Buenos días tengo una niña de cuatro años y come de todo en la casa en la guardería es jugando y ala
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Buenos días tengo una niña de cuatro años y come de todo en la casa en la guardería es jugando y ala hora d comer llora no come x q aya con un jugo ledio un colico
¡Buenos días! Entiendo que es una situación frustrante tanto para ti como para tu hija. Es posible que lo que haya sucedido con el jugo haya dejado una asociación negativa con la hora de la comida en la guardería, lo que le genera ansiedad y malestar. Aquí hay algunas recomendaciones que podrían ayudar:
1. Hablar con ella: Intenta hablar con tu hija sobre lo que ocurrió y asegurarte de que se sienta comprendida. Pregúntale si todavía le da miedo tomar jugos o si algo le molesta en ese momento.
2. Recrear un ambiente tranquilo: Si en la guardería la hora de comer es estresante para ella, podrías hablar con los encargados para que se haga un ambiente más relajado y positivo durante ese tiempo, evitando presiones o tensiones en torno a la comida.
3. Ofrecer opciones: Si el jugo fue un desencadenante, podrías darle otras opciones de bebidas o alimentos que le resulten más agradables para que vea que no siempre tiene que ser lo mismo.
4. Reforzar de manera positiva: En casa, elogia cuando coma bien y refuerza las conductas positivas durante las comidas para que vea la hora de comer como algo positivo.
5. Hablar con el personal de la guardería: Puede ser útil que los cuidadores en la guardería estén al tanto de su malestar y puedan hacer un esfuerzo por calmarla y hacer de la comida una experiencia más placentera.
Si esta situación persiste y afecta mucho su bienestar, tal vez convenga hablar con un pediatra para descartar cualquier posible problema físico o emocional más profundo.
1. Hablar con ella: Intenta hablar con tu hija sobre lo que ocurrió y asegurarte de que se sienta comprendida. Pregúntale si todavía le da miedo tomar jugos o si algo le molesta en ese momento.
2. Recrear un ambiente tranquilo: Si en la guardería la hora de comer es estresante para ella, podrías hablar con los encargados para que se haga un ambiente más relajado y positivo durante ese tiempo, evitando presiones o tensiones en torno a la comida.
3. Ofrecer opciones: Si el jugo fue un desencadenante, podrías darle otras opciones de bebidas o alimentos que le resulten más agradables para que vea que no siempre tiene que ser lo mismo.
4. Reforzar de manera positiva: En casa, elogia cuando coma bien y refuerza las conductas positivas durante las comidas para que vea la hora de comer como algo positivo.
5. Hablar con el personal de la guardería: Puede ser útil que los cuidadores en la guardería estén al tanto de su malestar y puedan hacer un esfuerzo por calmarla y hacer de la comida una experiencia más placentera.
Si esta situación persiste y afecta mucho su bienestar, tal vez convenga hablar con un pediatra para descartar cualquier posible problema físico o emocional más profundo.
No parece que su hija tenga un problema con la comida (puesto que en casa sí come), sino más bien un problema conductual: su hija tiene dificultad para generalizar una conducta aprendida en casa (comer de todo) a otro contexto como la guardería. Sería bueno consultar con un especialista que os pudiera dar pautas a los padres para ayudar a su hija a comer también en la guardería. Si necesita una cita online o presencial, puede solicitarla a través de mi perfil de doctoralia.
Buenos días. Es posible que tu hija haya asociado la comida de la guardería con el malestar que sintió por el jugo, y ahora tenga miedo de comer ahí. Es una reacción común en niños.
Recomendaciones rápidas:
Habla con la guardería para que le den confianza y no la presionen.
Intenta que lleve comida de casa por unos días.
Refuerza en casa que comer es seguro y bonito.
Si el problema continúa, consulta con un pediatra o psicólogo infantil.
Recomendaciones rápidas:
Habla con la guardería para que le den confianza y no la presionen.
Intenta que lleve comida de casa por unos días.
Refuerza en casa que comer es seguro y bonito.
Si el problema continúa, consulta con un pediatra o psicólogo infantil.
Hola, buenos días. Gracias por compartir tu preocupación.
Lo que le ocurre a tu hija es algo bastante frecuente en niños pequeños: comen bien en casa, pero en la escuela infantil o guardería muestran rechazo, lloran o se niegan a comer. A veces esto se desencadena por una experiencia desagradable —como el cólico que mencionas tras tomar un jugo— y a partir de ahí, el niño asocia ese contexto con malestar.
Además, hay que tener en cuenta que a los cuatro años los niños están en plena etapa de afirmación personal. Controlar lo que comen o no comen puede ser una forma de expresar su incomodidad, nervios o incluso de buscar seguridad en un entorno nuevo o diferente.
Te recomiendo:
• Hablar con el personal de la guardería para entender cómo es el ambiente a la hora de comer (¿es tranquilo? ¿hay presión o distracciones?).
• Evitar presionarla o castigarla si no quiere comer allí.
• Seguir reforzando en casa su relación positiva con los alimentos.
• Validar sus emociones: “Te dio miedo volver a sentirte mal, ¿verdad?”.
• Si persiste, consultar con un profesional de psicología infantil para explorar si hay una ansiedad asociada al momento de la comida o al contexto escolar.
Con un poco de acompañamiento, esta etapa se puede superar. Estás haciendo muy bien en prestarle atención desde ahora
Un abrazo,
Lo que le ocurre a tu hija es algo bastante frecuente en niños pequeños: comen bien en casa, pero en la escuela infantil o guardería muestran rechazo, lloran o se niegan a comer. A veces esto se desencadena por una experiencia desagradable —como el cólico que mencionas tras tomar un jugo— y a partir de ahí, el niño asocia ese contexto con malestar.
Además, hay que tener en cuenta que a los cuatro años los niños están en plena etapa de afirmación personal. Controlar lo que comen o no comen puede ser una forma de expresar su incomodidad, nervios o incluso de buscar seguridad en un entorno nuevo o diferente.
Te recomiendo:
• Hablar con el personal de la guardería para entender cómo es el ambiente a la hora de comer (¿es tranquilo? ¿hay presión o distracciones?).
• Evitar presionarla o castigarla si no quiere comer allí.
• Seguir reforzando en casa su relación positiva con los alimentos.
• Validar sus emociones: “Te dio miedo volver a sentirte mal, ¿verdad?”.
• Si persiste, consultar con un profesional de psicología infantil para explorar si hay una ansiedad asociada al momento de la comida o al contexto escolar.
Con un poco de acompañamiento, esta etapa se puede superar. Estás haciendo muy bien en prestarle atención desde ahora
Un abrazo,
¡Hola! Es probable que tu hija haya asociado el entorno de comidas de la guardería con malestar, dado que en la guardería le dio un cólico mientras comía. Los psicólogos llamamos a este fenómeno condicionamiento clásico. También, si lo pasó muy mal con el cólico, es posible que no quiera volver a experimentar el mismo malestar que experimentó aquel día y que por ello evite comer.
Mi recomendación es que, tras la comida, se intente siempre que a la niña le ocurra algo muy bueno, algo que sepas con certeza que le guste mucho, como por ejemplo que le lean su cuento favorito. Es importante hacer esto siempre tras la hora de comer, independientemente de que la niña coma o no.
También recomiendo que cada vez que coma una cucharada de, por ejemplo, sopa o potito, se le dé siempre un gusanito y un aplauso felicitándola. Es muy importante persistir y persistir en ello, aunque la niña en un principio no parezca sentirse mejor por las felicitaciones o los gusanitos, recordemos que lo pasó muy mal con el cólico. A veces es solo cuestión de continuar y porfiar.
Espero que te sea de ayuda, un saludo :)
Mi recomendación es que, tras la comida, se intente siempre que a la niña le ocurra algo muy bueno, algo que sepas con certeza que le guste mucho, como por ejemplo que le lean su cuento favorito. Es importante hacer esto siempre tras la hora de comer, independientemente de que la niña coma o no.
También recomiendo que cada vez que coma una cucharada de, por ejemplo, sopa o potito, se le dé siempre un gusanito y un aplauso felicitándola. Es muy importante persistir y persistir en ello, aunque la niña en un principio no parezca sentirse mejor por las felicitaciones o los gusanitos, recordemos que lo pasó muy mal con el cólico. A veces es solo cuestión de continuar y porfiar.
Espero que te sea de ayuda, un saludo :)
Buenos días!!
Te recomendaría que evaluásemos si tiene hambre o si por otro lado es capricho o que no le gusta la comida. Habría que analizar el caso de una manera más profunda. Gracias y un saludo.
Te recomendaría que evaluásemos si tiene hambre o si por otro lado es capricho o que no le gusta la comida. Habría que analizar el caso de una manera más profunda. Gracias y un saludo.
Buenos días. Es completamente comprensible que tu hija reaccione así después de una experiencia desagradable con la comida en la guardería. A esa edad, los niños asocian fácilmente situaciones con emociones, y si tuvo un cólico después de tomar un jugo, es posible que ahora sienta miedo o rechazo al momento de comer en ese entorno.
Una buena estrategia puede ser hablar con las cuidadoras para que la acompañen con paciencia y sin presionarla a la hora de la comida. También podrías intentar recrear en casa una experiencia parecida a la de la guardería, pero en un ambiente seguro y positivo, para que poco a poco vuelva a sentirse cómoda.
Lo más importante es evitar forzarla y permitirle recuperar la confianza a su ritmo. Si el problema persiste y afecta su alimentación o bienestar, sería recomendable consultar con un especialista para evaluar otras posibles causas.
Una buena estrategia puede ser hablar con las cuidadoras para que la acompañen con paciencia y sin presionarla a la hora de la comida. También podrías intentar recrear en casa una experiencia parecida a la de la guardería, pero en un ambiente seguro y positivo, para que poco a poco vuelva a sentirse cómoda.
Lo más importante es evitar forzarla y permitirle recuperar la confianza a su ritmo. Si el problema persiste y afecta su alimentación o bienestar, sería recomendable consultar con un especialista para evaluar otras posibles causas.
Es comprensible que te preocupes por la alimentación de tu hija en la guardería, especialmente si en casa come bien. A esta edad, los niños pueden desarrollar asociaciones negativas con ciertos lugares o situaciones, y parece que el episodio del cólico con el jugo podría haber influido en su rechazo a la comida en la guardería.
Algunas posibles razones detrás de su comportamiento:
Asociación negativa con la comida en la guardería: Si su malestar coincidió con la comida en ese entorno, puede haber desarrollado miedo o ansiedad al comer allí.
Cambio de rutina y ambiente: Comer en casa es diferente a comer en la guardería. Factores como el ruido, la cantidad de niños o las reglas pueden afectarla.
Preferencia por jugar: A esta edad, muchos niños prefieren jugar antes que sentarse a comer, especialmente si hay muchas distracciones.
Necesidad de seguridad y control: Llorar o negarse a comer puede ser una forma de expresar que algo la incomoda o que necesita más seguridad en ese entorno.
¿Qué puedes hacer?
Hablar con ella de forma calmada y sin presionarla, preguntándole cómo se siente cuando está en la guardería a la hora de comer.
Validar sus emociones: Si siente miedo o incomodidad, dile que la entiendes y que juntos encontrarán una solución.
Trabajar con la guardería: Hablar con los cuidadores para que refuercen un ambiente positivo y relajado durante la comida.
Reforzar la seguridad: Explicarle que la comida es segura y que lo que ocurrió con el jugo fue algo puntual. Puedes intentar darle jugo en casa poco a poco para que pierda el miedo.
No forzarla: Cuanto más obligada se sienta, más resistencia puede generar. Anímala sin presionarla y celebra pequeños avances.
Si este comportamiento persiste o afecta su nutrición, podría ser útil consultar con un pediatra o un psicólogo infantil para un apoyo más personalizado. ¿Has notado si hay algún otro factor en la guardería que le genere estrés?
Algunas posibles razones detrás de su comportamiento:
Asociación negativa con la comida en la guardería: Si su malestar coincidió con la comida en ese entorno, puede haber desarrollado miedo o ansiedad al comer allí.
Cambio de rutina y ambiente: Comer en casa es diferente a comer en la guardería. Factores como el ruido, la cantidad de niños o las reglas pueden afectarla.
Preferencia por jugar: A esta edad, muchos niños prefieren jugar antes que sentarse a comer, especialmente si hay muchas distracciones.
Necesidad de seguridad y control: Llorar o negarse a comer puede ser una forma de expresar que algo la incomoda o que necesita más seguridad en ese entorno.
¿Qué puedes hacer?
Hablar con ella de forma calmada y sin presionarla, preguntándole cómo se siente cuando está en la guardería a la hora de comer.
Validar sus emociones: Si siente miedo o incomodidad, dile que la entiendes y que juntos encontrarán una solución.
Trabajar con la guardería: Hablar con los cuidadores para que refuercen un ambiente positivo y relajado durante la comida.
Reforzar la seguridad: Explicarle que la comida es segura y que lo que ocurrió con el jugo fue algo puntual. Puedes intentar darle jugo en casa poco a poco para que pierda el miedo.
No forzarla: Cuanto más obligada se sienta, más resistencia puede generar. Anímala sin presionarla y celebra pequeños avances.
Si este comportamiento persiste o afecta su nutrición, podría ser útil consultar con un pediatra o un psicólogo infantil para un apoyo más personalizado. ¿Has notado si hay algún otro factor en la guardería que le genere estrés?
Buenas tardes, para los niños tan pequeños comer es un acto de dar o recibir amor. Por algún motivo no está dispuesta a recibir ese amor en forma de comida en la guardería, quizás simplemente porque no está dispuesta a ceder ese espacio que considera tuyo, a otro. Es cuestión de paciencia, no forzarla, explicarle que puede comer allí mientras que tú no la puedes cuidar, y que vas a estar muy contento/a de que se alimente en tu ausencia, y que pueda dejarse cuidar y mimar por esas otras personas.
Suerte
Suerte
Te recomiendo paciencia y acompañarla con calma, ofreciendo comida de manera tranquila y sin presionarla. Si la situación persiste, consultar con un especialista en desarrollo infantil puede ayudar.
— Dolo Boix, psicóloga CV18993
— Dolo Boix, psicóloga CV18993
Buenos días,
Es normal que los niños pequeños tengan comportamientos distintos en casa y en la guardería, sobre todo si han tenido experiencias previas desagradables como un cólico. Podemos trabajar estrategias para ayudarte a que tu hija vuelva a comer tranquila en la guardería. Ofrezco sesiones de psicología de 60 minutos por 49€. Puedes reservar al 619//83//66//04. Si te ayudo, agradezco mucho que dejes una valoración positiva en mi perfil. Un saludo.
Es normal que los niños pequeños tengan comportamientos distintos en casa y en la guardería, sobre todo si han tenido experiencias previas desagradables como un cólico. Podemos trabajar estrategias para ayudarte a que tu hija vuelva a comer tranquila en la guardería. Ofrezco sesiones de psicología de 60 minutos por 49€. Puedes reservar al 619//83//66//04. Si te ayudo, agradezco mucho que dejes una valoración positiva en mi perfil. Un saludo.
Buenas!!, es común que los niños pequeños muestren diferencias en su comportamiento al comer dependiendo del entorno. Que tu hija coma bien en casa pero llore y no quiera comer en la guardería puede estar relacionado con que allí se siente menos segura o ha tenido una experiencia desagradable, como el cólico que mencionas.
Es importante darle tiempo para que se adapte y sentirse acompañada. Hablar con las cuidadoras para que estén atentas y generen un ambiente tranquilo puede ayudar mucho. También puedes reforzar en casa la idea de que la comida en la guardería es segura y agradable, sin presionarla.
Si la situación persiste o empeora, podría ser útil consultar con un profesional para valorar si hay alguna dificultad específica.
Es importante darle tiempo para que se adapte y sentirse acompañada. Hablar con las cuidadoras para que estén atentas y generen un ambiente tranquilo puede ayudar mucho. También puedes reforzar en casa la idea de que la comida en la guardería es segura y agradable, sin presionarla.
Si la situación persiste o empeora, podría ser útil consultar con un profesional para valorar si hay alguna dificultad específica.
Buenos días, gracias por compartir tu preocupación. Lo que cuentas es bastante habitual en niños pequeños: en casa suelen comer con confianza porque el ambiente es seguro y conocido, mientras que en la guardería aparecen resistencias, llanto o rechazo a la comida. No significa que tu hija tenga un problema grave, sino que probablemente esté asociando ese momento con nervios, con distracción por el juego o incluso con la experiencia de haber tenido un cólico, lo cual puede haber generado miedo o rechazo al volver a sentarse a la mesa allí.
Desde la mirada cognitiva, los niños a veces desarrollan asociaciones rápidas: si un día comiendo en un lugar sintió malestar, su mente puede unir “comer en la guardería = dolor” y a partir de ahí evitar la situación. Desde lo sistémico, también influye la dinámica del entorno: el ruido, el ritmo del grupo, el hecho de que las cuidadoras no sean papá o mamá y la niña se sienta observada.
Lo recomendable es trabajar de forma conjunta con la guardería para que la hora de la comida se viva como algo tranquilo, sin presión ni castigos, con acompañamiento cariñoso y paciencia. Puedes preguntar si permiten que lleve al principio algún alimento familiar que le guste, o algún objeto de transición que le dé seguridad. En casa, hablarle con calma y normalidad sobre la comida en la escuela, sin dramatizar, también ayuda.
No parece un problema de que “no sepa comer”, sino de adaptación y de emociones asociadas. Con tiempo, apoyo y sin forzar, lo más probable es que vaya superando esta resistencia y pueda volver a comer allí con la misma naturalidad con la que lo hace en casa.
Desde la mirada cognitiva, los niños a veces desarrollan asociaciones rápidas: si un día comiendo en un lugar sintió malestar, su mente puede unir “comer en la guardería = dolor” y a partir de ahí evitar la situación. Desde lo sistémico, también influye la dinámica del entorno: el ruido, el ritmo del grupo, el hecho de que las cuidadoras no sean papá o mamá y la niña se sienta observada.
Lo recomendable es trabajar de forma conjunta con la guardería para que la hora de la comida se viva como algo tranquilo, sin presión ni castigos, con acompañamiento cariñoso y paciencia. Puedes preguntar si permiten que lleve al principio algún alimento familiar que le guste, o algún objeto de transición que le dé seguridad. En casa, hablarle con calma y normalidad sobre la comida en la escuela, sin dramatizar, también ayuda.
No parece un problema de que “no sepa comer”, sino de adaptación y de emociones asociadas. Con tiempo, apoyo y sin forzar, lo más probable es que vaya superando esta resistencia y pueda volver a comer allí con la misma naturalidad con la que lo hace en casa.
Quizá haya condicionado la comida con el dolor. Puedes ayudarle asociando estimulos placenteros con comida hasta que gane seguridad.
Expertos
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