Mi hija tiene 15 años, y es manipulada por una chica-chico y mantienen una relación de novias amigas

Buenas, lo primero de todo decirte que es normal que estés preocupada por la situación que está viviendo tu hija, y es natural que desees apoyarla en este proceso tan complejo de autodescubrimiento y de interacción con su entorno.

Es completamente normal que a los 15 años tu hija esté explorando su identidad y sus relaciones afectivas. La adolescencia es una etapa de cambios, tanto emocionales como psicológicos, y muchos jóvenes experimentan incertidumbre sobre su orientación sexual. Esto es una parte normal del proceso de autodescubrimiento.

Lo más valioso que puedes hacer es ofrecerle un espacio seguro y libre de juicios, donde pueda hablar sobre sus experiencias y sus emociones. Lo más importante es que tu hija se sienta respetada en su proceso de autoconocimiento, sin importar el tiempo que le tome entender su identidad y sus deseos. Acompañarla con paciencia, empatía y sin juicio le brindará un entorno adecuado para crecer y desarrollarse de manera saludable.

Espero haber podido ayudarte con tu sonsult, quedo a tu disposición si necesitarás cualquier cosa. Un saludo.

Buenos días! Como madre o padre, entiendo tu malestar al ver que tu hija puede estar siendo manipulada... Si tu hija tiene dudas, no está cómoda en esa relación y no sabe cómo manejarla, un acompañamiento psicoterapéutico puede ayudarla a ganar autoestima, confianza en sí misma... Al ser menor de edad, lo ideal sería que pudierais hacer terapia familiar, para que vuestra relación ganara calidad. Mejorar la manera de comunicarnos y relacionarnos con nuestros hij@s adolescentes les hace ganar seguridad.

Desde mi perspectiva, es fundamental abordar la situación de tu hija de manera estructurada, ayudándola a identificar sus pensamientos, emociones y conductas para que pueda tomar decisiones más conscientes y saludables. En este proceso, es clave escucharla sin juzgarla y fomentar un espacio seguro donde pueda expresar cómo se siente en su relación y consigo misma. Preguntas como “¿Cómo te sientes en esta relación?” o “¿Qué piensas de ti misma en este contexto?” pueden ayudarla a reflexionar sobre su experiencia y a identificar si hay pensamientos automáticos negativos que estén influyendo en su forma de actuar.
Una vez que los pensamientos han sido identificados, el siguiente paso es cuestionarlos y ayudarlos a replantearlos si son distorsionados. Por ejemplo, si tu hija expresa algo como “Siento que no soy suficiente sin esta relación”, podrías apoyarla a cuestionar esa creencia con preguntas como “¿Qué evidencia tienes de que eso sea cierto?” o “¿Qué otras cosas valiosas tienes en tu vida además de esta relación?”. Este tipo de diálogo fomenta una visión más equilibrada y realista de la situación, promoviendo su autoestima e independencia emocional.
Creo que importante también que aprenda a reconocer las características de una relación saludable y a desarrollar habilidades de comunicación asertiva. Desde desde nuestro enfoque se trabaja con estrategias que le permitan expresar sus necesidades y establecer límites de manera respetuosa, pero firme. Si se percibe manipulación en la relación, se puede enseñarle a decir cosas como: “Esto no me hace sentir bien, me gustaría que lo habláramos” o “Necesito tiempo para reflexionar sobre lo que quiero”. Este aprendizaje no solo fortalecerá su relación actual, sino que será útil para sus vínculos futuros.
Además, se recomienda trabajar en el fortalecimiento de su identidad personal, ya que en la adolescencia es común explorar diferentes aspectos de quiénes somos, incluyendo la orientación sexual. Motívala a reflexionar sobre sus intereses, valores y metas personales fuera de esta relación, ayudándola a construir una identidad más sólida e independiente. Esto se puede lograr mediante actividades que refuercen su autoestima, como participar en pasatiempos que le gusten, establecer metas personales o conectarse con amigos que la hagan sentir apoyada.
Por último, considero que esta situación está generando estrés significativo o afectando su bienestar, buscar el apoyo de un terapeuta especializado en adolescentes sería de gran ayuda. Además, un terapeuta también puede brindarte herramientas a ti como madre para acompañarla de manera efectiva en este proceso.
Un saludo Ramiro

Buenas tardes, sería necesario establecer un buen vínculo con tu hija, que sienta confianza y que no va a ser juzgada a la hora de expresarse respecto a su relación. Las personas, cuando creen que les van a juzgar o les van a intentar condicionar tienden a reaccionar evitando compartir su intimidad. Por tanto, lo primero que habría que garantizar es que se sienta respetada. Una vez que se ha creado un buen vínculo, habría que conocer bien cómo es tu hija, sus gustos, cómo ha ido evolucionando su sexualidad, cómo está siendo la relación... una serie de cuestiones que permitan conocerla mejor y apoyarla.
SI necesitáis ayuda en este proceso para daros seguridad podéis pedir ayuda de un profesional de la psicología. Te invito a visitar mi perfil si quieres conocerme mejor, y reservar una cita.

Imagino la preocupación que debes de estar sintiendo como madre y el miedo a que puedan estar aprovechándose de tu hija.
Ojalá fuera tan fácil ofrecer consejos pero la terapia no consiste en eso. Te recomiendo buscar el apoyo de un experto en psicología infantojuvenil para que pueda valorar la situación y generar un plan de intervención. Un saludo

Entiendo que como madre, te preocupe profundamente el bienestar de tu hija y cómo se está desarrollando en esta etapa tan crucial de su vida. Es evidente que quieres lo mejor para ella y que estás buscando la manera más adecuada de acompañarla y orientarla en un momento que puede ser complejo para ambas.

Primero, quiero invitarte a mirar esta situación desde un lugar de calma y curiosidad. La adolescencia es un período de exploración e identidad, donde los jóvenes suelen experimentar, cuestionar y definir diferentes aspectos de sí mismos, incluida su orientación sexual. Esto no significa que tu hija esté confundida o perdida, sino que está en el proceso natural de descubrir quién es y cómo quiere relacionarse con los demás.

En cuanto a la relación con esta amiga o pareja, más allá de las etiquetas, es importante que tu hija sienta que puede hablar contigo sin miedo al juicio. A veces, el simple hecho de saber que tiene un espacio seguro para expresar lo que siente puede ser la clave para que se abra y comparta sus pensamientos y emociones. Puedes preguntarle con suavidad y empatía cómo se siente en esta relación, qué le aporta y cómo vive esta etapa de su vida. Estas conversaciones no tienen que ser intensas ni largas; muchas veces, pequeños momentos de conexión y escucha valen más que cualquier consejo.

Sobre la preocupación de que tu hija sea manipulada, es fundamental distinguir entre tu percepción y lo que ella está experimentando. Puedes invitarla a reflexionar sobre sus relaciones y cómo la hacen sentir. Por ejemplo, podrías decirle algo como: "Quiero asegurarme de que en todas tus amistades o relaciones te sientas respetada y valorada. Si alguna vez sientes que algo no está bien, estoy aquí para escucharte sin juzgarte". Este enfoque le permite sentirse apoyada sin que tú invalides su relación.

Recuerda también que tu hija tiene la capacidad de aprender de sus experiencias. Incluso si sientes que esta relación no es ideal, resistir la tentación de intervenir directamente puede ser más beneficioso a largo plazo. Tu papel puede ser el de una guía tranquila y presente, ayudándola a construir herramientas para evaluar por sí misma lo que es saludable y lo que no.

Por último, cuando se trata de orientación sexual, es importante que tu hija sienta que tiene la libertad de explorar y definir quién es, a su propio ritmo. Las etiquetas no son necesarias ni definitivas; lo que importa es que ella se sienta cómoda siendo ella misma. Puedes reforzar esto con frases como: "No tienes que tener todo claro ahora; lo importante es que seas honesta contigo misma y que te rodees de personas que te respeten y te valoren tal como eres".

Estás en una posición maravillosa para ser un modelo de amor incondicional y apoyo. Confía en que tu hija tiene en ti una base sólida para construir su identidad y, al mismo tiempo, permítele el espacio para explorar, equivocarse y crecer. Si en algún momento sientes que necesitas más orientación sobre cómo manejar esta situación, un terapeuta familiar podría ser un gran recurso para ti y para tu hija. Esto no solo refuerza tu relación con ella, sino que también le muestra que buscar ayuda es una fortaleza, no una debilidad.

Que bueno que puedas comunicar esto, ya que con los profesionales de la salud adecuados se puede identificar primeramente tu preocupación y el porque esa preocupación te esta afectando, la adolescencia al igual que la familia es el lugar en donde nos desarrollamos en el seno de la familia y como sociedad, que tu hija mantenga una relación homosexual con una persona de su mismo sexo, no implica que ella no tenga definida su orientación sexual o sus gustos, es cierto que se esta desarrollando su sexualidad y el conocimiento de su entorno no implica que sea negativo y su tu como madre e has dado las herramientas adecuadas para su felicidad y en esa persona la encuentra, pues apóyala y ven a terapia con el fin de ayudarte a modular junto con ella la importancia de ser un núcleo familiar fuerte y estable.
Un gran saludo y no estas sola.

Hola: Entiendo que esta situación puede generar inquietud y muchas preguntas. Es importante abordar el tema con calma y empatía. Escucha a tu hija sin juzgarla, creando un espacio seguro donde pueda expresarse libremente. Explícale que está bien no tener todo definido a su edad y que es normal explorar y aprender sobre sí misma. Ayúdala a reflexionar sobre sus emociones y decisiones, fomentando su autonomía. Si sientes que la relación es manipuladora, enfócate en fortalecer su autoestima y habilidades para poner límites. Si lo consideras necesario, busca el apoyo de un profesional para guiarte en este proceso.
Recibe un cordial saludo,
Yolanda

¡Buenos días! Te aconsejo que la escuches y apoyes en este camino de la adolescencia que esta transitando, si no sabes como afrontar dicha situación, siempre puedes contar con la ayuda psicológica. Muchas gracias y un saludo.

Es normal que a los 15 años tu hija explore su identidad y relaciones. Enfócate en fomentar una comunicación abierta y respetuosa, preguntándole cómo se siente en su relación y si está cómoda siendo ella misma. Habla sobre relaciones saludables, autonomía y límites personales, ayudándola a reflexionar sin imponer juicios. Reafirma que es natural no tener definiciones claras aún y que siempre tendrá tu apoyo incondicional. Si percibes influencias manipuladoras, ayúdala a desarrollar pensamiento crítico con preguntas reflexivas. Monitorea sin invadir su privacidad y, si es necesario, considera apoyarla con recursos o un terapeuta especializado. Tu rol principal es guiarla y apoyarla con amor y comprensión.

El hecho de que estés reflexionando sobre cómo apoyar a tu hija en este momento demuestra lo importante que es para ti su bienestar. A los 15 años, es natural que esté explorando quién es y qué desea, tanto en su orientación como en sus relaciones. Estas experiencias, sean buenas o malas, forman parte de su aprendizaje y la ayudarán a definir lo que realmente le hace bien.

Es importante recordar que su orientación no puede definirse desde fuera ni por lo que tú le digas como madre. Será a través de sus propias vivencias, de lo que siente en estas relaciones, que podrá entenderse mejor. Incluso si esta relación tiene aspectos que no son positivos, eso también puede ser una lección valiosa para ella.

Tu rol como madre puede ser acompañarla desde la escucha y el apoyo, dejando claro que estás ahí para ella sin juzgar lo que está experimentando. Esto no significa que tengas que estar de acuerdo con todo, pero sí que puedes ser un punto seguro al que acudir, sobre todo si las cosas no salen como espera.

La adolescencia es una etapa complicada tanto para los hijos como para los padres. Es un equilibrio entre permitirles la independencia necesaria para que crezcan y estar presentes para guiarles si lo necesitan. Si sientes que esta situación te genera muchas dudas, quizá compartir tus preocupaciones con ella de manera abierta y desde el cariño podría abrir un espacio para entenderla mejor. El hecho de que estés buscando cómo ayudar ya dice mucho sobre lo comprometida que estás con su bienestar.

Hola, gracias por compartir tu preocupación. Es normal que sientas inquietud cuando percibes que tu hija podría estar siendo influenciada por otra persona en un momento en que aún está explorando su propia identidad y orientación.

En esta etapa de la adolescencia, lo más importante es ofrecer un espacio de escucha, confianza y acompañamiento, donde tu hija pueda expresar lo que siente sin sentirse juzgada. Evitar etiquetas o presiones externas y enfocarse en cómo se siente ella con sus amistades y relaciones ayudará a que tome decisiones más libres y seguras.

También puede ser útil conversar con ella sobre relaciones saludables, límites personales y la importancia de no dejarse manipular por nadie, sin centrar la conversación en la orientación sexual de la otra persona. Si lo necesitas, un psicólogo experto en adolescencia puede acompañarte a ti y a tu hija para fortalecer la comunicación y apoyarla en su proceso de autoconocimiento de manera segura.

Un abrazo,

Elbire Arana
Psicóloga General Sanitaria
Colegiada M-42807