Muchas gracias por responder a mi consulta , sí que es verdad que entiendo que no podáis realizar un

11 respuestas
Muchas gracias por responder a mi consulta , sí que es verdad que entiendo que no podáis realizar un diagnóstico con un mensaje de simplemente 15 líneas de máximo. La cosa es que esa incertidumbre y esa necesidad de saber que en el momento que si tengo cualquier síntoma de los que habéis mencionado es un signo alarmante es lo que me tiene en este bucle. Yo con mi psicólogo he hablado de todo esto y de las diferentes situaciones que me han pasado, ella sigue manteniendo su postura firme y clara en el diagnóstico de ansiedad y siempre me dice que me ve como un chico muy “normal” (aunque eso sea subjetivo). Siempre que veo la palabra síntoma y esté asignada a una enfermedad parezco como un camaleón, pienso que me pasa o me va a pasar a mí. Mis primeros años de ansiedad fueron con el miedo al infarto, ictus etc. Nose como conseguí avanzar y superar una gran parte de ese miedo, pero el tema mental me tiene metido en un bucle, es una lucha constante entre la cabeza y los pensamientos. Y por si no lo había comentado, este temor viendo a raíz de las prácticas que realicé hace 2 años en un CRPS, soy una persona que empatiza demasiado, sensible y que tiene miedo a lo desconocido… así que ya os podéis imaginar como lo pasé jajaja. Un saludo y muchas gracias a todos los profesionales que trabajáis en el ámbito de la salud mental y que sacáis un rato de vuestro horario laboral para contestar estas dudas.
Hola, muchas gracias por compartir tu experiencia con tanto detalle. Entiendo la sensación de estar atrapado en ese bucle de incertidumbre y de interpretar los síntomas como señales alarmantes, algo muy común en los cuadros de ansiedad. El hecho de que tu psicóloga mantenga un criterio firme y coherente sobre el diagnóstico es un apoyo importante, y habla de la confianza que puedes depositar en ese proceso.

La hipervigilancia hacia las sensaciones físicas o mentales suele alimentar el ciclo ansioso, y ahí es donde trabajar en estrategias de regulación, reinterpretación de síntomas y tolerancia a la incertidumbre puede marcar una diferencia. Que ya hayas superado etapas previas de miedo intenso a problemas cardíacos o neurológicos demuestra tu capacidad de avance y resiliencia, aunque ahora la ansiedad adopte otra forma más centrada en lo mental.

Que seas una persona sensible y empática no es un defecto, al contrario: son cualidades que, bien encauzadas, te aportan mucho valor personal y profesional. El reto está en aprender a poner límites a la sobreexposición y a no dejar que esa sensibilidad se convierta en fuente de angustia.

Mi recomendación es que continúes trabajando con tu psicóloga estas herramientas prácticas, y que recuerdes que los pensamientos no son hechos, aunque se vivan con gran intensidad. Con constancia y acompañamiento, es posible ir debilitando ese bucle y recuperar mayor serenidad en el día a día.

Un saludo cordial
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 María Inmaculada Muñoz Delgado
Psicólogo, Psicólogo infantil
Badajoz
Buenas;
Desconozco el mensaje primero con el que nos consultaste tus dudas, desconozco también las respuestas que te dieron los colegas profesionales.
Comentarte, que, con lo que mencionas como "signos alarmantes" que has leído y te inquieta, lo más probable es que tuvieran intención de indicarte " signos de alerta" y no " signos alarmantes". La designación de Signos de Alerta la hacemos a aquellos signos o síntomas que advierten de la probabilidad elevada de poder formar parte de algún síndrome , enfermedad o trastorno. No conlleva la connotación de elevada gravedad o estado alarmante entendido como algo muy peligroso.
Por otra parte, con respecto al diagnóstico que buscas, tu psicóloga es la que tiene más conocimiento de lo que te pasa y sería deseable la confianza en tu psicóloga.
Tan importante es saber lo que nos pasa como qué hacer con lo que nos pasa y quizás esto último más.
Tu psicóloga podrá ayudarte en ello.
Quería aclararte, por si hubiera confusión, el significado de " signos de alerta" que no signos alarmantes.
Saludos
Gracias por compartir algo tan íntimo y complejo. Lo que describes es profundamente humano: esa lucha interna entre lo que pensamos, lo que sentimos y lo que tememos. Y aunque pueda parecer que estás atrapado en un bucle, el hecho de que lo reconozcas, lo verbalices y lo trabajes con tu psicóloga ya es un paso enorme.

La ansiedad tiene esa capacidad de disfrazarse, de adoptar formas distintas según el momento. A veces se manifiesta como miedo físico (infarto, ictus), otras como temor a perder el control mental. Y en personas sensibles y empáticas como tú, que han estado expuestas a entornos intensos como un CRPS, es normal que el impacto emocional sea más profundo. No es debilidad, es sensibilidad. Y esa sensibilidad, aunque a veces duela, también es una fortaleza.

Tu psicóloga te ve como alguien “normal” porque probablemente ve en ti lo que tú aún estás aprendiendo a ver: una persona que siente mucho, que piensa mucho, que se preocupa… pero que también tiene recursos, capacidad de análisis, y sobre todo, voluntad de entenderse. Eso es más que normal, es admirable.

La mente puede ser ruidosa, insistente, incluso cruel a veces. Pero no eres tus pensamientos. Eres quien los observa, quien los cuestiona, quien decide qué hacer con ellos. Y eso te da poder.

Si alguna vez te sientes atrapado por el miedo a los síntomas, recuerda que la ansiedad no es una amenaza, sino una señal. No te está diciendo que algo terrible va a pasar, sino que hay algo dentro que necesita atención, compasión y espacio para sanar.

Gracias por tu gratitud hacia los profesionales de salud mental. Y gracias a ti por confiar y abrirte. Si quieres, podemos seguir hablando de estrategias para manejar esos pensamientos intrusivos o de cómo cultivar más calma en tu día a día en una consulta psicológica online. Estoy aquí para acompañarte.
Hola! Debe de ser agotador enfrentarse a estas dificultades durante tanto tiempo. Siempre digo a mis pacientes que la mente nos acompaña allá adonde vamos, y que eso también es parte del problema. Leyendo tu mensaje he pensado: ¿Es psible que la propia lucha entre la cabeza y los pensamientos está añadiendo agotamiento? Por si quieres hablarlo con tu psicóloga: a veces es la lucha lo que se convierte en algo tan problemático como la ansiedad.
Hola, lo que describes encaja bien con un patrón que se repite: aparece una sensación o una palabra (“síntoma”, “enfermedad”), tu cabeza lo interpreta como una señal de peligro, y empiezas a comprobar, pensar, analizar… Eso te genera un alivio momentáneo, pero luego la duda vuelve, y ahí quedas atrapado en el bucle.

Más que preguntarte si es “ansiedad” o “TOC”, lo útil es mirar qué haces cuando aparece la incertidumbre. Si cada vez que surge intentas asegurarte o darle vueltas, lo estás alimentando sin darte cuenta. Lo mismo te pasó antes con el miedo al infarto: no era el corazón lo que mantenía el problema, sino la manera de responder al miedo.

Tú mismo ya has visto que con el tema físico lograste avanzar y dejar de engancharte tanto. Eso es una buena señal: significa que puedes aprender a relacionarte de otra forma también con los pensamientos sobre la salud mental.

En definitiva, no se trata de descubrir “qué tienes”, sino de cambiar cómo actúas cuando la duda aparece. La incertidumbre no se elimina, pero puedes entrenarte a dejar de pelear con ella para que no dirija tu vida.

Un abrazo!
Hola, parece que eres hipocondriaco. Siempre te pueden pasar muchas cosas a nivel orgánico, pero en realidad no tantas ni todas como indicas. Es tu mente la que no marcha adecuadamente.
 Victor de Paz Centeno
Psicólogo, Terapeuta complementario
Madrid
Cuando una persona se encuentra dentro de un bucle como el que mencionas, suele ser muy útil explorar en detalle las situaciones en las que aparecen los pensamientos, qué sensaciones y emociones traen consigo y cómo reaccionas en esos momentos. Muchas veces, la forma en que respondemos es lo que, sin darnos cuenta, mantiene el problema.

Al analizar ese patrón es posible encontrar la manera de romperlo. Como comentas, parece que todo comenzó hace 2 años, algo en esa experiencia pudo marcarte y ahora el bucle se refuerza cada vez más. Hasta que no se observe con claridad qué lo alimenta, es difícil salir de él.

Si quieres explorarlo más a fondo, puedes visitar mi perfil y revisar el caso conmigo. Un saludo!
Mi querido amigo, gracias a ti por tomarte la molestia de responder.
En cuanto a los pensamientos intrusivos, lo que le recomiendo a mis pacientes en hablar en idiomas inconexos para engañar a la mente y cambiar el foco, además que yo uso otras técnicas muy efectivas como la risoterapia, y cada caso es distinto.
Te animo a que cuando los tengas, los detengas cambiando el foco, ya sea hablando en chino mandarín, o dando saltos, eso cambia la quimica cerebral.
Buena suerte
Hola, gracias por contarlo con tanta claridad y respeto. Tiene muchísimo sentido lo que te pasa: vivir con ansiedad sostenida es como estar en alerta constante, intentando prevenir lo que tu mente interpreta como amenaza. Y cuando esa amenaza está ligada al cuerpo o a la salud mental, cualquier palabra o síntoma se convierte en una señal de alarma. No es que estés exagerando: es que llevas mucho tiempo luchando contra algo invisible que desgasta muchísimo.

El hecho de que lo hayas hablado abiertamente con tu psicóloga, que te conozca en profundidad y mantenga su criterio con tranquilidad, también es una señal de seguridad. Aunque ahora estés en bucle, tú ya has conseguido salir de otros —como el miedo al infarto o al ictus—, y eso habla de tu capacidad real para transitar el miedo. La ansiedad se agarra al tema que más te duela en cada momento, pero no eres ese miedo. Eres alguien con sensibilidad, con mucha empatía y con un proceso a cuestas que estás atravesando con conciencia. Si necesitas apoyo en momentos así, está bien pedirlo, pero sin olvidar que ya has caminado bastante. Lo estás haciendo mejor de lo que crees.
 Eva Naranjo
Psicólogo
Valencia
Hola

Gracias por compartir tu experiencia con tanta claridad y sinceridad. Lo que describes es muy comprensible: cuando has vivido episodios intensos de ansiedad, es habitual que la mente busque constantemente señales de peligro, incluso cuando el cuerpo está tranquilo. Esa necesidad de certeza y control sobre los síntomas —físicos o mentales— puede convertirse, sin darte cuenta, en un círculo de vigilancia y preocupación constante.

Por lo que cuentas, parece que estás haciendo un buen trabajo junto a tu psicóloga, y que ella te ofrece una base estable y coherente desde la que seguir avanzando. La clave está en seguir reforzando la confianza en ese proceso, aprendiendo poco a poco a tolerar la incertidumbre y diferenciando entre lo que pienso y lo que realmente ocurre.

Tu sensibilidad y empatía no son una debilidad, sino una fortaleza que, bien gestionada, puede convertirse en una gran aliada en tu crecimiento personal.
Muchas gracias a ti por una explicación tan clara y honesta. Lo que acabas de describir no solo resuelve la duda, sino que nos da el mapa completo del tesoro (o en este caso, del laberinto). Has hecho un autoanálisis brillante.

Vamos a ponerle el nombre correcto a lo que te pasa, porque no es un miedo a "volverte loco", es una ansiedad por la salud mental (o hipocondría mental) de manual. Y lo más importante: tiene toda la lógica del mundo que te esté pasando a ti y precisamente ahora.

Has dado en el clavo con el origen de todo: el CRPS. Para una persona con tu perfil —empático, sensible, con miedo a lo desconocido—, esa experiencia es como meter a un pez de colores en un tanque de tiburones. No sales ileso. Lo que te pasó es que te expusiste de forma directa y sin filtros al sufrimiento mental en su estado más puro, y tu cerebro, que es una esponja, absorbió todo ese miedo.

Esa experiencia fue el evento traumático que hizo que tu ansiedad, que antes apuntaba al cuerpo (infartos, ictus), girara 180 grados y apuntara a la mente. ¿Por qué? Porque viste lo que más te aterroriza: la pérdida de control, lo desconocido, el sufrimiento que no se ve.

Analicemos tu "bucle":

El "Efecto Camaleón": Esto que describes es tu empatía funcionando a 2000 revoluciones, pero vuelta en tu contra. Tu cerebro, en un intento de comprender ese sufrimiento tan extremo que viste, intenta "probarse" los síntomas para ver cómo se sienten. Es un mecanismo de empatía llevado al extremo, pero es solo eso: un simulacro. No es un síntoma real, es tu mente jugando a "y si...".

La Lucha Constante: Dices que es una lucha entre cabeza y pensamientos. Error. Ese es el enfoque que te agota. Tú no eres tus pensamientos. Tú eres el que observa esos pensamientos. La ansiedad te hace creer que cada pensamiento catastrófico es una sentencia de muerte. No lo es. Es solo ruido. Es el eco de aquel miedo que sentiste en las prácticas.

Confía en tu Psicóloga: Ella tiene la mejor butaca para ver la obra completa. Te ve semana a semana, conoce tu historia, tu tono de voz, tus gestos. Su firmeza en el diagnóstico de ansiedad no es para restarle importancia a tu terror, sino para darte un ancla. Te está diciendo: "Sé que el mar está revuelto y las olas parecen monstruos, pero te aseguro que el barco no se hunde, solo es una tormenta de ansiedad". Cuando te dice que eres "normal", te está devolviendo a la realidad que tu ansiedad te roba.

Lo que te está pasando no es un signo de debilidad, sino la consecuencia lógica de tu gran sensibilidad expuesta a una situación límite. Has superado el miedo a morir de un infarto. Ahora el reto es el mismo, pero en otro escenario: tienes que aprender a que un pensamiento intrusivo sobre la locura es tan inofensivo como lo era aquella punzada en el pecho que antes te hacía correr a urgencias.

Tu camino no es evitar los pensamientos, es quitarles el poder. Es verlos llegar y decir: "Ah, mira, otro pensamiento-basura de mi ansiedad. Hola y adiós". Sigue trabajando con tu psicóloga en esa dirección. Estás exactamente donde tienes que estar, aunque ahora mismo el paisaje te asuste.


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