Soy madre con TLP y tengo una pequeña de 5 años , me siento mal porque hoy le jale la oreja 3 veces

15 respuestas
Soy madre con TLP y tengo una pequeña de 5 años , me siento mal porque hoy le jale la oreja 3 veces , sentí mucha ira mucha rabia me esta costando mucho controlarme ala hora de enseñarle sus tareas, estuve calmada la mayor parte del tiempo tratando de respirar y explicarle con amor pero me sobrecarga de no saber como hacer para que entienda me siento esttesada y presionada porque al día siguiente también tiene practica y examen me siento sobrecargada y tengo muchas cosas en la cabeza sobre las cosas que tengo que hacer y se me dificulta enseñarle y eso me desespera mucho por más que trato vuelvo a caer en hacerle daño y yo no quiero ser como mi padre de hecho no lo soy tanto pero constantemente tengo estos cambios de humor que hacen que me odie ami misma por ser de lo peor por no ser la madre que ella merece.


Gracias por compartir esto con tanta honestidad. Es muy valiente de tu parte abrirte así, y demuestra que te importa profundamente tu hija. Eso ya dice mucho de ti como madre. No eres de lo peor, aunque ahora te sientas así. Estás luchando con algo difícil, y el solo hecho de reconocerlo y querer cambiar es un acto de amor inmenso hacia tu hija.

Desde la teoría del apego, lo que más influye en el desarrollo emocional de una niña no es que su madre nunca se equivoque, sino que pueda reparar el vínculo cuando algo se rompe. Esto se llama reparación del apego. Cuando gritas o actúas con dureza y después hablas con ella, le explicas, te disculpas desde el corazón y le das un espacio seguro para expresar cómo se sintió, estás enseñándole algo poderoso: que los vínculos pueden doler, pero también pueden sanar.

Con el trastorno límite de la personalidad es muy común vivir las emociones con una intensidad enorme. No es que no quieras controlarte, es que en esos momentos la emoción te invade. Pero no eres esa emoción ni ese acto impulsivo. Eres mucho más: una madre que está buscando ayuda, que reflexiona, que ama y que quiere romper con patrones pasados. Eso es extraordinario.

Si te pasa algo como esto, intenta reparar lo antes posible. Cuando te calmes, acércate a tu hija con ternura. Dile algo como: "Antes me enojé mucho y te jalé la orejita. Sé que eso no está bien y no quiero que tengas miedo de mí. Mamá está aprendiendo a manejar su enojo. ¿Tú cómo te sentiste?". No te castigues frente a ella, pero sí sé honesta.

Recuerda que tu hija no necesita una madre perfecta, sino una que la ame, que pueda reparar y que crezca junto a ella. El apego seguro no exige perfección, sino presencia emocional, sensibilidad y consistencia la mayor parte del tiempo.

Si puedes, busca apoyo externo. Un terapeuta especializado en TLP o en crianza respetuosa puede ayudarte mucho. También existen grupos de madres con dificultades similares que te harían sentir acompañada.

Si te estás desbordando, es mejor parar la tarea, tomar aire y decirle: "Mamá está muy estresada. Necesito un momentito para calmarme y seguir contigo". Eso también le enseña a ella que está bien pedir un espacio cuando una emoción nos supera.

Y sobre todo, cuida la forma en que te hablas a ti misma. Esa voz dura no te ayuda. Intenta decirte: "Estoy aprendiendo. Estoy haciendo lo mejor que puedo con las herramientas que tengo hoy. Mi hija me ama, y yo a ella".

Si quieres, podemos crear juntas un pequeño plan emocional para momentos de crisis, o pensar cómo explicarle a tu hija lo que estás sintiendo desde su edad, para que se sienta segura y amada. ¿Te gustaría eso? Estoy aquí para acompañarte.

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Antes que psicóloga, soy madre de dos pequeños, y entiendo el gran reto que implica la maternidad.
El hecho de que te sientas mal por lo sucedido y que estés buscando ayuda ya dice mucho sobre la madre que eres. Una madre que se preocupa, que reflexiona sobre sus actos y que desea cambiar. Además, el TLP puede hacer que las emociones sean muy intensas y difíciles de regular, especialmente bajo estrés. Y la crianza es un desafío enorme, aún más cuando se siente que todo depende de ti y hay tanta presión.
Yo te animaría a trabajar en tu historia vital además de practicar técnicas de regulación emocional y trabajo de autoestima.
Hay dos ejercicios que puedes hacer para controlar la ira. Una es escribir una carta sin censura ejerciendo toda la violencia que puedas al escribirla, luego te deshaces de ella. Y lo segundo es no volcar la rabia contra nada ni nadie, en cuanto aparezca sólo la vuelcas contra la propia rabia interna. Si te ejercitas así conseguirás manejarla.
 Naila Dicha
Psicólogo
Barcelona
Primero que todo, quiero decirte que no eres de lo peor. Eres una madre que está luchando con muchas emociones intensas y que, a pesar de todo, está consciente de lo que pasa y quiere cambiar. Solo el hecho de que estés aquí, buscando ayuda, muestra que te importa mucho tu hija y que quieres ser mejor para ella.

Tener TLP (Trastorno Límite de la Personalidad) hace que manejar las emociones sea un reto enorme. La ira, la frustración y la sobrecarga emocional pueden sentirse insoportables, y cuando te enfrentas a una situación estresante, como enseñarle a tu hija, todo se amplifica. Pero lo que realmente importa es que quieres cambiar y puedes cambiar.

Algunas ideas que pueden ayudarte en estos momentos:
No te castigues
La autocompasión es clave. Estás en un proceso, y nadie es perfecto. Pensar "soy lo peor" solo te hunde más y no ayuda a mejorar. Intenta hablarte como le hablarías a una amiga que está pasando por lo mismo.

Haz pausas cuando sientas que la ira sube.
Si sientes que la frustración está aumentando, detente. Dile a tu hija: "Mamá necesita un minuto para respirar", y sal de la habitación si es necesario. Unos minutos pueden marcar la diferencia.

Separa el estrés de la enseñanza
Cuando tienes muchas preocupaciones en la cabeza, es más difícil enseñar con paciencia. Quizás podrías establecer un ritual de calma antes de empezar (respirar juntas, poner música relajante, hacer un pequeño estiramiento). Esto puede ayudar a bajar la ansiedad antes de empezar las tareas.

Acepta que tu hija tiene su propio ritmo
A veces, la desesperación viene porque queremos que nuestros hijos entiendan rápido, pero cada niño aprende a su tiempo. Si algo no se logra en un día, no significa que fracasaste como madre.

Busca ayuda y apoyo
Criar con TLP es difícil, y no tienes que hacerlo sola. ¿Tienes algún terapeuta con quien puedas hablar? Si no, podrías buscar grupos de apoyo de madres con TLP o estrategias específicas para el manejo de emociones.

Repara el daño
Lo importante no es solo evitar las reacciones impulsivas, sino también mostrarle a tu hija que cuando nos equivocamos, podemos pedir perdón y mejorar. Puedes decirle:
"Mamá se equivocó, no debí haberte jalado la oreja. Lo siento mucho, y voy a hacer todo lo posible para manejar mejor mi enojo. Te amo muchísimo."
Esto no solo sana la relación, sino que también le enseña a ella cómo manejar los errores.

No tienes que ser la madre perfecta, solo una madre que sigue intentándolo. Y tú ya lo estás haciendo.
 Silvia Schoffer Kraut
Psicólogo
Santa Cruz de Tenerife
Buenas tardes,
Entiendo la angustia que te produce castigar a tu niña cuando lo que ella pide, es ayuda para hacer las tareas del colegio.
Al sufrir tú de TLP, tú paciencia es menor que si no tuvieras el trastorno.
Mi pregunta es: hay alguien en tu familia que pueda ayudarte con las tareas de tu hija? Si te sientes muy cargada de trabajo, lo ideal sería que alguien te ayude. Lo has comentado en el colegio? Quizá el colegio pueda darte ayuda extra escolar. Si no encuentras ayuda, como Psicóloga te sugiero que acudas a consulta de una Psicóloga/o para que puedan orientarte cómo trabajar con tu hija y puedas gestionar el tiempo de ayuda antes que pierdas la calma. Saludos y éxito
Como Psicóloga,
 Catalina Alorda Quetglas
Psicólogo
Palma de Mallorca
Lo primero que quiero decirte es que no eres una mala madre. Todo lo contrario: el hecho de que te preocupes por esto, que lo reflexiones y que te duela demuestra cuánto te importa tu hija y cuánto deseas hacerlo mejor. No minimizo lo que ha pasado, porque entiendo que te genera culpa, pero tampoco quiero que te castigues de esta manera. Estás lidiando con muchas emociones intensas al mismo tiempo y eso hace que a veces te sientas desbordada.

El trastorno límite de la personalidad (TLP) puede hacer que los cambios de humor sean bruscos y que la ira aparezca con fuerza, pero eso no significa que no puedas aprender a gestionarlo. De hecho, ya estás intentando hacerlo: respiras, intentas explicarle con amor, eres consciente de lo que sucede. Eso ya es un gran paso.

El problema no es que no seas lo suficientemente buena, sino que estás sobrecargada. Muchas veces, el estrés y la presión nos hacen perder la paciencia, sobre todo cuando sentimos que no tenemos margen para equivocarnos o que todo depende de nosotros. La crianza, especialmente cuando hay exigencias académicas de por medio, puede ser agotadora, y si además arrastras heridas del pasado con un padre que no fue el modelo que quisieras seguir, es normal que este miedo se active.

Aquí es donde el EMDR podría ayudarte. Porque estas reacciones de ira no solo vienen de la frustración del momento, sino que pueden estar conectadas con experiencias pasadas en las que tú misma te sentiste exigida, invalidada o incluso herida. A veces, sin darnos cuenta, nuestro cerebro revive esas emociones antiguas cuando nos enfrentamos a situaciones similares. Trabajar en esas memorias puede hacer que la intensidad de la rabia disminuya y que tengas más control sobre esas respuestas impulsivas.

Mientras tanto, quiero que intentes hablarte con más compasión. No eres “lo peor”, no eres “una madre que no merece su hija”. Eres una madre que está intentando romper un patrón difícil y eso es algo que merece reconocimiento. Cada vez que te detienes, que respiras, que intentas explicarle con amor, estás construyendo algo nuevo para tu hija y para ti misma.

Si en algún momento necesitas apoyo para trabajar estas emociones desde la raíz, recuerda que no estás sola y que hay herramientas, como el EMDR, que pueden ayudarte a que la crianza sea más llevadera y menos dolorosa para ambas. Tienes derecho a pedir ayuda y a sanar.
Gracias por compartir lo que estás viviendo.
Es normal sentirse sobrepasada a veces, especialmente cuando tienes muchas responsabilidades encima y estás lidiando con un trastorno como el TLP. Enseñar a una niña pequeña requiere mucha paciencia, y si ya vienes cansada o estresada, es fácil perder el control. Lo importante es que te estás dando cuenta de lo que no quieres repetir, y eso ya es un paso muy valioso. Te animo a que no trates de hacerlo todo sola. Si puedes, busca apoyo profesional y también ayuda práctica en el día a día. Si hay momentos en los que sientes que no puedes más, es mejor parar, respirar y continuar después, cuando estés más tranquila. No se trata de hacerlo perfecto, sino de seguir intentando con pequeños cambios. Cada día puedes volver a empezar, y no estás sola en este proceso.
Gracias por abrir tu corazón de una forma tan valiente. Lo que estás compartiendo es profundamente humano. Estás enfrentando muchas exigencias emocionales, personales y maternales, y aun así estás tratando de hacerlo bien, incluso cuando sientes que no puedes más.

Primero quiero decirte algo muy importante: no eres de lo peor. Eres una madre que siente culpa, que se da cuenta, que quiere mejorar, y eso ya habla de tu compromiso emocional con tu hija y contigo misma. Muchas personas con TLP (Trastorno Límite de la Personalidad) viven las emociones de forma muy intensa, lo que puede hacer que situaciones cotidianas —como enseñar tareas— se conviertan en verdaderos retos.

Lo que sientes (ira, frustración, autorreproche, sobrecarga) no te hace una mala madre, te hace una madre que está luchando con algo que la desborda y que necesita más apoyo del que seguramente estás recibiendo.

Algunas ideas para empezar a cuidarte y cuidar la relación con tu hija:

1. Pon un límite al momento antes de perder el control

Si notas que empiezas a sentir tensión corporal o pensamientos como “no aguanto más”, haz una pausa: levántate, respira, bebe agua, sal de la habitación unos minutos si puedes. No estás fallando por parar: estás protegiéndolas a ambas.

2. Elige el vínculo por encima del resultado

A veces es mejor dejar una tarea a medias y preservar la calma, que terminarla a costa de la conexión emocional. Tu hija necesita más tu contención que que le enseñes bien las matemáticas. El aprendizaje emocional es más importante que el académico a su edad.

3. Haz espacios de autorregulación diarios

Aunque sea 10 minutos al día, necesitas un momento solo para ti: respiración, escritura, música, estiramientos… No es un lujo, es una necesidad para poder sostener a tu hija con más recursos.

4. Repara el vínculo después

Cuando ocurre algo como lo que describes, pedir perdón desde el amor tiene un impacto muy grande en una niña. Puedes decirle algo como:
“Lo que hice no estuvo bien. Mamá a veces se pone muy nerviosa y se equivoca. Pero no es tu culpa, y te quiero muchísimo.”

Eso no solo repara, también le enseña que los errores se reconocen y se pueden cuidar.

5. Busca acompañamiento especializado

Estás haciendo un trabajo enorme tú sola. Ser madre con TLP es posible, pero necesita un acompañamiento constante y sensible. La terapia no solo te ayudará a ti, también será una forma de proteger el vínculo con tu hija y de romper con patrones familiares que tú ya estás cuestionando con tanto valor.

Te ofrezco acompañarte en este camino. Si quieres, puedes coger una cita online conmigo. No estás sola. Lo que sientes no te hace menos valiosa. Estás dando pasos muy importantes, y eso ya es un acto de amor.
Hola,
Quiero comenzar diciéndote algo muy importante: el solo hecho de que estés reconociendo lo que ha pasado, que lo expreses con tanta honestidad y dolor, es una señal de amor profundo por tu hija y de conciencia emocional. No eres una mala madre. Eres una madre que está lidiando con emociones intensas, heridas propias y una gran carga mental… y que aún así, quiere hacerlo diferente.

Tener TLP (trastorno límite de la personalidad) puede hacer que ciertos momentos —como enseñar a tu hija cuando estás sobrecargada— se vivan con una intensidad emocional muy fuerte. No porque no ames, sino porque tu sistema emocional siente más, más rápido y más profundo. Eso no te hace “mala”, te hace alguien que necesita más herramientas, más espacio seguro y más cuidado.

Lo que ocurrió hoy no define quién eres, pero sí es una señal de que estás necesitando apoyo urgente y constante, no solo para ti, sino también para poder contener a tu hija desde un lugar más estable. No estás sola en esto, y no tienes que cargarlo todo tú.
Buenos días , muchas gracias por tu testimonio. La crianza ya de por si es estresante y puede superarnos con facilidad, si tenemos el factor añadido de diagnostico TLP puede resultarnos a a veces muy complicado sostener nuestro estado de animo. Te recomendaría que acudieras a terapia con el objetivo de aprender herramientas de gestión emocional y afrontamiento de conflictos. Pueden ofrecerte incluso pautas educativas mas efectivas para que no te sientas tan sobrepasada en ocasiones.

un abrazo
 Olga Armengol Vázquez
Psicólogo
Vilanova i La Geltrú
Gracias por atreverte a poner en palabras algo tan duro. Lo que estás sintiendo no te hace una mala madre. Al contrario, esa culpa, ese dolor y esa conciencia de tus actos hablan de cuánto te importa tu hija y de tu deseo profundo de hacerlo mejor. Vivir con TLP puede hacer que emociones como la rabia, la frustración o el miedo se sientan más intensas y difíciles de regular, sobre todo en momentos de sobrecarga, estrés y exigencia como el que describes.
Jalarle la oreja no es una forma sana de educar, lo sabes y por eso te duele. Pero eso no define quién eres como madre. Lo importante ahora es buscar ayuda para aprender otras maneras de responder cuando sientes que te estás desbordando. Con acompañamiento terapéutico adecuado (por ejemplo, con EMDR y protocolos especializados en TLP), puedes trabajar estas reacciones impulsivas, sanar lo que te desborda, y aprender a cuidarte para cuidar mejor. No estás sola, y no estás condenada a repetir lo que viviste. El hecho de que te lo cuestiones ya es un paso enorme!
 Marcos Vilasánchez López
Psicólogo, Psicólogo infantil, Terapeuta complementario
Ferrol
Hola, buenas.
No es fácil educar a un@ hij@ hoy en día, y mucho menos con TLP, creo que lo más aconsejable es que acudas a un profesional que te ayude a resolver los conflictos internos y las creencias de cómo debe de ser la educación, para que puedas entender qué te está pasando a ti, qué es lo que le sucede a tu hija, y cómo llevarlo de la mejor manera.
Ser madre no es tarea sencilla, lidiar con TLP tampoco, y, tal como dices, traes unos aprendizajes de tu familia de origen que te ponen la zancadilla una y otra vez en el trato con tu hija. Ser consciente de la necesidad de cambio de esos patrones de comportamiento es el primer paso y ya lo estás dando, los has identificado, te animo a seguir dando pasos para aumentar tu autoconocimiento y romper con esos patrones que te hacen daño. Un saludo.
Hola, siente muchísimo que estes pasando por esta situación, lo que describes es preocupante ya que tu pequeña de 5 años está en pleno proceso de maduración y es vital que se sienta segura y establezca un buen vinculo contigo. Me comentas que estas diagnosticada de TLP, no se si hiciste psicoterapia para conocer en que consiste ser TLP y trabajar tus dificultades, si no es así, está indicado que lo hagas. Te doy un poco de información.
Ser TLP significa vivir con Trastorno Límite de la Personalidad, una condición psicológica caracterizada por una marcada inestabilidad emocional, dificultad en las relaciones interpersonales, impulsividad y una autoimagen cambiante.

### Principales características del TLP

- **Miedo intenso al abandono**, real o imaginado, que puede llevar a conductas desesperadas para evitarlo.
- **Relaciones interpersonales inestables**, que oscilan entre la idealización y la devaluación.
- **Autoimagen fluctuante**, con cambios bruscos en la percepción de uno mismo.
- **Impulsividad en áreas potencialmente dañinas**, como el gasto excesivo, el sexo, el consumo de sustancias o la alimentación.
- **Conductas autolesivas o intentos de suicidio**, como forma de gestionar el malestar emocional.
- **Cambios emocionales rápidos e intensos**, que pueden durar desde unas horas hasta unos días.
- **Sentimientos crónicos de vacío**, dificultad para encontrar sentido o satisfacción en la vida.
- **Ira intensa y dificultad para controlarla**, que puede manifestarse en estallidos o agresividad.
- **Síntomas disociativos o paranoides transitorios**, especialmente en situaciones de estrés.

Este trastorno suele comenzar en la adolescencia o en la adultez temprana y puede estar relacionado con experiencias traumáticas, como abuso o negligencia en la infancia. Aunque es una condición compleja, muchas personas con TLP mejoran significativamente con tratamiento psicológico especializado, especialmente con terapias como la dialéctico-conductual (DBT).

Si lo deseas, te ofrezco una consulta psicológica online gratuita y hablamos más detenidamente de lo que te preocupa.
Lo que estás sintiendo no te hace una mala madre. Te hace una madre consciente, que se da cuenta de lo que pasa y no quiere repetir lo que vivió. Eso ya es un cambio enorme respecto a tu padre.

Tener TLP implica que tus emociones se encienden muy rápido y con mucha intensidad, y cuando se juntan con estrés, cansancio y presión, se vuelven casi insoportables. Lo que hiciste —intentar mantenerte calmada, respirar, volver a hablar con amor— muestra que hay una parte de ti que ya está luchando por hacerlo distinto. Solo que el sistema nervioso no aguanta tanto cuando la exigencia sube.

No necesitas más culpa. Lo que necesitas es recuperar margen antes del desborde. Algunas ideas prácticas que pueden ayudarte:

Separa enseñanza de vínculo. No pasa nada si un día no puedes con la tarea. Es preferible dejar el ejercicio sin hacer a cruzar el límite del autocontrol.

Marca pausas breves y reales. Si notas que vas a explotar, dile con calma: “Mamá necesita un minuto para respirar, ahora seguimos.” Aléjate, respira, sacude las manos, bebe agua. Es regulación, no huida.

Planifica el estudio de forma más ligera. Si puedes, repártelo en pequeños bloques: 10 minutos de tarea, 5 de descanso. A los 5 años, eso es más que suficiente.

Busca apoyo externo. Si hay alguien que pueda ayudarte con las tareas (familia, profesora, terapeuta ocupacional, etc.), no es debilidad pedirlo.

Y por favor, sigue con tu tratamiento. Un ajuste de medicación o sesiones más regulares pueden ayudarte a tener más control emocional en momentos como este.

Después de una crisis, intenta reparar: abrázala, dile que estabas muy nerviosa y que no fue su culpa. Los niños no necesitan madres perfectas; necesitan madres que reconozcan el error y vuelvan a conectar.

No estás sola en esto. Estás aprendiendo a regularte mientras crías, y eso es un trabajo titánico.

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