Buenas tardes, mi hijo de 22 años despues de pasar una depresión en la que se refugió en los juegos

Comprendo el malestar que vives, como madre. Es importante que comprendas a tu hijo, para fortalecer su confianza en si mismo. En cuanto a espabilarlo o mandarlo fuera de casa, eso no tiene porque ayudar a no ser que también sea su decisión. No tienes porque insistirle, el es mayor, estudia psicologia y además es deportista; eso está muy bien. Una preocupación incisiva en él deteriora vuestro vinculo y es muy probable que no le ayudes y que además sea agotador para ti. El diagnóstico de fobia social no debe estimagtizarlo, es muy trabajable, porque en esencia es timidez. Él está en un momento de desarrollo, de inicio en la adultez y eso requiere maduración, para eso tu postura debe ser la de mantener paciencia y confianza; no va a desarrollarse antes aunque se le empuje. Además si estudia psicologia, probablemente, tenga rasgos de personalidad de introversión, y eso no es timidez, es una forma de ser más reservada, más íntima, hay que aceptar como es en esencia. Si el sufre puede acudir a un psicologo que le atienda y le escucha y le de herramientas. Haces muy bien en acudir tu a terapia para poder mejorar la relación con él.

Es duro lo que estás viviendo. Tu hijo puede que más que fobia social tenga un problema de evitación generalizada. Tiene solución con un tratamiento psicológico, pero necesita tiempo y paciencia. Puede hacerle ver como está y el malestar que tiene, sin que lo vea como una presión para evitar que se ponga a la defensiva, y que salga de él pedir ayuda psicológica.
Un saludo.

Comprendo que para una madre es duro pasar por esta experiencia que relata en relación a su hijo. Faltan muchos datos para entender que ha pasado en su historia; conocer la causa de esa depresión, identificar desde que emociones se maneja normalmente: tristeza, rabia, miedo?..etc.
Conocer la relación que ha establecido con sus figuras de referencia familiar. Si ha sufrido alguna situación traumática. Indudablemente necesita ayuda externa para ganar la seguridad, autoconfianza y desarrollar una autoestima adecuada que le permita vivir una vida más plena y satisfactoria.
Cómo recomendación les diría a las personas más cercanas de la familia, que observen sus conductas sin juzgarle, manifestando que confían en que con la ayuda profesional adecuada podrá superar las limitaciones. Para confiar en nosotros mismos necesitamos una mirada exterior, que confíe. Ánimo, todo es posible. Un saludo.

A veces es muy frustrante cuando tenemos la intención de ayudar a un ser querido y vemos que por mucho esfuerzo que pongamos, esto no tiene resultado. Parece que estás haciendo todo lo que puedes por tu parte. Sin embargo, el protagonista que debe de estar dispuesto a la ayuda (y por tanto a realizar algunos cambios) es él.

¡Hola! Entiendo perfectamente tu preocupación.
Puede que la terapia a la que acudió no consiguiese adaptarse a sus necesidades o que tu hijo no estuviese preparado y por eso, por muy bueno que sea el/la terapeuta, poco puede hacer.
Yo no dejaría de intentarlo, ya que en el momento que encaje con algún terapeuta, seguro que consigue sacarle de ese estado.
Es muy bueno por tu parte buscar ayuda para poder ayudarle y a alguien que pueda darte pautas en determinados momentos para poder llevarlo del mejor modo posible.
Espero haberte ayudado.
Un abrazo

Siento mucho tu preocupación pero sólo él puede hacerse responsable de su vida por lo que mi recomendación es que te centres en ti y en lo que a ti te hace feliz. Esa es la mejor ayuda que puedes darle, que te vea bien.

Buenas;
Probablemente está conociéndose a sí mismo con sus propios medios y si deseara algún cambio, creo que muy probablemente ya decidiría él cómo hacerlo. Creo que le vendría bien apoyo en sus decisiones. Sale cada día a trabajar, también estudia, además psicología (que creo que le vendrá bien), de vez en cuando queda con un amigo. Se le ha propuesto ir a un psicólogo y no quiere ir y por ahora dice que no quiere poner medios para estar mejor.
Mi propuesta es la aceptación incondicional de como es él, que creo que sería la base desde donde partir y creo que demostrando confianza de que puede hacer las cosas con autodeterminación, le puede ir muy bien.
Desearía que el diagnóstico no se convirtiera en un hándicap. Un saludo

Hola!
Uff tiene que ser muy duro cómo estás viviendo algo así. En ocasiones nos cuesta muchísimo no ver esa parte que está mal en nuestro/a familiar, a pesar de que esa persona parece que no quiere "ponerle remedio" así de primeras.
En realidad, está aprendiendo a cómo vivir con ello y "enfrentarse" a su manera, y es normal que cueste aceptarlo al principio, pero en realidad es lo mejor que puedes hacer: aceptar por completo que no quiere ayuda, y que a pesar de eso está funcionando bastante bien, porque trabaja, estudia, a veces es capaz de quedar y hacer vida social...
Quizás habría que profundizar en lo que se refiere a "sus neuras", y en cómo lidias con ellas.

Sin embargo, me suscribo a lo que dicen algun@s de mis colegas ahora mismo: quizá mandarlo fuera de casa no sería la mejor solución, puesto que puede ser muy contraproducente para una persona con fobia social tener que enfrentarse totalmente solo a situaciones más límite.

Espero haberte podido ayudar aunque sea un poco. Un saludo.

De lo que explicas sobre tu hijo creo qué si podrías tener opciones en hacer cosas diferentes. Por un lado indicas que tienes un terapeuta, y él/ella pueden ayudarte con ideas para ayudar a tu hijo que puedes poner en práctica.
Por otro lado, siempre puedes contar con "personas satélite" como amigos suyos, alumnos del tenis..... que pueden ejercer un beneficio sobre él llamándolo o quedando con él. Es una manera de que no estés tanto encima, porque si lo haces el peligro es que tu hijo te evite.
Ánimo, que al menos y según explicas, poco a poco se relaciona con los demás. Hay que ir avanzando poco a poco, desde entornos seguros y conocidos a otros más dificultosos. Un saludo;

Para tu hijo y para ti os recomiendo la terapia ACT.
La Terapia de Aceptación y Compromiso, conocida como ACT (pronunciada como la palabra en inglés “act”, que significa actuar) es una terapia que ofrece una nueva perspectiva desde la que abordar los problemas psicológicos.
Esta es una terapia denominada de tercera generación. Las Terapias de Tercera Ola o Terapias Contextuales son un grupo de modelos de psicoterapia emergentes de la tradición conductual que integran componentes de nuevos desarrollos de la investigación básica y técnicas bien establecidas con soporte empírico para el trabajo clínico.
Tu hijo primero ha de aceptar que algo le ocurre, ya que en el caso que comentas sólo tú te das cuenta de que algo pasa.
Para aceptarse, es necesario conocerse a uno mismo, detenerse, cuestionarse, quererse y respetarse. A través de este desarrollo se encuentran vías seguras de crecimiento, sin evitar el contacto con la realidad pese a que ésta pueda resultar incómoda o desagradable.
La ACT se presenta como una alternativa a la psicología tradicional y es un modelo de psicoterapia que está respaldado científicamente y que utiliza distintas técnicas: paradojas, ejercicios experimentales, metáforas, trabajo con valores personales e incluso el entrenamiento mindfulness. Tiene sus bases en la Teoría del Marco Relacional (RFT), por lo que se encuadra en nueva teoría del lenguaje y la cognición.
Después de ocho estudios realizados entre los años 2005 y 2016. en tres de ellos se mostró la eficacia de la ACT para reducir la sintomatología fóbica y la inflexibilidad psicológica.
Localiza un psicólogo especialista en ACT para que os acompañe en el proceso que ambos necesitáis.

Es posible percibir tu preocupación al leer este mensaje. Es obvio que quieras respuestas y sobre todo estrategias para ayudar a tu hijo. Pero, tal y como algun@s compañer@s ya han escrito, hasta que él no quiera ver el problema, no va a buscar una solución. Yo te aconsejo que sigas compartiendo esto con el/la psicólog@ a la que visita, y que te ayude a aceptar que tu ayuda está limitada y a ver hasta donde puede llegar. Ánimo.

Comprendo tu preocupación por tu hijo y la situación que enfrentáis. Es importante valorar sus esfuerzos en estudio y trabajo, pese a su fobia social. Evita presionarlo para cambiar; más bien, ofrece comprensión y apoyo para fortalecer su confianza. La introversión y fobia social son distintas, y con ayuda profesional adecuada, él puede aprender a gestionar su fobia. Tu asistencia a terapia para obtener consejos es positiva. Mantén la paciencia y ofrece un apoyo incondicional, recordando que el desarrollo hacia la adultez toma tiempo. Con paciencia y apoyo, ambos podéis avanzar hacia una situación mejor. Saludos

Hola, realmente es una situación compleja, sin embargo decirte que existen opciones positivas para mejorar su evolución. Es normal tu elevado grado de preocupación y parece que estás dando pasos adecuados para resolverla. En este sentido alguna compañera ha comentado la existencia de terapias ACT.
No puedo estar más de acuerdo con ella, están probadas adecuadamente y con resultados muy satisfactorios.
Confío en haberte ayudado.
Te deseo lo mejor.
Un saludo.

Desgraciadamente, él es mayor de edad y dueño de su vida. Lo mejor que puedes brindarle como madre es tu presencia y tu apoyo. Si es estudiante de psicología quizás se tope con algo o alguien que le estimule lo suficiente para salir de su agujero. Los juegos online reflejan que no está del todo desconectado del mundo. Quizás necesite recolocarse. En cualquier caso, si necesitas salir de ese sufrimiento, te recomiendo una terapia para ti, sin estigma, solo para que recibas el apoyo que mereces ante esa situación. ¡Mucho ánimo, no es fácil!

Gracias por compartir algo tan complejo y doloroso. Lo que estás viviendo como madre es una carga emocional enorme: la preocupación constante, el desgaste de intentar ayudar sin ver avances, la frustración de sentir que tu hijo se ha rendido. Y aun así, sigues buscando formas de sostenerlo. Eso habla de tu amor, tu fortaleza y tu compromiso.

Tu hijo no está simplemente “desmotivado”. Tiene un diagnóstico de **fobia social**, y eso significa que **su sistema emocional interpreta el contacto con los demás como una amenaza**, incluso cuando racionalmente sabe que no lo es. Y aunque estudie psicología y trabaje algunas horas, eso no significa que esté bien. Está funcionando en lo mínimo, pero **no está viviendo con plenitud ni libertad**.

### ¿Por qué se niega a recibir ayuda?

- Porque **la fobia social distorsiona la percepción de sí mismo y del mundo**. Él cree que no puede cambiar, que no vale la pena intentarlo, que el esfuerzo será inútil.
- Porque **la depresión previa ha dejado huellas profundas**, y el refugio en los juegos fue una forma de anestesiar el dolor.
- Porque **el miedo al cambio puede ser más fuerte que el malestar actual**. A veces, lo conocido —aunque sea doloroso— parece más seguro que lo incierto.

### ¿Qué puedes hacer tú, sin agotarte?

**1. Deja de insistir, empieza a acompañar**
La insistencia constante puede reforzar su resistencia. En lugar de proponerle cosas todo el tiempo, **abre espacios de escucha sin presión**. Puedes decirle:
_"Sé que no quieres hablar de esto ahora, pero cuando lo necesites, estoy aquí sin juzgarte."_

**2. Valida su experiencia sin reforzarla**
No le digas que “no es para tanto” ni que “tiene que espabilar”. Pero tampoco refuerces la idea de que “va a estar así toda la vida”. Puedes decirle:
_"Entiendo que ahora te sientas así, pero eso no significa que siempre será igual. Hay formas de vivir con más calma, aunque ahora no lo veas."_

**3. Cuida tu salud emocional**
Tú también necesitas espacio, descanso, apoyo. No puedes sostenerlo si tú estás rota. Tu terapia es un recurso valioso, úsalo también para **poner límites sanos**.

**4. No lo mandes fuera como castigo, pero sí como oportunidad**
Si consideras que salir de casa podría ayudarle, que sea desde el diálogo, no desde la expulsión. Puedes plantearlo como una experiencia temporal, con acompañamiento, no como una ruptura.

**5. Refuerza lo que sí hace, aunque sea poco**
Trabaja, estudia, sale de vez en cuando. Eso es algo. Díselo:
_"Valoro que sigas adelante con el tenis y los estudios. Sé que no es fácil, y eso demuestra que tienes fuerza, aunque no lo sientas."_

**6. No te culpes por no encontrar la solución**
No eres responsable de su enfermedad, ni de su recuperación. Eres su madre, y eso ya es mucho. Tu papel es **estar presente, no resolverlo todo**.

**7. Confía en que el cambio puede llegar, incluso si ahora parece imposible**
La fobia social no es una condena. Hay personas que han salido de ahí, que han reconstruido su vida. Y aunque él no lo vea ahora, **tu presencia puede ser el hilo que lo conecte con esa posibilidad**.

Tu agotamiento es legítimo. Tu amor es inmenso. Y tu hijo, aunque no lo diga, **sabe que estás ahí, y eso puede ser su mayor salvavidas**.

Si te parece bien te ofrezco una consulta psicológica online gratuita y hablamos con más detenimiento de lo que te ocurre.