Hola Resulta que soy inconstante en todo, de toda la vida, aunque hubo una época que me centré tant
12
respuestas
Hola
Resulta que soy inconstante en todo, de toda la vida, aunque hubo una época que me centré tanto en ser constante que lo logré, pero de eso ha llovido mucho.
La cosa es que en estos momentos, cuando vuelvo del trabajo ni me apetece estudiar oposiciones ni entrenar solo quiero descansar, cosa que ambas cosas me gustan (el temario de oposiciones específico sí y la gimnasia artística también), pero aunque me he creado un montón de horarios no ha habido manera y ahora que al fin tengo horario fijo, creo que sería el momento ideal para poder conseguir esa constancia por mi bienestar, porque me he fijado que es y ha sido mi mayor problema.
Cuando he sido constante he perdido kilos (quiero adelgazar) y he estudiado más, pero después de un tiempo lo corto de cuajo y vuelta a empezar, no se como no cortarlo, porque cuando lo hago me siento mal y no me ayuda, pero siempre lo hago...no sé que me pasa. ¿Algún consejo? Gracias
Resulta que soy inconstante en todo, de toda la vida, aunque hubo una época que me centré tanto en ser constante que lo logré, pero de eso ha llovido mucho.
La cosa es que en estos momentos, cuando vuelvo del trabajo ni me apetece estudiar oposiciones ni entrenar solo quiero descansar, cosa que ambas cosas me gustan (el temario de oposiciones específico sí y la gimnasia artística también), pero aunque me he creado un montón de horarios no ha habido manera y ahora que al fin tengo horario fijo, creo que sería el momento ideal para poder conseguir esa constancia por mi bienestar, porque me he fijado que es y ha sido mi mayor problema.
Cuando he sido constante he perdido kilos (quiero adelgazar) y he estudiado más, pero después de un tiempo lo corto de cuajo y vuelta a empezar, no se como no cortarlo, porque cuando lo hago me siento mal y no me ayuda, pero siempre lo hago...no sé que me pasa. ¿Algún consejo? Gracias
1. Deja de luchar con la "inconstancia" y empieza a comprenderla
La inconstancia no es un defecto de carácter, sino una forma en la que probablemente tu mente y tu cuerpo reaccionan cuando se sienten sobrecargados o presionados. Puede ser útil que observes qué pasa justo antes de cortar con un hábito. ¿Hay pensamientos como "esto no vale la pena", emociones como frustración, o sensaciones físicas como cansancio extremo? Reconocer estos patrones es clave para cambiarlos.
2. Céntrate en tus valores, no en la perfección
En lugar de enfocarte solo en resultados como "ser constante" o "no cortar de cuajo", pregúntate:
¿Por qué quiero ser constante?
¿Qué significa para mí perder peso o avanzar en mis oposiciones?
Quizá para ti sea importante la salud, el aprendizaje, o sentirte bien contigo mismo. Conectar con esos valores puede darte energía incluso en días en los que no te apetece mucho.
3. Hazlo pequeño y manejable
Muchas veces caemos en la trampa de intentar hacer todo perfecto desde el principio. Prueba a bajar las expectativas iniciales:
Si no te apetece entrenar, ¿podrías hacerlo solo 5 minutos?
Si estudiar se siente pesado, ¿qué tal solo un tema o 15 minutos?
Cuando bajas la barrera de entrada, es más fácil empezar, y muchas veces, una vez que comienzas, te das cuenta de que puedes hacer más.
4. Acepta los días difíciles y sigue adelante
Es normal tener días en los que no cumplas lo planeado. En lugar de castigarte o caer en pensamientos como "siempre me pasa lo mismo", practica la autocompasión:
"Hoy no fue como esperaba, pero puedo intentarlo mañana."
La clave es evitar que un día difícil se convierta en el inicio de abandonar por completo.
5. Usa tus horarios como guías, no reglas rígidas
Tener horarios es útil, pero a veces pueden sentirse como una imposición que agota más de lo que ayuda. En lugar de seguirlos al pie de la letra, úsalos como una orientación flexible: "Hoy puedo adaptar este plan a mi energía y mi disposición."
6. Busca apoyo y responsabilidad compartida
Hablar de tus metas con alguien, como un amigo, un entrenador o incluso un terapeuta, puede ayudarte a mantener el enfoque. Tener a alguien que te recuerde tus motivos y te anime en momentos bajos puede marcar una gran diferencia.
Si ves que esta lucha con la inconstancia está afectando otras áreas de tu vida o te sientes atascado en este ciclo, en terapia online podemos trabajar juntos para identificar las barreras y construir un camino que se ajuste a tus valores y metas. ¡Estaré encantado de acompañarte en este proceso para que avances hacia la vida que deseas!
La inconstancia no es un defecto de carácter, sino una forma en la que probablemente tu mente y tu cuerpo reaccionan cuando se sienten sobrecargados o presionados. Puede ser útil que observes qué pasa justo antes de cortar con un hábito. ¿Hay pensamientos como "esto no vale la pena", emociones como frustración, o sensaciones físicas como cansancio extremo? Reconocer estos patrones es clave para cambiarlos.
2. Céntrate en tus valores, no en la perfección
En lugar de enfocarte solo en resultados como "ser constante" o "no cortar de cuajo", pregúntate:
¿Por qué quiero ser constante?
¿Qué significa para mí perder peso o avanzar en mis oposiciones?
Quizá para ti sea importante la salud, el aprendizaje, o sentirte bien contigo mismo. Conectar con esos valores puede darte energía incluso en días en los que no te apetece mucho.
3. Hazlo pequeño y manejable
Muchas veces caemos en la trampa de intentar hacer todo perfecto desde el principio. Prueba a bajar las expectativas iniciales:
Si no te apetece entrenar, ¿podrías hacerlo solo 5 minutos?
Si estudiar se siente pesado, ¿qué tal solo un tema o 15 minutos?
Cuando bajas la barrera de entrada, es más fácil empezar, y muchas veces, una vez que comienzas, te das cuenta de que puedes hacer más.
4. Acepta los días difíciles y sigue adelante
Es normal tener días en los que no cumplas lo planeado. En lugar de castigarte o caer en pensamientos como "siempre me pasa lo mismo", practica la autocompasión:
"Hoy no fue como esperaba, pero puedo intentarlo mañana."
La clave es evitar que un día difícil se convierta en el inicio de abandonar por completo.
5. Usa tus horarios como guías, no reglas rígidas
Tener horarios es útil, pero a veces pueden sentirse como una imposición que agota más de lo que ayuda. En lugar de seguirlos al pie de la letra, úsalos como una orientación flexible: "Hoy puedo adaptar este plan a mi energía y mi disposición."
6. Busca apoyo y responsabilidad compartida
Hablar de tus metas con alguien, como un amigo, un entrenador o incluso un terapeuta, puede ayudarte a mantener el enfoque. Tener a alguien que te recuerde tus motivos y te anime en momentos bajos puede marcar una gran diferencia.
Si ves que esta lucha con la inconstancia está afectando otras áreas de tu vida o te sientes atascado en este ciclo, en terapia online podemos trabajar juntos para identificar las barreras y construir un camino que se ajuste a tus valores y metas. ¡Estaré encantado de acompañarte en este proceso para que avances hacia la vida que deseas!
¡Buenas! Por lo que leo, entiendo que la mayoría del tiempo estás ocupado/a con obligaciones y tareas del día a día. En esos casos, es muy normal que cuando tenemos que enfrentarnos a otra tarea más, aunque nos guste, la pospongamos. Necesitaría evaluar más el caso, pero a priori te recomendaría introducir más actividades de autocuidado en tu rutina (quedar con amigos, pasear, actividades de ocio, etc.).
¡Espero que te resulte de ayuda!
¡Espero que te resulte de ayuda!
¡Hola! Lo que describes es muy común y, sobre todo, humano. A veces, la inconstancia no es falta de voluntad, sino una señal de que nos estamos exigiendo demasiado o de una forma que no nos beneficia. La clave no está en hacer todo perfecto, sino en encontrar un ritmo que se ajuste a tus necesidades reales.
Empieza con pequeños pasos: dedica 15-20 minutos al estudio o un entrenamiento breve, y felicítate por cumplirlo, aunque sea poco. Así evitas que la meta se sienta abrumadora. También es importante que te hables con amabilidad cuando no sigas el plan. En lugar de culparte, pregúntate: “¿Qué me faltó hoy? ¿Cómo puedo ajustarlo para mañana?”
Recuerda que la constancia no significa no fallar nunca, sino aprender a retomar sin castigarte. Cada pequeño esfuerzo suma, y con paciencia puedes construir hábitos más sólidos.
Es normal sentir frustración cuando la constancia parece tan difícil de mantener, especialmente cuando sabes que hacerlo mejora tu vida. Primero, es importante entender que la constancia no es algo que se consigue de una vez para siempre, sino un hábito que se refuerza poco a poco. Aquí tienes algunas recomendaciones que pueden ayudarte:
Define metas pequeñas y realistas: En lugar de intentar hacerlo todo a la vez (entrenar, estudiar, perder peso), elige una sola acción pequeña para comenzar. Por ejemplo, comprométete a estudiar solo 15 minutos al día o hacer 10 minutos de ejercicios básicos. Una vez que esto se convierta en rutina, podrás aumentarlo gradualmente.
Identifica tus bloqueos emocionales: Muchas veces dejamos de ser constantes porque asociamos ciertas actividades con estrés o presión. Pregúntate: ¿qué te hace abandonar? ¿Es el cansancio, la falta de resultados inmediatos o el miedo a fallar? Reflexionar sobre esto puede ayudarte a ajustar tu enfoque.
Establece recompensas inmediatas: El cerebro responde bien a las recompensas. Después de cumplir con una pequeña tarea, date un premio que disfrutes, como ver un episodio de tu serie favorita o relajarte con una bebida que te guste.
Crea un sistema de seguimiento visual: Usa un calendario o una app para marcar cada día que cumples con tus metas. Ver los días consecutivos puede motivarte a no romper la cadena.
Acepta los retrocesos como parte del proceso: Es normal que haya días en los que no puedas cumplir con lo planeado. En lugar de castigarte, sé compasivo contigo mismo y retoma al día siguiente. Recuerda que la constancia se construye en el tiempo, no en la perfección.
Reenfoca tu mentalidad: En lugar de decirte "tengo que entrenar" o "tengo que estudiar", di "elijo hacerlo porque me acerca a mis objetivos". Este cambio de perspectiva puede transformar una obligación en una decisión consciente.
Finalmente, podrías beneficiarte de trabajar con un profesional que te ayude a identificar los patrones que te llevan a abandonar y desarrollar estrategias específicas para ti.
Define metas pequeñas y realistas: En lugar de intentar hacerlo todo a la vez (entrenar, estudiar, perder peso), elige una sola acción pequeña para comenzar. Por ejemplo, comprométete a estudiar solo 15 minutos al día o hacer 10 minutos de ejercicios básicos. Una vez que esto se convierta en rutina, podrás aumentarlo gradualmente.
Identifica tus bloqueos emocionales: Muchas veces dejamos de ser constantes porque asociamos ciertas actividades con estrés o presión. Pregúntate: ¿qué te hace abandonar? ¿Es el cansancio, la falta de resultados inmediatos o el miedo a fallar? Reflexionar sobre esto puede ayudarte a ajustar tu enfoque.
Establece recompensas inmediatas: El cerebro responde bien a las recompensas. Después de cumplir con una pequeña tarea, date un premio que disfrutes, como ver un episodio de tu serie favorita o relajarte con una bebida que te guste.
Crea un sistema de seguimiento visual: Usa un calendario o una app para marcar cada día que cumples con tus metas. Ver los días consecutivos puede motivarte a no romper la cadena.
Acepta los retrocesos como parte del proceso: Es normal que haya días en los que no puedas cumplir con lo planeado. En lugar de castigarte, sé compasivo contigo mismo y retoma al día siguiente. Recuerda que la constancia se construye en el tiempo, no en la perfección.
Reenfoca tu mentalidad: En lugar de decirte "tengo que entrenar" o "tengo que estudiar", di "elijo hacerlo porque me acerca a mis objetivos". Este cambio de perspectiva puede transformar una obligación en una decisión consciente.
Finalmente, podrías beneficiarte de trabajar con un profesional que te ayude a identificar los patrones que te llevan a abandonar y desarrollar estrategias específicas para ti.
Seguro que cuando ha logrado ser constante y hacer esas actividades que se plantea se encontraba mucho mejor animicamente. A veces, esa desgana o esa incapacidad para activarse a hacer determinadas cosas esta mas relacionado con temas de autoestima que con simple cansancio. Una buena "higiene de vida" (respetar horas de descanso, ser constante en los horarios de comidas, tener ocio...) puede ayudar muchísimo en estas situaciones. Si a pesar de todo no lo consigue, quizás una intervención psicológica le pueda ayudar a entender el porque de estas "rachas" y a solucionarlas de forma definitiva. Saludos.
Entiendo tu preocupación. Para recuperar la constancia aquí van algunos consejos:
Empieza poco a poco: Dedica 10-15 minutos diarios a estudiar o entrenar.
Sé flexible: Ajusta tus actividades según tu energía; mejor poco que nada.
Hazlo agradable: Combina estas tareas con música o algo que disfrutes.
Rastrea tu progreso: Marca tus logros en un calendario.
Sé compasiva: Si fallas un día, retoma sin culparte.
Con paciencia y pequeños pasos, lograrás grandes resultados, si necesitas ayuda ya sabes donde estoy.
Empieza poco a poco: Dedica 10-15 minutos diarios a estudiar o entrenar.
Sé flexible: Ajusta tus actividades según tu energía; mejor poco que nada.
Hazlo agradable: Combina estas tareas con música o algo que disfrutes.
Rastrea tu progreso: Marca tus logros en un calendario.
Sé compasiva: Si fallas un día, retoma sin culparte.
Con paciencia y pequeños pasos, lograrás grandes resultados, si necesitas ayuda ya sabes donde estoy.
Gracias por compartir cómo te sientes y lo que estás atravesando. Lo que describes es algo que muchas personas experimentan, y es un desafío común cuando se busca mantener constancia en objetivos que requieren esfuerzo sostenido. Vamos a analizarlo paso a paso.
1. Reconoce las raíces de la inconstancia
Lo primero es comprender que la constancia no es solo una cuestión de fuerza de voluntad. Hay varios factores que pueden estar influyendo, como el cansancio acumulado, una autoexigencia elevada o incluso la manera en que planteas tus metas y hábitos. También mencionas que has logrado ser constante en el pasado, lo cual demuestra que eres capaz de hacerlo, pero quizá ahora hay otros obstáculos que dificultan el proceso.
2. Identifica patrones de corte
Parece que hay un momento en el que dejas de seguir tu rutina y "cortas de cuajo". Reflexiona:
¿Qué pasa justo antes de dejar de ser constante?
¿Es el cansancio? ¿La falta de resultados inmediatos? ¿Una sensación de aburrimiento o autoexigencia excesiva?
Identificar ese patrón puede ayudarte a anticiparte y ajustar tu enfoque antes de llegar a ese punto.
3. Reformula tus metas
Es genial que tengas claro que el estudio y el ejercicio te gustan, pero quizás la forma en que lo estás estructurando está siendo demasiado rígida. En lugar de intentar seguir horarios estrictos, prueba plantearte objetivos mínimos diarios. Por ejemplo:
Estudiar 15-20 minutos al día, y si tienes más energía, añadir más tiempo.
Hacer 10-15 minutos de ejercicios relacionados con gimnasia artística, incluso si es algo sencillo.
Lo importante es que cumplas con algo pequeño pero constante para evitar el agotamiento mental que puede llevar a cortar todo.
4. Incluye descanso planeado
El descanso es esencial, y no significa que seas inconstante; es parte del proceso. Planifica descansos deliberados en tu horario. Por ejemplo:
Dedica un día a la semana solo para relajarte.
Divide tus actividades en bloques más pequeños y deja espacios entre ellos para descansar.
5. Practica autocompasión
Sentirte mal cuando cortas la rutina puede generar un ciclo negativo que refuerza la inconstancia. En lugar de castigarte mentalmente, trata de hablarte con amabilidad y empatía. Algo como: "Hoy no logré cumplir, pero mañana puedo intentarlo de nuevo, aunque sea con algo pequeño."
6. Usa recordatorios de tus logros
Recuerda lo bien que te has sentido cuando has sido constante en el pasado, como cuando perdiste peso o estudiaste más. Puedes incluso anotar esos logros en un lugar visible para motivarte en los días difíciles.
7. Considera apoyo externo
A veces, compartir tus objetivos con alguien de confianza o trabajar con un entrenador, mentor o terapeuta puede darte el impulso necesario. Una red de apoyo te puede ayudar a mantenerte motivado y responsable.
1. Reconoce las raíces de la inconstancia
Lo primero es comprender que la constancia no es solo una cuestión de fuerza de voluntad. Hay varios factores que pueden estar influyendo, como el cansancio acumulado, una autoexigencia elevada o incluso la manera en que planteas tus metas y hábitos. También mencionas que has logrado ser constante en el pasado, lo cual demuestra que eres capaz de hacerlo, pero quizá ahora hay otros obstáculos que dificultan el proceso.
2. Identifica patrones de corte
Parece que hay un momento en el que dejas de seguir tu rutina y "cortas de cuajo". Reflexiona:
¿Qué pasa justo antes de dejar de ser constante?
¿Es el cansancio? ¿La falta de resultados inmediatos? ¿Una sensación de aburrimiento o autoexigencia excesiva?
Identificar ese patrón puede ayudarte a anticiparte y ajustar tu enfoque antes de llegar a ese punto.
3. Reformula tus metas
Es genial que tengas claro que el estudio y el ejercicio te gustan, pero quizás la forma en que lo estás estructurando está siendo demasiado rígida. En lugar de intentar seguir horarios estrictos, prueba plantearte objetivos mínimos diarios. Por ejemplo:
Estudiar 15-20 minutos al día, y si tienes más energía, añadir más tiempo.
Hacer 10-15 minutos de ejercicios relacionados con gimnasia artística, incluso si es algo sencillo.
Lo importante es que cumplas con algo pequeño pero constante para evitar el agotamiento mental que puede llevar a cortar todo.
4. Incluye descanso planeado
El descanso es esencial, y no significa que seas inconstante; es parte del proceso. Planifica descansos deliberados en tu horario. Por ejemplo:
Dedica un día a la semana solo para relajarte.
Divide tus actividades en bloques más pequeños y deja espacios entre ellos para descansar.
5. Practica autocompasión
Sentirte mal cuando cortas la rutina puede generar un ciclo negativo que refuerza la inconstancia. En lugar de castigarte mentalmente, trata de hablarte con amabilidad y empatía. Algo como: "Hoy no logré cumplir, pero mañana puedo intentarlo de nuevo, aunque sea con algo pequeño."
6. Usa recordatorios de tus logros
Recuerda lo bien que te has sentido cuando has sido constante en el pasado, como cuando perdiste peso o estudiaste más. Puedes incluso anotar esos logros en un lugar visible para motivarte en los días difíciles.
7. Considera apoyo externo
A veces, compartir tus objetivos con alguien de confianza o trabajar con un entrenador, mentor o terapeuta puede darte el impulso necesario. Una red de apoyo te puede ayudar a mantenerte motivado y responsable.
Es completamente natural enfrentarse a la falta de constancia, especialmente cuando se busca un equilibrio entre múltiples objetivos. Un buen enfoque sería establecer metas pequeñas y alcanzables, en lugar de comprometerte a grandes cambios de inmediato. También puede ser útil vincular tus actividades con recompensas personales que te resulten motivadoras. La clave está en hacer que el proceso sea sostenible y en no castigarte por las veces que no cumples con todo. El autocuidado es importante, así que si un día necesitas descansar, está bien. Revisa las creencias subyacentes sobre la constancia; en ocasiones, la presión por hacer todo perfectamente puede generar resistencia. Si lo necesitas, puede ser útil trabajar con un terapeuta en la gestión de la motivación y el autocuidado.
Hola. Es posible que te estes planteando metas muy grandes o muy a largo plazo. Si consideras que eres una persona poco constante quizás deberías buscar metas a corto plazo que generen en ti un refuerzo grande y eso te ayude a mantener la motivación en el tiempo. Además, las metas deberían ser significativas para ti a la vez que alcanzables, ya que si el alcanzarlas te requiere un esfuerzo agotador o no son los suficientemente importante, acabarás abandonándolas.
Espero que esto te ayude.
Espero que esto te ayude.
¡Hola! Poner nuevos hábitos es siempre una tarea compleja, por diversos factores. Cognitivamente hablando, a nuestro cerebro le cuesta añadir nuevas rutinas, porque le exige salir del piloto automático en el que solemos ir, que consume poca energía, y tiene que estar alerta para conocer una nueva realidad (nuevas tareas, nuevos lugares, etc). Por lo que comentas, cuando la motivación es muy alta, sí que has conseguido establecer ese hábito; el problema está en mantenerlo. Cuando se llega a una fase donde la motivación es más baja (porque ya ha pasado la novedad, o porque los cambios no son tan evidentes, en caso por ejemplo de cambio físico), abandonas esa actividad. Con la información que dispongo te recomendaría que repases el por qué comenzaste ese nuevo hábito, qué te llevó a iniciarlo, por qué eso era importante para tí, qué quería conseguir, ¿eso ha dejado de ser así ahora? Además, sabiendo que te cuesta mantenerlo en el tiempo, planifica en qué horario lo vas a hacer, no esperes que llegue el momento, porque suele posponerse hasta el infinito.
Finalmente, ten presente que parar, no significa abandonar. Siempre es un buen momento para continuar.
¡Espero haberte ayudado!
Mucha suerte
Finalmente, ten presente que parar, no significa abandonar. Siempre es un buen momento para continuar.
¡Espero haberte ayudado!
Mucha suerte
La constancia es algo muy valioso, y es interesante que te lo plantees como un objetivo para tu bienestar. Lo primero que destacaría es que ya has sido constante en el pasado, lo cual significa que tienes esa capacidad dentro de ti, aunque ahora te cueste mantenerla. Una pregunta que podría ayudarte es: ¿qué estaba ocurriendo en tu vida cuando lograste ser constante? ¿En qué áreas lo eras? ¿Cómo organizabas tus tareas? ¿Había algo o alguien que te daba un impulso extra? Por ejemplo, ¿contabas con el apoyo de otras personas, tenías más tiempo de ocio o te marcabas pasos concretos? Explorar esos factores podría darte pistas sobre cómo reconstruir lo que en su momento te funcionó.
En tu mensaje también se percibe una cierta exigencia contigo misma, lo cual es natural cuando te preocupa no cumplir con tus propios estándares. Sin embargo, es importante preguntarte: ¿todo lo que persigues ahora a través de la constancia es realmente valioso para ti, o es algo muy demandante y agotador? ¿Podrías plantearte metas que sean más ligeras o que te aporten mayor placer mientras avanzas? Cuando las tareas que hacemos están asociadas con el disfrute, no solo con la obligación, es más fácil mantenerlas.
También podrías preguntarte cómo era tu forma de ser constante en el pasado: ¿te marcabas pequeños pasos? ¿Dividías las tareas en partes más manejables? ¿Sentías gratificación inmediata al lograr algo? Estos detalles son importantes porque la constancia no siempre viene de grandes esfuerzos, sino de pequeños pasos sostenidos en el tiempo. Cuando algo empieza a ser agobiante, es menos probable que lo mantengamos, así que encontrar maneras de hacerlo más agradable puede ser clave.
Finalmente, reflexiona sobre el descanso. ¿Podrías permitirte pausas a pesar de sentir culpa? El descanso no es un enemigo de la constancia, sino una parte necesaria para evitar llegar al punto en el que cortas todo de golpe. Quizá lo más importante sea diseñar un camino en el que avances hacia lo que valoras con pasos pequeños y sostenibles, disfrutando del proceso y no solo enfocándote en el resultado final.
En tu mensaje también se percibe una cierta exigencia contigo misma, lo cual es natural cuando te preocupa no cumplir con tus propios estándares. Sin embargo, es importante preguntarte: ¿todo lo que persigues ahora a través de la constancia es realmente valioso para ti, o es algo muy demandante y agotador? ¿Podrías plantearte metas que sean más ligeras o que te aporten mayor placer mientras avanzas? Cuando las tareas que hacemos están asociadas con el disfrute, no solo con la obligación, es más fácil mantenerlas.
También podrías preguntarte cómo era tu forma de ser constante en el pasado: ¿te marcabas pequeños pasos? ¿Dividías las tareas en partes más manejables? ¿Sentías gratificación inmediata al lograr algo? Estos detalles son importantes porque la constancia no siempre viene de grandes esfuerzos, sino de pequeños pasos sostenidos en el tiempo. Cuando algo empieza a ser agobiante, es menos probable que lo mantengamos, así que encontrar maneras de hacerlo más agradable puede ser clave.
Finalmente, reflexiona sobre el descanso. ¿Podrías permitirte pausas a pesar de sentir culpa? El descanso no es un enemigo de la constancia, sino una parte necesaria para evitar llegar al punto en el que cortas todo de golpe. Quizá lo más importante sea diseñar un camino en el que avances hacia lo que valoras con pasos pequeños y sostenibles, disfrutando del proceso y no solo enfocándote en el resultado final.
Hola, gracias por compartir lo que sientes. Lo que cuentas es más común de lo que parece: muchas personas se frustran porque sienten que no logran mantener la constancia, aunque sepan que eso les da resultados positivos. Es normal que después del trabajo tu cuerpo y tu mente te pidan descanso, y eso no significa que seas “débil” o “incapaz”, sino que tu energía tiene un límite.
Un primer paso es cambiar la idea de que ser constante significa hacerlo todo perfecto y todos los días. La constancia real se construye con pequeños hábitos sostenidos en el tiempo, incluso si algún día no los cumples. Puedes probar con objetivos más realistas: por ejemplo, en lugar de proponerte estudiar 2 horas cada día, comenzar con 20–30 minutos, o entrenar con sesiones más cortas. Lo importante es la regularidad, no la intensidad.
También ayuda mucho establecer rituales: dejar preparado tu material de estudio o tu ropa de entrenar la noche anterior, ponerte una alarma de recordatorio o usar el método de “cadena” (ir marcando en un calendario cada día que cumples tu objetivo, de modo que no quieras romper la cadena). Y sobre todo, trabajar en la autocompasión: si un día no puedes, en lugar de castigarte, retoma al día siguiente sin sentir que “todo se perdió”.
La terapia individual puede apoyarte a entender por qué caes en ese patrón de empezar con fuerza y luego cortar de golpe, a identificar creencias que te sabotean, y a diseñar estrategias personalizadas que se adapten a tu ritmo de vida y a tu motivación real.
Si lo deseas, puedo acompañarte en ese proceso para que logres construir una constancia más flexible, realista y duradera, que te acerque a tus metas sin agotarte en el camino. Un abrazo.
Un primer paso es cambiar la idea de que ser constante significa hacerlo todo perfecto y todos los días. La constancia real se construye con pequeños hábitos sostenidos en el tiempo, incluso si algún día no los cumples. Puedes probar con objetivos más realistas: por ejemplo, en lugar de proponerte estudiar 2 horas cada día, comenzar con 20–30 minutos, o entrenar con sesiones más cortas. Lo importante es la regularidad, no la intensidad.
También ayuda mucho establecer rituales: dejar preparado tu material de estudio o tu ropa de entrenar la noche anterior, ponerte una alarma de recordatorio o usar el método de “cadena” (ir marcando en un calendario cada día que cumples tu objetivo, de modo que no quieras romper la cadena). Y sobre todo, trabajar en la autocompasión: si un día no puedes, en lugar de castigarte, retoma al día siguiente sin sentir que “todo se perdió”.
La terapia individual puede apoyarte a entender por qué caes en ese patrón de empezar con fuerza y luego cortar de golpe, a identificar creencias que te sabotean, y a diseñar estrategias personalizadas que se adapten a tu ritmo de vida y a tu motivación real.
Si lo deseas, puedo acompañarte en ese proceso para que logres construir una constancia más flexible, realista y duradera, que te acerque a tus metas sin agotarte en el camino. Un abrazo.
Expertos
Preguntas relacionadas
- Llevo un tiempo sintiendo mucha nostalgia por el pasado. Últimamente no puedo dejar de pensar en situaciones y relaciones con personas que no fueron como me hubiesen gustado. No puedo dejar de pensar que actúe mal o no fui lo suficientemente maduro. Y no puedo evitar sentir nostalgia por ello. Por haber…
- hola, Se pueden superar los bloqueos mentales , que te inmobilizan y no te dejan avanzar . ¿ Cuál sería la mejor terapia ? gracias por sus aportaciones saludos
- Muchas gracias por responder a mi consulta , sí que es verdad que entiendo que no podáis realizar un diagnóstico con un mensaje de simplemente 15 líneas de máximo. La cosa es que esa incertidumbre y esa necesidad de saber que en el momento que si tengo cualquier síntoma de los que habéis mencionado es…
- Tengo 23 años, vivo con mi pareja, la casa en donde vivimos esta en proceso de compra, antes solía ser de la madre de él, ella se fue a vivir a un pueblo, pero dejo aquí un cuarto lleno de cosas de ella, el cuarto está inutilizable, (cabe aclarar que la casa es un tanto pequeña, solo cuenta con dos habitaciones,…
- Una persona q es malpensada por naturaleza como se le puede corregir para que cambie de actitud,y ser malpensado cuando realmente tenga intuicion y no por naturaleza,es decir cuabdo alguien se a amable contigo es realmente amable y no q esa persona se esta riendo de ti
- Hola tengo 30 años llevo solo 1 año saliendo de fiesta y siento que en ese aspecto me he perdido varios años de mi vida,repito e insisto en ese aspecto q pasa?q ahora me siento muy mayor alrededor de los q suelen salir que son desde los 16-20,por lo que no me veo saliendo muchos años cuando si hubiera…
- Soy Colombiana, migrante. Me siento en duelo por mi decisión de viajar a Europa a estudiar. Busco un mejor futuro. Pero en las noches no duermo bien. Me pongo ansiosa no se si lo que tengo que hacer es regresar a mi país o terminar los estudios. Mis padres me dicen que me extrañan. Mi madre llora cada…
- Voy a resumir un poco mi vida para no extender demasiado el mensaje y lo que busco es que me puedan decirme que terapia puedo necesitar,en mi infancia desde los 9 a los 12 he sufrido bulling escolar durante casi 3 años en los cuales vivi con mi madre la cual permitio que su marido me maltatara,luego…
- Tengo 58 años, casado por 30 años, mi esposa me abandono dejándome en la ruina total, llevo un año y medio lidiando con este problema psicológico, quisiera saber cómo me desapego de esa persona
- Quiero acudir a una consulta con un psicólogo pero siento que no tengo suficientes problemas para ir o que mis problemas no son válidos. ¿Y si mis problemas son mi culpa? ¿Que haces cuando ya no sabes de que hablar y aún queda tiempo de la consulta? Además tengo miedo de acudir al psicólogo y no saber…
¿Quieres enviar tu pregunta?
Nuestros expertos han respondido 21 preguntas sobre Terapia individual
¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:
Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.