después, aunque la situación en sí no haya tenido las consecuencias graves que temes.

Algunas ideas que pueden ayudarte:

1. Diferenciar la etapa vital: lo que ocurrió fue en la infancia, en un contexto de juego y sin comprensión adulta. No es comparable con lo que haría una persona adulta con plena conciencia.

2. Reconocer tu responsabilidad actual: hoy puedes trabajar en perdonarte, comprender mejor lo sucedido y soltar esa carga que arrastras.

3. Hablarlo en un espacio seguro: la terapia puede ser un buen lugar para elaborar esa culpa, ponerla en palabras y transformarla en un aprendizaje sin que siga pesando.

4. Cuidar la perspectiva: sentir miedo de haber traicionado o dañado habla más de tu sensibilidad y conciencia actual que de lo que realmente ocurrió entonces.

No tienes por qué quedarte atrapado en este recuerdo: es posible trabajarlo, entenderlo desde un marco adecuado y avanzar hacia una vivencia más compasiva contigo mismo.

Un abrazo

Elbire Arana
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807

o que cuentas genera mucha angustia porque lo miras con los ojos de adulto, pero es importante entender que a los 9 o 10 años los niños no tienen la misma conciencia ni intención que un adulto. Los juegos de ‘papás y mamás’ o de exploración con hermanos o primos son más frecuentes de lo que parece, y en la mayoría de los casos no generan traumas en los demás.

La culpa que sientes hoy tiene que ver con cómo lo interpretas ahora, no con lo que realmente pasó entonces. No se trató de abuso ni de maldad, sino de un comportamiento infantil de exploración.

Si la culpa sigue pesando, puede ser muy liberador hablarlo en terapia: ahí se trabaja para ponerlo en contexto, perdonarte a ti mismo y dejar de cargar con algo que no corresponde a tu responsabilidad adulta actual. Saludos

Gracias por tu valentía al compartir algo tan íntimo y delicado. Lo que describes ocurrió en una etapa muy temprana de tu vida, cuando aún estabas en desarrollo emocional y cognitivo. Es importante que sepas que muchas personas tienen recuerdos confusos o inquietantes de la infancia, especialmente cuando se trata de juegos que involucran el cuerpo o la intimidad, y que eso no te convierte en una mala persona.

### Algunas claves para entender lo que viviste

- **La infancia es exploratoria**: A los 9 o 10 años, los niños aún están descubriendo el mundo, las relaciones y los límites. Es común que en esa etapa se den juegos simbólicos que imitan lo que ven en adultos, sin comprender del todo su significado.

- **No hubo intención de daño**: Por lo que cuentas, no hubo violencia, coacción ni deseo sexual. Fue un juego, aunque hoy lo veas con ojos adultos. El hecho de que no sintieras placer ni lo hicieras con malicia es importante.

- **La culpa es una emoción aprendida**: Muchas veces, al crecer, reinterpretamos lo vivido con una mirada más crítica o influenciada por normas sociales. Eso puede generar culpa, aunque en su momento no hubo conciencia de daño.

- **El trauma no siempre es evidente**: Si te preocupa haber afectado a tus hermanos o primos, lo más sano sería hablarlo con un profesional. Pero también es posible que ellos lo hayan vivido como un juego más, sin consecuencias emocionales.

### ¿Qué puedes hacer ahora?

- **Hablar con un psicólogo o terapeuta**: Este tipo de recuerdos pueden generar ansiedad, vergüenza o culpa persistente. Un profesional puede ayudarte a procesarlo con compasión y sin juicio.

- **Perdonarte desde la comprensión**: No eras una adulta, no tenías intención de dañar, y estabas en una etapa de descubrimiento. Mereces liberarte de esa carga emocional.

- **Evitar el aislamiento emocional**: Guardar esto en silencio durante años puede hacer que se vuelva más pesado. Buscar espacios seguros para hablarlo es un acto de sanación.

- **No asumir consecuencias sin evidencia**: Si no hay señales de que tus hermanos o primos hayan sufrido por ello, no te castigues por algo que quizás fue solo una experiencia infantil sin impacto negativo.

Siento mucho que hayas vivido tantos años con esta carga. Si te parece bien, te ofrezco una consulta psicológica online gratuita y hablamos más detenidamente sobre lo que te ocurre.

Hola, gracias por confiar en compartir algo tan íntimo.
Lo que compartes pasó en la infancia, en un contexto de juego y sin una verdadera conciencia de lo que significaba, algo muy común en la niñez. La culpa que sientes hoy está más relacionada con cómo lo interpretas desde tu mirada adulta que con lo que realmente pasó en ese momento.
Entiendo lo angustiante que puede ser vivir con estas sensaciones, pero no significa necesariamente que hayas dañado a alguien. Muchas veces la culpa habla más de cómo nos juzgamos hoy que de lo que realmente ocurrió en la infancia. Hablar de esto en terapia puede ayudarte a comprenderlo mejor, elaborar esa culpa y soltar la carga emocional.

Lo que compartes refleja un peso emocional muy grande y entiendo que te genere culpa y miedo al pensar en lo ocurrido. Es importante señalar que en la infancia la curiosidad sexual y los juegos de exploración con pares o hermanos son más comunes de lo que solemos creer. A esa edad no existe la madurez ni la intención consciente de dañar, sino que suele tratarse de una forma de juego o de curiosidad propia del desarrollo infantil.

El hecho de que lo recuerdes con tanta culpa indica que no lo has podido elaborar emocionalmente y que hoy lo miras desde tu visión adulta, lo cual es normal pero puede ser muy duro. Sentir que “traumaste” a alguien no significa que haya sido así: en la mayoría de los casos, los niños no lo interpretan como una agresión, sino como parte del juego, aunque hoy tú lo experimentes con vergüenza y miedo.

Si esta culpa te abruma, puede ser de mucha ayuda trabajarlo en un espacio terapéutico, donde puedas comprender mejor lo que ocurrió en su contexto, aliviar la autoexigencia y resignificar ese recuerdo sin tanto peso. No estás solo en esto, y poder hablarlo ya es un paso muy valioso hacia la sanación.

Si lo deseas, puedo acompañarte en este proceso. En terapia trabajamos precisamente cómo liberar culpas del pasado, cómo diferenciar entre lo que fue exploración infantil y lo que hoy interpretamos como adultos, y cómo transformar esa carga emocional en un aprendizaje que te permita vivir con más calma. Un abrazo.

Gracias por compartir una vivencia tan íntima y que llevas contigo desde hace tanto tiempo. Lo que describes suele ser más frecuente de lo que se piensa: en la infancia, alrededor de los 8-10 años, muchos niños y niñas juegan a imitar situaciones de adultos sin comprender realmente lo que significan. Suelen hacerlo movidos por curiosidad, imitación o juego de roles, no por deseo sexual ni con la intención de hacer daño.

El hecho de que lo recuerdes con culpa en la adultez no significa que fueras consciente en ese momento de las implicaciones. A esa edad todavía no hay madurez sexual ni capacidad para entender lo que representa una relación íntima. Lo importante es diferenciar un juego infantil de la conducta de un adulto con intención de dañar, que no tiene nada que ver con lo que cuentas.

Si la culpa sigue apareciendo de forma recurrente y te abruma pensar que pudiste traumatizar a tus hermanos o primos, puede ser muy útil trabajarlo en psicoterapia. En un espacio seguro podrás comprender por qué tu mente ha mantenido ese recuerdo con carga negativa y aprender a gestionarlo de otra manera.

Te animo a que cojas cita conmigo. De esta manera podremos abordar en profundidad esta vivencia y liberarte de la culpa que llevas arrastrando desde hace tantos años.

Hola, si sientes culpa es porque de alguna manera algún tipo de satisfacción obtuviste, aunque conscientemente no lo sientas así. Quizá el traumado seas tu. Piénsalo.

Buenas tardes: solo decirte que al ser un tema sexual y con tantas fronteras que deben analizarse, deberías pedir asesoría psicológica para trabajar todas las consecuencias emocionales que ha podido arrastrar esta conducta infantil que seguramente no ha tenido más trascendencia, pero que habría que analizarla un poco más a fondo para tu tranquilidad y la de los implicados. Un saludo

En determinadas edades la exploración es normal ya que nuestros cuerpos están cambiando y surge la curiosidad de ver y conocer. Si eso ocurría en la época en la que el sexo era tabú y lo poco que se podía ver en la televisión despertaba la curiosidad, este tipo de situaciones podía darse desde la inocencia. Los abusos se producen cuando hay una diferencia de edad significativa entre el ofensor y la víctima desde una posición de poder. No parece que sea esto lo que describes.

Parece muy abrumador y doloroso cargar con esa culpa. Es importante recordar que en la infancia aun no se tiene la madurez emocional ni la conciencia plena de los actos, por lo que no eres responsable de lo ocurrido de la misma forma que lo seria un adulto.
Estos recuerdos pueden generar confusion y malestar con el tiempo, y por eso trabajar este tema en un espacio terapéutico puede ayudarte a elaborar la experiencia, comprender lo que sientes y aliviar a carga emocional.

Lo que cuentas suele generar mucha culpa en la adultez, pero es importante entender que a los 9 o 10 años aún no hay madurez sexual ni conciencia plena de las implicaciones. Muchas veces esos “juegos” infantiles imitan lo que se ve o se oye en el entorno, sin intención de hacer daño. El hecho de que hoy lo recuerdes con preocupación muestra que tienes sensibilidad y responsabilidad. Si la culpa sigue pesando, trabajarlo en terapia puede ayudarte a perdonarte y a colocar esa experiencia en su contexto real: un juego infantil, no un acto de abuso consciente.

Hola, lamento que estés sufriendo por esto.

Si todo lo que hicisteis fue un juego consentido y teníais una edad parecida (por ejemplo, 10 y 11, 11 y 12) no tiene por qué haber nada de malo en esto. Si por ejemplo uno de los practicantes tiene 17 y otro 10, la desigualdad del desarrollo psicológico podría ser dañina para el más joven si hay dinámicas de abuso, obligación, etc...

Cuando somos niños, nuestra forma de entender el mundo es jugando. Por ejemplo, cuando unos niños viven de cerca una muerte, pueden jugar a morirse, a los entierros... y esto parece extraño a ojos de los adultos, pero a ellos les ayuda a procesar lo vivido y darle un sentido.

Dentro de esto, pues es comprensible que vosotros de niños, jugaseis a los novios, a explorar vuestro cuerpo y qué es eso de tener el contacto con el otro. La sexualidad es algo en lo que solemos ser educados de forma restrictiva y como un tabú, pero no tiene nada de malo tal y como lo cuentas. Como te digo, hasta tiene un sentido del desarrollo psicológico y de comprender el mundo desde una mente pre-adolescente.

Si te preocupa que tus primos se sintieran incómodos, podrías hablar con ellos de cómo se sintieron y en caso de que tengan un mal recuerdo, pedirles disculpas y aclararles que eras muy joven y no entendías bien lo que estabas haciendo.

También sería bueno que te asegures de que no se dio una situación donde la diferencia de edad era demasiado grande y de que no te sentiste con obligación de hacer cosas incómodas.

Espero haberte ayudado.

Gracias por compartir un recuerdo que entiendo que te está pesando. Es importante tener en cuenta que lo que ocurrió fue en una etapa muy temprana de tu vida. Cuando se es niño o niña, no existe una connotación sexual como la que entendemos en la adultez: no hay intención, ni conciencia, ni comprensión de lo que realmente significa. Suelen ser juegos exploratorios propios de la infancia.

La culpa que sientes ahora aparece porque lo miras con la perspectiva adulta, pero en aquel momento estabas actuando desde la inocencia y desde un desarrollo que todavía no tenía capacidad para comprender esos actos como algo sexual.

En la mayoría de casos, estos juegos no generan traumas en los demás niños. Aun así, si este recuerdo te inquieta mucho, hablarlo con ellos de forma suave y adaptada, si existe confianza y si crees que puede ayudarte, puede ser una vía para aliviar esa duda interna. Muchas veces la conversación confirma que ellos no lo vivieron como algo dañino.

Y si necesitas trabajarlo con más calma para entenderlo y aliviar esa sensación de culpa, estaré encantada de acompañarte.