Hola, hace unos días leí un insulto q para mí es fuerte y creo q mi mente lo tomó de miedo porque ah
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Hola, hace unos días leí un insulto q para mí es fuerte y creo q mi mente lo tomó de miedo porque ahora está constante en mi mente la misma se repite inconscientemente y me causa temor y me es fastidioso porque yo no hablo lisuras y al tenerlo constante me causa ansiedad . intenté sustituir por otra en positivo pero es en vano. Porfavor Habrá alguna técnica para menguarlo?

Una invitación a responder de manera diferente
Te invito a probar algo distinto: dejar de luchar con el pensamiento y, en cambio, cambiar cómo te relacionas con él.
Reconoce lo que está ocurriendo: Puedes decirte algo como: "Ah, aquí está ese pensamiento otra vez. Mi mente está haciendo su trabajo de repetirlo porque lo percibe como algo importante."
Dale espacio al pensamiento: En lugar de intentar sustituirlo o hacerlo desaparecer, intenta observarlo como si estuvieras viendo pasar una nube en el cielo o una ola en el mar. Puedes decirte: "Ah, ahí está ese insulto. Es sólo un pensamiento, no más, no menos."
Practica la "desfusión": En lugar de verte atrapado en el contenido del pensamiento (por ejemplo, en lo que significa o cómo te define), prueba a crear distancia. Una técnica es decir: "Estoy notando que mi mente me está diciendo X." Esto puede ayudarte a ver el pensamiento como algo separado de ti, en lugar de algo que tienes que resolver o controlar.
Conecta con lo que realmente importa: Pregúntate: "Si no estuviera tan atrapado en este pensamiento, ¿qué me gustaría hacer con mi tiempo y energía? ¿Qué es importante para mí ahora mismo?" Luego, intenta redirigir tu atención hacia esas acciones o valores.
Hazle espacio al malestar: Sé compasivo contigo mismo si la ansiedad aparece cuando el pensamiento vuelve. Es como aprender a convivir con un ruido de fondo: puede que no desaparezca de inmediato, pero con el tiempo, al dejar de resistirte, el ruido pierde fuerza.
Si esto sigue siendo difícil de manejar, trabajar juntos en terapia puede ayudarte a relacionarte de forma más saludable con estos pensamientos y recuperar bienestar. Agenda una sesión conmigo, y exploraremos cómo hacerlo paso a paso.
Te invito a probar algo distinto: dejar de luchar con el pensamiento y, en cambio, cambiar cómo te relacionas con él.
Reconoce lo que está ocurriendo: Puedes decirte algo como: "Ah, aquí está ese pensamiento otra vez. Mi mente está haciendo su trabajo de repetirlo porque lo percibe como algo importante."
Dale espacio al pensamiento: En lugar de intentar sustituirlo o hacerlo desaparecer, intenta observarlo como si estuvieras viendo pasar una nube en el cielo o una ola en el mar. Puedes decirte: "Ah, ahí está ese insulto. Es sólo un pensamiento, no más, no menos."
Practica la "desfusión": En lugar de verte atrapado en el contenido del pensamiento (por ejemplo, en lo que significa o cómo te define), prueba a crear distancia. Una técnica es decir: "Estoy notando que mi mente me está diciendo X." Esto puede ayudarte a ver el pensamiento como algo separado de ti, en lugar de algo que tienes que resolver o controlar.
Conecta con lo que realmente importa: Pregúntate: "Si no estuviera tan atrapado en este pensamiento, ¿qué me gustaría hacer con mi tiempo y energía? ¿Qué es importante para mí ahora mismo?" Luego, intenta redirigir tu atención hacia esas acciones o valores.
Hazle espacio al malestar: Sé compasivo contigo mismo si la ansiedad aparece cuando el pensamiento vuelve. Es como aprender a convivir con un ruido de fondo: puede que no desaparezca de inmediato, pero con el tiempo, al dejar de resistirte, el ruido pierde fuerza.
Si esto sigue siendo difícil de manejar, trabajar juntos en terapia puede ayudarte a relacionarte de forma más saludable con estos pensamientos y recuperar bienestar. Agenda una sesión conmigo, y exploraremos cómo hacerlo paso a paso.

Hola.
Lo que describes es un pensamiento obsesivo, un fenómeno común cuando un estímulo, como una palabra o frase desagradable, se instala en nuestra mente y genera malestar. En terapia breve estratégica, existen técnicas específicas para manejar este tipo de situaciones.
Técnica del "Control a través de la exposición":
Una técnica útil es dejar de luchar contra el pensamiento y exponerte a él deliberadamente. Este enfoque está diseñado para "desarmar" la obsesión, ya que tratar de evitar el pensamiento puede reforzarlo.
Programa tu pensamiento: Dedica 10 minutos al día exclusivamente para pensar en esa palabra de forma intencional. Hazlo en un momento y lugar específicos. Incluso puedes repetirla en voz alta o escribirla durante esos minutos. Esto ayuda a que el pensamiento pierda su carga emocional al dejar de considerarlo intrusivo.
Fuera de ese tiempo, detén el pensamiento: Cuando surja fuera del tiempo designado, dite a ti mismo con calma: "Esto lo pienso más tarde, ahora no es el momento".
Lo que describes es un pensamiento obsesivo, un fenómeno común cuando un estímulo, como una palabra o frase desagradable, se instala en nuestra mente y genera malestar. En terapia breve estratégica, existen técnicas específicas para manejar este tipo de situaciones.
Técnica del "Control a través de la exposición":
Una técnica útil es dejar de luchar contra el pensamiento y exponerte a él deliberadamente. Este enfoque está diseñado para "desarmar" la obsesión, ya que tratar de evitar el pensamiento puede reforzarlo.
Programa tu pensamiento: Dedica 10 minutos al día exclusivamente para pensar en esa palabra de forma intencional. Hazlo en un momento y lugar específicos. Incluso puedes repetirla en voz alta o escribirla durante esos minutos. Esto ayuda a que el pensamiento pierda su carga emocional al dejar de considerarlo intrusivo.
Fuera de ese tiempo, detén el pensamiento: Cuando surja fuera del tiempo designado, dite a ti mismo con calma: "Esto lo pienso más tarde, ahora no es el momento".

Buenas tardes. ¿Te ha pasado algo parecido en otras ocasiones o es la primera vez? parece tratarse de un pensamiento rumiativo, habría que abordar en psicoterapia la parte obsesiva, de "engancharte" con una idea y no soltarla, así como las consecuencias que pienses que pueden pasar por pensarlo.

Buenos días.
El EMDR está recomendado para este caso. Está muy bien lo de cambiarlo en positivo pero ese pensamiento y emoción se asociaron y hay que darle salida.
Un saludo
Ánimo
El EMDR está recomendado para este caso. Está muy bien lo de cambiarlo en positivo pero ese pensamiento y emoción se asociaron y hay que darle salida.
Un saludo
Ánimo

Seguramente este interfiriendo tanto, debido a quien te lo ha dicho y habría que trabajar los ponsamientos y expectativas que tienes de esa persona.

Hola, buenos días. Me ha gustado mucho como ha expresado el malestar que siente "un insulto que para mí es fuerte". Cuando sentimos que algo nos está afectando de una manera importante, para mí se vuelve necesario el parar y reflexionar. En este caso, yo me preguntaría ¿Desde cuándo este insulto es tan fuerte para mí? ¿Alguien me insultó de esta manera en mi pasado? ¿Por qué creo que me afecta tanto? Y si veo que, el hecho de hacerme estas preguntas me produce más malestar, acudiría a un profesional de la psicología experto en trauma, ya que quizá, pueda haber alguna herida del pasado por solucionar.
También habría que considerar si, he observado que soy una persona que tiene tendencia a pensar mucho las cosas y a "darle vueltas a la cabeza".
Sea como fuere, la autoindagación y el conocimiento de uno mismo/a, es un camino muy interesante hacia el bienestar personal.
Espero haberle podido ayudar. Un abarazo.
También habría que considerar si, he observado que soy una persona que tiene tendencia a pensar mucho las cosas y a "darle vueltas a la cabeza".
Sea como fuere, la autoindagación y el conocimiento de uno mismo/a, es un camino muy interesante hacia el bienestar personal.
Espero haberle podido ayudar. Un abarazo.

Entiendo lo molesto que puede ser tener un pensamiento recurrente que cause ansiedad. Los pensamientos intrusivos a veces surgen de forma involuntaria, y aunque intentar evitarlos puede intensificarlos, hay maneras de manejarlos. Una opción es aceptar el pensamiento cuando llegue, reconociéndolo como algo temporal y sin darle más poder. Pero para que pueda evaluarse y aportarte técnicas más específicas para tu caso es mejor que acudas a un profesional de la salud mental, el cual te dará las herramientas y te guiará en el proceso. Un abrazo

Entiendo lo incómodo y frustrante que puede ser experimentar este tipo de pensamientos intrusivos. Es importante saber que este fenómeno es común y, aunque pueda causar ansiedad, no significa que haya algo "malo" en ti o en tu mente. Veamos algunas estrategias que pueden ayudarte a gestionarlo:
1. Acepta el pensamiento sin luchar contra él
Cuanto más intentas evitar o suprimir un pensamiento, más fuerte puede volverse. Es como intentar no pensar en un elefante rosa: al esforzarte por no hacerlo, inevitablemente ocupa tu mente. En lugar de resistirte al pensamiento, prueba algo como:
Reconócelo: “Es solo un pensamiento. No me define ni refleja quién soy”.
Observa el pensamiento con curiosidad, sin juzgarte: “Aquí está otra vez ese insulto. Mi mente lo ha generado, pero no tengo que actuar sobre él”.
2. Despersonaliza el pensamiento
Recuerda que tú no eres tus pensamientos. Tu mente genera ideas automáticamente todo el tiempo, muchas de las cuales no tienen relevancia ni significado. Puedes practicar decir algo como:
“Este es un producto de mi mente, no es una verdad ni algo que yo haya elegido conscientemente”.
Incluso puedes imaginar el pensamiento como algo ajeno a ti, como si fuera una hoja que flota río abajo o un anuncio en una pantalla, dejando que pase sin engancharte.
3. Practica la técnica de exposición
A veces, enfrentarte al pensamiento en lugar de evitarlo puede reducir su poder. Por ejemplo:
Dedica 5 minutos a repetir conscientemente el insulto en tu mente, sin tratar de evitarlo. Esto puede parecer paradójico, pero reduce la ansiedad asociada al pensamiento porque le quita su "peso emocional".
Una vez terminados esos 5 minutos, detente y continúa con tu día.
4. Redirige tu atención conscientemente
Aunque sustituir el pensamiento por otro positivo no te ha funcionado, puedes probar actividades que demanden tu atención plena, como:
Hacer ejercicio, pintar, cocinar o escuchar música.
Practicar mindfulness, concentrándote en tu respiración o en las sensaciones de tu cuerpo en el momento presente.
Cuando la mente esté ocupada en algo que disfrutes, es menos probable que los pensamientos intrusivos dominen tu atención.
5. Cuida el lenguaje interno
Si te castigas por tener este pensamiento, aumentará tu ansiedad. En lugar de decirte “¡No quiero pensar esto!”, intenta frases más amables como:
“Es un pensamiento incómodo, pero pasará como todo lo demás”.
Hablarte con compasión es clave para reducir la carga emocional asociada al pensamiento.
6. Si persiste, busca apoyo
Si notas que este pensamiento te afecta significativamente en tu vida diaria o que tu ansiedad aumenta, hablar con un psicólogo puede ayudarte a manejar mejor los pensamientos intrusivos. Técnicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia de aceptación y compromiso (ACT) son muy efectivas en estos casos.
Con paciencia y práctica, estos pensamientos pueden perder su intensidad y frecuencia. Recuerda: tú no eres el insulto ni el pensamiento que aparece. Eres mucho más que eso. Si necesitas apoyo adicional, estoy aquí para ayudarte.
1. Acepta el pensamiento sin luchar contra él
Cuanto más intentas evitar o suprimir un pensamiento, más fuerte puede volverse. Es como intentar no pensar en un elefante rosa: al esforzarte por no hacerlo, inevitablemente ocupa tu mente. En lugar de resistirte al pensamiento, prueba algo como:
Reconócelo: “Es solo un pensamiento. No me define ni refleja quién soy”.
Observa el pensamiento con curiosidad, sin juzgarte: “Aquí está otra vez ese insulto. Mi mente lo ha generado, pero no tengo que actuar sobre él”.
2. Despersonaliza el pensamiento
Recuerda que tú no eres tus pensamientos. Tu mente genera ideas automáticamente todo el tiempo, muchas de las cuales no tienen relevancia ni significado. Puedes practicar decir algo como:
“Este es un producto de mi mente, no es una verdad ni algo que yo haya elegido conscientemente”.
Incluso puedes imaginar el pensamiento como algo ajeno a ti, como si fuera una hoja que flota río abajo o un anuncio en una pantalla, dejando que pase sin engancharte.
3. Practica la técnica de exposición
A veces, enfrentarte al pensamiento en lugar de evitarlo puede reducir su poder. Por ejemplo:
Dedica 5 minutos a repetir conscientemente el insulto en tu mente, sin tratar de evitarlo. Esto puede parecer paradójico, pero reduce la ansiedad asociada al pensamiento porque le quita su "peso emocional".
Una vez terminados esos 5 minutos, detente y continúa con tu día.
4. Redirige tu atención conscientemente
Aunque sustituir el pensamiento por otro positivo no te ha funcionado, puedes probar actividades que demanden tu atención plena, como:
Hacer ejercicio, pintar, cocinar o escuchar música.
Practicar mindfulness, concentrándote en tu respiración o en las sensaciones de tu cuerpo en el momento presente.
Cuando la mente esté ocupada en algo que disfrutes, es menos probable que los pensamientos intrusivos dominen tu atención.
5. Cuida el lenguaje interno
Si te castigas por tener este pensamiento, aumentará tu ansiedad. En lugar de decirte “¡No quiero pensar esto!”, intenta frases más amables como:
“Es un pensamiento incómodo, pero pasará como todo lo demás”.
Hablarte con compasión es clave para reducir la carga emocional asociada al pensamiento.
6. Si persiste, busca apoyo
Si notas que este pensamiento te afecta significativamente en tu vida diaria o que tu ansiedad aumenta, hablar con un psicólogo puede ayudarte a manejar mejor los pensamientos intrusivos. Técnicas como la terapia cognitivo-conductual (TCC) o la terapia de aceptación y compromiso (ACT) son muy efectivas en estos casos.
Con paciencia y práctica, estos pensamientos pueden perder su intensidad y frecuencia. Recuerda: tú no eres el insulto ni el pensamiento que aparece. Eres mucho más que eso. Si necesitas apoyo adicional, estoy aquí para ayudarte.

Lo que describes es un pensamiento intrusivo, un fenómeno común cuando la mente toma algo que te genera miedo o rechazo y lo repite de manera automática. Estos pensamientos no reflejan quién eres ni lo que realmente piensas, pero al intentar evitarlos o luchar contra ellos, lo que haces es darles más fuerza. La clave para manejarlos es no resistirse. Acepta que el pensamiento está ahí, obsérvalo sin juzgar y recuérdate que no tiene poder sobre ti. Un buen ejercicio es externalizar ese pensamiento, imaginarlo como si fuera una tercera persona que intenta molestarte y responderle con humor o indiferencia: "Ah, ¿otra vez tú? Qué aburrido eres". Este tipo de diálogo ayuda a desdramatizarlo y restarle peso emocional. Otra técnica efectiva es la ley de sustitución: en lugar de intentar eliminar el pensamiento, redirige tu mente hacia algo que te motive o te emocione, como un proyecto o una meta personal. Cada vez que aparezca el insulto, enfócate en ese pensamiento positivo. Además, practicar la meditación te ayudará a observar tus pensamientos sin aferrarte a ellos, aprendiendo a dejarlos ir como si fueran nubes que pasan. Por último, recompénsate cada vez que logres desviar tu atención del pensamiento intrusivo, reconociendo tu esfuerzo para reforzar esa conducta. Lo más importante es que recuerdes que estos pensamientos no definen quién eres, y con práctica, lograrás que pierdan su fuerza.

Gracias por compartir cómo te sientes. Lo primero que quiero decirte es que no estás solo en esto; muchas personas experimentan pensamientos que se repiten y resultan incómodos. Lo importante es que busques entenderlos sin juzgarte.
Es normal que al intentar evitar o sustituir un pensamiento, este vuelva con más fuerza. En lugar de luchar contra él, puede ayudarte observarlo como si fuera una nube que pasa o una película que ves desde afuera, sin tratar de cambiarlo. Recuerda: un pensamiento no define quién eres ni tiene poder sobre ti, a menos que tú se lo des. Cuando aparezca, trata de verlo como algo que tu mente hace, no como algo que necesitas cambiar.
Es normal que al intentar evitar o sustituir un pensamiento, este vuelva con más fuerza. En lugar de luchar contra él, puede ayudarte observarlo como si fuera una nube que pasa o una película que ves desde afuera, sin tratar de cambiarlo. Recuerda: un pensamiento no define quién eres ni tiene poder sobre ti, a menos que tú se lo des. Cuando aparezca, trata de verlo como algo que tu mente hace, no como algo que necesitas cambiar.

Lo que describes parece ser un pensamiento intrusivo, que ocurre cuando una idea, palabra o imagen no deseada se repite en tu mente. Es común que estos pensamientos generen ansiedad, especialmente si son contrarios a tus valores o creencias. A continuación, te comparto algunas técnicas que pueden ayudarte:
1. Acepta el pensamiento sin juzgarlo
Intenta no resistirte ni luchar contra el pensamiento. Cuanto más trates de evitarlo, más fuerza puede ganar.
Reconoce que es solo un pensamiento y que no define quién eres. Puedes decirte algo como:
"Esto es solo un pensamiento intrusivo, no significa nada sobre mí."
2. Práctica de mindfulness
Observa el pensamiento como si fueras un espectador. Imagina que es una nube que pasa por el cielo o una hoja que flota en un río.
No te enganches con él; simplemente observa cómo viene y se va sin intentar controlarlo.
3. Desensibilización a través de la exposición
A veces, enfrentar el pensamiento en lugar de evitarlo puede disminuir su impacto. Repite conscientemente el pensamiento en tu mente, pero sin juzgarlo ni luchar contra él. Al hacerlo, el cerebro puede dejar de percibirlo como una amenaza.
4. Reestructura tu enfoque mental
En lugar de intentar sustituir el pensamiento por uno positivo (lo cual puede ser frustrante si no funciona), enfócate en distraer tu mente con actividades que requieran concentración:
Leer un libro.
Resolver acertijos o practicar un hobby.
Salir a caminar y enfocarte en el entorno (lo que ves, oyes, sientes).
5. Técnicas de respiración y relajación
Cuando sientas ansiedad, respira profundamente:
Inhala por 4 segundos.
Mantén el aire 4 segundos.
Exhala lentamente por 6-8 segundos.
Esto ayudará a calmar tu sistema nervioso y a reducir la intensidad del pensamiento.
6. Escribe tus pensamientos
Anota el insulto o pensamiento intrusivo y describe cómo te hace sentir. A veces, escribirlo puede ayudarte a procesarlo y restarle poder.
7. Consulta con un profesional si persiste
Si los pensamientos intrusivos siguen generándote mucha ansiedad, un psicólogo puede ayudarte con técnicas como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), que es muy efectiva para este tipo de situaciones.
Recuerda:
Estos pensamientos no son peligrosos ni te definen. Su repetición es solo una respuesta automática de tu mente ante algo que percibiste como amenazante o fuera de lo normal. Con tiempo y práctica, puedes reducir su impacto y recuperar la tranquilidad. Estoy aquí si necesitas más orientación.
1. Acepta el pensamiento sin juzgarlo
Intenta no resistirte ni luchar contra el pensamiento. Cuanto más trates de evitarlo, más fuerza puede ganar.
Reconoce que es solo un pensamiento y que no define quién eres. Puedes decirte algo como:
"Esto es solo un pensamiento intrusivo, no significa nada sobre mí."
2. Práctica de mindfulness
Observa el pensamiento como si fueras un espectador. Imagina que es una nube que pasa por el cielo o una hoja que flota en un río.
No te enganches con él; simplemente observa cómo viene y se va sin intentar controlarlo.
3. Desensibilización a través de la exposición
A veces, enfrentar el pensamiento en lugar de evitarlo puede disminuir su impacto. Repite conscientemente el pensamiento en tu mente, pero sin juzgarlo ni luchar contra él. Al hacerlo, el cerebro puede dejar de percibirlo como una amenaza.
4. Reestructura tu enfoque mental
En lugar de intentar sustituir el pensamiento por uno positivo (lo cual puede ser frustrante si no funciona), enfócate en distraer tu mente con actividades que requieran concentración:
Leer un libro.
Resolver acertijos o practicar un hobby.
Salir a caminar y enfocarte en el entorno (lo que ves, oyes, sientes).
5. Técnicas de respiración y relajación
Cuando sientas ansiedad, respira profundamente:
Inhala por 4 segundos.
Mantén el aire 4 segundos.
Exhala lentamente por 6-8 segundos.
Esto ayudará a calmar tu sistema nervioso y a reducir la intensidad del pensamiento.
6. Escribe tus pensamientos
Anota el insulto o pensamiento intrusivo y describe cómo te hace sentir. A veces, escribirlo puede ayudarte a procesarlo y restarle poder.
7. Consulta con un profesional si persiste
Si los pensamientos intrusivos siguen generándote mucha ansiedad, un psicólogo puede ayudarte con técnicas como la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC), que es muy efectiva para este tipo de situaciones.
Recuerda:
Estos pensamientos no son peligrosos ni te definen. Su repetición es solo una respuesta automática de tu mente ante algo que percibiste como amenazante o fuera de lo normal. Con tiempo y práctica, puedes reducir su impacto y recuperar la tranquilidad. Estoy aquí si necesitas más orientación.
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