Hola me es difícil decir esto pero quiero saber que podría hacer , bien mi problema es que odio pero
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Hola me es difícil decir esto pero quiero saber que podría hacer , bien mi problema es que odio pero odio demasiado la infidelidad nunca e tenido pareja aun soy un adolescente
Digo que a llegado muy lejos porque no solo no quiero pareja , tambien se me trasmite ese odio en películas y series es decir que cuando veo una infidelidad sobre todo por parte de una chica en una peli o serie , ya no me deja disfrutar esa serie asi me pasa siempre , ay que dejar en claro que tambien odio a la mujer se me hace que son unas cualquieras y que no vale la pena gastar tiempo en ellas y si ya verán que parezco todo un machista , yo soy consciente de eso por eso no quiero tener pareja para no hacerle daño
Se que es algo leve pero me hace odiar y querer hacerle daño a esa persona infiel sobre todo por parte de la mujer
Ah y también tengo otros problemas con otra clase de personas horribles que me hace querer mata*** pero es algo delicado contarles eso. ¿Que tengo ? ¿Necesito ayuda o no?
Digo que a llegado muy lejos porque no solo no quiero pareja , tambien se me trasmite ese odio en películas y series es decir que cuando veo una infidelidad sobre todo por parte de una chica en una peli o serie , ya no me deja disfrutar esa serie asi me pasa siempre , ay que dejar en claro que tambien odio a la mujer se me hace que son unas cualquieras y que no vale la pena gastar tiempo en ellas y si ya verán que parezco todo un machista , yo soy consciente de eso por eso no quiero tener pareja para no hacerle daño
Se que es algo leve pero me hace odiar y querer hacerle daño a esa persona infiel sobre todo por parte de la mujer
Ah y también tengo otros problemas con otra clase de personas horribles que me hace querer mata*** pero es algo delicado contarles eso. ¿Que tengo ? ¿Necesito ayuda o no?

Lo que podríamos explorar juntos:
El origen de este odio:
El odio hacia la infidelidad, las mujeres o ciertas personas podría tener raíces en experiencias pasadas, mensajes que has recibido sobre cómo son las relaciones, o incluso en cómo interpretas ciertas situaciones. Entender de dónde provienen estos sentimientos puede ayudarte a gestionarlos mejor.
La intensidad de las emociones:
Sentir enojo o rechazo por algo que consideras injusto, como la infidelidad, es comprensible. Sin embargo, cuando esas emociones te hacen querer lastimar o evitar relacionarte, puede ser señal de que están tomando un papel demasiado central en tu vida. Esto es algo que se puede trabajar para que no te domine.
Cuidado contigo mismo y con los demás:
Es importante que seas consciente de que estos sentimientos, aunque intensos, no definen quién eres. El hecho de que reconozcas que no quieres hacer daño o actuar de manera perjudicial ya es un paso muy valioso. Esto demuestra que tienes interés en manejar lo que sientes de forma saludable.
Trabajar en tus creencias sobre las mujeres y las relaciones:
Las generalizaciones como "todas las mujeres son de cierta manera" suelen ser aprendidas, no innatas. En terapia, podrías explorar cómo estas creencias se formaron y cómo pueden cambiar para que relaciones futuras, románticas o no, estén basadas en respeto y comprensión mutuos.
¿Necesitas ayuda?
Sí, sería muy útil trabajar esto con un psicólogo. No porque algo esté "mal" contigo, sino porque es evidente que estas emociones están afectando tu vida y cómo te relacionas con los demás y contigo mismo. Un terapeuta puede ayudarte a:
Entender y procesar estas emociones.
Cambiar patrones de pensamiento que generan odio o rechazo.
Desarrollar herramientas para lidiar con estas situaciones de forma más constructiva.
¿Qué podrías hacer ahora?
Observa sin juzgar: Cuando surjan estos sentimientos, en lugar de rechazarlos o actuar sobre ellos, intenta decirte: "Estoy sintiendo enojo/odio ahora mismo. ¿Qué lo está activando?" Este paso puede ayudarte a separarte un poco de la intensidad emocional.
Busca espacios seguros: Hablar con alguien de confianza (un amigo, familiar o profesional) sobre lo que sientes puede ser muy liberador.
Dale una oportunidad al cambio: Si estás dispuesto, trabajar en estas emociones puede abrirte a una forma más rica y satisfactoria de relacionarte con los demás, sin que estas creencias o sentimientos te limiten.
Si te sientes listo para trabajar en esto, estoy aquí para acompañarte. Lo importante es que ya diste el primer paso al reconocerlo y pedir ayuda. . PIDE TU CITA HOY MISMO PARA EMPEZAR A COMPROMETERTE CON TU VIDA.
El origen de este odio:
El odio hacia la infidelidad, las mujeres o ciertas personas podría tener raíces en experiencias pasadas, mensajes que has recibido sobre cómo son las relaciones, o incluso en cómo interpretas ciertas situaciones. Entender de dónde provienen estos sentimientos puede ayudarte a gestionarlos mejor.
La intensidad de las emociones:
Sentir enojo o rechazo por algo que consideras injusto, como la infidelidad, es comprensible. Sin embargo, cuando esas emociones te hacen querer lastimar o evitar relacionarte, puede ser señal de que están tomando un papel demasiado central en tu vida. Esto es algo que se puede trabajar para que no te domine.
Cuidado contigo mismo y con los demás:
Es importante que seas consciente de que estos sentimientos, aunque intensos, no definen quién eres. El hecho de que reconozcas que no quieres hacer daño o actuar de manera perjudicial ya es un paso muy valioso. Esto demuestra que tienes interés en manejar lo que sientes de forma saludable.
Trabajar en tus creencias sobre las mujeres y las relaciones:
Las generalizaciones como "todas las mujeres son de cierta manera" suelen ser aprendidas, no innatas. En terapia, podrías explorar cómo estas creencias se formaron y cómo pueden cambiar para que relaciones futuras, románticas o no, estén basadas en respeto y comprensión mutuos.
¿Necesitas ayuda?
Sí, sería muy útil trabajar esto con un psicólogo. No porque algo esté "mal" contigo, sino porque es evidente que estas emociones están afectando tu vida y cómo te relacionas con los demás y contigo mismo. Un terapeuta puede ayudarte a:
Entender y procesar estas emociones.
Cambiar patrones de pensamiento que generan odio o rechazo.
Desarrollar herramientas para lidiar con estas situaciones de forma más constructiva.
¿Qué podrías hacer ahora?
Observa sin juzgar: Cuando surjan estos sentimientos, en lugar de rechazarlos o actuar sobre ellos, intenta decirte: "Estoy sintiendo enojo/odio ahora mismo. ¿Qué lo está activando?" Este paso puede ayudarte a separarte un poco de la intensidad emocional.
Busca espacios seguros: Hablar con alguien de confianza (un amigo, familiar o profesional) sobre lo que sientes puede ser muy liberador.
Dale una oportunidad al cambio: Si estás dispuesto, trabajar en estas emociones puede abrirte a una forma más rica y satisfactoria de relacionarte con los demás, sin que estas creencias o sentimientos te limiten.
Si te sientes listo para trabajar en esto, estoy aquí para acompañarte. Lo importante es que ya diste el primer paso al reconocerlo y pedir ayuda. . PIDE TU CITA HOY MISMO PARA EMPEZAR A COMPROMETERTE CON TU VIDA.

La primera observación que haría es que no es raro tener pensamientos extremos durante la adolescencia. Es una etapa de transición a la adultez, y las hormonas que se activan en este periodo pueden influir mucho en cómo percibes la realidad. Estos cambios hormonales suelen hacer que las emociones sean más intensas y que respondas de manera más fuerte a lo que te rodea.
Además, en la adolescencia se enfrentan muchas experiencias nuevas: en lo afectivo, lo sexual, lo educativo, e incluso en lo laboral. Como estas vivencias son inéditas, a menudo generan un impacto emocional muy grande, lo que dificulta relativizarlas o verlas con perspectiva.
Estas dos condiciones —los cambios hormonales y el impacto de las nuevas experiencias— han estado presentes siempre. Juntas, pueden hacer que las relaciones con el mundo se sientan especialmente desafiantes, a veces hasta el punto de percibirlo como un lugar hostil. Esto puede llevar a desarrollar sentimientos intensos de tristeza, rencor o desconfianza. No es casualidad que muchas conductas antisociales o peligrosas se den principalmente en esta etapa de la vida.
A estos factores tradicionales, hoy en día podemos sumar otro elemento: el impacto de las redes sociales y el contenido audiovisual. Mucha de la información que consumimos en estos espacios es extrema o exagerada, ya sea dramática, confrontativa o satírica, porque es lo que más atrae. Esto puede llevarnos a pensar que lo que vemos en el mundo virtual refleja fielmente la realidad cotidiana, cuando en realidad se trata de una versión distorsionada y polarizada.
Esta polarización es especialmente común cuando las personas se identifican fuertemente con grupos que les aportan un sentido de identidad. En estos casos, los algoritmos de las redes sociales tienden a exacerbar los prejuicios, ofreciendo contenido que refuerza esas ideas preconcebidas para mantenernos enganchados. Esto puede generar percepciones negativas hacia grupos de personas a las que uno no pertenece, como en tu caso pueden ser las mujeres y las personas infieles con su pareja. Es importante tener en cuenta que este fenómeno no refleja la escala de grises y la riqueza de las relaciones en el mundo real. Donde hay personas estupendas e inspiradoras independientemente de su género (así como hay otras que no), pero el temor a ser heridos o engañados nos lleva a privarnos de conocerlas.
Dicho esto, mi recomendación sería que consideres acudir a un psicólogo. Podría ayudarte a entender mejor tus emociones y aclarar cualquier duda que tengas sobre esos pensamientos que mencionas, especialmente si te preocupa que puedan influir en tu comportamiento. También, trabajar en consulta puede ayudarte a realizar cambios en tu estilo de vida que podrían suavizar algunas creencias y matizar o enriquecer algunas cosas que sientes.
En este caso, te sugeriría un psicólogo con enfoque integrador o cognitivo-conductual. Este tipo de profesionales están capacitados para trabajar tanto en cómo se generan las emociones como en los cambios prácticos que puedes hacer para gestionarlas mejor.
RESUMEN DE LA RESPUESTA
• Pensamientos extremos en la adolescencia: Normales debido a cambios hormonales y nuevas experiencias.
• Intensidad emocional: Hormonas y novedades generan respuestas emocionales fuertes, a menudo difíciles de relativizar.
• Impacto social y digital: Redes sociales y contenidos audiovisuales distorsionan la percepción de la realidad, generando una visión más polarizada.
• Algoritmos y polarización: Los algoritmos exacerban prejuicios al sugerir contenido que refuerza ideas preconcebidas, lo que puede generar percepciones negativas hacia ciertos grupos.
• Recomendación profesional: Acudir a un psicólogo (preferiblemente integrador o cognitivo-conductual) para identificar y gestionar las emociones y pensamientos de manera más saludable.
• Cambios en el estilo de vida: Estos pueden ayudar a suavizar creencias y emociones, y se trabajan en consulta.
Además, en la adolescencia se enfrentan muchas experiencias nuevas: en lo afectivo, lo sexual, lo educativo, e incluso en lo laboral. Como estas vivencias son inéditas, a menudo generan un impacto emocional muy grande, lo que dificulta relativizarlas o verlas con perspectiva.
Estas dos condiciones —los cambios hormonales y el impacto de las nuevas experiencias— han estado presentes siempre. Juntas, pueden hacer que las relaciones con el mundo se sientan especialmente desafiantes, a veces hasta el punto de percibirlo como un lugar hostil. Esto puede llevar a desarrollar sentimientos intensos de tristeza, rencor o desconfianza. No es casualidad que muchas conductas antisociales o peligrosas se den principalmente en esta etapa de la vida.
A estos factores tradicionales, hoy en día podemos sumar otro elemento: el impacto de las redes sociales y el contenido audiovisual. Mucha de la información que consumimos en estos espacios es extrema o exagerada, ya sea dramática, confrontativa o satírica, porque es lo que más atrae. Esto puede llevarnos a pensar que lo que vemos en el mundo virtual refleja fielmente la realidad cotidiana, cuando en realidad se trata de una versión distorsionada y polarizada.
Esta polarización es especialmente común cuando las personas se identifican fuertemente con grupos que les aportan un sentido de identidad. En estos casos, los algoritmos de las redes sociales tienden a exacerbar los prejuicios, ofreciendo contenido que refuerza esas ideas preconcebidas para mantenernos enganchados. Esto puede generar percepciones negativas hacia grupos de personas a las que uno no pertenece, como en tu caso pueden ser las mujeres y las personas infieles con su pareja. Es importante tener en cuenta que este fenómeno no refleja la escala de grises y la riqueza de las relaciones en el mundo real. Donde hay personas estupendas e inspiradoras independientemente de su género (así como hay otras que no), pero el temor a ser heridos o engañados nos lleva a privarnos de conocerlas.
Dicho esto, mi recomendación sería que consideres acudir a un psicólogo. Podría ayudarte a entender mejor tus emociones y aclarar cualquier duda que tengas sobre esos pensamientos que mencionas, especialmente si te preocupa que puedan influir en tu comportamiento. También, trabajar en consulta puede ayudarte a realizar cambios en tu estilo de vida que podrían suavizar algunas creencias y matizar o enriquecer algunas cosas que sientes.
En este caso, te sugeriría un psicólogo con enfoque integrador o cognitivo-conductual. Este tipo de profesionales están capacitados para trabajar tanto en cómo se generan las emociones como en los cambios prácticos que puedes hacer para gestionarlas mejor.
RESUMEN DE LA RESPUESTA
• Pensamientos extremos en la adolescencia: Normales debido a cambios hormonales y nuevas experiencias.
• Intensidad emocional: Hormonas y novedades generan respuestas emocionales fuertes, a menudo difíciles de relativizar.
• Impacto social y digital: Redes sociales y contenidos audiovisuales distorsionan la percepción de la realidad, generando una visión más polarizada.
• Algoritmos y polarización: Los algoritmos exacerban prejuicios al sugerir contenido que refuerza ideas preconcebidas, lo que puede generar percepciones negativas hacia ciertos grupos.
• Recomendación profesional: Acudir a un psicólogo (preferiblemente integrador o cognitivo-conductual) para identificar y gestionar las emociones y pensamientos de manera más saludable.
• Cambios en el estilo de vida: Estos pueden ayudar a suavizar creencias y emociones, y se trabajan en consulta.

Gracias por compartir algo tan personal y difícil. Lo primero que quiero decirte es que lo que estás haciendo al reflexionar sobre tus emociones y cuestionarte es un paso muy valiente. Reconocer que hay algo que no está funcionando como quisieras y buscar respuestas ya muestra una gran madurez.
Lo que describes, ese odio intenso hacia la infidelidad y cómo afecta tu visión sobre las relaciones y las mujeres, merece atención porque parece estar relacionado con creencias profundas que probablemente has ido formando a lo largo del tiempo. A menudo, estas emociones intensas tienen raíces en experiencias previas, en aprendizajes culturales o incluso en lo que hemos visto o vivido en nuestro entorno. Es importante entender de dónde viene ese sentimiento y cómo puede estar influyendo en tu forma de relacionarte contigo mismo y con los demás.
Durante la adolescencia, nuestras emociones pueden ser muy intensas porque nuestro cerebro está en pleno desarrollo, y esto incluye la manera en que procesamos emociones como la ira, el miedo o incluso el odio. Esto no significa que lo que sientes sea “malo”, sino que aún estás en un proceso de aprender a manejarlo y entenderlo mejor. Es un buen momento para reflexionar y cuestionar esas creencias que ahora te están afectando, para decidir si realmente quieres que sigan formando parte de ti.
Decidir no tener pareja por miedo a hacer daño puede parecer un acto noble, pero privarte de experiencias positivas también puede alimentar esa frustración y rabia que sientes. Explorar por qué te sientes así y qué significa realmente la infidelidad para ti podría ser un punto de partida. Es importante entender que nadie es perfecto, que las personas tienen luces y sombras, y que cada experiencia tiene tanto aspectos positivos como negativos.
Buscar ayuda profesional puede ser muy beneficioso para ti en este momento. Un/a psicólogo/a puede ayudarte a comprender mejor tus emociones, a canalizarlas de una forma más sana y a explorar esos pensamientos extremos que mencionas. Esto no solo te permitirá sentirte más libre, sino también aprender a relacionarte contigo mismo y con los demás desde un lugar de mayor calma y comprensión.
Recuerda que tus emociones no te definen, pero sí pueden enseñarte mucho sobre ti mismo si decides explorarlas con curiosidad y apertura.
Lo que describes, ese odio intenso hacia la infidelidad y cómo afecta tu visión sobre las relaciones y las mujeres, merece atención porque parece estar relacionado con creencias profundas que probablemente has ido formando a lo largo del tiempo. A menudo, estas emociones intensas tienen raíces en experiencias previas, en aprendizajes culturales o incluso en lo que hemos visto o vivido en nuestro entorno. Es importante entender de dónde viene ese sentimiento y cómo puede estar influyendo en tu forma de relacionarte contigo mismo y con los demás.
Durante la adolescencia, nuestras emociones pueden ser muy intensas porque nuestro cerebro está en pleno desarrollo, y esto incluye la manera en que procesamos emociones como la ira, el miedo o incluso el odio. Esto no significa que lo que sientes sea “malo”, sino que aún estás en un proceso de aprender a manejarlo y entenderlo mejor. Es un buen momento para reflexionar y cuestionar esas creencias que ahora te están afectando, para decidir si realmente quieres que sigan formando parte de ti.
Decidir no tener pareja por miedo a hacer daño puede parecer un acto noble, pero privarte de experiencias positivas también puede alimentar esa frustración y rabia que sientes. Explorar por qué te sientes así y qué significa realmente la infidelidad para ti podría ser un punto de partida. Es importante entender que nadie es perfecto, que las personas tienen luces y sombras, y que cada experiencia tiene tanto aspectos positivos como negativos.
Buscar ayuda profesional puede ser muy beneficioso para ti en este momento. Un/a psicólogo/a puede ayudarte a comprender mejor tus emociones, a canalizarlas de una forma más sana y a explorar esos pensamientos extremos que mencionas. Esto no solo te permitirá sentirte más libre, sino también aprender a relacionarte contigo mismo y con los demás desde un lugar de mayor calma y comprensión.
Recuerda que tus emociones no te definen, pero sí pueden enseñarte mucho sobre ti mismo si decides explorarlas con curiosidad y apertura.

Hola, es obvio que tienes un problema. Por sus características, si no lo solucionas va a condicionar tu vida en formas dolorosas, así que si te quieres un poco al menos, lo mejor que puedes hacer es buscar ayuda profesional. Saludos.

Gracias por compartir lo que sientes, es un paso importante reconocer cómo ciertas emociones y pensamientos están afectando tu vida. Por lo que describes, parece que estás experimentando una carga emocional significativa relacionada con la infidelidad y otros temas sensibles. Este tipo de emociones intensas, como el odio, pueden ser el reflejo de experiencias pasadas, creencias aprendidas o incluso de expectativas muy rígidas que afectan tu perspectiva sobre las relaciones y las personas.
Primero, es importante entender lo siguiente:
El odio hacia la infidelidad o hacia cualquier comportamiento no deseado puede estar relacionado con ideales muy marcados sobre lo que debería ser una relación. Esto puede surgir de experiencias familiares, sociales o de mensajes culturales. Sin embargo, permitir que estas emociones dominen tu forma de relacionarte con los demás, o incluso contigo mismo, puede limitar tu capacidad de experimentar una vida plena y con conexiones saludables.
Respecto a lo que mencionas sobre las mujeres y otros grupos de personas:
Es natural que las emociones intensas a veces se desplacen hacia grupos específicos, pero es importante cuestionar estas creencias para no caer en prejuicios que solo refuercen una visión negativa del mundo. Generalizar y culpar a todo un grupo puede ser un mecanismo de defensa ante emociones no resueltas o una forma de intentar protegerte de experiencias que temes o no comprendes del todo.
Sobre la ayuda:
Sí, buscar ayuda profesional sería muy recomendable. Un psicólogo puede ayudarte a explorar de dónde vienen estos pensamientos y emociones, y cómo manejarlos de manera que no interfieran en tu bienestar ni en tus relaciones futuras.
Primero, es importante entender lo siguiente:
El odio hacia la infidelidad o hacia cualquier comportamiento no deseado puede estar relacionado con ideales muy marcados sobre lo que debería ser una relación. Esto puede surgir de experiencias familiares, sociales o de mensajes culturales. Sin embargo, permitir que estas emociones dominen tu forma de relacionarte con los demás, o incluso contigo mismo, puede limitar tu capacidad de experimentar una vida plena y con conexiones saludables.
Respecto a lo que mencionas sobre las mujeres y otros grupos de personas:
Es natural que las emociones intensas a veces se desplacen hacia grupos específicos, pero es importante cuestionar estas creencias para no caer en prejuicios que solo refuercen una visión negativa del mundo. Generalizar y culpar a todo un grupo puede ser un mecanismo de defensa ante emociones no resueltas o una forma de intentar protegerte de experiencias que temes o no comprendes del todo.
Sobre la ayuda:
Sí, buscar ayuda profesional sería muy recomendable. Un psicólogo puede ayudarte a explorar de dónde vienen estos pensamientos y emociones, y cómo manejarlos de manera que no interfieran en tu bienestar ni en tus relaciones futuras.

Tienes que buscar que significa la infidelidad para ti, porque es algo tan importante.

Lo primero que quiero resaltar es que es muy valioso que estés compartiendo estas emociones y pensamientos, porque refleja que estás consciente de la intensidad de lo que sientes y estás buscando una manera de comprenderlo. Las emociones que describes, como el odio hacia la infidelidad y hacia las mujeres que la cometen, parecen estar relacionadas con experiencias personales que todavía no has explorado completamente, aunque tú mismo mencionas que te has dado cuenta de que hay algo más profundo detrás de estas reacciones.
Es posible que estas emociones estén conectadas con una vivencia o temor profundo, quizás relacionado con la traición, el abandono o la inseguridad emocional. La infidelidad puede tocar muchas fibras sensibles, especialmente si existe una percepción interna de que las personas no son confiables o de que las relaciones son una fuente de dolor o sufrimiento. Quizás has sido testigo de experiencias cercanas a ti, ya sea en tu familia o en tu entorno, que te han marcado, generando desconfianza y frustración.
Es importante destacar que este tipo de emociones, aunque intensas, no son definitivas ni permanentes, y reconocerlas es el primer paso para trabajar en ellas. Te sugeriría que busques ayuda para explorar estas creencias y emociones de manera profunda, con un profesional que pueda ayudarte a entender de dónde vienen estos sentimientos y cómo puedes trabajar en ello.
Un saludo
Nicoleta
Es posible que estas emociones estén conectadas con una vivencia o temor profundo, quizás relacionado con la traición, el abandono o la inseguridad emocional. La infidelidad puede tocar muchas fibras sensibles, especialmente si existe una percepción interna de que las personas no son confiables o de que las relaciones son una fuente de dolor o sufrimiento. Quizás has sido testigo de experiencias cercanas a ti, ya sea en tu familia o en tu entorno, que te han marcado, generando desconfianza y frustración.
Es importante destacar que este tipo de emociones, aunque intensas, no son definitivas ni permanentes, y reconocerlas es el primer paso para trabajar en ellas. Te sugeriría que busques ayuda para explorar estas creencias y emociones de manera profunda, con un profesional que pueda ayudarte a entender de dónde vienen estos sentimientos y cómo puedes trabajar en ello.
Un saludo
Nicoleta

Lo que estás describiendo parece estar relacionado con emociones intensas y pensamientos negativos que están afectando tanto tu bienestar emocional como tus reacciones hacia ciertas situaciones. Es completamente válido reconocer que estos sentimientos te están causando malestar y que no te gustaría seguir viviéndolos. Estos pensamientos de odio hacia la infidelidad y las personas en general, especialmente las mujeres, junto con pensamientos de agresión o incluso de autolesión, son señales claras de que estás lidiando con dificultades emocionales que podrían necesitar atención.
No es raro tener pensamientos intensos o negativos, especialmente en la adolescencia, ya que es una etapa de mucha autoexploración. Sin embargo, lo importante es cómo manejas esos pensamientos. Si sientes que estas emociones están tomando control y afectando negativamente tu vida, buscar apoyo de un profesional, como un terapeuta, podría ser muy útil. Ellos pueden ayudarte a comprender mejor el origen de esos sentimientos, trabajar en cambiar las creencias dañinas y enseñarte estrategias para lidiar con los pensamientos y emociones difíciles de manera saludable.
Es fundamental también hablar con alguien de confianza para aliviar la carga emocional, y aunque es difícil, pedir ayuda es un paso importante hacia el bienestar. Nadie debería enfrentar pensamientos tan dolorosos solo.
No es raro tener pensamientos intensos o negativos, especialmente en la adolescencia, ya que es una etapa de mucha autoexploración. Sin embargo, lo importante es cómo manejas esos pensamientos. Si sientes que estas emociones están tomando control y afectando negativamente tu vida, buscar apoyo de un profesional, como un terapeuta, podría ser muy útil. Ellos pueden ayudarte a comprender mejor el origen de esos sentimientos, trabajar en cambiar las creencias dañinas y enseñarte estrategias para lidiar con los pensamientos y emociones difíciles de manera saludable.
Es fundamental también hablar con alguien de confianza para aliviar la carga emocional, y aunque es difícil, pedir ayuda es un paso importante hacia el bienestar. Nadie debería enfrentar pensamientos tan dolorosos solo.

Hola,
Gracias por compartir lo que sientes. Reconocer estas emociones y buscar entenderlas es un gran paso. Lo que describes refleja una carga emocional que está afectando cómo ves las relaciones, las personas e incluso cómo disfrutas de actividades cotidianas.
El odio que mencionas podría estar relacionado con experiencias pasadas, creencias o emociones que no han sido procesadas del todo. Esto no significa que seas una mala persona; al contrario, demuestra que eres consciente de lo que sientes y quieres cambiarlo para no dañar a otros ni a ti mismo.
Buscar ayuda profesional te permitiría explorar el origen de estas emociones, entenderlas y aprender a gestionarlas de una manera saludable. La terapia no solo te ayudará a sentirte más en paz contigo mismo, sino también a construir relaciones más sanas con los demás.
No estás solo en esto, y es posible encontrar claridad y tranquilidad. Dar este paso podría marcar una gran diferencia en tu vida.
Gracias por compartir lo que sientes. Reconocer estas emociones y buscar entenderlas es un gran paso. Lo que describes refleja una carga emocional que está afectando cómo ves las relaciones, las personas e incluso cómo disfrutas de actividades cotidianas.
El odio que mencionas podría estar relacionado con experiencias pasadas, creencias o emociones que no han sido procesadas del todo. Esto no significa que seas una mala persona; al contrario, demuestra que eres consciente de lo que sientes y quieres cambiarlo para no dañar a otros ni a ti mismo.
Buscar ayuda profesional te permitiría explorar el origen de estas emociones, entenderlas y aprender a gestionarlas de una manera saludable. La terapia no solo te ayudará a sentirte más en paz contigo mismo, sino también a construir relaciones más sanas con los demás.
No estás solo en esto, y es posible encontrar claridad y tranquilidad. Dar este paso podría marcar una gran diferencia en tu vida.

Hola, lamento mucho el malestar que esta situación te está generando y te agradezco por compartirlo aquí, a pesar de lo difícil que pueda ser. El odio hacia la infidelidad y hacia las mujeres, junto con los pensamientos de hacer daño, indica que estás atravesando un malestar emocional que merece atención. A menudo, este tipo de sentimientos pueden originarse por heridas emocionales pasadas o creencias negativas que se han formado debido a experiencias previas o influencias de nuestro entorno. Es fundamental que busques apoyo profesional para explorar estos sentimientos y comprender de dónde provienen, así como para aprender a sanar esas emociones. Cargar con estos pensamientos puede ser muy abrumador y repetitivo, por lo que recibir ayuda es un paso valioso para transformar esos pensamientos y mejorar tu bienestar.
Un saludo,
Adrián.
Un saludo,
Adrián.

Hola,
Aprecio mucho que hayas compartido lo que sientes con tanta sinceridad. Es importante reconocer cuando algo nos genera malestar y buscar maneras saludables de manejarlo.
Parece que la infidelidad te provoca emociones muy intensas, hasta el punto de afectar tu forma de relacionarte con los demás e incluso tu disfrute de cosas cotidianas como películas o series. También mencionas sentimientos de odio hacia ciertas personas y la dificultad de controlar estas emociones.
¿Qué podrías hacer?
Explorar el origen de estos sentimientos: ¿Cuándo comenzó este rechazo tan fuerte hacia la infidelidad? ¿Has tenido experiencias o influencias que hayan reforzado esa visión?
Trabajar en la gestión emocional: La ira y el odio pueden volverse una carga muy pesada si no se manejan adecuadamente. Aprender estrategias para canalizar estas emociones te ayudará a sentirte mejor.
Buscar apoyo profesional: Si sientes que estos pensamientos afectan tu bienestar o te generan impulsos agresivos, hablar con un especialista puede darte herramientas para manejarlos de manera sana y segura.
Lo más importante es que ya eres consciente de esto y quieres entenderlo mejor. No estás solo en esto, y trabajar en ello ahora puede marcar una gran diferencia en tu futuro. Si necesitas ayuda, dar ese primer paso te permitirá encontrar respuestas y alivio.
Un saludo.
Aprecio mucho que hayas compartido lo que sientes con tanta sinceridad. Es importante reconocer cuando algo nos genera malestar y buscar maneras saludables de manejarlo.
Parece que la infidelidad te provoca emociones muy intensas, hasta el punto de afectar tu forma de relacionarte con los demás e incluso tu disfrute de cosas cotidianas como películas o series. También mencionas sentimientos de odio hacia ciertas personas y la dificultad de controlar estas emociones.
¿Qué podrías hacer?
Explorar el origen de estos sentimientos: ¿Cuándo comenzó este rechazo tan fuerte hacia la infidelidad? ¿Has tenido experiencias o influencias que hayan reforzado esa visión?
Trabajar en la gestión emocional: La ira y el odio pueden volverse una carga muy pesada si no se manejan adecuadamente. Aprender estrategias para canalizar estas emociones te ayudará a sentirte mejor.
Buscar apoyo profesional: Si sientes que estos pensamientos afectan tu bienestar o te generan impulsos agresivos, hablar con un especialista puede darte herramientas para manejarlos de manera sana y segura.
Lo más importante es que ya eres consciente de esto y quieres entenderlo mejor. No estás solo en esto, y trabajar en ello ahora puede marcar una gran diferencia en tu futuro. Si necesitas ayuda, dar ese primer paso te permitirá encontrar respuestas y alivio.
Un saludo.

Gracias por confiar y dejar este mensaje, incluso sabiendo que es un tema muy delicado. Lo primero que quiero decirte es esto: sí, necesitas ayuda profesional, y eso no es algo malo, al contrario, es un acto de responsabilidad y valentía.
Estás expresando emociones muy intensas: odio, rechazo, ganas de hacer daño... y además reconoces que eso te está afectando en cosas tan cotidianas como ver una serie, o incluso en la forma en la que ves a todas las mujeres, sin conocerlas. Eso no aparece de la nada. Estas emociones tan fuertes probablemente vienen de experiencias que han dolido mucho, quizá cosas que viste, viviste o escuchaste y que se quedaron dentro de ti sin poder ser entendidas ni digeridas del todo.
Y lo que me parece muy importante es que tú mismo estás notando que esto no te gusta, que no quieres hacer daño a nadie y que algo no está bien en cómo te sientes. Eso ya es un paso enorme. No todo el mundo tiene ese nivel de consciencia. Así que sí, esto se puede trabajar y mejorar mucho, pero no lo vas a poder hacer solo. Necesitas acompañamiento psicológico para entender lo que te pasa, de dónde viene y cómo gestionarlo sin hacerte daño a ti ni a nadie más.
También es importante que sepas que sentir rabia o incluso odio no te convierte en una mala persona. Lo peligroso es cuando no buscamos ayuda y dejamos que eso se acumule o se vuelva una forma de ver el mundo. Lo que tú sientes es intenso, sí, pero se puede trabajar. Se puede transformar. Y eso no lo digo por decir: hay mucha gente que ha pasado por procesos parecidos y ha salido mucho más libre, más tranquila y más en paz.
Por favor, si tienes acceso a terapia o puedes hablar con un profesional de salud mental, hazlo cuanto antes. Si eres menor, cuéntaselo a un adulto de confianza, aunque te dé vergüenza. No es un castigo ni un juicio: es el primer paso para cuidar de ti y de los demás.
Y si alguna vez sientes que puedes hacerle daño a alguien o a ti mismx, pide ayuda urgente. Hay líneas de atención psicológica, centros de salud y servicios que pueden atenderte incluso de forma anónima.
Lo que tienes no te define. Pero lo que haces con eso, sí puede cambiar tu historia.
Estás expresando emociones muy intensas: odio, rechazo, ganas de hacer daño... y además reconoces que eso te está afectando en cosas tan cotidianas como ver una serie, o incluso en la forma en la que ves a todas las mujeres, sin conocerlas. Eso no aparece de la nada. Estas emociones tan fuertes probablemente vienen de experiencias que han dolido mucho, quizá cosas que viste, viviste o escuchaste y que se quedaron dentro de ti sin poder ser entendidas ni digeridas del todo.
Y lo que me parece muy importante es que tú mismo estás notando que esto no te gusta, que no quieres hacer daño a nadie y que algo no está bien en cómo te sientes. Eso ya es un paso enorme. No todo el mundo tiene ese nivel de consciencia. Así que sí, esto se puede trabajar y mejorar mucho, pero no lo vas a poder hacer solo. Necesitas acompañamiento psicológico para entender lo que te pasa, de dónde viene y cómo gestionarlo sin hacerte daño a ti ni a nadie más.
También es importante que sepas que sentir rabia o incluso odio no te convierte en una mala persona. Lo peligroso es cuando no buscamos ayuda y dejamos que eso se acumule o se vuelva una forma de ver el mundo. Lo que tú sientes es intenso, sí, pero se puede trabajar. Se puede transformar. Y eso no lo digo por decir: hay mucha gente que ha pasado por procesos parecidos y ha salido mucho más libre, más tranquila y más en paz.
Por favor, si tienes acceso a terapia o puedes hablar con un profesional de salud mental, hazlo cuanto antes. Si eres menor, cuéntaselo a un adulto de confianza, aunque te dé vergüenza. No es un castigo ni un juicio: es el primer paso para cuidar de ti y de los demás.
Y si alguna vez sientes que puedes hacerle daño a alguien o a ti mismx, pide ayuda urgente. Hay líneas de atención psicológica, centros de salud y servicios que pueden atenderte incluso de forma anónima.
Lo que tienes no te define. Pero lo que haces con eso, sí puede cambiar tu historia.
Expertos






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