Tengo unas oposiciones a bombero con pruebas físicas. Entre ellas, la carrera de fondo de 1500m. Lle
13
respuestas
Tengo unas oposiciones a bombero con pruebas físicas. Entre ellas, la carrera de fondo de 1500m. Llevo entrenando muy duramente durante meses y no he conseguido mucha mejora; esto me ha llevado a un punto donde me veo frustrado y con pánico a la hora de enfrentar la carrera.
Han sido tantos entrenamientos sufriendo al límite y pasándolo tan mal que sólo pensar en la prueba o incluso en hacer una simulación de la carrera me siento fatal, las pulsaciones se me disparan y me entra un pánico que no sé controlar. Hoy fuí a la pista a hacer un test de carrera y no he sido capaz de pasar de la mitad. Me sentía débil, muy presionado y con sensación de agotamiento desde los primeros metros.
Sé que gran parte de mis sensaciones son debidas al pánico que me crea sólo pensar en la carrera, pero me gustaría poder aprender a controlarlo y empezar a disfrutar la carrera, o al menos correr como si fuera un entrenamiento más.
Un saludo
Han sido tantos entrenamientos sufriendo al límite y pasándolo tan mal que sólo pensar en la prueba o incluso en hacer una simulación de la carrera me siento fatal, las pulsaciones se me disparan y me entra un pánico que no sé controlar. Hoy fuí a la pista a hacer un test de carrera y no he sido capaz de pasar de la mitad. Me sentía débil, muy presionado y con sensación de agotamiento desde los primeros metros.
Sé que gran parte de mis sensaciones son debidas al pánico que me crea sólo pensar en la carrera, pero me gustaría poder aprender a controlarlo y empezar a disfrutar la carrera, o al menos correr como si fuera un entrenamiento más.
Un saludo

Hola, parece que los esfuerzos y sacrificios que has hecho durante tu preparación para las pruebas físicas han acabado provocando una importante aversión a las mismas, lo cual sumado a esas mejoras que consideras insuficientes, y las dudas de poder superar la carrera, te han llevado a manifestar una respuesta de pánico ante la misma, que imposibilita que puedas afrontar la carrera de forma adecuada. Es posible que la terapia psicológica para la ansiedad y el pánico, y más concretamente la aplicación de técnicas de exposición, podrían ayudarte a superar el miedo a la carrera y romper ese bloqueo. Te recomendaría que acudieses a un profesional de la psicología que pueda ayudarte y aplicar las técnicas adecuadas para afrontar la situación y vencer la ansiedad. Un saludo.

Gracias por compartir lo que te está ocurriendo. Lo que describes es más común de lo que parece: cuando se han acumulado meses de esfuerzo, presión y sufrimiento, es fácil que la ansiedad se asocie directamente con la prueba, generando un bloqueo físico y emocional. El cuerpo empieza a anticipar el malestar incluso antes de correr, y eso interfiere con tu rendimiento.
La sensación de pánico, las pulsaciones elevadas o la debilidad no son signos de falta de preparación, sino de un sistema activado por el miedo. En estos casos, no basta con entrenar más, sino que es necesario abordar también el plano psicológico. Técnicas como la respiración consciente, la exposición progresiva, la visualización positiva y el trabajo con pensamientos automáticos pueden ayudarte a recuperar el control.
Además, en terapia se puede trabajar para reconectar con el sentido de lo que estás haciendo, reducir la autoexigencia y volver a disfrutar del proceso, no solo de la meta.
Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino parte del entrenamiento mental necesario en pruebas de alto rendimiento como la tuya.
La sensación de pánico, las pulsaciones elevadas o la debilidad no son signos de falta de preparación, sino de un sistema activado por el miedo. En estos casos, no basta con entrenar más, sino que es necesario abordar también el plano psicológico. Técnicas como la respiración consciente, la exposición progresiva, la visualización positiva y el trabajo con pensamientos automáticos pueden ayudarte a recuperar el control.
Además, en terapia se puede trabajar para reconectar con el sentido de lo que estás haciendo, reducir la autoexigencia y volver a disfrutar del proceso, no solo de la meta.
Pedir ayuda no es un signo de debilidad, sino parte del entrenamiento mental necesario en pruebas de alto rendimiento como la tuya.

Cuando entrenas duro durante meses y sientes que no avanzas como esperabas, es natural frustrarte. Cuando además aparece el pánico, el agotamiento y el rechazo incluso a intentarlo, entonces, ya no estás solo frente a una carrera; estás frente a una vivencia emocional, inconsciente, profunda que merece ser escuchada.
Desde la Bioneuroemoción, entendemos que casa síntoma físico y cada emoción intensa hay una información inconsciente que necesita ser vista. No se trata de correr 1500 metros. Lo que tu cuerpo está expresando -el pánico, las pulsaciones disparadas, la sensación de fracaso y de no poder más- podría estar reflejando una experiencia más antigua o heredada no resuelta. Tu cuero no te está fallando. Te está protegiendo. Puede que esta carrera active memorias de infancia donde te exigiste mucho para ser visto, valorado o aceptado. O donde sentiste que nunca eras suficiente, aunque te esforzaras al máximo. Esta carrera, más que un examen físico, puede estar activando una vivencia pasada, personal o heredada, que no ha sido resuelta.
Puedes preguntarte:
-¿Qué me recuerda este esfuerzo en el que lo doy todo y aun así no es suficiente?
-He vivido esta sensación de estar al límite y no poder más?
A veces, llevamos en nuestro inconsciente lealtades familiares que nos empuja a repetir patrones de sacrificio, de autoexigencia extrema o de miedo al fracaso. ¿Hubo en tu familia, en tus antepasados, personas que lucharon por sobrevivir, que tuvieron que esforzarse al límite, que vivieron una guerra o pasaron grandes pruebas? ¿Alguien fue juzgado, ridiculizado o no valorado por no rendir lo suficiente? ¿Alguien vivió un bloqueo, un fracaso, o tuvo que abandonar un sueño importante?
Aunque no lo sepas conscientemente, puedes estar repitiendo un programa inconsciente como forma de "honrar" a tus antepasados o de pertenecer al sistema familiar. El inconsciente actúa por lealtad, fidelidad, no por lógica. Tu cuerpo reaccione porque está intentando protegerte de un dolor antiguo, que no necesariamente es tuyo, pero que ahora se está expresando a través de ti.
Puedes preguntarte:
- ¿A quién estoy siendo fiel con este sufrimiento?
-¿Qué mandato familiar estoy siguiendo sin darme cuenta?
La buena noticia es que cuando tomas conciencia de estos programas, puedes liberarte de ellos.
En un acompañamiento podemos obtener toda esta programación inconsciente para transforma tu experiencia. No se trata de quitar el miedo, se trata de comprender para qué lo experimentas. Dejas de luchar contra tu cuerpo.
Puedes ponerte en contacto conmigo.
Un saludo
Desde la Bioneuroemoción, entendemos que casa síntoma físico y cada emoción intensa hay una información inconsciente que necesita ser vista. No se trata de correr 1500 metros. Lo que tu cuerpo está expresando -el pánico, las pulsaciones disparadas, la sensación de fracaso y de no poder más- podría estar reflejando una experiencia más antigua o heredada no resuelta. Tu cuero no te está fallando. Te está protegiendo. Puede que esta carrera active memorias de infancia donde te exigiste mucho para ser visto, valorado o aceptado. O donde sentiste que nunca eras suficiente, aunque te esforzaras al máximo. Esta carrera, más que un examen físico, puede estar activando una vivencia pasada, personal o heredada, que no ha sido resuelta.
Puedes preguntarte:
-¿Qué me recuerda este esfuerzo en el que lo doy todo y aun así no es suficiente?
-He vivido esta sensación de estar al límite y no poder más?
A veces, llevamos en nuestro inconsciente lealtades familiares que nos empuja a repetir patrones de sacrificio, de autoexigencia extrema o de miedo al fracaso. ¿Hubo en tu familia, en tus antepasados, personas que lucharon por sobrevivir, que tuvieron que esforzarse al límite, que vivieron una guerra o pasaron grandes pruebas? ¿Alguien fue juzgado, ridiculizado o no valorado por no rendir lo suficiente? ¿Alguien vivió un bloqueo, un fracaso, o tuvo que abandonar un sueño importante?
Aunque no lo sepas conscientemente, puedes estar repitiendo un programa inconsciente como forma de "honrar" a tus antepasados o de pertenecer al sistema familiar. El inconsciente actúa por lealtad, fidelidad, no por lógica. Tu cuerpo reaccione porque está intentando protegerte de un dolor antiguo, que no necesariamente es tuyo, pero que ahora se está expresando a través de ti.
Puedes preguntarte:
- ¿A quién estoy siendo fiel con este sufrimiento?
-¿Qué mandato familiar estoy siguiendo sin darme cuenta?
La buena noticia es que cuando tomas conciencia de estos programas, puedes liberarte de ellos.
En un acompañamiento podemos obtener toda esta programación inconsciente para transforma tu experiencia. No se trata de quitar el miedo, se trata de comprender para qué lo experimentas. Dejas de luchar contra tu cuerpo.
Puedes ponerte en contacto conmigo.
Un saludo

En efecto, tu mismo@ lo dices. El cambio está en disfrutar lo que haces sin pensar que es una prueba evacuativa.Antes de la prueba intenta desconectar haciendo algo diferente como ir a la playa, etc. Respira bien como ocho veces antes. Lo que sientes tu con la prueba, es lo que comparten los que compiten en tenis, futbol, etc.No pienses que te juegas un trabajo, piensa que puedes hacerlo bien y que te gusta este entreno. El miedo es interior, y tu puedes controlarlo.,
Adelante.. podrás lograrlo.
Adelante.. podrás lograrlo.

Gracias por abrirte y compartir cómo te sientes. Lo que estás viviendo es algo más común de lo que solemos pensar, especialmente cuando se juntan el esfuerzo sostenido, la presión del objetivo y el desgaste emocional. Has estado entrenando duro, lo cual ya habla de tu compromiso y tu capacidad de esfuerzo, pero también es muy humano llegar a un punto de saturación y bloqueo emocional cuando las cosas no salen como esperas.
Lo que describes —esa sensación de pánico, el cuerpo que se bloquea, las pulsaciones que se disparan, la dificultad para avanzar aunque físicamente podrías— es algo que en psicología llamamos respuesta de ansiedad anticipatoria. Tu mente, por todo lo vivido anteriormente, ha empezado a asociar la carrera con sufrimiento, frustración y exigencia, y por eso, incluso antes de empezar a correr, ya estás en modo “alarma”. Es como si tu cuerpo estuviera tratando de protegerte de volver a pasar por una experiencia dolorosa. Y esto, aunque molesto, tiene sentido y se puede trabajar.
Algunas ideas que pueden ayudarte a empezar a recuperar la calma y la confianza:
1. Trabaja la relación emocional con la carrera. Ahora mismo la carrera de 1500m se ha convertido en una especie de “enemigo mental”. El objetivo sería poder redefinir esta relación: volver a verla como un reto técnico más, como una parte de tu camino, no como una amenaza.
2. Aprende a regular la ansiedad. Técnicas de respiración, como la coherencia cardiaca o la respiración diafragmática, pueden ayudarte a bajar pulsaciones antes y durante el esfuerzo. Practicarlas fuera del entrenamiento, en momentos tranquilos, crea una base para poder aplicarlas cuando lo necesites.
3. Valida lo vivido y permitete parar si lo necesitas sin juzgarte duramente a tí mismo
4. Ten en cuenta que pedir ayuda no es rendirse.
Estás luchando por un objetivo muy exigente y estás dando mucho de ti. No te juzgues por sentir miedo o frustración; son respuestas normales cuando lo damos todo. Y lo mejor es que esto se puede entrenar también: igual que has trabajado tu cuerpo, puedes trabajar tu mente para que vuelva a estar de tu lado.
Un abrazo enorme.
Lo que describes —esa sensación de pánico, el cuerpo que se bloquea, las pulsaciones que se disparan, la dificultad para avanzar aunque físicamente podrías— es algo que en psicología llamamos respuesta de ansiedad anticipatoria. Tu mente, por todo lo vivido anteriormente, ha empezado a asociar la carrera con sufrimiento, frustración y exigencia, y por eso, incluso antes de empezar a correr, ya estás en modo “alarma”. Es como si tu cuerpo estuviera tratando de protegerte de volver a pasar por una experiencia dolorosa. Y esto, aunque molesto, tiene sentido y se puede trabajar.
Algunas ideas que pueden ayudarte a empezar a recuperar la calma y la confianza:
1. Trabaja la relación emocional con la carrera. Ahora mismo la carrera de 1500m se ha convertido en una especie de “enemigo mental”. El objetivo sería poder redefinir esta relación: volver a verla como un reto técnico más, como una parte de tu camino, no como una amenaza.
2. Aprende a regular la ansiedad. Técnicas de respiración, como la coherencia cardiaca o la respiración diafragmática, pueden ayudarte a bajar pulsaciones antes y durante el esfuerzo. Practicarlas fuera del entrenamiento, en momentos tranquilos, crea una base para poder aplicarlas cuando lo necesites.
3. Valida lo vivido y permitete parar si lo necesitas sin juzgarte duramente a tí mismo
4. Ten en cuenta que pedir ayuda no es rendirse.
Estás luchando por un objetivo muy exigente y estás dando mucho de ti. No te juzgues por sentir miedo o frustración; son respuestas normales cuando lo damos todo. Y lo mejor es que esto se puede entrenar también: igual que has trabajado tu cuerpo, puedes trabajar tu mente para que vuelva a estar de tu lado.
Un abrazo enorme.

Gracias por compartir lo que estás viviendo. Lo que cuentas tiene mucho sentido: cuando algo nos importa tanto y le dedicamos tanto esfuerzo, es natural que aparezcan frustración, miedo e incluso bloqueo. El cuerpo y la mente responden a esa presión, y a veces lo hacen justo en los momentos clave, como una forma de protegernos… aunque no siempre nos ayude.
No se trata sólo de entrenar más fuerte, sino también de mirar cómo te estás relacionando con todo lo que sientes y piensas en torno a la prueba. A veces, el intento de controlar esas sensaciones puede acabar generando más tensión y más miedo. Y es ahí donde puede ser útil un acompañamiento que te ayude a encontrar otra forma de estar con todo esto.
Quizá te podría venir bien hablarlo con alguien que trabaje con estos procesos. No para que desaparezca lo que sientes, sino para que no tenga que marcar el rumbo por ti. Lo que estás atravesando es común en personas muy comprometidas con sus objetivos, y también es algo que puede abordarse. Si en algún momento sientes que podría ayudarte, hay espacio para trabajarlo.
No se trata sólo de entrenar más fuerte, sino también de mirar cómo te estás relacionando con todo lo que sientes y piensas en torno a la prueba. A veces, el intento de controlar esas sensaciones puede acabar generando más tensión y más miedo. Y es ahí donde puede ser útil un acompañamiento que te ayude a encontrar otra forma de estar con todo esto.
Quizá te podría venir bien hablarlo con alguien que trabaje con estos procesos. No para que desaparezca lo que sientes, sino para que no tenga que marcar el rumbo por ti. Lo que estás atravesando es común en personas muy comprometidas con sus objetivos, y también es algo que puede abordarse. Si en algún momento sientes que podría ayudarte, hay espacio para trabajarlo.

Te recomiendo que tus entrenamientos sean siempre objetivos, no pretendas hacer más de lo que es sano y posible. Si es posible acude a un entrenador físico profesional que te pueda asesorar, hacer un plan de entrenamiento y además intenta no ir solo y que sea con algún compañero opositor. Quizás la severidad de tus entrenamientos te están produciendo un agotamiento mental y físico que está repercutiendo negativamente en tu rendimiento. Te recomiendo también que te hagas un calendario de entrenamiento y no te centres solo en ello, es decir, busca también tiempo de ocio y esparcimiento. Saludos

Hola… Lo que estás viviendo es mucho más común (y humano) de lo que parece. Estás ante un objetivo importante, llevas tiempo esforzándote al límite y, en vez de ver resultados, sientes que te estás desgastando emocional y físicamente. Y eso, claro que duele.
Cuando entrenamos con tanta presión encima, la mente no solo asocia el ejercicio al esfuerzo… sino también al sufrimiento, al miedo al fracaso, a la autoexigencia extrema. Y llega un punto en el que ya no es el cuerpo el que se rinde: es la mente la que se protege, activando el pánico como si estuvieras ante un peligro real...
Tu miedo no es debilidad. Es una respuesta de protección que se ha activado porque tu sistema nervioso ya no distingue entre una carrera y una amenaza. Por eso, solo pensar en correr ya te acelera, te bloquea, te agota.
La buena noticia es que esto se puede trabajar. Puedes aprender a reprogramar esa asociación emocional con la prueba, bajar el nivel de presión, y reconectar con una forma de entrenar que no te desgarre por dentro. Que te cuide.
No se trata de rendirse. Se trata de cambiar el enfoque: de correr desde el castigo a correr desde el compromiso. De entrenar desde el miedo, a entrenar desde el respeto a tus límites. De dejar de empujarte como si valieras solo por un resultado, a recordar que ya estás demostrando tu valor, solo por no rendirte.
Estás a tiempo de cambiar no solo tu preparación… sino también la manera en la que te hablas cuando las cosas no salen como esperas.
Y eso, te aseguro, marca toda la diferencia.
Cuando entrenamos con tanta presión encima, la mente no solo asocia el ejercicio al esfuerzo… sino también al sufrimiento, al miedo al fracaso, a la autoexigencia extrema. Y llega un punto en el que ya no es el cuerpo el que se rinde: es la mente la que se protege, activando el pánico como si estuvieras ante un peligro real...
Tu miedo no es debilidad. Es una respuesta de protección que se ha activado porque tu sistema nervioso ya no distingue entre una carrera y una amenaza. Por eso, solo pensar en correr ya te acelera, te bloquea, te agota.
La buena noticia es que esto se puede trabajar. Puedes aprender a reprogramar esa asociación emocional con la prueba, bajar el nivel de presión, y reconectar con una forma de entrenar que no te desgarre por dentro. Que te cuide.
No se trata de rendirse. Se trata de cambiar el enfoque: de correr desde el castigo a correr desde el compromiso. De entrenar desde el miedo, a entrenar desde el respeto a tus límites. De dejar de empujarte como si valieras solo por un resultado, a recordar que ya estás demostrando tu valor, solo por no rendirte.
Estás a tiempo de cambiar no solo tu preparación… sino también la manera en la que te hablas cuando las cosas no salen como esperas.
Y eso, te aseguro, marca toda la diferencia.

Hola, encantado de saludarte.
Tu caso, aunque puedas pensar que no, es más común de lo que parece. Y es normal que resulte tan angustioso: estás dedicando tiempo, esfuerzo y cabeza a algo que no termina de salir, y encima lo que antes era una simple prueba, ahora se ha convertido casi en un símbolo de todo lo que “deberías estar logrando”.
Cuando esto ocurre, lo más habitual no es solo que no mejore el rendimiento… es que incluso empeore. ¿Por qué? Porque la carrera ya no es solo una carrera: es una amenaza. Es la prueba de fuego, el lugar donde se pone en juego tu valía, tu futuro, tu capacidad. Y claro, ¿cómo no va a responder el cuerpo con pánico?
El problema ya no es físico, es funcional: tu cuerpo y tu mente están interpretando la situación como una amenaza real. Y por eso colapsan.
No se trata de forzarte más, ni de buscar más motivación. Se trata de cambiar tu relación con esa prueba. Y eso pasa por trabajar no para eliminar el miedo, sino para poder actuar a pesar de él.
Existen herramientas muy útiles desde enfoques como la Activación Conductual, la Terapia de Aceptación y Compromiso o incluso técnicas de exposición graduada a través de simulacros controlados. Pero siempre con una premisa clara: el objetivo no es eliminar la emoción incómoda, sino que deje de controlarte.
Si lo estás intentando por tu cuenta y no encuentras salida, puede ser el momento de que alguien te ayude a trazar un plan realista, adaptado a ti y con sentido. Porque no se trata de “controlar el miedo”, sino de correr aunque venga con él.
Un abrazo y mucho ánimo en lo que te queda de camino.
Tu caso, aunque puedas pensar que no, es más común de lo que parece. Y es normal que resulte tan angustioso: estás dedicando tiempo, esfuerzo y cabeza a algo que no termina de salir, y encima lo que antes era una simple prueba, ahora se ha convertido casi en un símbolo de todo lo que “deberías estar logrando”.
Cuando esto ocurre, lo más habitual no es solo que no mejore el rendimiento… es que incluso empeore. ¿Por qué? Porque la carrera ya no es solo una carrera: es una amenaza. Es la prueba de fuego, el lugar donde se pone en juego tu valía, tu futuro, tu capacidad. Y claro, ¿cómo no va a responder el cuerpo con pánico?
El problema ya no es físico, es funcional: tu cuerpo y tu mente están interpretando la situación como una amenaza real. Y por eso colapsan.
No se trata de forzarte más, ni de buscar más motivación. Se trata de cambiar tu relación con esa prueba. Y eso pasa por trabajar no para eliminar el miedo, sino para poder actuar a pesar de él.
Existen herramientas muy útiles desde enfoques como la Activación Conductual, la Terapia de Aceptación y Compromiso o incluso técnicas de exposición graduada a través de simulacros controlados. Pero siempre con una premisa clara: el objetivo no es eliminar la emoción incómoda, sino que deje de controlarte.
Si lo estás intentando por tu cuenta y no encuentras salida, puede ser el momento de que alguien te ayude a trazar un plan realista, adaptado a ti y con sentido. Porque no se trata de “controlar el miedo”, sino de correr aunque venga con él.
Un abrazo y mucho ánimo en lo que te queda de camino.

Hola,
Antes que nada, quiero agradecerte la sinceridad y la valentía con la que has compartido lo que estás viviendo. Lo que describes no es simplemente un bajón puntual ni una cuestión de falta de forma física. Has entrenado duro durante meses, y eso habla de tu compromiso y de tu capacidad de esfuerzo. Pero también deja entrever que lo que te está bloqueando ahora no es tu cuerpo, sino el peso emocional que has acumulado a lo largo del camino.
La carrera de 1500 metros, en tu caso, ya no es solo una prueba física. Se ha convertido en un símbolo de todo lo que te juegas, de todas las expectativas que te has puesto encima, y de todos los momentos en los que has tenido que forzarte hasta el límite. El cuerpo no olvida ese sufrimiento. Y cuando uno ha asociado tanto dolor, tanto esfuerzo extremo y tanta presión a una misma situación, es completamente normal que empiece a rechazarla, incluso antes de empezar. Esa sensación de debilidad, de agotamiento prematuro, de no poder ni arrancar... no es física, es emocional. Es miedo en forma de pulsaciones, de respiración agitada, de piernas que se tensan antes del primer paso.
No estás solo en esto. He acompañado a muchas personas en procesos parecidos: opositores, deportistas, profesionales que han llegado a un punto donde la presión emocional sabotea todo el trabajo físico y mental que han realizado. Y te puedo decir algo con total convicción: se puede revertir. No es cuestión de entrenar más, ni de exigirte más. Al contrario. A veces, la clave está en aprender a soltar, a reconectar contigo mismo, a entender lo que está pasando por dentro y a crear una nueva relación con la prueba, más amable, más humana, más libre de miedo.
Por eso, quiero invitarte a que empieces un proceso terapéutico conmigo. No se trata solo de superar una carrera, sino de recuperar la confianza, de aprender a regular ese pánico, de volver a conectar con la motivación que te llevó hasta aquí en primer lugar. A veces basta con unas pocas sesiones bien enfocadas para desbloquear todo ese potencial que tienes dentro y que ahora está atrapado por el miedo.
Si lo sientes así, estaré encantado de acompañarte. Con herramientas muy concretas y adaptadas a tu situación, podemos trabajar juntos para que vuelvas a correr no desde la angustia, sino desde la fuerza y el enfoque.
Un saludo muy grande,
Claudio Rodal – Psicólogo especializado en procesos de alto rendimiento y regulación emocional
Antes que nada, quiero agradecerte la sinceridad y la valentía con la que has compartido lo que estás viviendo. Lo que describes no es simplemente un bajón puntual ni una cuestión de falta de forma física. Has entrenado duro durante meses, y eso habla de tu compromiso y de tu capacidad de esfuerzo. Pero también deja entrever que lo que te está bloqueando ahora no es tu cuerpo, sino el peso emocional que has acumulado a lo largo del camino.
La carrera de 1500 metros, en tu caso, ya no es solo una prueba física. Se ha convertido en un símbolo de todo lo que te juegas, de todas las expectativas que te has puesto encima, y de todos los momentos en los que has tenido que forzarte hasta el límite. El cuerpo no olvida ese sufrimiento. Y cuando uno ha asociado tanto dolor, tanto esfuerzo extremo y tanta presión a una misma situación, es completamente normal que empiece a rechazarla, incluso antes de empezar. Esa sensación de debilidad, de agotamiento prematuro, de no poder ni arrancar... no es física, es emocional. Es miedo en forma de pulsaciones, de respiración agitada, de piernas que se tensan antes del primer paso.
No estás solo en esto. He acompañado a muchas personas en procesos parecidos: opositores, deportistas, profesionales que han llegado a un punto donde la presión emocional sabotea todo el trabajo físico y mental que han realizado. Y te puedo decir algo con total convicción: se puede revertir. No es cuestión de entrenar más, ni de exigirte más. Al contrario. A veces, la clave está en aprender a soltar, a reconectar contigo mismo, a entender lo que está pasando por dentro y a crear una nueva relación con la prueba, más amable, más humana, más libre de miedo.
Por eso, quiero invitarte a que empieces un proceso terapéutico conmigo. No se trata solo de superar una carrera, sino de recuperar la confianza, de aprender a regular ese pánico, de volver a conectar con la motivación que te llevó hasta aquí en primer lugar. A veces basta con unas pocas sesiones bien enfocadas para desbloquear todo ese potencial que tienes dentro y que ahora está atrapado por el miedo.
Si lo sientes así, estaré encantado de acompañarte. Con herramientas muy concretas y adaptadas a tu situación, podemos trabajar juntos para que vuelvas a correr no desde la angustia, sino desde la fuerza y el enfoque.
Un saludo muy grande,
Claudio Rodal – Psicólogo especializado en procesos de alto rendimiento y regulación emocional

Hola! Parece que has desarrollado un cuadro de ansiedad relacionado con ese evento que tiene tanta importancia para ti. Recomendaría empezar a entrenar ejercicios de respiración profunda e incluso de relajación progresiva (de tensión-destensión de músculos), que incluso a nivel actividad física puede que te ayuden. Recomendaría que lo practicaras antes, en estado de calma, para poder aplicarlo cuando empieces a notar las señales fisiológicas de ansiedad o pánico. Aunque es algo muy importante para ti, recuerda dedicarle tiempo a otros hobbies y actividades placenteras que puedan sacarte de ese estado de tensión general, también puedes probar a ir con alguien, correr de forma desenfadada primero por el parque, con amistades, etc y progresivamente ir aumentando, el tema es volver a disfrutar de ello!.
Como recomendación inicial, de todas formas, siempre es bueno acudir a un profesional que te ayude a seguir estos pasos. Ánimo!
Como recomendación inicial, de todas formas, siempre es bueno acudir a un profesional que te ayude a seguir estos pasos. Ánimo!

Desde mi experiencia terapéutica, considero que tu ansiedad y pánico ante la carrera de 1500 metros son una puerta hacia tu inconsciente, que intenta comunicarte algo valioso: un deseo profundo de triunfar, pero también un miedo a no cumplir con tus propias expectativas. Yo no veo el pánico como un enemigo, sino como un aliado que te está pidiéndote explorar una nueva forma de relacionarte con la carrera. Tu cuerpo y mente ya saben cómo correr, pues lo has demostrado con meses de entrenamiento; sin embargo, el sufrimiento repetido ha creado un nudo que tu inconsciente puede deshacer si le das permiso. Imagina, por un momento, que cada latido acelerado es como un tambor que te recuerda tu fuerza, no tu debilidad. Mi propuesta es que comiences a escuchar esa energía con curiosidad, preguntándote: "¿Qué quiere enseñarme mi cuerpo hoy?”.
Para desatar ese nudo, te invito a realizar una tarea sencilla pero poderosa: la próxima vez que vayas a la pista, no corras de inmediato. Camina lentamente los primeros 100 metros, sintiendo el suelo bajo tus pies, notando el aire que entra y sale de tus pulmones, como si estuvieras saludando a un viejo amigo. Luego, si tu cuerpo lo pide, trota suavemente, pero solo con la intención de descubrir cómo se siente moverte sin juzgarte. Esta tarea no busca que "venzas" la carrera, sino que permitas que tu inconsciente reaprenda a disfrutar el movimiento. Erickson diría que no necesitas forzar el cambio; tu mente ya sabe cómo fluir, como un río que encuentra su camino entre las rocas sin esfuerzo. Si el pánico aparece, dale la bienvenida como un guía y sigue moviéndote, confiando en que se desvanecerá al no resistirlo.
Además, te propongo una visualización para conectar con tus recursos internos. Cierra los ojos y recuerda un momento en tu vida en el que te sentiste fuerte, libre o en paz, tal vez jugando, trabajando o superando un reto. Siente esa energía en tu cuerpo: ¿dónde la notas? ¿En el pecho, en las piernas? Ahora, imagina que llevas esa sensación a la pista, como si fuera una luz que te acompaña en cada paso. Visualízate corriendo los 1500 metros, no con esfuerzo, sino con la calma de quien camina por un sendero conocido. Te sugiero que uses esta imagen para anclar tu confianza, dejando que tu inconsciente asocie la carrera con esa fuerza natural que ya tienes. Practica esta visualización cada noche antes de dormir, permitiendo que tu mente reescriba la historia de la carrera.
Finalmente, redefine el significado de la prueba. En lugar de verla como un obstáculo, imagina que los 1500 metros son un viaje para descubrir cuánto puedes disfrutar siendo tú mismo en movimiento. Te recuerdo que no necesitas "controlar" el pánico, sino dejar que tu cuerpo y mente encuentren su ritmo juntos. Corre los primeros 400 metros con la intención de explorar, no de triunfar. Si terminas agotado o ansioso, está bien; cada paso es una lección que tu inconsciente está aprendiendo. Con el tiempo, notarás que la pista se convierte en un lugar de curiosidad, no de miedo. Confía en que ya tienes todo lo necesario para fluir; solo necesitas darte permiso para redescubrirlo, paso a paso.
En nuestra praxis hacemos entrenamientos para lograr grandes triunfos , superar pruebas y exámenes…
Un saludo
Para desatar ese nudo, te invito a realizar una tarea sencilla pero poderosa: la próxima vez que vayas a la pista, no corras de inmediato. Camina lentamente los primeros 100 metros, sintiendo el suelo bajo tus pies, notando el aire que entra y sale de tus pulmones, como si estuvieras saludando a un viejo amigo. Luego, si tu cuerpo lo pide, trota suavemente, pero solo con la intención de descubrir cómo se siente moverte sin juzgarte. Esta tarea no busca que "venzas" la carrera, sino que permitas que tu inconsciente reaprenda a disfrutar el movimiento. Erickson diría que no necesitas forzar el cambio; tu mente ya sabe cómo fluir, como un río que encuentra su camino entre las rocas sin esfuerzo. Si el pánico aparece, dale la bienvenida como un guía y sigue moviéndote, confiando en que se desvanecerá al no resistirlo.
Además, te propongo una visualización para conectar con tus recursos internos. Cierra los ojos y recuerda un momento en tu vida en el que te sentiste fuerte, libre o en paz, tal vez jugando, trabajando o superando un reto. Siente esa energía en tu cuerpo: ¿dónde la notas? ¿En el pecho, en las piernas? Ahora, imagina que llevas esa sensación a la pista, como si fuera una luz que te acompaña en cada paso. Visualízate corriendo los 1500 metros, no con esfuerzo, sino con la calma de quien camina por un sendero conocido. Te sugiero que uses esta imagen para anclar tu confianza, dejando que tu inconsciente asocie la carrera con esa fuerza natural que ya tienes. Practica esta visualización cada noche antes de dormir, permitiendo que tu mente reescriba la historia de la carrera.
Finalmente, redefine el significado de la prueba. En lugar de verla como un obstáculo, imagina que los 1500 metros son un viaje para descubrir cuánto puedes disfrutar siendo tú mismo en movimiento. Te recuerdo que no necesitas "controlar" el pánico, sino dejar que tu cuerpo y mente encuentren su ritmo juntos. Corre los primeros 400 metros con la intención de explorar, no de triunfar. Si terminas agotado o ansioso, está bien; cada paso es una lección que tu inconsciente está aprendiendo. Con el tiempo, notarás que la pista se convierte en un lugar de curiosidad, no de miedo. Confía en que ya tienes todo lo necesario para fluir; solo necesitas darte permiso para redescubrirlo, paso a paso.
En nuestra praxis hacemos entrenamientos para lograr grandes triunfos , superar pruebas y exámenes…
Un saludo

Lo que estás viviendo es una reacción muy comprensible ante la presión y el desgaste emocional acumulado tras tanto tiempo de entrenamiento. Es probable que, debido al esfuerzo intenso y a las expectativas que te has puesto, tu mente haya empezado a asociar la carrera de 1500 metros no solo con una prueba física, sino con un peligro o amenaza. Como resultado, tu sistema nervioso activa una respuesta de alerta cada vez que piensas en correr, lo que provoca síntomas como el aumento de pulsaciones, el bloqueo físico o incluso el pánico. Esta reacción no tiene que ver con tu capacidad real, sino con el miedo anticipado que ha ganado espacio en tu percepción.
Para poder controlar esta ansiedad, es fundamental que, en primer lugar, trabajes en reducir esa respuesta de amenaza. Puedes hacerlo a través de la respiración profunda y controlada (inhalando en 4 segundos y exhalando en 6-8), que ayuda a tu sistema nervioso a desactivar el estado de alerta. Además, es útil que practiques visualizaciones positivas, en las que imagines la carrera desde una sensación de calma y control. Esto entrena a tu mente a percibir la prueba de forma diferente. Por otro lado, es recomendable que te expongas progresivamente a la carrera sin la presión del resultado, es decir, realiza sesiones en las que corras sin objetivo de tiempo, solo para recuperar el disfrute y la conexión con tu cuerpo.
Asimismo, es importante que prestes atención a tus pensamientos automáticos. Muchas veces nos decimos frases como “no puedo” o “voy a fallar” sin darnos cuenta del impacto que tienen. Sustituirlas por pensamientos más realistas como “voy a correr como entreno” o “voy a hacer lo mejor que pueda” puede marcar la diferencia. Finalmente, replantear tu enfoque mental también es clave: en lugar de centrarte únicamente en no fallar o en lograr el objetivo, intenta enfocarte en correr con presencia, sintiendo el ritmo, la respiración y el cuerpo como parte del proceso.
En resumen, tu dificultad actual no significa que no estés preparado, sino que tu mente necesita reconectar con el propósito de lo que haces desde una perspectiva más serena. Si ves que este bloqueo persiste, sería muy útil contar con el acompañamiento de un psicólogo deportivo, que te brinde herramientas específicas para recuperar tu confianza y regular la ansiedad. Con el enfoque adecuado, puedes volver a disfrutar del entrenamiento y enfrentar la carrera sin ese peso emocional que ahora te limita. Espero que te sirva, un saludo.
Para poder controlar esta ansiedad, es fundamental que, en primer lugar, trabajes en reducir esa respuesta de amenaza. Puedes hacerlo a través de la respiración profunda y controlada (inhalando en 4 segundos y exhalando en 6-8), que ayuda a tu sistema nervioso a desactivar el estado de alerta. Además, es útil que practiques visualizaciones positivas, en las que imagines la carrera desde una sensación de calma y control. Esto entrena a tu mente a percibir la prueba de forma diferente. Por otro lado, es recomendable que te expongas progresivamente a la carrera sin la presión del resultado, es decir, realiza sesiones en las que corras sin objetivo de tiempo, solo para recuperar el disfrute y la conexión con tu cuerpo.
Asimismo, es importante que prestes atención a tus pensamientos automáticos. Muchas veces nos decimos frases como “no puedo” o “voy a fallar” sin darnos cuenta del impacto que tienen. Sustituirlas por pensamientos más realistas como “voy a correr como entreno” o “voy a hacer lo mejor que pueda” puede marcar la diferencia. Finalmente, replantear tu enfoque mental también es clave: en lugar de centrarte únicamente en no fallar o en lograr el objetivo, intenta enfocarte en correr con presencia, sintiendo el ritmo, la respiración y el cuerpo como parte del proceso.
En resumen, tu dificultad actual no significa que no estés preparado, sino que tu mente necesita reconectar con el propósito de lo que haces desde una perspectiva más serena. Si ves que este bloqueo persiste, sería muy útil contar con el acompañamiento de un psicólogo deportivo, que te brinde herramientas específicas para recuperar tu confianza y regular la ansiedad. Con el enfoque adecuado, puedes volver a disfrutar del entrenamiento y enfrentar la carrera sin ese peso emocional que ahora te limita. Espero que te sirva, un saludo.
Expertos






Preguntas relacionadas
- Hola estoy tomando amitriptilina por la noche y lorazepam en el día hay días que me siento más o menos bien pero hay días que me siento muy mal mi pregunta es si estos dos medicamentos pueden interferir el uno con el otro. Apenas tengo 2 semanas tomándolos?
- Estoy llegando a un límite con mi madre No soporto que todo el tiempo me esté reprochando por la limpieza de casa, es evidente que tiene una manía por eso, y por más que quiera ayudarla en casa no puedo porque le parece mal, se queja constantemente de que no hago nada, cuando siempre voy a trabajar,…
- Hola, desde que deje de trabajar en diciembre del 2024 empecé con mareos y dolor de cabeza. Fui a urgencias y me dijeron que no era nada grave pero que seguramente será por estrés y ansiedad. Han pasado 5 meses y todavía sigo con los mismos síntomas y con dolores de espalda y cansancio y con la vista…
- Hola, buenas noches, yo quería preguntar Cómo es posible sentir ansiedad ante el orden y la disciplina? Es decir, el orden y la disciplina, la programación para estudiar, me generan ansiedad más que si estudio sin metas, por libre, sin exámenes. Y así con cualquier actividad que quiera realizar Gracias un…
- Últimamente tengo nerviosismo, ansiedad, estrés, ganas de llora, como sensación de mareos e insomnio y no se porque
- Tengo sobrepeso y no puedo dejar de comer cosas dulces, que puedo hacer?
- tomo venlafaxina de 150 mg llevo unas semanas sin tomarlo y siento como escalofrios sudoraciones veo oscuro y tiemblo demasiado
- Hola me mandaron zinosal para la depresión y ansiedad , pero no logro dormir anoche tome mitazapina 15mg es compatible? El zinosal es un buen farrmaco para la depresión y ansiedad ? Ya que veo que no es muy frecuente que lo manden , lo tomo en la mañana y en noche junto a 10mg de diazepam...pero no logro…
- Hola, tomaba escitalopram 10 mg y me aumentaron de a 1/4 por semana. Eso implica q voy a tener efectos secundarios como cuando empecé? Me genera miedo esos efectos, sobre todo el nerviosismo o la ansiedad Gracias
- Buenos días,he tomado trankimazin ésta mañana y,me noto con sueño.. Cuanto tiempo tarda en pasarse ése efecto por favor?
¿Quieres enviar tu pregunta?
Nuestros expertos han respondido 892 preguntas sobre Trastorno de ansiedad
¿Tu caso es similar? Estos profesionales pueden ayudarte:
Todos los contenidos publicados en Doctoralia, especialmente preguntas y respuestas, son de carácter informativo y en ningún caso deben considerarse un sustituto de un asesoramiento médico.