Hace años sufrí problemas de ansiedad, y creo que nunca los he resuelto del todo. Ante determinadas

11 respuestas
Hace años sufrí problemas de ansiedad, y creo que nunca los he resuelto del todo. Ante determinadas situaciones en las que llevo aparejado un esfuerzo físico, comienzo a observar de manera obsesiva mi respiración y empiezo a notar un agobio, preocupación y nerviosismos, por notar que no respiro bien o que no respiro lo suficiente, el miedo a que me pase algo se apodera de mi, y me empiezo a encontrar muy mal. Puedo parar el esfuerzo, pero las sensaciones y los síntomas ya se quedan el resto del día, y durante ese tiempo lo único que hago es pensar y estar pendiente de mi respiración, y eso hace que me agobie si veo que me falta el aliento o que respiro muy rápido o cualquier cosa relacionada con ella. Yo soy asmático, y desde muy pequeño he lidiado con ataques de asma, pero nunca me han agobiado. Me tomaba el inhalador y listo. Pero de un tiempo aquí ante algunos esfuerzos que requieran una aceleración de la respiración se me disparan este tipo de pensamientos y esto tiene un reflejo físico con molestias y malestar que pueden durar horas o incluso varios días. He ido al neumólogo para revisar mi asma y el estado de mis pulmones y me dices que todo está perfecto. Tengo la sensación de que todo tiene que ver con un miedo desproporcionado e irracional que surge cuando mi cuerpo reacciona a un esfuerzo y empiezan pensamientos del tipo “no respiro bien y me va a dar algo” “te va a dar un infarto y te vas a desplomar aquí. Mismo” “no respiras bien y te vas a desmayar”…. Es raro, porque voy al gimnasio tres o cuatro veces a la semana y en el gimnasio, en un entorno controlado y haciendo las pautas y ejercicios habituales esto no me pasa, pero si un día me tengo que echar una carrera para coger el autobús, o si de repente me tengo que subir tres pisos de escaleras…. Ante el aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca empiezan esos pensamientos que no logro controlar y enseguida surgen los malestares físicos que siempre son los mismos. Tengo la sensación que todo es un tema mental, relacionado con ansiedad e incluso una especie de obsesión con que me pueda dar un infarto ante un esfuerzo o que me pueda pasar algo…. No sé, lo que está claro es que cada vez me limita más porque tiendo a evitar hacer un montón de cosas por no verme expuesto a tener esas sensaciones, y eso a la vez me esta deprimiendo mucho.
 Laura Villegas Escudero
Psicólogo, Psicólogo infantil
Málaga
Lo que describes parece estar relacionado con la ansiedad anticipatoria y un posible componente de hipervigilancia hacia las señales corporales, especialmente en torno a la respiración y el esfuerzo físico. Esto puede estar generando un círculo vicioso donde los pensamientos catastrofistas (“me va a dar algo”, “no estoy respirando bien”) desencadenan síntomas físicos reales que refuerzan tu miedo. Tu historial de asma puede haber contribuido a una mayor sensibilidad a los cambios en tu respiración, pero es importante destacar que el neumólogo ya descartó problemas médicos serios. Esto indica que la raíz del problema es más psicológica que física, y es algo que se puede trabajar.
Lo que te ocurre es más común de lo que parece, y tiene solución con un enfoque adecuado. Es importante que no te sientas culpable por lo que experimentas, estos miedos no son una señal de debilidad, sino una reacción de tu mente y cuerpo que, con las herramientas correctas, puedes superar. Si crees que está interfiriendo en tu día a día es probable que un psicólogo pudiera ser un gran aliado en este proceso. Si necesitas cualquier cosa estoy aquí para ayudarte.
Lo que describes parece estar relacionado con un círculo de ansiedad anticipatoria y preocupación obsesiva, donde los pensamientos catastróficos sobre tu respiración desencadenan síntomas físicos que refuerzan tu temor, aunque físicamente estés bien. Este ciclo es común en casos de ansiedad y puede llevar a evitar situaciones que consideras disparadoras, lo que a su vez perpetúa la sensación de limitación y malestar emocional.

Es positivo que hayas descartado problemas físicos con tu neumólogo, ya que confirma que la causa es probablemente psicológica, y esto nos permite centrar el tratamiento en la gestión de tu ansiedad y los pensamientos intrusivos.

Te recomiendo acudir a un psicólogo especializado en Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), una herramienta muy efectiva para abordar este tipo de ansiedad. En terapia, trabajarías en identificar y reestructurar esos pensamientos catastróficos, aprendiendo a cuestionar su validez y a reemplazarlos por otros más realistas. También sería útil practicar exposición gradual a las situaciones que temes, de manera controlada, para desensibilizarte y disminuir tu respuesta ansiosa con el tiempo.

Paralelamente, podrías incorporar técnicas de relajación y respiración diafragmática para restablecer la calma en momentos de estrés. Estas técnicas no solo ayudan a mitigar los síntomas físicos, sino que también fortalecen tu percepción de control sobre tu cuerpo. Practicar mindfulness podría ser otra estrategia para entrenar tu mente a observar tus pensamientos sin reaccionar a ellos, disminuyendo su impacto.

Lo importante es que estás identificando el problema y dispuesto a buscar soluciones. Con el enfoque adecuado y el acompañamiento de un profesional, es posible romper este ciclo de ansiedad y recuperar tu calidad de vida.
Hola! La ansiedad se puede manifestar de muchas maneras y esta es una de ellas. Se pasa muy mal y lo que te pide el cuerpo y tu mente es evitar diferentes situaciones para no encontrarte mal pero justo ahí es cuando se agranda el problema, es como una trampa que nuestra mente nos pone y caemos. Es algo muy común lo que te ocurre y tiene remedio con una buena terapia cognitivo-conductual. Si en algún momento decides empezar yo estaría encantada de atenderte.
Un abrazo.
La ansiedad es un síntoma que esconde traumas, miedos, insatisfacciones, inseguridades.... que no pueden asumirse. Cuando determinados pensamientos, sentimientos, son demasiado duros, pueden manifestarse en forma de preocupación por la salud, lo cual parece tu caso. El miedo a la muerte oculta en muchas ocasiones, como parece tu caso, el miedo a la vida. La psicoterapia podría ayudarte, ayudando a que te des cuenta de cuál es el problema real y acompañándote en su afrontamiento y, por lo tanto, la resolución de los síntomas ansiosos - hipocondríacos que comentas. Un saludo y mucha fuerza
 Mayca Figueroa Remón
Psicólogo, Psicólogo infantil
Puerto de Sagunto
Hola, lo que estás viviendo suena muy difícil, pero también es algo que tiene solución. Por lo que describes, parece que tu mente ha asociado el aumento de la frecuencia respiratoria y cardíaca con una señal de peligro, aunque tu cuerpo esté bien físicamente. Esto puede estar relacionado con la ansiedad y con cómo interpretas las sensaciones de tu cuerpo, especialmente en situaciones inesperadas.
Es interesante que en el gimnasio no te pase. Eso muestra que, en un entorno que sientes seguro, tu cuerpo y tu mente no reaccionan igual. Pero en otros contextos, donde hay más incertidumbre, tu mente parece activar una alarma exacerbada, y eso genera los síntomas físicos y el malestar.
Si, tras un análisis extenso, este fuera la clave de tu problema, habría que trabajar en manejar esos pensamientos automáticos y a reinterpretar las sensaciones de tu cuerpo de forma más tranquila. También sería útil practicar ejercicios de respiración y relajación para que puedas afrontar esos momentos con más calma.
Paralelamente, otro objetivo sería el de no castigarte por sentirte así. Tu mente está intentando protegerte, aunque lo haga de una forma desproporcionada. En vez de luchar contra esos pensamientos o sensaciones, podrías empezar a observarlos con más amabilidad, como si fueran una reacción de alguien asustado que necesita calma, no juicio.
Por ejemplo, en esos momentos de agobio, podrías recordarte que es normal que tu cuerpo reaccione al esfuerzo y que esas sensaciones no son peligrosas. Hablarte con más comprensión, como lo harías con un amigo que está pasando por lo mismo, puede ayudarte a calmarte. Practicar pequeños momentos de pausa, respiración y autocompasión también puede reducir el impacto de esos episodios y ayudarte a conectar con la seguridad de que estás bien.
Esto no tiene por qué seguir limitándote. Poco a poco, con apoyo y las herramientas adecuadas, puedes recuperar la confianza en tu cuerpo y en ti mismo.
Realmente hay que trabajar esa ansiedad y descubrir aquello que te lo provoca, cuando realmente lo hagas empezarás a encontrarte bien
Entiendo perfectamente lo que estás pasando, y quiero decirte que esto tiene solución. Lo que describes parece estar relacionado con ansiedad somática, donde tu mente se centra en sensaciones corporales (como la respiración) y las interpreta como peligrosas, aunque no lo sean. Esto genera un ciclo: te preocupas por tu respiración, tu ansiedad aumenta, eso hace que respires más rápido o sientas opresión, y esas sensaciones físicas refuerzan el miedo. Esto no significa que haya algo malo en tu cuerpo; de hecho, tu neumólogo ya descartó problemas físicos.

El hecho de que en el gimnasio no te pase demuestra que tu cuerpo está bien y que es un tema mental. La ansiedad aparece más en situaciones inesperadas, donde sientes menos control (como correr para coger un autobús). Además, los pensamientos como "me va a dar un infarto" o "no respiro bien" son típicos de la ansiedad, pero no reflejan la realidad de tu estado físico.

Para trabajar esto, lo primero es cambiar cómo te relacionas con esas sensaciones. Intenta no evitarlas del todo, sino exponerte gradualmente a ellas en un entorno seguro. Por ejemplo, podrías simular subir escaleras rápidas en casa o hacer ejercicios que aceleren tu respiración. Mientras lo haces, recuerda que esas sensaciones son normales y pasajeras. También es útil cuestionar los pensamientos catastróficos cuando aparezcan, diciéndote algo como: "Esto es solo ansiedad, mi cuerpo está reaccionando como debería después de un esfuerzo".

Otra estrategia clave es trabajar en tu relación con la respiración. Dedica unos minutos al día a observarla sin intentar controlarla, aceptando su ritmo como algo natural. Esto puede ayudarte a reducir el miedo a "no respirar bien".

Si sientes que esto te limita mucho, buscar apoyo profesional sería ideal. Un psicólogo puede enseñarte técnicas específicas, como reestructuración de pensamientos o exposición gradual, para manejar estas sensaciones y reducir tu ansiedad. Con el enfoque adecuado, puedes recuperar la confianza en tu cuerpo y tu capacidad para afrontar estas situaciones. No estás solo en esto, y lo importante es que ya estás dando el primer paso para solucionarlo. ¡Ánimo!
Hola. Buenas tardes. La sintomatología ansiosa puede ser tremendamente desagradable e incapacitante. Es importante haber ido al médico para descartar que no haya ninguna dolencia física. Por lo que cuentas, has padecido ansiedad en periodos de tu vida anteriores. Hay épocas de la vida en que nos percibimos más ansiosos, lo cual es normal. El inconveniente está en que estos pensamientos deriven en una conducta que nos limite el disfrute del día a día y desarrollo de nuestra vida. Esta sintomatología de la que hablas es tratable y hay diversas técnicas para ello. Un saludo.
Parece que lo que estás experimentando es una combinación de ansiedad y un temor irracional relacionado con la respiración y los esfuerzos físicos. Aunque es comprensible, dado tu historial de asma, lo que describes ahora parece más vinculado a un trastorno de ansiedad. Es común que el cuerpo reaccione con sensaciones físicas, como falta de aire, cuando hay un temor asociado a un esfuerzo físico. Lo importante es que, como mencionaste, los médicos han descartado problemas médicos, lo que apunta a que el origen de tus malestares es emocional y mental.

La clave aquí sería trabajar en técnicas para manejar la ansiedad y cambiar la manera en que interpretas esas sensaciones. La terapia cognitivo-conductual (TCC) podría ser útil para ayudarte a desafiar esos pensamientos catastróficos sobre la respiración y el esfuerzo físico. Además, podrías trabajar en ejercicios de respiración controlada que te ayuden a sentirte más tranquilo cuando te enfrentes a situaciones que antes desencadenaban estos síntomas. También puede ser útil hablar con un profesional sobre estrategias para reducir la evitación, ya que evitar estas situaciones puede intensificar el miedo con el tiempo.
 Julia Santiago Ramírez
Psicólogo
Jerez de la Frontera
¡Hola! Por lo que comentas parece que hablas de ansiedad somática. En estos casos, lo ideal es contactar con un profesional que te ayude a exponerte poco a poco a las situaciones que te causan esta ansiedad desmedida acompañadas de ejercicios de relajación (desensibilización sistemática) y que eso haga que tu ansiedad vaya bajando hasta el punto en que no te limite.
¡Espero que te sirva mi ayuda!
Es cierto que en estos casos lo primero siempre debe ser descartar cualquier posibilidad de que se trate de un problema médico, sin embargo, al no encontrar estos problemas en un entorno controlado como el gimnasio tiene bastantes probabilidades de tener un origen psicológico.
Estos pensamientos suelen tener mucho que ver con experiencias de ansiedad e incertidumbre o experiencias pasadas donde lo hayas pasado especialmente mal con estos síntomas.
Funcionarían como una reacción de defensa o de intentar controlar la situación ante unos estímulos desagradables (en este caso, la respiración acelerada ante un esfuerzo físico) que, paradójicamente centran mucho más la atención en estos estímulos, provocando que sean aún más desagradables.
Se podría decir que tu mente se a acostumbrado a intentar controlar y manejar estos estímulos, pero al ver que no es capaz empieza a subir cada vez más la ansiedad y la preocupación.
Habría que evaluar bien todos los detalles de tu situación, pero el tratamiento más común suele ser una exposición guiada y progresiva para que tu mente pueda llegar al aprendizaje de que estos estímulos no tienen por qué suponer ningún peligro, desapareciendo estas preocupaciones progresivamente.

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