Hola somos padres de un joven de 25 años,en los últimos años parece que el no encuentra su norte y ú

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Hola somos padres de un joven de 25 años,en los últimos años parece que el no encuentra su norte y últimamente la cantidad de horas que se la pasa jugando en línea aumenta,y se le nota un cambio enorme en su forma de ser , pareciera que nada le interesa,como padres como lo podemos ayudar? Antes iba al sicólogo y hasta un tratamiento tenía el cual el por sus propios medios decidió dejar
Gracias por compartir esta situación tan importante y difícil. Como padres, es comprensible su preocupación. Los cambios que describen —aislamiento, desinterés general y uso excesivo de videojuegos— pueden estar relacionados con un malestar emocional de fondo, como ansiedad, depresión o una posible adicción comportamental.

Lo más importante ahora es acercarse desde la comprensión y no desde el juicio. Hablen con él con calma, expresen su preocupación sin reproches, y refuercen que no está solo y que están ahí para apoyarlo. Es muy valioso que ya tuvo contacto con atención psicológica en el pasado; pueden sugerirle retomar el acompañamiento profesional, de forma respetuosa y sin presión. Un ejemplo de acercamiento seria este : Hablen desde el afecto, no desde el juicio
En lugar de decir: “Estás todo el día jugando, no haces nada con tu vida” Digan algo como:
“Nos hemos dado cuenta de que estás más apagado últimamente y nos preocupa cómo te sientes. Te queremos y queremos entender qué estás viviendo.”

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 José Ponferrada
Psicólogo, Sexólogo
Madrid
Gracias por escribir y por la preocupación genuina que transmitís como padres. Lo que describís es algo que afecta a muchas familias hoy en día: jóvenes adultos que parecen perder la motivación, se aíslan y se refugian cada vez más en el mundo digital, especialmente en los videojuegos. No es un problema menor y es muy importante que estéis atentos, tal y como lo estáis haciendo ahora.

Detrás de ese comportamiento muchas veces hay más que simple entretenimiento. Puede tratarse de una forma de evasión ante la presión, la frustración, la inseguridad o el desánimo por no encontrar su rumbo vital. La apatía, la falta de motivación, el aislamiento y el abandono del tratamiento son señales que conviene tomar en serio.

Como padres, lo más valioso que podéis hacer es acercaros desde la comprensión y no desde el juicio. Escuchar, mostrar interés real, ofrecer apoyo emocional y si es posible, proponerle retomar el acompañamiento psicológico. Si no acepta al principio, es mejor no forzar, pero sí dejar la puerta abierta y transmitirle que no está solo, que estáis ahí y que pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino un acto de valentía y madurez.

Estoy a vuestra disposición si en algún momento necesitáis orientación más concreta o queréis iniciar un proceso de acompañamiento, ya sea para él o para vosotros como padres.

Un abrazo enorme.
 Paloma López Escalada
Psicólogo
Santander
Hola, el juego en línea de forma compulsiva es una vía de escape que puede tener el mismo efecto que el uso de sustancias. Sería conveniente indagar en el porqué decidió abandonar el tratamiento, si considera que no le hacía efecto o no se sentía bien y, animarle a retomarlo si consideraba que tenía algún efecto positivo o, si no es así, buscar otro tipo de intervención. Muchas veces necesitamos que desde fuera alguien nos exprese los síntomas que manifestamos (cambios de humor, apatía, aislamiento...) y fomentar desde la preocupación la búsqueda de apoyo profesional para trabajar lo que le esté ocurriendo y, como decís, " que pueda encontrar su norte".
Entiendo lo difícil que debe ser ver a su hijo pasar por esta etapa de confusión y desinterés. Es muy común que los jóvenes, en especial a los 25 años, experimenten periodos de búsqueda de identidad o enfrentamiento con expectativas personales y sociales. Lo que mencionan sobre su aumento de tiempo en línea y el cambio en su comportamiento son señales de que algo más profundo está sucediendo, y la decisión de dejar el tratamiento por su cuenta puede indicar que aún no ha encontrado el apoyo adecuado o las herramientas que necesita para avanzar.

Como terapeuta, puedo ayudarlos a comprender mejor lo que está viviendo su hijo, explorar las razones detrás de su desconexión y, a través de un enfoque terapéutico especializado, ayudarles a apoyarlo en su proceso de autodescubrimiento y restauración de su bienestar emocional. A veces, lo que parece desinterés es, en realidad, una forma de lidiar con problemas más profundos, como la ansiedad, la depresión o el estrés, y a menudo los jóvenes no saben cómo pedir ayuda.

Si lo desean, podemos trabajar juntos en un proceso para reconectar con su hijo, mejorar la comunicación familiar y explorar las opciones de tratamiento más adecuadas para él. Estaré encantado de ayudarles a guiar a su hijo hacia un camino más saludable y equilibrado.

Si les parece bien, podemos agendar una cita para hablar más detalladamente sobre cómo apoyar a su hijo de manera efectiva. Estoy aquí para acompañarlos en este proceso.

Gracias por compartir vuestra preocupación. Lo que comentáis —el aumento excesivo del tiempo de juego, el aislamiento, la apatía y el abandono del tratamiento— puede estar indicando un malestar emocional de fondo que es importante atender. A veces, el juego en línea se convierte en una vía de escape cuando no se encuentran otras formas de gestionar lo que uno siente o vive.

Como padres, vuestra actitud de apoyo es fundamental, pero también es importante actuar con estrategias adecuadas para no reforzar la desconexión ni generar más distancia. Un acompañamiento profesional puede ayudar tanto a vuestro hijo como a vosotros como familia.

Os animo a coger una cita a través de mi perfil o escribirme directamente para poder orientaros y valorar cómo intervenir de forma respetuosa pero firme. Estoy a vuestra disposición.
Buenas tardes, siento mucho el momento complicado que estáis viviendo como padres. En este caso, considero necesario que como familia podáis acudir a terapia familiar. Detrás de conductas como la que está teniendo vuestro hijo puede haber dolor o malestar y quizás se esté refugiando o regulando sus emociones aislándose o jugando más de lo habitual. Sería buena idea también tratar de ayudarle encontrando un momento de calma junto a él y preguntarle cómo se siente o cómo podéis ayudarle. Sé que es una situación complicada, espero de corazón que podáis encontrar ayuda pronto. Os mando un abrazo enorme.
 Susana Echevarria
Psicólogo, Terapeuta complementario
Mollet del Vallès
Hola, como padres es normal que estemos siempre preocupados por nuestros hijos y la situación que comentas no es sencilla, ya que con 25 años es difícil recomendar a los hijos lo que deben hacer y que decidan seguir los consejos. Es posible que a tu hijo no se sienta bien con la situación que tiene y el juego en línea sea una forma de evadirse porque no sabe como resolverlo. Es importante que intentes establecer una comunicación básica de no reproches, si no de escucha de las necesidades y gustos de tu hijo. A partir de ahí se le puede ayudar a encontrar una actividad profesional que le motive o al menos que lo pueda probar. Es importante apoyarte en la red social de tu hijo, sus amigos, compañeros y tener la referencia de lo que hacen ellos para informarte de las opciones que existen hoy en día. Un saludo.
 Noelia Belmonte Domínguez
Psicólogo
Cambrils
Gracias por compartir algo tan delicado. Debe ser muy difícil ver a su hijo así, sin encontrar rumbo y tan metido en los juegos. A veces, detrás de eso, hay algo más profundo que duele, algo que no sabe cómo expresar. Lo más importante ahora es estar cerca, sin presionar, y mostrarle que no está solo. Tal vez retomar la terapia pueda ser útil, no solo para él, sino también para ustedes como familia. Siempre hay un camino para mejorar, aunque ahora parezca complicado.

Un abrazo.
Buenas, entiendo totalmente que estén preocupados, es normal sentirse frustrados o desorientados ante estos cambios que etsan notando en el. Es algo que hoy en día está ocurriendo mucho, ya que no hemos tenido la pedagogia suficiente para interactuar con las tecnologias de una forma mas sana. Pero como tantas cosas yo creo que tiene solución.
Me parece importante decir que muchas veces el uso excesivo del movil u ordenador no es tanto el problema en sí, sino una vía de escape que a corto plazo le ayuda a gestionar malestares más profundos, con esto no quiero agobiaros, simplemente intentar entender un poco a vuestro hijo, aunque tenga poca información sobre el. Por eso, más que centrarse en quitarle el juego o darle lecciones en ese sentido, podría ser útil enfocarse en reforzar poco a poco otras actividades que le conecten con algo positivo, aunque sean pequeñas.
Como padres, un primer paso es validar lo que le pasa, sin presionar, pero mostrándole que están presentes. Yo lo entiendo como un equilibrio entre dejar espacio sin que sienta distancia.
Sobre el tratamiento, es cierto que encontrar un psicólogo adecuado no siempre es fácil. Pienso que que conecte con el profesional es lo más importante al principio y también que el enfoque desde el que se trabaje sea accesible y se adapte a él. Pero lo primero es que él esté dispuesto o, al menos, abierto a dar ese paso.
No es sencillo, pero con pasos pequeños y mucha paciencia, se pueden dar cambios. Si tienen más preguntas, no duden en contactarme si quieren seguir hablando del tema.

Mucho ánimo.
 Silvia Schoffer Kraut
Psicólogo
Santa Cruz de Tenerife
Hola, entiendo lo difícil que debe ser para ustedes ver a su hijo en esta situación. Es bastante común que los jóvenes pasen por etapas de confusión o desorientación, especialmente cuando se sienten perdidos en cuanto a su futuro o propósito. El hecho de que haya dejado el tratamiento por su cuenta puede ser una señal de que está lidiando con algo más profundo, como una falta de motivación o una posible depresión. Primero, es importante tratar de hablar con él desde un lugar de comprensión y sin juzgar, mostrando apoyo y ofreciendo un espacio donde pueda expresar lo que está sintiendo, ya que el aislamiento en los videojuegos puede ser una forma de evitar enfrentar problemas emocionales o de ansiedad. En cuanto a la cantidad de tiempo que dedica a jugar, podría ser útil establecer límites claros sobre su tiempo frente a la pantalla, pero también buscar actividades alternativas que puedan motivarlo a involucrarse en otros aspectos de su vida.
Dado que el tratamiento anterior fue interrumpido por su decisión, podría ser útil buscar un terapeuta con el que se sienta más cómodo, quizás probando enfoques diferentes, como terapia cognitivo-conductual o incluso terapia ocupacional, que puede ayudarle a encontrar un propósito y motivación en otras actividades.
La clave es ser pacientes y persistentes, mostrando siempre que están ahí para apoyarlo en su camino, sin presionarlo. Un saludo y ¡Ánimo!
Buenas, entiendo que como padres esta situación les genere preocupación e incertidumbre. Es difícil ver a un hijo desconectarse de sus intereses y volcarse al juego en línea de manera excesiva. En estos casos, es importante reconocer que el uso excesivo de videojuegos, sobre todo cuando viene acompañado de cambios en su comportamiento y pérdida de interés en otras áreas, podría estar relacionado con una necesidad emocional o un malestar interno que está intentando manejar de esa forma.

El primer paso para ayudarlo es abrir un espacio de diálogo sincero y sin juicio. Preguntarle cómo se siente, si hay algo que le preocupe o si hay algo que necesite expresar. A veces, detrás del uso excesivo de videojuegos, hay sentimientos de frustración, ansiedad o incluso depresión.

Retomar el apoyo psicológico podría ser de gran ayuda para él, pero también para ustedes como familia. A veces, es importante que él sienta que la decisión de volver al tratamiento es suya y que cuenta con su apoyo para hacerlo. Pueden plantearle la idea desde un lugar de preocupación y no de crítica, por ejemplo: “Nos preocupa verte así, estamos aquí para apoyarte y quisiéramos que te sintieras mejor. Creemos que hablar con un profesional podría ayudarte a entender lo que estás viviendo”.

Por otro lado, actividades en familia, salir al aire libre, proponer pequeñas metas y acompañarlo en el proceso pueden ser formas de acercarse y recuperar el vínculo. Ustedes también pueden recibir orientación profesional para saber cómo manejar estos momentos y ofrecerle el apoyo que necesita.
 Andrea Álvarez Ibán
Psicólogo, Psicólogo infantil
Granada
El uso excesivo de videojuegos puede ser una forma de escapar o gestionar emociones difíciles, especialmente en personas que están atravesando un proceso de búsqueda o incertidumbre personal.
Como padres, lo fundamental es mantener una comunicación abierta y sin juicios, mostrando un interés genuino por cómo se siente y qué está viviendo. Invitarle a compartir lo que le ocurre, sin presionarle, puede ayudarle a sentirse escuchado y apoyado.
Si ha decidido dejar el tratamiento y la terapia, es posible que necesite un espacio en el que se sienta comprendido y motivado para retomar su bienestar. Podrían proponerle con delicadeza la idea de volver a consultar con un profesional, incluso acompañándole en ese proceso para que no se sienta solo.
Es importante recordar que el cambio suele ser gradual y requiere paciencia, pero con apoyo y comprensión, es posible que vuelva a encontrar su rumbo. Si observan que la situación empeora o les genera mucha preocupación, buscar ayuda especializada lo antes posible será fundamental.
Hola. Entiendo perfectamente vuestra preocupación. Ver a un hijo apagarse poco a poco, perder el rumbo o aislarse puede ser muy doloroso. Que estéis atentos y queráis ayudarle ya es un paso muy valioso.
A veces, el exceso de horas jugando en línea no es el problema en sí, sino una señal de algo más profundo: desmotivación, ansiedad, depresión, falta de propósito o incluso una forma de evasión. Si él mismo dejó el tratamiento y ya no quiere seguir con el psicólogo, puede que ahora mismo no tenga fuerzas o no vea la necesidad… y es difícil ayudar a alguien que no quiere ser ayudado, pero no imposible.
Como padres, lo más importante es que él sienta que estáis ahí, no desde el juicio, sino desde el apoyo. Hablar con él sin reproches, con calma, preguntarle cómo se siente más allá de lo que hace. Mostrar interés por su mundo sin invadirlo. A veces, una sola conversación desde el cariño puede ser el inicio de un cambio.
También podéis buscar orientación profesional para vosotros, para saber cómo acompañarle sin presionar ni rendiros. Hay psicólogos que trabajan con familias en estas situaciones. Estoy aquí si necesitáis ayuda.
Hola. Entiendo su preocupación. Es muy difícil ver a un hijo perder la motivación y refugiarse en una actividad, especialmente cuando notan que está afectando a su bienestar y a su forma de ser. Lo que describen es una situación que se ha vuelto cada vez más común en la actualidad.

Lo primero que deben tener en cuenta es que la cantidad de horas que dedica a los videojuegos y el cambio en su comportamiento (pérdida de interés, apatía) no son la causa, sino un síntoma de algo más profundo. La realidad virtual o el juego en línea se convierten en una vía de escape cuando la vida real no ofrece el mismo nivel de satisfacción o de recompensa.

¿Cómo pueden ayudarle?
Observen sin juzgar. En lugar de señalar que "juega demasiado" o "no hace nada", intenten entender qué está buscando en el juego. ¿Es una forma de socializar? ¿De sentirse exitoso? ¿De evadir algo que le frustra en su vida? La clave no es criticar el juego, sino entender la necesidad detrás de él.

Mantengan la comunicación abierta. Abran un espacio para el diálogo sin presiones ni reproches. Pueden empezar con preguntas como: "¿Qué te gusta de este juego?", "¿Con quién juegas?", "¿Cómo te sientes cuando juegas?". Esto puede abrir la puerta a conversaciones más profundas sobre lo que le está pasando.

Anímenlo a retomar la terapia. El hecho de que ya haya estado en terapia y la haya dejado sugiere que hubo una razón para ello. Pueden sugerirle que retome el contacto con su psicólogo, o incluso que pruebe con otro profesional si no se sintió cómodo con el anterior. La terapia puede ayudarle a encontrar la causa de su desorientación y a recuperar la motivación.

Lo que deben evitar
Prohibirle jugar o quitarle el equipo. Esto suele generar una reacción defensiva, una fractura en la relación y una mayor desconexión. No se trata de eliminar la actividad, sino de entender la razón por la que se ha vuelto un problema.

Dar ultimátums. Frases como "si no dejas de jugar, te cortamos el internet" solo aumentan la tensión y el resentimiento, y no abordan el problema de fondo.

Compararlo con otros. No mencionen a sus amigos o a otros familiares. Esto solo aumenta la sensación de fracaso y la baja autoestima que seguramente ya siente.

Es importante que como padres también se apoyen mutuamente y, si lo necesitan, busquen su propio espacio de orientación. Ver a un hijo en esta situación puede ser muy frustrante y doloroso, y es importante que ustedes también gestionen sus emociones para poder ayudarle de la mejor manera.
Lo que describen puede ser un signo de que su hijo está usando los videojuegos como vía de escape frente a un malestar más profundo, y que ese hábito se ha convertido en algo que interfiere con su vida diaria. La adicción a los videojuegos está reconocida por la OMS como un trastorno, y aunque no implica sustancias, comparte mecanismos con otras adicciones: pérdida de control, aislamiento, descuido de responsabilidades y cambios de humor.

Como padres, pueden ayudar desde varios frentes:

- **Observar y registrar cambios**: anoten patrones de sueño, alimentación, horas de juego y momentos en que evita otras actividades. Esto será útil si retoma tratamiento.
- **Abrir un diálogo sin confrontación**: en lugar de exigir que deje de jugar, expresen cómo les preocupa su bienestar y lo que han notado, usando frases centradas en lo que ustedes sienten (“nos preocupa verte aislado”) en vez de acusaciones.
- **Fomentar otras actividades**: invítenlo a planes fuera de casa, deporte, voluntariado o cursos que puedan despertar su interés. Al principio puede resistirse, pero la exposición a entornos distintos es clave.
- **Poner límites claros y consistentes**: si vive con ustedes, establecer horarios y normas de convivencia que incluyan tiempo para responsabilidades y descanso.
- **Buscar apoyo profesional especializado**: un psicólogo o psiquiatra con experiencia en adicciones comportamentales puede trabajar tanto con él como con ustedes para establecer estrategias.
- **Cuidar su propio bienestar**: acompañar a un hijo en esta situación es emocionalmente exigente; contar con un grupo de apoyo para familias o terapia para ustedes también es importante.

Si notan que su aislamiento aumenta, que descuida su salud o que hay síntomas de depresión o ansiedad, es recomendable actuar pronto y no esperar a que “se le pase solo”.

Si quieren, podemos tener una cita y les doy pautas sobre "lo que no hay que hacer" si mi hijo tiene una adicción e incluso puedo prepararles una guía práctica con pasos concretos para iniciar la conversación con él y aumentar las probabilidades de que acepte ayuda. ¿Les gustaría que la elabore?
Entiendo vuestra preocupación, es normal sentirse así cuando vemos cambios importantes en alguien que queremos. A veces, los jóvenes atraviesan momentos en los que se sienten perdidos o desmotivados y buscan refugio en cosas que les resultan más inmediatas, como los videojuegos.

Lo más útil ahora es acercarse con paciencia y escucha, sin juicios ni presiones, intentando comprender cómo se siente y qué necesita. Aunque haya dejado el tratamiento anterior, el acompañamiento profesional sigue siendo valioso si él decide retomarlo, y vosotros podéis apoyarle creando un espacio seguro para hablar y explorar lo que siente.

Pequeños pasos, como retomar la comunicación, fomentar rutinas saludables o compartir momentos juntos, pueden marcar la diferencia. Cada persona encuentra su camino a su ritmo, y vuestra comprensión y constancia son fundamentales para acompañarle.

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